martes, 1 de abril de 2014

Reflexiones de Enver Hoxha sobre el terrorismo y su incompatibilidad con el marxismo-leninismo


(1) «Mucha gente, entre la cual se cuentan revolucionarios sinceros, al haber rechazado el camino reformista de los revisionistas y haberlo criticado, han abrazado otros conceptos erróneos sobre la revolución y sus vías de desarrollo. Esto se relaciona con su posición de clase pequeño burguesa, con la ausencia de la debida formación ideológica marxista-leninista y con las influencias que ejercen sobre ellos los puntos de vista anarquistas, trotskistas y golpistas. Algunos de ellos conciben la revolución como un golpe militar, como obra de unos cuantos «héroes». Sobrestiman y absolutizan el papel de la «actividad subjetiva», y piensan que la situación revolucionaria, como condición para el estallido de la revolución, puede ser creada artificialmente por las «acciones enérgicas» de un grupo de combatientes que sirve como «pequeño motor» que pone en movimiento al «gran motor» de las masas. Según ellos el potencial revolucionario de las masas en la sociedad capitalista está en todo momento a punto de estallar, basta un impulso exterior, basta que se cree un foco guerrillero para que las masas lo sigan automáticamente.

La lucha armada de un grupo de revolucionarios profesionales sólo puede ejercer influencia en el ímpetu de las masas cuando se coordina con otros objetivos políticos, sociales, psicológicos que determinan el surgimiento de la situación revolucionaria y cuando se apoya en las amplias masas del pueblo y goza de su simpatía y respaldo activos. De lo contrario, como demuestra la dolorosa experiencia en algunos países de América Latina, la acción de la minoría armada, por heroica y abnegada que sea, choca con la incomprensión de las masas, se aísla de ellas y sufre derrotas». (Enver Hoxha; Informe en el VIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1971)

(2) «La táctica actual de los imperialistas es engañar a  la humanidad progresista, engañar a los pueblos y pro­pagar el miedo a una nueva guerra sangrienta, aplastar todo tipo de resistencia popular, de lucha de liberación nacional, con el pretexto de que cualquier acto revolu­cionario sería bandidismo, sería terrorismo que trunca la «paz», la «tranquilidad» y se sale de los marcos de la democracia, obviamente, burguesa. Apoyan estas teorías también en acciones que impulsan y organizan los centros de la «seguridad» de los países imperialistas, como la CIA, la KGB, la «seguridad» china, la «seguridad» japonesa, etc. Todos estos engendros del capital organizan bandas terroristas que cometen asesinatos y masacres y tratan de implicar a los elementos revolucionarios de los pueblos, a los marxista-leninistas para desacreditarles y golpearles.

Todos los imperialistas, juntos y por separado, han encontrado diversas formas para encadenar, aplastar y desacreditar la revolución, para desacreditar su teoría marxista-leninista y en particular el leninismo, que es la teoría marxista verdadera y en acción en la época actual del imperialismo en descomposición, en la época de las revoluciones proletarias». (Enver Hoxha; Las dos superpotencias y los demás pretendientes a la hegemonía mundial ponen en peligro a los pueblos; Las superpotencias, 21 de octubre de 1978)

(3) «En los países capitalistas, además de las fuerzas revolucionarias que están dirigidas por el partido marxista-leninista, hay otras fuerzas que luchan y se enfrentan con la policía, la gendarmería, etc. Muchas acciones y enfrentamientos de estas otras fuerzas tienen un carácter terrorista, aventurerista, anarquista, se presentan con toda clase de colores y etiquetas y están guiadas por diversas ideologías. Estas acciones a menudo son organizadas a instigación de los servicios secretos de los países capitalistas, son financiadas por ellos, y tienen por objeto, entre otras cosas, desacreditar a los partidos marxista-leninistas, atribuyéndoles tales acciones. Los elementos fascistas o los agentes secretos de la burguesía que organizan y dirigen frecuentemente estas acciones, se esfuerzan por sacar partida del descontento, la indignación y el coraje del proletariado, de los estudiantes, de la juventud etc., a fin de lanzar a los grupos y los diversos movimientos que forman estas masas a acciones que además de no tener nada en común con los movimientos revolucionarios reales, ponen en peligro los propios movimientos revolucionarios, creando la impresión de que el proletariado está en degradación, de que se ha transformado en lumpemproletariado.

Los partidos marxista-leninistas, dedicando la debida atención a esta cuestión, deben, de una parte, hacer que las masas se convenzan por su propia experiencia de que las acciones revolucionarias tienen un carácter totalmente diferente de los actos terroristas y anarquistas y, de otra parte, deben luchar para separar y reconducir de las filas de los grupos terroristas y anarquistas a los elementos revolucionarios que han caído en su trampa, alejarlos también de la influencia que puedan haber recibido de los fascistas y los agentes secretos de la burguesía infiltrados en dichos grupos». (Enver Hoxha; El imperialismo y revolución, 1978)

(4) «La lucha del proletariado, dirigido por los marxistas-leninistas contra el imperialismo, el capitalismo local, el Estado burgués y de sus partidos políticos, no puede dejar de conducir a golpes entre estos últimos y el proletariado y sus aliados. Provistos de que nuestras acciones son revolucionarias no puede haber otra opción.


Los reformistas evitan llegar a las manos, en realidad votan y apoyan el fortalecimiento de las fuerzas armadas, la policía y otras fuerzas que protegen el sistema capitalista. Los reformistas están sólo a favor de ciertas reformas, suficientes para engañar al proletariado y las masas; ellos están a favor de su propia participación en el Estado capitalista, por lo tanto, ellos están a favor del orden capitalista.


Describen cualquier persona que se levanta contra la burguesía y sus lacayos como terrorista y anarquista. Los marxista-leninistas están en contra el terrorismo y contra el anarquismo, tanto en la teoría y la práctica. Sin embargo, estamos preparando la revolución, por lo tanto, estamos obligados a llegar a las manos con el ejército de la burguesía. Por esta razón la burguesía ya se está preparando el terreno y adoctrina a las masas psicológicamente para crear la impresión entre ellos que nosotros, los comunistas y proletarios que se levantan en la insurrección contra el sistema de opresión y explotación, presuntamente son terroristas, anarquistas, asesinos y ladrones de bancos y nos etiqueta con otros epítetos que son perfectamente adecuados para las bandas terroristas y anarquistas, pero de ninguna manera son apropiada para los comunistas. Es el sistema capitalista que crea estas bandas, el que provoca la degeneración de sus miembros y les anima a operar bajo, etiquetas pseudoproletarias, pseudocomunistas y pseudorevolucionarias. Originalmente, muchos miembros de estas pandillas eran gente honesta, desempleados y sin hogar que han sufrido grandes dificultades, pero esta vida miserable y el capitalismo mismo los llevan a cometer actos de terrorismo, robo y asesinato. En algunos casos, estas pandillas son una vergüenza para el poder de la burguesía, pero sobre todo que sirven a la burguesía y es por lo que éstas aumentan continuamente y los deja libres para seguir actuando. Este es el ejército del fascismo con que el proletariado se ha enfrentado y siempre ha chocado cada vez que se levanta en la lucha revolucionaria. Estas bandas son las ayudas auxiliares del ejército, la policía y todos los órganos de coerción de la burguesía». (Enver Hoxha; Sólo bajo un genuino partido marxista-leninista se pueden conseguir los objetivos; A partir de una charla con Ernst Aust, Presidente del Partido Comunista de Alemania Marxista-Leninista, 30 de noviembre de 1979)


(5) «Ni el anarquismo, ni el terrorismo, ni el bandidismo, que están cobrando vastas proporciones en los países capitalistas y revisionistas, tienen nada en común con la revolución. Los hechos de cada día comprueban que los grupos anarquistas, terroristas y de bandidos están siendo utilizados por la reacción como una justificación y una arma a la vez para preparar e implantar la dictadura fascista, para amedrentar a la pequeña burguesía y convertirla en instrumento y en terreno abonado para el fascismo, para paralizar a la clase obrera y mantenerla encadenada al capitalismo, bajo la amenaza de perder las pocas migajas que le ha «concedido» la burguesía.

Todas estas corrientes y grupos se enmascaran con nombres atrayentes, como «proletarios», «comunistas», «brigadas rojas» y otros apelativos, que siembran una gran confusión. Las acciones de estos grupos no tienen nada que ver con el marxismo-leninismo, con el comunismo.

La burguesía, en su propaganda, acusa también a los comunistas, a los que están verdaderamente por la revolución y el socialismo, por la destrucción del dominio burgués, de terroristas, anarquistas y bandidos, y trata de movilizar a la opinión pública contra las verdaderas organizaciones revolucionarias del proletariado y su vanguardia. Es principalmente por este objetivo que incita el terrorismo y el bandidismo, los cuales en países como Italia están cobrando grandes proporciones». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

(6) «Un partido marxista-leninista revolucionario está reñido con el reformismo con el anarquismo y el terrorismo. Se opone a todas estas corrientes contrarrevolucionarias en cualquier forma que se presenten. El partido debe tener en cuenta que la burguesía no permanecerá impasible, lo golpeará, calificará sus actos de anarquistas y terroristas, mas esto no debe llevarle a mantenerse a la zaga de los acontecimientos y del movimiento de las masas, a dejar de emprender acciones y a caer en el círculo vicioso de los partidos revisionistas y reformistas.

Son las propias acciones complejas de la lucha política, ideológica y económica de los partidos marxista-leninistas a la cabeza de la clase obrera, contra la burguesía, la socialdemocracia, el revisionismo y el Estado burgués, las que definen a los ojos de las masas el verdadero carácter revolucionario de estas acciones. Las masas saben distinguir las verdaderas acciones revolucionarias que van en su interés del terrorismo y el anarquismo. Por eso se suman a las acciones revolucionarías que dirigen los partidos marxistas-leninistas y se alzan contra el poder de la burguesía, independientemente de los ataques y la dura represión, a veces sangrienta, que la burguesía capitalista lanza contra la clase obrera y los verdaderos comunistas». (Enver Hoxha; Eurocomunismo es anticomunismo, 1980)

(7) 
«De entre las armas de la burguesía capita­lista, atemorizada por la oleada de revoluciones, viene te­niendo difusión la corrupción de las camarillas, ocultas y en el poder, la degeneración intelectual y moral valiéndo­se de todos los medios de propaganda. La burguesía utili­za, asimismo, su arma preferida en época de crisis, el terrorismo, con el que intenta mancillar a los ojos del pueblo sublevado la ardiente aspiración a la liberación de los grilletes del capital e, identificando el terrorismo con la actividad de los verdaderos revolucionarios, intenta amedrentar a las masas, apartarlas de la revolución, preservar el régimen de opresión y salir de la grave y mortal crisis sin grandes pérdidas». (Enver Hoxha
Reflexiones; Las superpotencias, 15 de julio de 1981)

(8) 
«Para atemorizar a las masas y preparar la implantación del fascismo, el gran capital está incitando el terrorismo, que en numerosos países ha tomado amplias proporciones. Con el terrorismo la burguesía pretende, asimismo, denigrar al verdadero movimiento revolucionario, desviar hacia un camino erróneo a diversos elementos que se rebelan contra su opresión. De forma intencionada identifica la lucha revolucionaria con el terrorismo, con el fin de crear entre las masas la idea de qué los comunistas, los patriotas y los revolucionarios que luchan contra la opresión nacional y social, son terroristas y anarquistas que asesinan y saquean. Los verdaderos revolucionarios están contra el terrorismo y el anarquismo, en la teoría y en la práctica». (Enver Hoxha; Informe en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1981)

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