«La instauración de la dictadura del proletariado, la introducción de la sociedad en el camino de la construcción del socialismo y del comunismo plantea de un modo nuevo y con gran fuerza todos los problemas relativos a la cultura y su función en la sociedad. Como en todos los terrenos de la vida social, también en el de la cultura, la revolución socialista marca un viraje radical, que se opera en varias direcciones: a) en el contenido de la cultura y en sus ritmos de desarrollo; b) en su asimilación; c) en su función. Por lo que concierne al contenido, la cultura en las nuevas condiciones marcadas por la dictadura del proletariado y la construcción socialista se inspira en su conjunto en los intereses del proletariado, que son los de todas las masas trabajadoras. Con el tránsito al socialismo la cultura se enriquece y se desarrolla con ritmos mucho más rápidos que nunca y reviste íntegramente un neto contenido socialista conservando y desarrollando su propio carácter nacional. En cuanto a la creación y la asimilación, ahora la cultura se torna masiva, popular, es creada por las amplias masas trabajadoras y es en su totalidad propiedad y patrimonio de ellas. En lo que respecta, por último, a su función social, ya no está al servicio de los intereses de las clases explotadoras, como lo estuvo una parte de la cultura anterior que justificaba la opresión y la explotación del pueblo, sino que sirve de poderoso medio para el incesante progreso de la sociedad hacia el socialismo y el comunismo. En la sociedad socialista la cultura conquista todo su valor, se ajusta a su verdadero destino, transformándose en terreno de expresión de las capacidades creadoras del hombre, además de jugar un notable papel en la educación ideológica de los trabajadores, en la formación de su conciencia socialista, de su nueva actitud frente al trabajo, la propiedad y la sociedad. Hace más hermosa y agradable la vida de los trabajadores, y les inspira y moviliza para emprender grandes obras al servicio del socialismo». (Zija Xholi; Por una concepción más justa de la cultura nacional, 1985)
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