domingo, 13 de abril de 2014

¿Qué opinaba Pol Pot del revisionismo maoísta y del revisionismo titoista?; Equipo de Bitácora (M-L), 2014

Las siguientes declaraciones corresponden a Pol Pot, Secretario General del Partido Comunista de Kampuchea desde 1963 a 1981. Tomó el poder en Camboya en 1975 –renombrada como Kampuchea Democrática–. Para quién no esté al tanto, Pol Pot fue una de las figuras más polémicas –sino la que más– que ha dirigido un partido comunista, ya que sus políticas desviacionistas en el gobierno llevaron al país a un completo desastre. Hablamos de sus políticas chovinistas, su teoría de tomar la agricultura como eje de la economía, la desurbanización de las ciudades, la aceptación de la división internacional del trabajo, abolir el dinero y otras teorías y prácticas cercanas a la vena más anarquista del maoísmo que pueden ser vistas [aquí]. En 1979, una vez las refriegas fronterizas entre Camboya y Vietnam tomaron un aspecto de guerra abierta, el gobierno de Pol Pot sufrió una humillante derrota, entre otras causas, por la mayor experiencia y por el equipamiento militar con que contaban los revisionistas vietnamitas –apoyados por la URSS. No debe olvidarse que Hanoi aprovechó el descontento generalizado por Pol Pot entre la población camboyana para derrocarle rápidamente e instaurar un gobierno títere en Nom Pen que duraría más de una década –con la consiguiente ocupación de tropas militares. Esto también nos demuestra que el revisionismo en cualquiera de sus variantes es una fuerza centrífuga debido a sus planteamientos de base, los cuales siempre contienen pensamientos racistas, religiosos, nacionalistas y expansionistas.

A partir de entonces, y especialmente desde los años 80, Pol Pot y los suyos serían financiados abiertamente por el gobierno chino, británico y estadounidense con el objetivo de acabar con el nuevo gobierno camboyano títere de corte soviético-vietnamita:

«En otra operación de alto secreto los Boinas Verdes norteamericanos entrenaron a las unidades del genocida ejército de los Jemeres Rojos de Camboya, después de que el contacto fuera establecido por Ray Cline, agente oficial superior de la CIA y consejero especial del presidente Ronald Reagan. Cuando el escándalo Irán-Contra se destapó en 1983, Reagan, temiendo más escándalos molestos, pidió a Margaret Tatcher que se hiciese cargo del asunto, enviando a las SAS para entrenar a las fuerzas de Pol Pot. «Primero fuimos a Tailandia en 1984», testificaron después oficiales de las SAS; «los yanquis y nosotros trabajamos juntos; era una relación estrecha, como hermanos ellos les gustó tan poco como a nosotros. Entrenamos a los Jemeres Rojos en una gran cantidad de cuestiones técnicas», recuerda uno de los oficiales. «Nada más comenzar querían ir a los pueblos y simplemente hacer picadillo a la gente. Les dijimos que se relajaran». Los SAS se sentían incómodos con la operación, y «muchos de nosotros habríamos cambiado de bando a la mínima oportunidad. Así de cabreados estábamos. Odiamos vernos mezclados con Pol Pot». (Daniele Ganser; Los ejércitos secretos de la OTAN. La operación Gladio y el Terrorismo en Europa Occidental, 2005)

Muy justamente los marxista-leninistas albaneses sentenciaron por todo ello:

«En Camboya el pueblo, los comunistas y los patriotas camboyanos se han levantado contra el bárbaro gobierno de Pol Pot, el cual no es más que un grupo de provocadores al servicio de la burguesía imperialista y en especial de los revisionistas chinos, que tenía como objetivo desacreditar la idea del socialismo en el área internacional». («Zëri y popullit»; El liderazgo chino con Deng Xiaoping a la cabeza ha iniciado un ataque militar contra Vietnam, 21 de febrero de 1979)

El hecho de que los «jemeres rojos» hubieran desacreditado el nombre del comunismo a nivel mundial fue algo que, cómo no, la historiografía burguesa no pudo dejar pasar, sino que se aprovechó lanzando todo tipo de relatos de fantasía... empezando por achacar al marxismo-leninismo las miserias del revisionismo. A partir de entonces fue muy recurrente el uso indiscriminado de la figura criminal de Pol Pot para advertir a los trabajadores de las consecuencias de la implantación del «comunismo».

Por último si alguien duda del «comunismo» o de las «buenas intenciones» de Pol Pot –sarcasmo–, veamos algunas de las reflexiones de la figura en cuestión. Téngase en cuenta que la siguiente entrevista data de los años 90, cuando su guerrilla había sido liquidada:

«Cuando yo muera, mi único deseo es que Camboya permanezca como Camboya y pertenezca a Occidente. (...) Se acabó el comunismo, y quiero hacer hincapié en eso. (...) Cuando digo que Camboya debería ser parte de Occidente, quiero decir que si usted pertenece a Occidente al menos, no existirá allí un régimen fascista». (Pol Pot; Entrevista con Nate Thayer, 28 de octubre de 1997)

Esta transformación de un revisionista a un reformista, a un amante de la democracia burguesa, a un socialdemócrata, es una evolución lógica del revisionismo, y Pol Pot no es la única figura así, tras la caída de la Polonia revisionista, Wojciech Jaruzelski también lanzó loas Occidente vociferando «el fin del comunismo» y declarándose abiertamente como socialdemócrata. Como curiosidad, Pol Pot queda ridiculizado al creer que si un país está bajo la influencia occidental: «no existirá allí un régimen fascista», quizás este ignorante del marxismo-leninismo, ignora que la africana Etiopía fue colonizada, saqueada, y maltrata por la Italia fascista de Mussolini, que era parte del mundo occidental.

Otro día nos ocuparemos en despiezar la doctrina en sí del revisionismo camboyano –incluido estas citas–; en ese trabajo como veremos, se ve como este revisionismo asiático tiene raíces en los conceptos anarquistas, maoístas, titoístas, de los eseristas rusos, etc. Hoy sólo dejaremos constancia de su opinión sobre otros revisionismos, que demostrará de nuevo, como cuando observamos las alabanzas del revisionismo yugoslavo al revisionismo eurocomunista, la interconexión e influencia teórica de todas las ramas del revisionismo moderno.

El documento:

Mao Zedong, Pol Pot y Ieng Sary, 21 de junio de 1975

(1) «En la concreta lucha revolucionaria de nuestro país, nosotros creativamente y exitosamente hemos aplicado el Pensamiento Mao Zedong; desde el tiempo que nosotros teníamos las manos vacías hasta la derrota del 17 de abril de 1975 cuando nosotros conseguimos derrotar a fondo al imperialismo estadounidense y sus lacayos librando totalmente Kampuchea y su pueblo, cuando los obreros y campesinos tomaron el poder político en nuestro país. Nuestro pueblo y los pueblos revolucionarios de todo el mundo creen profundamente que el Pensamiento Mao Zedong es siempre eficaz, afilado y victorioso. Este consiste principalmente en las enseñanzas sobre la construcción de un partido con un sólido núcleo dirigente, en el establecimiento de un poderoso frente único nacional, en la construcción de un heroico ejército revolucionario así como en los análisis de clases de la sociedad, en la contradicción, en la práctica, en el establecimiento de las bases rurales revolucionarias, en el rol del campo y la cuidad en la lucha revolucionaria, en la revolución violenta, sobre las estrategias y prácticas de la guerra popular, en la cultura, literatura y arte revolucionaria. (...) El presidente Mao Zedong también hizo una gran contribución a la revolución socialista china y a la construcción del socialismo. Él [Mao Zedong] correctamente planteó la cuestión de las contradicciones entre el pueblo y el enemigo. (...) Para la revolución de Kampuchea, la más preciada ayuda proveniente de Mao Zedong, el Partido Comunista de China y el pueblo chino ha sido el Pensamiento Mao Zedong. El presidente Mao Zedong siempre personalmente nos ha apoyado y alentado. (...) La publicación y amplia distribución del V volumen de obras seleccionas de Mao Zedong fue el mayor evento político para el pueblo chino y el pueblo revolucionario del mundo». (Pol Pot; Discurso pronunciado en la recepción dada por los líderes chinos en Peking, 28 de septiembre de 1977)

(2) «Estamos felices que la delegación de periodistas de Yugoslavia haya venido a la Kampuchea Democrática. Esta visita fortalece los lazos de amistad entre los dos países y pueblos. Como la Kampuchea Democrática, Yugoslavia es un país no alineado y siempre resolutivamente defiende su independencia. Por lo tanto la amistad entre nuestros dos países se presenta sobre esta base. Nosotros tenemos respeto y afecto por el camarada Presidente Tito y los amistosos pueblos de Yugoslavia. El camarada Presidente Tito y los pueblos yugoslavos siempre nos han extendido su apoyo y ayuda. Nosotros tenemos una gran simpatía por el Presidente Tito y los pueblos de Yugoslavia. Queremos expresarles a ellos las gracias». (Pol Pot; Entrevista con la delegación de periodistas yugoslavos en su visita a la Kampuchea Democrática, 17 de marzo de 1978)

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