«Para algunos otros, la lucha contra el trotskismo presupone –lo reconozcan o no– la única lucha ideológica lícita contra el revisionismo –como demuestra su praxis–, suelen ignorar e incluso condenar la lucha de los marxista-leninistas contra el resto de corrientes revisionistas que no sea estrictamente esa. Y de hecho, se llega a la contradicción extrema de criticar al trotskismo, sus tesis, autores y movimientos, cuando a la vez apoyan a corrientes, figuras y regímenes enormemente influenciados por el trotskismo.
De ahí que por ejemplo que veamos a los hooligans del revisionismo cubano hablar contra el trotskismo sin saber remotamente sus fundamentos, pero aún así calificando las opiniones y posiciones de los verdaderos marxista-leninistas como «análisis trotskistas», cuando lo cierto es que el único trotskismo que se estimula es el de «su» régimen castrista, el cual es conocido por recibir y publicitar a autores trotskistas como Eduardo Galeano, Santiago Alba Rico, Marta Harnecker, Atilio Borón, Néstor Kohan, Ignacio Ramonet o Celia Hart; llegando al extremo de financiar directamente al trotskismo y sus representantes como hace la editorial Ciencias Políticas, que publica libros de análisis trotskistas con introducciones de Alan Woods, entrevistas en Granma, así como charlas a través de instituciones como el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
Para nuestros amigos revisionistas esto quizás sea una sorpresa, pero para los que estamos informados esto ya no nos resulta extraño, ya que han existido reconocidos trotskistas dentro del gobierno cubano y sus instituciones, como fue el caso del ex Ministro de Cultura cubano Abiel Prieto [1] o el caso de Frank García Hernández, Investigador del Instituto Cubano de Investigación Cultural.
En Nicaragua tenemos como paradigma al señor Daniel Ortega o al también infame Carlos Fonseca Terán, que reivindican sin sonrojo a Trotski, Bujarin o Tito en varias de sus obras conocidas [2]. Lo mismo cabe decir de Venezuela y el populismo chavista [3]. En todos estos países el trotskismo no solo es saludado sino que su propaganda es difundida ampliamente con apoyo gubernamental. Es más, salvando las distancias con países como Argentina donde la influencia del trotskismo siempre ha sido notable por sus organizaciones, se puede concluir que el trotskismo no recibe tal apoyo propagandístico y mucho menos de gobierno en ninguna otra parte.
Ha habido un claro esfuerzo por ganarse el favor de la «izquierda» domesticada de Europa y Latinoamérica, esa intelectualidad aburguesada y mercenaria que cambia de referentes según sople el viento pero que sin duda tiene cierta influencia en lugares como las universidades. Ahora... nadie puede pensar que esto ha sido algo altruista, sino una operación premeditada de los gobiernos latinoamericanos. Hemos visto como los Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón o Pablo Iglesias han disfrutado sido asesores de gobierno, han colaborado en diversos «estudios para la región» cobrando notorias sumas de las arcas públicas de dichos países, un nepotismo tan legal como moralmente repudiable. A cambio se comprometieron desde sus medios de comunicación y círculos de influencia a colaborar en el blanqueamiento de estos «gobierno del cambio», algo que se ha hecho sistemáticamente desde los «grandes medios» y los «medios alternativos».
Los servicios prestados del castrismo haciael trotskismo han sido bien recompensados. Pondremos solo un ejemplo palpable... en España, si miramos al grupo trotskista por antonomasia de hoy, Izquierda Anticapitalista, defiende como todos los grupos antitrotskistas de Europa la «dinámica antiimperialista, y el carácter nacional, popular, socialista de la revolución de 1959» (sic), otros grupos trotskistas incluso han hablado de «socialismo», lo que indica una vez más que las difusas y oportunistas acepciones del castrismo sobre lo que es una «revolución», «socialismo», «pueblo» o «antiimperialismo» son similares al trotskismo.
En este mismo país, varios de los grupos que se dicen antitrotskistas, tienen una visión similar sobre Cuba... desde el todavía eurocomunista PCE [4], su escisión brezhnevista: el PCOE [5], otra vieja escisión brezhnevista del PCE: el PCPE [5], la escisión del PCPE: RC [6], la maoísta IC [7], sin olvidar el castrismo-guevarismo del refundado PCE (m-l) [8], que salvo el nombre no tiene nada que ver con el antiguo, algunos incluso hacen actos específicos en defensa de Cuba. No sin razón, algunos de estos grupos defienden pensamientos trotskistas oportunistas como la idea de que puede existir un Estado políticamente proletario bajo una economía socialista bajo una dirección capitaneada por revisionistas en el partido dirigente.
Como se ve una vez más, el revisionismo se ahoga en su mar de contradicciones». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el falso antitrotskismo, 3 de enero de 2017)
Para nuestros amigos revisionistas esto quizás sea una sorpresa, pero para los que estamos informados esto ya no nos resulta extraño, ya que han existido reconocidos trotskistas dentro del gobierno cubano y sus instituciones, como fue el caso del ex Ministro de Cultura cubano Abiel Prieto [1] o el caso de Frank García Hernández, Investigador del Instituto Cubano de Investigación Cultural.
En Nicaragua tenemos como paradigma al señor Daniel Ortega o al también infame Carlos Fonseca Terán, que reivindican sin sonrojo a Trotski, Bujarin o Tito en varias de sus obras conocidas [2]. Lo mismo cabe decir de Venezuela y el populismo chavista [3]. En todos estos países el trotskismo no solo es saludado sino que su propaganda es difundida ampliamente con apoyo gubernamental. Es más, salvando las distancias con países como Argentina donde la influencia del trotskismo siempre ha sido notable por sus organizaciones, se puede concluir que el trotskismo no recibe tal apoyo propagandístico y mucho menos de gobierno en ninguna otra parte.
Ha habido un claro esfuerzo por ganarse el favor de la «izquierda» domesticada de Europa y Latinoamérica, esa intelectualidad aburguesada y mercenaria que cambia de referentes según sople el viento pero que sin duda tiene cierta influencia en lugares como las universidades. Ahora... nadie puede pensar que esto ha sido algo altruista, sino una operación premeditada de los gobiernos latinoamericanos. Hemos visto como los Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón o Pablo Iglesias han disfrutado sido asesores de gobierno, han colaborado en diversos «estudios para la región» cobrando notorias sumas de las arcas públicas de dichos países, un nepotismo tan legal como moralmente repudiable. A cambio se comprometieron desde sus medios de comunicación y círculos de influencia a colaborar en el blanqueamiento de estos «gobierno del cambio», algo que se ha hecho sistemáticamente desde los «grandes medios» y los «medios alternativos».
Los servicios prestados del castrismo haciael trotskismo han sido bien recompensados. Pondremos solo un ejemplo palpable... en España, si miramos al grupo trotskista por antonomasia de hoy, Izquierda Anticapitalista, defiende como todos los grupos antitrotskistas de Europa la «dinámica antiimperialista, y el carácter nacional, popular, socialista de la revolución de 1959» (sic), otros grupos trotskistas incluso han hablado de «socialismo», lo que indica una vez más que las difusas y oportunistas acepciones del castrismo sobre lo que es una «revolución», «socialismo», «pueblo» o «antiimperialismo» son similares al trotskismo.
En este mismo país, varios de los grupos que se dicen antitrotskistas, tienen una visión similar sobre Cuba... desde el todavía eurocomunista PCE [4], su escisión brezhnevista: el PCOE [5], otra vieja escisión brezhnevista del PCE: el PCPE [5], la escisión del PCPE: RC [6], la maoísta IC [7], sin olvidar el castrismo-guevarismo del refundado PCE (m-l) [8], que salvo el nombre no tiene nada que ver con el antiguo, algunos incluso hacen actos específicos en defensa de Cuba. No sin razón, algunos de estos grupos defienden pensamientos trotskistas oportunistas como la idea de que puede existir un Estado políticamente proletario bajo una economía socialista bajo una dirección capitaneada por revisionistas en el partido dirigente.
Como se ve una vez más, el revisionismo se ahoga en su mar de contradicciones». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el falso antitrotskismo, 3 de enero de 2017)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
[1] Crítica a la entrevista de Abiel Prieto, ex ministro de cultura de Cuba; Equipo de Bitácora (M-L), 2013
[2] El eclecticismo de su pensamiento; Equipo de Bitácora (M-L), 2013
[3] El eclecticismo de su pensamiento; Equipo de Bitácora (M-L), 2013
[4] La antigua lucha sin cuartel contra el revisionismo internacional no tiene nada que ver con el actual PCE (m-l); Equipo de Bitácora (M-L), 2020
[5] «Dime con quién te juntas y te diré quién eres»; Equipo de Bitácora (M-L), 2017
[6] Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista; Equipo de Bitácora (M-L), 2017
[7] ¿No se ha aprendido nada del desastre de las alianzas oportunistas y de los intentos de fusionarse con otros revisionistas?; Equipo de Bitácora (M-L), 2020
[8] La antigua lucha sin cuartel contra el revisionismo internacional no tiene nada que ver con el actual PCE (m-l); Equipo de Bitácora (M-L), 2020
Es un buen análisis de como la corriente trotskista esta encontrando espacios en los países socialistas o con la tendencia hacia la izquierda.
ResponderEliminarSin embargo no coincido en indicar a Boron y a Galeano como trotskistas, el primero pertenece al PC de Argentina, es leninista, aunque leí un par de criticas a Stalin de él, nunca vi un apoyo a Trotsky. Es mas, siempre fue critico de trotsky.
Con respecto a Galeano casi lo mismo, no vi ningun apoyo al trotskismo, y su ideologia no la considero marxista, sino de izquierda o centro izquierda, apoyo a muchos gobiernos que a pesar de ser claramente burgueses, se oponian al neoliberalismo y tenian un sentimiento de identidad latinoamericano.
Hablando de Argentina, claramente la izquierda actual mayoritaria el trotskismo, la coalición que saca mas votos en elecciones son el Frente de Izquierda, compuesto por tres partidos trotskistas. Sin embargo, no superan el 5% en elecciones generales, por lo que siguen siendo una minoría.
Considerar al PCA, heredero de Codovilla de "leninista", cuando hasta hoy reivindican el trotskismo, es una broma de mal gusto.
ResponderEliminar(...) Desde hace muchos años el PCA se ha convertido en una escoria ecléctica a medio camino entre el castrismo-guevarismo, el trotskismo de Borón-Kohan y el furgón de cola del peronismo kirchnerista, por eso precisamente es tan ridículo y siempre lo hemos criticado como hemos visto que hacen coherentemente los marxistas argentinos. (...)
http://bitacoramarxistaleninista.blogspot.com/2018/04/peronismo-la-quintaesencia-del.html
Hola, sé que el Trotskismo tiene innumerables joyas y le habéis dado muchísimas críticas, pero, ¿alguna recomendación de algún documento que reúna una gran mayoría de sus contradicciones?, hace poco me leí el discurso de Stalin sobre la socialdemocracia de 1926 y, añadido a que en una gran cantidad de artículos se hace mención del trotskismo, un sumario de sus perlas a modo de "fatality" me sería de mucha utilidad.
ResponderEliminarPD: Os quiero agradecer también por el trabajo que hacéis, últimamente me he estado leyendo obras de Lenin con prólogos y notas de trotskistas que faltan a la verdad de forma vergonzosa, y de no ser por vuestro esfuerzo incesante para desmentirlo, quién sabe con qué idea me podría haber quedado, un saludo!
Por cierto, quisiera saber qué tan cierto es lo que se expone el documento de Van Ree sobre Lenin y el socialismo en un solo país
ResponderEliminarEste es el documento: https://docs.google.com/file/d/0ByP565N0sPRSdjQ1LThJN3V2Xzg/edit
En líneas generales acepta la relación entre ambos, si bien por momentos se hace ver que Lenin se deja llevar por lo que opinaban los demás o lo que dijo Engels en el pasado y por eso no profundizó esa idea, así como también que Stalin tomó esa teoría inicial y la llevó a un punto que incluso discrepaba ligeramente con lo que dijo Lenin, aunque ni cerca de como lo hizo Trotsky