«En
ocasiones, para engañar mejor a población y hacer demagogia con otros
movimientos, los revisionistas coreanos hablaban de la lucha de clases y sus
fenómenos. E incluso se atreven a presentarse como los descubridores de que la
lucha de clases prosigue tras la toma de poder, también tras la destrucción
económica de las clases explotadoras, e igualmente que solo ellos han
focalizado debidamente la importancia de la revolución cultural para la
transformación de la conciencia de la población.
Por
supuesto que esto es mentira muy aguda que se usa para determinados fines.
Afirmar todo esto es una vieja excusa del revisionismo chino, creada, para
decir que «Marx no analizado la lucha de clases en el socialismo», que «Lenin
no profundizó en la lucha de clases en el socialismo» y que «Stalin tuvo serias
deficiencias a la hora de enfrentar la lucha de clases en el socialismo». Utilizan
estos pretextos para saltarse las enseñanzas de estos clásicos del
marxismo-leninismo, y sustituirlas por las tesis de apaciguamiento de la lucha
de clases de Mao Zedong, Chou En-lai, Deng Xiaoping, etc.
Una
vez más, el revisionismo coreano y Kim Il Sung llegan tarde a la hora de
«descubrir» las teorías revisionistas que nos intentan hacer pasar por
progresistas. Cuando el ignorante Kim Jong Il dice que:
«La teoría jucheana de la construcción
socialista y comunista es la teoría sobre la edificación del comunismo,
planteada en un nuevo plano sobre la base de los principios de la idea Juche y
las experiencias prácticas de nuestra revolución. El marxismo-leninismo expuso
algunos criterios sobre la construcción del socialismo y el comunismo, pero no
traspasó los límites de la hipótesis y conjetura debido a las limitaciones de
las condiciones de la época y la praxis. Tampoco pudo dar una correcta
respuesta al problema de la revolución continua después del establecimiento del
régimen socialista, porque partiendo del principio de la concepción materialista
de la historia consideraba principalmente el progreso de la sociedad como la
historia del relevo del modo de producción. (...) La idea Juche fue la primera
en aclarar científicamente que aun después del establecimiento del régimen
socialista se debe continuar la revolución para eliminar los vestigios de la
vieja sociedad en las esferas ideológica, técnica y cultural, lograr la
victoria completa del socialismo y, más adelante, superar por completo el
carácter transitorio de la sociedad socialista y pasar a la alta etapa del
comunismo». (Kim Jong Il; El socialismo de nuestro país es el socialismo a
nuestro estilo que encarna la Idea Juche, 27 de diciembre de 1990)
No
podemos más que «jartarnos» de reír ante tal osadía.
Todos
los marxista-leninistas han estudiado los problemas que plantea la revolución
después de la construcción económica del socialismo, y todos ellos han llegado
a conclusiones que han expuesto de forma sencilla, que hasta Kim Il Sung o Kim
Jong Il podrían entender si se esforzaran:
«La lucha de clases tiene una base en
nuestra sociedad: por un lado, la existencia de restos de las clases
explotadoras y sus objetivos y esfuerzos por recuperar su poderío de clase
perdido, sus riquezas, sus privilegios y prerrogativas; el cerco
imperialista-revisionista hostil del exterior los objetivos y esfuerzos de los
enemigos externos de nuestro país los cuales pretenden destruir nuestro régimen
socialista por medio de la agresión ideológica o la agresión militar; la
aparición de nuevos elementos capitalistas y nuevos enemigos internos que se
convierten en un gran peligro para el partido y el poder del proletariado, para
el socialismo en sí; los posos de la vieja sociedad que continuaran existiendo
durante mucho tiempo en la conciencia de los hombres, sus consecuencias
inmediatas que se convierten en un obstáculo para la ideología del proletariado
y de la política del partido dominante, por ejemplo el llamado «derecho
burgués» en el ámbito de la distribución que la sociedad socialista está
obligado a utilizar aunque se limita cada vez más, las diferencias entre la
ciudad y el campo, las del trabajo físico y el trabajo mental, etc, etc. Todas
estas cargas con la que cuenta la sociedad socialista no se pueden suprimir
inmediatamente». (Nexhmije Hoxha; Algunas
cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo
de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases,
27 de junio de 1977)
Cuando
dicen que la «Idea Juche» fue la que «descubrió» que después de la toma del
poder político, y de la construcción económica del socialismo, queda pendiente
la cuestión ideológica, es una mentira estúpida. El marxismo-leninismo ya planteó
todos los problemas que acarrea la revolución en lo ideológico para ello
podríamos citar a Marx, Engels, Lenin, Stalin, Dimitrov, Gottwald y una gran
variedad de grandísimas figuras del marxismo-leninismo:
«La contradicción antagónica fundamental es
siempre la contradicción entre el socialismo y el capitalismo, entre el camino
socialista y el camino capitalista, esto no se ha movido. Esta contradicción,
como toda la experiencia de los programas de lucha revolucionaria ha mostrado
con claridad, se resuelve poco a poco, de acuerdo con las etapas de la
revolución, primero en el plano político con la toma del poder político por la
clase obrera, con su partido a la cabeza, en la nivel económico con la
construcción de la base económica del socialismo en la ciudad y el campo, y en
el plano ideológico con el triunfo completo de la ideología del proletariado
sobre la ideología burguesa, de la moral comunista sobre la moral burguesa. Ahí
queda la cuestión clave a estudiar, la llamada victoria en el campo ideológico
no se logra inmediatamente después de la toma del poder y el establecimiento de
las relaciones socialistas de producción. La amarga experiencia de la Unión
Soviética ha mostrado que mientras la contradicción fundamental no ha sido
resuelta en el campo ideológico también, la contradicción fundamental en los
campos políticos y económicos no puede ser considerada como solucionada
definitivamente, es decir, que el triunfo de la revolución socialista no puede
considerarse como completa y final. Por lo tanto, ni con la toma del poder, ni
con la construcción de la base económica del socialismo se soluciona aun la
cuestión sobre «¿quién va a ganar?» finalmente; en otras palabras, la
contradicción fundamental entre el camino socialista y el capitalista no se ha
resuelto finalmente. Esta contradicción fundamental se mantiene durante todo el
período de transición al comunismo». (Nexhmije Hoxha; Algunas
cuestiones fundamentales de la política revolucionaria el Partido del Trabajo
de Albania sobre el desarrollo de la lucha de clases,
27 de junio de 1977)
A
estas alturas del documento, todos vemos lo gracioso que suenan en boca de los
revisionistas coreanos, las teorizaciones sobre la transformación ideológica de
las personas –que en su caso es para implantar otra variante de ideología
burguesa como el pensamiento Juche–, cuando no tocan la base económica
capitalista, eso es algo que ya hemos comentado atrás, pero no debe pasarse por
alto, porque conocer esta contradicción es algo que invalida todas las teorías
juches sobre «la continuación de la revolución socialista en la cultura».
En
esta cuestión, estas inocentes o conscientes palabras revisionistas nos
recuerdan valga la redundancia, a las especulaciones de los revisionistas
chinos sobre que habían «descubierto grandes aportaciones» sobre la revolución socialista
y la lucha de clases. En realidad teorizaban cosas que rompían con los viejos
esquemas marxista-leninistas como era el caso de la teoría de que «en el
socialismo existen clases antagónicas, que existen las clases explotadoras», y
que por eso «prosigue la lucha de clases, y es necesaria la revolución cultural»:
«De acuerdo con los teóricos chinos, «la
teoría de la continuación de la revolución en las condiciones de la dictadura
del proletariado», tiene su base en la aceptación de la existencia de clases
antagónicas en el socialismo, que existen objetivamente hasta el comunismo.
¿Cuál es la verdad sobre esta cuestión y qué muestra nuestra experiencia? (...)
Los defensores del «pensamiento Mao Zedong» afirman que «si no existieran
clases antagónicas en el socialismo no habría necesidad de la dictadura del
proletariado hasta la etapa del comunismo». La existencia de la dictadura del
proletariado hasta la instauración del comunismo no está necesariamente
vinculada con la existencia de clases antagónicas. Sobre este punto, los
revisionistas jruschovistas declararon la liquidación de la dictadura del
proletariado en la Unión Soviética, como consecuencia de la liquidación de las
clases explotadoras. La necesidad de que exista la dictadura del proletariado
incluso hasta después de la liquidación de las viejas clases explotadoras, como
lo ha explicado el Partido del Trabajo de Albania, está relacionada con la
continuación de la lucha de clases hasta el comunismo, y la continuación de
esta lucha hasta ese período está relacionada con una serie de distintos
factores y no necesariamente con la existencia de clases antagónicas. Estos
factores, que existen en el interior del país, son los restos del capitalismo,
que no pueden ser eliminados de inmediato, sino que persisten durante un tiempo
relativamente largo y se manifiestan en muchos ámbitos de la vida,
especialmente en el campo de la ideología y en el llamado derecho burgués, en
las diferencias entre la ciudad y el campo, entre el trabajo manual e
intelectual, etc.; fuera del país, en el mundo revisionista y capitalista,
existe una importante fuente ideológica, política, económica y militar extraña
al socialismo que no pasa sin tener su impacto en nuestro pueblo. Se necesita
la dictadura del proletariado, precisamente, para reprimir a los enemigos del
socialismo, que surgen como resultado de estos factores, para evitar el peligro
de la restauración del capitalismo, para garantizar el desarrollo
ininterrumpido de la revolución socialista hasta el triunfo del comunismo a
escala mundial». (Foto Çami; Contradicciones,
clases y lucha de clases en el socialismo, 1980)
Véase
que es una teoría que los revisionistas coreanos también han aceptado, dicho de
otra forma, saben que en su país la burguesía nacional se ha desarrollado
económicamente –bien a través de las empresas privadas o de las empresas
cooperativas o de las empresas del capitalismo de Estado–, sabe que tienen
partidos que representan el poder político de los capitalistas –como expresa su
multipartidismo–, pero aún así dicen que su país puede llamarse socialista –que
es el periodo en el deberían estar eliminadas en lo económico las clases
explotadoras y antagónicas–, dicen esto, pese a reconocer que albergan clases
explotadoras y por tanto clases antagónicas. Por tanto, como los
marxista-leninistas albaneses concluyeron con las teorías de los revisionistas
chinos:
«La teoría de la continuación de la revolución
bajo la dictadura del proletariado», presentada por Mao Zedong y sus
seguidores, es de hecho un intento de autorizar la equivocada línea oportunista
que ha sido seguida en China y que ha dado lugar no sólo al fracaso en la
liquidación de las viejas clases explotadoras, sino incluso a la aparición de
la nueva burguesía; clase ésta que comparte el poder en china». (Foto Çami; Contradicciones,
clases y lucha de clases en el socialismo, 1980)
Dicho
de otro modo, crean teorías absolutamente sin sentido para justificar como
hemos dicho ya, que no han cumplido su propio papel como comunistas en la
eliminación de la burguesía rural y urbana». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «Pensamiento Juche», 2015)
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