sábado, 11 de abril de 2020

Lenin criticando el izquerdismo de Bela Kun y hablando de la necesidad del trabajo comunista en los sindicatos


«Ciertamente he llegado en buen momento, en el momento del discurso de Bela Kun. He venido para combatir los puntos de vista de Bela Kun pues sé, con una total certeza, que si Bela Kun abre la boca es para defender a los izquierdistas. Y hubiese querido saber a quién iba a defender. Para el camarada Bela Kun el comunismo consiste en defender a los izquierdistas. Se equivoca. Hay que intervenir muy seriamente contra tal error. Hay que decir abiertamente que si todavía hay oportunistas en el Partido Comunista Francés (PCF) –y estoy seguro que los hay–, los izquierdistas cometen un error deseando mantenerse a la izquierda siguiendo el modelo de su amigo Bela Kun y de algunos camaradas franceses. El camarada Bela Kun considera que únicamente los oportunistas se equivocan pero, en realidad, los izquierdistas también se equivocan. (...) El camarada Bela Kun piensa que ser revolucionario significa defender a los izquierdistas dondequiera y en todo lugar. La preparación de la revolución en Francia, en uno de los países europeos más pujantes, no puede hacerse con cualquier partido.  La conquista de los sindicatos por los comunistas franceses, eso es lo que más me gusta. (...) Cuando miro el magnífico trabajo del PCF, cuando veo todas esas células formadas en los sindicatos y en otras organizaciones, digo: la victoria de la revolución está garantiza en Francia si los izquierdistas no hacen burradas. Y cuando se dice, como lo hace el camarada Bela Kun, que la sangre fría y la disciplina no están justificadas, eso es una burrada en el espíritu de los izquierdistas. He venido para decirles a los camaradas izquierdistas: si seguís tal consejo, mataréis al movimiento revolucionario como lo hizo Marat. No defiendo al PCF, no digo que sea un partido totalmente comunista. (...) Cuando las masas se aproximan a nosotros cada vez más, cuando avanzáis hacia la victoria, es necesario ganar los sindicatos. La mayoría de los sindicatos se prestarán magníficamente a la preparación, y si la obtenemos eso será una muy gran victoria. La democracia burguesa no vale ya nada y los sindicatos están hoy en día dominados por dirigentes burócratas de la Segunda Internacional y Media. En los sindicatos hay que conquistar en primer lugar una mayoría marxista sólida. Y entonces comenzaremos a hacer la revolución no a partir de los llamamientos del 1919 ni con la ayuda de las burradas de las que Bela Kun se ha hecho especialista sino con la lucha contra el oportunismo, contra las burradas que hacen los izquierdistas». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Discurso al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, previo al III Congreso de la Internacional Comunista, 17 de junio de 1921)

Anotaciones de Bitácora (M-L):

«Millones de obreros en Inglaterra, en Francia, en Alemania pasan por primera vez de la inorganización completa a la forma más elemental y rudimentaria, más simple y más accesible –para los que se hallan todavía de lleno impregnados de prejuicios democrático-burgueses– de organización: precisamente los sindicatos; y los comunistas de izquierda, revolucionarios, pero irreflexivos, quedan al lado y gritan: «¡Masa!», «¡Masa!» y ¡¡se niegan a trabajar en los sindicatos!! ¡¡so pretexto de su «espíritu reaccionario»!! e inventan una «unión obrera» nuevecita, pura, limpia de todo prejuicio democrático-burgués y de todo pecado de estrechez corporativa y profesional». (...)  No se puede concebir mayor insensatez, un daño mayor causado a la revolución por los revolucionarios «de izquierda». Si hoy en Rusia, después de dos años y medio de triunfos sin precedentes sobre la burguesía rusa y la de la Entente, estableciéramos como condición precisa para el ingreso en los sindicatos el «reconocimiento de la dictadura», cometeríamos una tontería, quebrantaríamos nuestra influencia sobre las masas, ayudaríamos a los mencheviques. Porque toda la tarea de los comunistas consiste en saber convencer a los elementos atrasados, en saber trabajar entre ellos y no en aislarse de ellos mediante fantásticas consignas infantilmente «izquierdistas». (...) Tal es, precisamente, la estupidez en que incurren los comunistas alemanes «de izquierda», los cuales deducen del carácter reaccionario y contrarrevolucionario de los cabecillas sindicales la conclusión de que es preciso ¡salir de los sindicatos!, ¡renunciar a actuar en ellos!, ¡crear formas de organización obrera nuevas, inventadas! Una estupidez tan imperdonable que equivale al mejor servicio que los comunistas pueden prestar a la burguesía. (...) No actuar en los sindicatos reaccionarios significa abandonar a las masas obreras insuficientemente desarrolladas o atrasadas a la influencia de los líderes reaccionarios, de los agentes de la burguesía, de los obreros aristócratas u «obreros aburguesados». (...) Precisamente la absurda «teoría» de la no participación de los comunistas en los sindicatos reaccionarios prueba del modo más patente con qué irreflexión abordan estos comunistas «de izquierda» el problema de la influencia entre «las masas» y cómo abusan de su griterío acerca de éstas. Para saber ayudar a «las masas» y conquistar su simpatía, su adhesión y su apoyo no hay que temer las dificultades, las cicaterías, las zancadillas, los insultos y las persecuciones por «los jefes» –que, siendo oportunistas y socialchovinistas, están en la mayor parte de los casos relacionados directa o indirectamente con la burguesía y la policía– y se debe actuar sin falta allá donde estén las masas. Hay que saber hacer toda clase de sacrificios y vencer los mayores obstáculos para efectuar una propaganda y una agitación sistemáticas, tenaces, perseverantes y pacientes precisamente en las instituciones, sociedades y asociaciones, por reaccionarias que sean, donde haya masas proletarias o semiproletarias. Y los sindicatos y las cooperativas obreras –estas últimas, por lo menos, en algunos casos– son cabalmente las organizaciones donde están las masas». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; La enfermedad infantil del «izquierdismo» en el comunismo, 1920)

«¿En qué radica la fuerza de la socialdemocracia en los países occidentales? En qué se apoya en los sindicatos.  ¿En qué radica la debilidad de nuestros partidos comunistas en los países occidentales? En que no se han compenetrado todavía íntimamente con los sindicatos y algunos elementos de estos partidos comunistas no quieren compenetrarse íntimamente con ellos. Por esta razón la tarea principal de los partidos comunistas de los países occidentales consiste, en el momento actual, en desarrollar y llevar a término la campaña por la unidad del movimiento sindical en hacer que todos los comunistas, sin excepción, entren en los sindicatos, en desplegar dentro de ellos una labor sistemática y paciente para lograr la cohesión de la clase obrera contra el capital, y en conseguir de este modo que los partidos comunistas puedan apoyarse en los sindicatos». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Balance de los trabajos de la XIVº Conferencia del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia, 1925)

«Dimitrov: Es hora de abandonar la discusión inútil sobre la posibilidad o imposibilidad de ganarse a los sindicatos reformistas en lugar de formular claramente la tarea para sus miembros de transformar estos sindicatos en un instrumento de la lucha de clases proletaria. [Anotación de Stalin: Es el momento]». (Carta de Georgi Dimitrov a Stalin, 1 de julio de 1934)

«Muchos de nuestros camaradas, pasando por alto la gravitación de los obreros hacia los sindicatos y ante las dificultades que ofrecía el trabajo de los sindicatos adheridos a Amsterdam, no se detenían en esta complicada tarea. Hablaban invariablemente de la crisis orgánica de los sindicatos de Amsterdam, de que los obreros abandonaban los sindicatos y perdían de vista cómo éstos, después de un cierto descenso al comienzo de la crisis económica mundial, empezaron a crecer de nuevo. (…) Hay que afirmar, del modo más categórico, que el obrero comunista, el obrero revolucionario, que no pertenece al sindicato de masas de su oficio, que no lucha por convertir este sindicato reformista en una verdadera organización sindical de clase, que no lucha por la unidad del movimiento sindical sobre la base de la lucha de clases, no cumple con su deber proletario primordial». (Georgi Dimitrov; La clase obrera contra el fascismo; Informe en el VIIº Congreso de la Komintern, 2 de agosto de 1935)

2 comentarios:

  1. Hola, no encuentro el "Balance de los trabajos de la IXVº Conferencia del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia, 1925", al buscarlo me aparece la Conferencia XVI. ¿Dónde puedo leer el texto que busco? Gracias un saludo

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  2. Equipo de Bitácora (M-L)27 de noviembre de 2021, 16:01

    Había una errata: es la XIVº:

    https://www.marxists.org/espanol/stalin/obras/oe15/Stalin%20-%20Obras%2007-15.pdf

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«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»