«La dirección exclusiva e incompartible del partido marxista-leninista en la dura lucha de clases contra la burguesía y la reacción, en la lucha de liberación nacional, en la revolución y en la construcción del socialismo, es una necesidad objetiva, de la que no puede ser excluido ningún país, desarrollado o no desde el punto de vista económico y cultural. Esta exigencia adquiere una importancia particular en nuestros días, cuando en diversos países del mundo han aparecido y aparecen situaciones revolucionarias. El partido marxista-leninista debe necesariamente hacer consciente al proletariado de su misión histórica, aclararle los objetivos de la lucha, así como las vías para su consecución. La revolución y la construcción del socialismo son procesos conscientes, que se realizan sobre la base de la ideología científica marxista-leninista, y es el partido proletario el que porta, elabora y transmite esta ideología a la clase obrera y a las masas trabajadoras. En la dura lucha de clases y en la revolución, el proletariado se enfrenta a numerosos y poderosos enemigos, a la burguesía y a las clases explotadoras, a la reacción y a los oportunistas y revisionistas, que están organizados en Estado y en partidos y que tienen experiencia de dominación y de represión de los movimientos revolucionarios. El proletariado no puede oponérseles, vencerlos y salir victorioso sobre ellos sino actúa como una clase compacta, con su propio partido, en sólida unidad de pensamiento y acción. La lucha del proletariado contra sus enemigos es compleja y multilateral. En esta lucha contrae alianzas con otras fuerzas sociales y arrastra tras de sí a éstas. Pero para el éxito de la revolución es necesario que todos los hilos del movimiento revolucionario se concentren en un único e incompartible centro dirigente, orientador y coordinador. Este único centro y fuerza lo es únicamente el partido marxista-leninista de la clase obrera, porque como ha señalado Stalin, sólo él es el destacamento de vanguardia y organizado de la clase obrera, la más alta forma de organización de clase del proletariado y arma en manos de la clase obrera para la instauración de la dictadura del proletariado, para su continua consolidación y perfeccionamiento, es una unidad de voluntades incompatibles con la existencia de fracciones y que se fortalece depurándose de los elementos oportunistas, revisionistas y desviacionistas». (Nesti Karaguni; La esencia reaccionaria de la teoría revisionista soviética de la «orientación socialista», 1984)
Excelente trabajo.tanto que el portavoz del breznevismo civilizacion socialista ya les ataca y difama pero mas con espumarajos en la boca que con argumentos.un abrazo
ResponderEliminarPara nosotros es un honor que los representantes no sólo del brezhnevismo, sino del titoismo, como es esa web nos ataque, malo sería que nos alabaran desde tal medio. No sé quién eres, pero gracias por el comentario.
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