«Nos van a perdonar nuestros lectores, por este tipo de publicaciones, pero ya que el blog «Odio de Clase», no se cansa de citarnos mientras hace el ridículo intentando contrarrestar nuestros análisis fundamentados con excusas como que; «somos trotskistas emboscados» [1] o «apoyamos al Frente Sandinista de Liberación Nacional y al socialismo del siglo XXI [2]». Tenemos curiosidad no por aclarar nuestra posición acerca del trotskismo o del socialismo del siglo XXI, que es más que conocida con nuestra labor de análisis y denuncia de tales corrientes –nuestros diversos documentos así lo acreditan–, sino que nuestra curiosidad emana de su llamado «maoísmo crítico», algo por lo mínimo ambiguo a la primera ojeada. Las acciones desesperadas de maldecir sin plantear debate alguno nos causa una enorme risa y vemos que seguramente responden o bien a que no leyeron mucho de nuestro medio, o bien a que simplemente están desesperados y asustados ante la incapacidad para contrarrestar nuestros artículos.
Repasemos una sencilla frase que ellos mismos dejaron en otro colectivo ecléctico:
Este reconocimiento sí que es formal, ya que si uno entra a este medio, y si ignoramos todos los eslóganes y cartelitos clásicos de la Revolución Cultural maoísta que presuponen un apoyo incondicional a Mao Zedong, nunca veremos que hablen claro de los «errores de Mao Zedong» ni se ha hecho un análisis extenso de ellos, añadimos; pasar a pies puntillas por webs amigas o ajenas reconociendo en parte dichos errores no es hacer autocrítica propiamente, más bien es querer que la tormenta amaine cuanto antes intentando que la reputación de Mao Zedong no salga perjudicada. Y por supuesto suponemos, aunque no tenemos constancia, que dicho medio nunca se han planteado todos esos errores que dicen reconocer, por lo que su postura corresponde a los de alguien que no se puede dignamente etiquetarse de marxista-leninista, puesto que maoísmo y éste son incompatibles.
De estos errores que ellos aparentemente dicen reconocer; como podría ser el concepto maoísmo de partido, al cual nosotros hemos brindado bastante material, ellos como en toda evaluación nuestra, nunca han respondido con datos, argumentos, citas y demás.
También se habla aquí por ejemplo de «las críticas injustas a Stalin». Ciertamente Mao Zedong hizo críticas injustas a Stalin, algunas criminales, pero él mismo reconoció que nunca fue un especial seguidor de su obra:
«Antes de mi encuentro con Stalin, yo no tenía buenos sentimientos hacía él. No me gustaba leer sus obras: he leído solamente «Sobre los fundamentos del leninismo», un largo artículo criticando a Trotski, y «Los éxitos se nos suben a la cabeza», menos aún me gustaban sus artículos sobre la revolución china». (Mao Zedong; Conversación con la delegación de la Liga Comunista de Yugoslavia, entre los días 15 y 28 de septiembre, 1956)
En cambio Odio de clase pese a decir que sí, nunca ha condenado estos epítetos, no los ha promovido para que la gente los conozca. Precisamente los omite con el fin de ocultar las vergüenzas de Mao Zedong, promoviendo eso sí, por otro lado, los textos del Partido Comunista de China (PCCh) donde se alaba a Stalin, eso sí de forma superficial. Esto demuestra la poca sinceridad a la hora de hablar de autocrítica y nos recuerda al intento de camuflar las vergüenzas originales de Mao Zedong en las reediciones de sus Obras Escogidas. Muestra sencilla como venimos repitiendo, es que desde este medio hemos lanzado muchísimo material sobre los «errores de Mao Zedong» y nunca se han puesto en contacto con nosotros para debatir alguna divergencia o para felicitarnos simplemente por el material a estudiar como si han hecho otros colectivos por lo que este tema no les interesa lo más mínimo, al revés nos critican por nuestro antimaoísmo declarado.
Existe a la mitad de la frase anterior de Odio de clase un reconocimiento intrínseco de lo que hace al maoísmo ser parte del revisionismo moderno: «el contar con la burguesía nacional para construir el socialismo», y es que señores, querer unir mecánicamente fuerzas antagónicas como son el proletariado chino y su burguesía nacional bajo la excusa de la particularidad nacional y mediante la extensión de métodos pacíficos, es pedir la conciliación de clases, es promover el reformismo:
«Nuestro método para llevar a cabo la revolución socialista es el método pacífico. En el pasado, mucha gente, tanto dentro como fuera del partido comunista, expresaban dudas acerca de este método. (...) Dadas las condiciones que prevalecen en nuestro país, es posible usar métodos pacíficos –estos son, el método de persuasión y educación– no sólo en lograr la transformación del sistema de propiedad individual en propiedad colectiva socialista, sino también en lograr la transformación del sistema capitalista al sistema socialista». (Mao Zedong; Discurso en la Conferencia Suprema de Estado (Extractos), 25 de enero, 1956)
Recordamos que esto mismo inspiró a uno de los mayores traidor del marxismo-leninismo a nivel nacional; Santiago Carrillo:
«Quizás el rasgo más original de la Revolución Socialista China lo constituye el hecho de que como aliado del proletariado, al lado de las masas campesinas y la pequeña burguesía urbana, se encuentre también la burguesía nacional. (...) La vida nos enseña, por el contrario que incluso en China donde la transformación de la Revolución democrática en socialismo se lleva a cabo pacíficamente y no hablemos de la burguesía monopolista ha aceptado marchar gradualmente hacia el socialismo cuando no le queda más que este camino o el suicidio. La experiencia china contribuye a fundamentar los planteamientos hechos por el XXº Congreso del PCUS de 1956 sobre las diversas formas que puede revestir el paso del capitalismo hacia el socialismo. Hasta el presente, los ejemplos de paso pacífico del capitalismo. (...) Lo que ha ocurrido en China, es decir, que una parte de la burguesía participe en determinadas condiciones en la edificación del socialismo, puede repetirse en otros países». (Santiago Carrillo; Sobre una singularidad de la revolución china: la alianza de los capitalistas nacionales con el proletariado, 1957)
¡¿Vaya, que pasa sorprendidos de que la influencia del posterior eurocomunismo nazca como Carrillo reconoce del propio Mao y sus formulaciones heterodoxas?!
Esto es lo que los ignorantes del marxismo-leninismo, llaman «el aburrido arte de citar», normalmente dicen eso porque ellos adolecen tanto de una formación ideológica correcta como de una coherente puesta en práctica cuando se da la ocasión. Es por eso que este tipo de citas siempre escuecen tanto a los pseudomarxistas, ya que les pone en un severo aprieto y les recuerda cuanto les falta por conocer. Además, es sabido que nuestras citas no son enunciados sin criterio alguno, sino que corresponden a un tema concreto, mediante el cual a través de una analogía... presentamos una cita de un autor sobre un tema concreto, donde concluye algo que se ha corroborado en la praxis, todo esto para no olvidar los axiomas de la doctrina. Claro que para debatir uno no se puede limitar a repetir citas, mucho menos si están fuera de contexto, pero ni nosotros ni el resto de los marxista-leninistas hacen eso, en cambio la ausencia de argumentos de autoridad, de datos cuantitativos y cualitativos actualizados, de analogías históricas correctas, etc., y la reducción del debate a eslóganes de defensas de una postura por sentimentalismo hacia unas siglas o unas figuras, el desviar la cuestión principal hacia cuestiones menores, afirmar sin argumentar... sí que es lo más pseudomarxista que existe, y esa es la forma clásica del revisionismo.
Esperamos por tanto, que en vez de dedicar tiempo a maldecir a nuestro medio y otros con los que tienen divergencias, se dediquen a hablar y señalar que esta mal de nuestra evaluación de Mao Zedong, lo mismo le recomendamos con los otros maoístas que tengan diferencias cuando discutan con ellos, decimos estos no por otra cosa que para que reconstruyan un poco de credibilidad ante sus lectores, para ello deberían cesar sus argumentos ad hominen y sustituirlos por unos planteamientos claros de la cuestión, lo que se dice entrar en materia.
Esta tendencia del «maoísmo crítico» es un disfraz para acallar su denuncia como corriente revisionista, para acabar promoviendo finalmente de forma solapada –bajo diversas excusas– sus conceptos y métodos, perpetuando su supervivencia. De igual modo que su eslogan de «superar la nefasta polémica entre Mao y Hoxha», solo esconde un fallido intento de igualar a dos figuras incompatibles. Ningún marxista-leninista transige con estas tretas baratas. Ya Enver Hoxha advirtió en su día que:
«Todas las teorías no marxistas de Mao Zedong han sido denominadas «pensamiento Mao Zedong». Naturalmente esto se ha hecho para demarcar el marxismo-leninismo del «pensamiento Mao Zedong». Esta es la «teoría» que se han esforzado por imponernos tanto a nosotros como al resto de los comunistas del mundo, pero nosotros no hemos caído en este error fatal. Los maoístas, en sus designios de mistificación, es decir, en sus designios de hacer pasar las ideas liberales, revisionistas y anarquistas de Mao Zedong por marxistas, han aparecido con otra fórmula: «El marxismo-leninismo-pensamiento Mao Zedong». Se comprende claramente el truco de este camuflaje». (Enver Hoxha; Los zigzags en la línea china: Reflexiones sobre China, Tomo II, 1 de enero de 1976)
Se ve por tanto que:
«Sin denunciar y refutar el pensamiento Mao Zedong, sin combatir y erradicar toda influencia suya en el movimiento revolucionario, no se puede hablar seriamente de lucha contra el revisionismo chino ni contra el revisionismo moderno en general, no puede consolidarse y desarrollarse debidamente el movimiento marxista-leninista ni puede hacerse avanzar con éxito la causa de la revolución». (Enver Hoxha; Informe al VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1981)
Esa es la única conclusión lógica». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el «maoísmo crítico» de Odio de Clase, 2013)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
[1] Sobre nuestras críticas al revisionismo trotskista
[2] Sobre nuestras críticas al revisionismo del socialismo del siglo XXI
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