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«Las tesis de Gouysse sobre China entrañan otra contradicción antimarxista: creer que un país capitalista moderno, en la era de los monopolios, puede establecerse como potencia imperialista sin «conflictos» −esto es, de forma pacífica−. Para comprender cómo se formó el capitalismo en cualquier país, instamos a Gouysse a leer o repasar el capítulo «La llamada acumulación originaria» de la obra de Marx «El Capital» (1867); la obra de Lenin «Imperialismo fase superior del capitalismo» (1916); la obra de Joan Comorera: «La nación en una nueva etapa histórica» (1944); y la obra de Enver Hoxha «Imperialismo y revolución» (1978). Realizamos tal recomendación porque allí se sintetiza este proceso histórico y el señor Gouysse parece haber olvidado −si es que alguna vez ha llegado a conocer− ciertas leyes socio-económicas fundamentales del capitalismo. Claro que él aludirá a que el «imperialismo chino progresista» tiene ciertas «particularidades» −¡ay, las benditas particularidades!− que hacen que se haya formado «pacíficamente». Bien, le instamos entonces a que repase en qué descansa la explotación interna y externa de la actual China con un poco de información». (Equipo de Bitácora (M-L); La deserción de Vincent Gouysse al socialimperialismo chino; Un ejemplo de cómo la potencia de moda crea ilusiones entre las mentes débiles, 2020)
[Obra editada originalmente en 2020, reeditada en 2022]
Preámbulo
¿Por qué rescatar esta polémica tardía contra las posiciones de
Vincent Gouysse, antaño un aliado nuestro? El motivo
de lo puede imaginar el lector: a) es el deber de todo revolucionario combatir
las distorsiones en torno al imperialismo y su carácter; b) porque una vez más
consideramos necesario clarificar que las aportaciones científicas de un
individuo no le eximen de sus equivocaciones o traiciones futuras, en este caso
la conversión en un propagandista de la China de Xi Jinping; c) dado que no comulgamos
con las especulaciones y las teorías conspiranoicas que también ha hecho gala últimamente este caballero; d) porque su método se ha alejado del priorizar la
inversión de tiempo en temas tanto históricos como presentes que necesitan ser
alumbrados, deslizándose por banalidades y fruslerías varias; e) ya que, una vez más el
sujeto criticado es solo un pretexto para una crítica general a todos aquellos
que mantienen posturas similares.
Desde este medio hemos sido los pioneros en traducir y distribuir al lector hispanohablante los magníficos análisis que en su momento produjo el señor Gouysse, el cual nos venía brindando importantes, datos, pruebas y análisis décadas atrás. El número de obras o capítulos que hemos difundido es numeroso, por lo cual no somos sospechosos de tener ninguna inquina personal hacia él:
Véase la obra de Vincent Gouysse: «Comprender las divergencias sino-albanesas» de 2004.
Véase el capítulo de Vincent Gouysse: «La lucha contra el «estalinismo»: pretexto para atacar los fundamentos del marxismo-leninismo» de 2005.
Véase el capítulo de Vincent Gouysse: «El socialismo de características china: ¿socialismo o nacionalismo burgués?» de 2007.
Véase el capítulo de
Vincent Gouysse: «El socialimperialismo soviético:
génesis y colapso» de 2017.
Salvo algunas anotaciones pertinentes que se le deben hacer a estos documentos −que denotaban que no había llegado hasta el final en sus investigaciones o que simplemente a veces había sentenciado de forma precipitada−, la mayoría de sus conclusiones eran totalmente acordes a la realidad, a nuestra propia línea política. Ahora, de un tiempo a esta parte, hemos venido observado múltiples desviaciones ideológicas en el autor galo que pasaban ya de castaño oscuro. Y bien, ¿qué divergencias aparecieron entre nosotros y el señor Gouysse? Para empezar, a priori su literatura siempre se había caracterizado por una implacable exposición del revisionismo en general y del imperialismo chino en particular, el mismo con el cual hoy ha acabado reconciliándose, algo que supone una diferencia insalvable, pero que no es la única, como iremos desgranando.
Nosotros, en cuanto tuvimos noticias de sus últimos artículos a mediados del año 2020 −pues la barrera idiomática y otros proyectos no siempre nos ha permitido abarcar su obra al completo− decidimos tomar cartas en el asunto y, a diferencia de los mercachifles políticos −que condicionan sus simpatías o alianzas a una política de falsas sonrisas y silencio si el interés así lo dicta−, nos lanzamos rápidamente a dar réplica tanto pública como privadamente a sus nuevas tesis geopolíticas.
Antes de seguir, hemos de entender que los desatinos en los análisis o las divergencias en las conclusiones son fenómenos totalmente normales que se producen −y se seguirán produciendo−, entre individuos afines, esa no es el motivo de nuestra ruptura. ¿Por qué afirmamos esto? Siendo honestos, las cuestiones que deparan el futuro, así como la delicadeza de las pasadas y presentes, hacen que el sujeto, que siempre debe ser investigador y crítico, tenga ante sí un mundo vasto y dinámico que abarcar, lo cual chocará con otros compañeros que no tienen las mismas inquietudes, habilidades conocimientos e incluso reglas metodológicas para abordar los fenómenos. Ante estas contradicciones no queda otra que mantener una buena comunicación y coordinación recíproca para poder «limar asperezas» y llegar a buen puerto con tus homólogos, nunca actuar de forma individualista y sentenciar a su libre albedrio en contra de todos y todo.
En este caso, nuestras relaciones con Vincent Gouysse llevaban años estancadas a razón de su falta de comunicación hasta que, recientemente, decidió retomarla en un momento en que su línea había virado sensiblemente −incurriendo en desviaciones similares a las que hemos documentado en este medio−. Cuando a su vez este se negó a argumentar tal cambio, el «intercambio de impresiones» que estábamos manteniendo no tuvo más sentido y ya las relaciones no quedaron en un impasse de indiferencia sino en una ruptura total. Y esto no puede ser de otra forma: nosotros tratamos cordialmente y amistosamente a colación de cómo se comporten tanto con nosotros y nuestros principios, si esto no se cumple, nuestra forma de operar hacia ellos debe cambiar sustancialmente so pena de contaminarnos nosotros mismos, pues no deseamos hundirnos en el pantano de la formalidad y la charlatanería.
Por último, aclarar que el orden de este documento ha sido reformulado para mayor comprensión del lector, así como estableciendo un orden de prioridad temática. La obra, en su integridad, toma como base los trabajadores de Vincent Gouysse, nuestros debates públicos con él, así como partes de nuestras obras anteriores en lo relativo a China con una serie de datos actualizados. Sin más dilaciones les dejamos con la obra.
La única razón de que algunos capítulos salieron en ese mismo 2020 −antes de que la obra entera estuviera terminada− y otros en 2022 reside en que, como ya hemos dicho, por cuestión lógico hemos priorizado terminar otros documentos más apremiantes. Precisamente, la cantidad de proyectos que deseamos abordar −entre ellos este tipo de obras ilustrativas− combinado a la falta de brazos para asumir todo tipo de tareas que a veces requieren, es una de las razones por la que instamos a nuestros lectores y simpatizantes a que tomen contacto con nosotros, que se pongan a prueba y se pongan manos a la obra para participar en nuestro trabajo colectivo.
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