«Tercero: ¿cómo podemos explicar al lector novel el sionismo?
El sionismo es un movimiento político de larga data en el que se han incrustado los círculos más reaccionarios, chovinistas, y racistas judíos para adueñarse del territorio de Palestina y fundar su Estado. Para lograr este fin históricamente han intentado ligarse al imperialismo que más rápidamente y mejor proporcionara medios para tales fines. Como todos sabemos esta ideología responde a la pasada y actual política de Israel desde su fundación; y como todos sabemos el Estado de Israel muy pronto obtuvo apoyo diplomático, económico y militar de los Estados Unidos que los ha llevado a una «simbiosis» en donde ambos se tapan las políticas y crímenes imperialistas cometidos por ambos.
Se han de comprender varios elementos:
1) Al contrario de lo que expresa la propaganda, el sionismo es una teoría calvinista-cristiano-protestante que se funda en la idea de la creación de una etnia ligada al judaísmo: es decir, «el judaísmo deja de ser entendido como una religión para ser entendido como una etnia»; y tiene por objeto depositar a los judíos en lo que entiende como «tierra santa» con el fin de preparar la segunda venida del «Cristo». Es decir, el sionismo nace y se justifica en el cristianismo y no en el judaísmo; y su proyecto de Estado supremacista es muy anterior a los acontecido durante la Segunda Guerra Mundial.
2) El sionismo tiene entre sus objetivos primarios crear una suerte de identidad de pueblo, o un pueblo judío, que según sus conceptos desciende directamente del pueblo hebreo establecido en la Provincia Romana de Palestina, con lo que en efecto borran, o intentan borrar, la evidencia histórica que indica que el judaísmo es una religión profesada por un conjunto de pueblos de diferentes orígenes producto de la expansión del judaísmo como religión, y no por la expansión de los hebreos palestinos como pueblo. Para justificar esta idea apelan a supuestas deportaciones durante el Imperio Romano lo cual es históricamente falso; la evidencia histórica indica que tales deportaciones de judíos hebreos no ocurrieron, que los judíos hebreos permanecieron en Palestina siendo asimilados por los sucesivos imperios que conquistaron la región, en tanto, se puede y debe afirmar que los actuales palestinos son los descendientes de los hebreos y no los judíos sionistas importados tras la Segunda Guerra Mundial. Otro punto importante, sería la negación del sionismo de las conversiones al judaísmo de muchas personas que luego, o bien ellos o bien sus descendientes acabarían en Israel, argumentando falsamente que era la vuelta a casa de los «desterrados». Vale decir que en la expansión del judaísmo jugaron un papel central el «Kaganato jázaro» en el Centro y Este de Europa, y los «pueblos judíos norteafricanos», sobre todo etíopes, en Europa occidental en donde incursionan como aliados de los musulmanes.
3) El término semítico había caído en deshueso por su escaso rigor científico, histórico y lingüístico; en su lugar se determinó que lo correcto era hablar de «Pueblos de Lenguas Afro-asiáticas». No obstante el término semítico pervivió a efecto del supremacismo del Tercer Reich hitleriano. En la actualidad sus usos están determinados por aspectos políticos: «semítico», «antisemítico». Entiéndase que el término semítico se refiere a una clasificación lingüística y no de parentesco entre los pueblos considerados semíticos: un ejemplo, los «judíos Asquenazí» son caucásicos conversos al judaísmo, no pertenecen a un pueblo semítico como el hebreo, pero se trasmiten entre ellos una lengua semítica: el hebreo.
Durante los años 40 y 50, los Estados Unidos buscaban a elementos susceptibles de formarse como agentes, espías o asesinos a sueldo del imperialismo estadounidense. En el caso de la cuestión judía, la trama era especial, ya que si observamos los desarrollos, los Estados Unidos solían reclutar a elementos indígenas dispuestos a trabajar para los estadounidenses en los países donde dominaban como Francia o Italia, o en los países socialistas como Checoslovaquia o Hungría, pero en este caso se contaba que por la idiosincrasia de los judíos estos se hallaban dispersos tanto en países capitalistas y socialistas. Muchos de los judíos con tendencias sionistas que residían en estos países veían a Estados Unidos como el garante del Estado israelí, es decir, el Estado judío, y no les costaba gran trabajo ponerse a su disposición, pues creían que estaban operando indirectamente en favor de la Patria». (Equipo de Bitácora (M-L); Las purgas en el Partido Comunista de Checoslovaquia de los años 50, 4 de octubre de 2015)
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