«No nos cansaremos de repetir que la esencia misma del marxismo-leninismo es la aplicación concreta de nuestros principios y nuestra teoría a las situaciones concretas y a las condiciones específicas de cada lugar, con el fin de trazar una táctica y unas tareas prácticas en cada momento y coyuntura. Sólo así pueden los partidos marxista-leninistas, sobre la base del conocimiento concreto de la realidad específica de cada lugar, organizar a la clase obrera y a las masas populares en torno a la política y a las tareas revolucionarias que el Partido ha de marcar en cada momento.
Pero el fenómeno del doctrinarismo y el dogmatismo, es decir, de las tendencias a limitarse a enunciar y repetir o parafrasear toda una serie de fórmulas y principios generales sin dar una aplicación concreta en los distintos terrenos, si bien fueron ya combatidas y denunciadas en el pasado, tanto por Marx y Engels como por Lenin y Stalin, entre otros, se manifiestan hoy de uno u otro modo y con importancia desigual y en grado y formas distintas, en el movimiento comunista marxista-leninista.
Salta a la vista que existen condiciones objetivas innegables que explican en cierta medida la reaparición de estas tendencias, y que ha sido y sigue siendo necesaria una lucha sin cuartel en el plano ideológico y teórico, en defensa de los principios básicos del marxismo-leninismo y contra el revisionismo moderno en todas sus formas y nuevas variantes, como cuestión esencial para la construcción y fortalecimiento de los partidos marxista-leninistas.
Pero no por ello se ha de relegar a segundo plano una de las premisas del marxismo-leninismo como es la estrecha vinculación que siempre ha de asegurarse entre los aspectos ideológicos y teóricos de nuestros esfuerzos, y a la política y a la práctica concreta en todo momento, lugar y circunstancia. Así, por ejemplo, una actitud doctrinaria y dogmática ante la lucha contra el revisionismo y en defensa de los principios, en abstracto, sólo en términos generales, impide a los marxista-leninistas abordar aspectos concretos en los distintos planos: en el organizativo, en el político, etc., y en el de los problemas concretos que tienen planteados la clase obrera y el pueblo trabajador». (Elena Ódena; Fortalecer en la práctica el marxismo-leninismo, exige acabar con el doctrinarismo y el dogmatismo, 1979)
Anotaciones de Bitácora (M-L):
Casi todos los que cometen desviaciones derechistas sobre todo en la práctica –en especial un liberalismo en los principios– , no saben contraargumentar cuando se les señala que están saltándose los principios del marxismo-leninismo; se defienden constantemente diciendo que el hecho de saltarse los principios básicos de la doctrina marxista-leninista –que ellos mismos a veces recitan– y que en su praxis albergen una desviación revisionista... es mero «doctrinarismo», por lo que no entienden el significado de esa desviación. Esto se suele complementarse con la queja del uso de citas sobre los clásicos del marxismo-leninismo cuando se les denuncia:
«Esto es lo que los ignorantes del marxismo-leninismo, llaman «el aburrido arte de citar», pero dicen eso porque ellos adolecen tanto de una formación ideológica marxista-leninista correcta como de una inexistente puesta en práctica de tal teoría. Es por este tipo de citas siempre escuecen tanto a los pseudomarxistas. Pero además es sabido que nuestras citas no son enunciadas sin ton ni son, sino que corresponden a una situación concreta de la realidad y a una corroboración versada en la praxis». (Equipo de Bitácora (M-L); Sobre el «maoísmo crítico» del blog Odio de Clase, 2013)
Pero citar y explicar la aplicación de esas citas corroboradas por la práctica no es doctrinarismo, doctrinarismo es anunciar un principio sin contextualizarlo o sin cumplirlo en la práctica:
«No queridos oportunistas, doctrinarismo es por ejemplo aplicar una estrategia o táctica de forma mecánica sin tener en cuenta la realidad. La realidad es clara y sus resultados también, un partido marxista-leninista que se haga respetar no puede ir a trazar como estrategia permanente el ir de la mano y colaborar con partidos revisionistas en una internacional, firmar declaraciones conjuntas, tal hecho es ayudar al revisionismo a propagar una visión confusa de la realidad y crear el desconcierto en las filas del propio partido. Doctrinarismo en cambio es decir oficialmente «repudiamos al maoísmo», pero luego en la práctica resguardarse en una internacional de ese tipo, confraternizar con sus partidos, eso es declarar una doctrina sobre el papel y pisarla en la praxis. Al igual que la tendencia a enzarzarse con los marxista-leninistas que os señalan vuestros defectos, mientras por otro lado por sentimentalismo se busca la «unidad», «coordinación» y «colaboración» con los revisionistas, a los que se jura y perjura respetar los estatutos de dicha internacional no atacando al maoísmo, es un una expresión clara de oportunismo puro y duro». (Equipo de Bitácora (M-L); El maoísmo solapado de Reconstrucción Comunista (RC) es una negación de las luchas y lecciones de los marxista-leninistas, 2016)
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