jueves, 17 de enero de 2013

Krupskaya refiriéndose a Trotsky y al trotskismo

Tómese en consideración que quien escribe los documentos además de ser una de las máximas dirigentes bolchevique, es además la artífice de la alianza que atrajo a Trotsky al lado de los revolucionarios en los momentos que circundaron a la revolución de octubre…

El documento:

En setiembre de 1924, Trotsky inició abiertamente su campaña de revisión del leninismo (desde afuera) y de la historia del Partido y la revolución rusa. La publicación de su folleto “Lecciones de Octubre” abrió un nuevo periodo de discusión en el Partido, que trataba de resolver los problemas de la economía y la recuperación. La abrumadora mayoría del Partido bolchevique respondió a ese desafío. La historiografía burguesa y trotskista ha presentado el evento como la campaña de la troika (Stalin, Kamenev y Zinoviev) para apabullar al supuesto “sucesor” de Lenin (fallecido en enero de ese año) que ya había sido derrotado en la XIII Conferencia de mayo de 1924.

Muchos de los más conocidos líderes del Partido escribieron artículos o pronunciaron discursos para contragolpear el intento revisionista de Trotsky. A continuación, el artículo de la viuda de Lenin:


Lecciones de Octubre


Hace dos años, en una reunión plenaria del Soviet de Moscú, Vladimir Ilich dijo que ahora estamos siguiendo el camino del trabajo práctico, que ya no estamos tratando al socialismo como un simple icono que se describe en colores brillantes. “Debemos seguir el camino correcto”, decía, “es necesario someter todo a prueba. Las masas y la población en su conjunto deben poner a prueba nuestros métodos, y decir: ‘Sí, este orden de cosas es mejor que el anterior’”. Esta es la tarea que nos planteamos.

Nuestro partido, un pequeño grupo comparado con la población total, asumió esa tarea. Ese pequeño grupo se comprometió a cambiarlo todo, y lo cambió todo. Se ha demostrado que esto no es Utopía, sino la realidad en que vivimos. Todos hemos visto lo que se ha hecho. Tuvimos que hacerlo de tal manera que la gran mayoría de los proletarios y campesinos trabajadores tuviera que admitir: “No sois vosotros los que se alaban, somos nosotros los que los elogiamos. Les decimos que habéis obtenido tan buenos y mejores resultados que a ningún ser humano razonable se le ocurriría volver al viejo orden”.

El Partido trabaja continua e indesmayablemente. En 1924, la Promoción Leninista demostró que la clase obrera considera al PC como su Partido. Este es un punto importante. Es un verdadero logro, un logro permanente, y no es un halago pequeño. En el extranjero, se nos elogia por muchas cosas, pese a que estas cosas son todavía muy poco. Nuestro Partido dedica mucha atención al campesinado, y no sólo al campesinado en su conjunto, sino a las capas medias y pobres. El Partido trabaja para mejorar el aparato soviético de base, ayuda a los núcleos de la población en su trabajo, y espera lograr mucho más. El Partido realiza gran cantidad de trabajo práctico de todo tipo, abarcando un enorme campo de actividad, y guía el carro de la historia por el camino señalado por Lenin.

El Partido se ha entregado seriamente a la realización del trabajo práctico. En nuestras condiciones, esta es una tarea sumamente difícil y, por esa razón, el Partido es bastante hostil a cualquier discusión. Por esa razón, el discurso del camarada Trotsky sobre la última barricada le pareció tan extraño a la XIII Conferencia del Partido. Y por esa razón, los más recientes esfuerzos “literarios” del camarada Trotsky han provocado una gran indignación.

No sé si el camarada Trotsky ha cometido en realidad todos los pecados capitales de los que se le acusa: en las controversias, las exageraciones son inevitables. El camarada Trotsky no tiene por qué quejarse de eso. Él no nació ayer, y sabe que un artículo escrito en el tono de “Lecciones de Octubre” está destinado a suscitar el mismo tono en la controversia que da a lugar. Pero esta no es la cuestión. La cuestión es que el camarada Trotsky nos llama a estudiar las “lecciones de Octubre”, pero no establece la dirección correcta para este estudio. Él propone que se estudie el papel desempeñado por esta o aquella persona en Octubre, el papel desempeñado por esta u otra tendencia del Comité Central, etc. Pero no es eso lo que se debe estudiar.

Lo primero que debemos estudiar es la situación internacional que existía en Octubre, y la correlación de fuerzas entre las clases de Rusia en ese momento.

¿El camarada Trotsky nos invita a estudiar esto? No. Y sin embargo, la victoria hubiera sido imposible sin un análisis profundo del momento histórico, sin una correcta evaluación de la verdadera correlación de fuerzas. La aplicación de la dialéctica revolucionaria del marxismo a las condiciones concretas en un momento dado, la correcta estimación de ese momento –no sólo desde el punto de vista del país sino a escala internacional–, es la característica más importante del leninismo. La experiencia internacional de la última década es la mejor confirmación de lo correcto de este método leninista. Esto es lo que debemos enseñar a los Partidos Comunistas de todos los países, y esto es lo que nuestros jóvenes deben aprender del estudio de Octubre.

Pero el camarada Trotsky pasa por alto esta cuestión. Cuando habla de Bulgaria o Alemania, se ocupa muy poco de la evaluación correcta del momento. Si analizamos los acontecimientos con los lentes del camarada Trotsky, parece que es demasiado simple dirigir los acontecimientos. El análisis marxista nunca fue el punto fuerte del camarada Trotsky.

Esa es la razón por la que subestima tanto el papel jugado por el campesinado. Sobre esto ya se ha hablado mucho.

Debemos, además, estudiar al Partido en Octubre. Trotsky habla mucho sobre el Partido, sin embargo, para él, el Partido son los líderes, los jefes. Pero aquellos que realmente desean estudiar Octubre, deben estudiar al Partido como era en Octubre. El Partido era un organismo vivo, en el que el C.C. (“la dirección”) no estaba desligado del Partido, en el que los miembros de las organizaciones de base del Partido estaban en contacto diario con los miembros del C.C. Los camaradas Sverdlov y Stalin sabían perfectamente lo que estaba pasando en cada distrito de Petrogrado, en cada provincia y en el ejército. Lenin también sabía todo eso, pese a que estaba en la clandestinidad. Se le mantuvo bien informado y recibía cartas acerca de todo lo que ocurría en la vida de la organización. Y Lenin no sólo sabía escuchar, también sabía leer muy bien entre líneas. Precisamente, la victoria fue posible gracias al hecho de que hubo un estrecho contacto entre el C.C. y la organización colectiva.

Un Partido cuya máxima dirección ha perdido contacto con la organización nunca obtendrá la victoria. Todos los Partidos Comunistas deben aprender esto y organizarse de acuerdo a ello.

Cuando el Partido es muy organizado, cuando la dirección conoce la voluntad de la organización colectiva –y no sólo sus resoluciones–, y trabaja en armonía con esta voluntad, las vacilaciones o errores de los miembros individuales de la dirección no tienen la importancia decisiva que les atribuye el camarada Trotsky. Cuando la historia enfrenta al Partido con una situación de emergencia sin precedentes y completamente nueva, es natural que la situación no sea evaluada de la misma manera por todos. Entonces, la tarea de la organización es encontrar la línea correcta común.

Lenin siempre atribuyó una gran importancia a la organización colectiva del Partido. Su relación con las Conferencias del Partido estaba basada en eso. En cada Conferencia del Partido, exponía todo lo que había elaborado desde la última Conferencia. Él se consideraba responsable principalmente ante la Conferencia del Partido, ante la organización en su conjunto. Cuando había diferencias de opinión, Lenin apelaba a la Conferencia del Partido (por ejemplo, en la cuestión de la Paz de Brest).

Trotsky no reconoce el papel desempeñado por el Partido en su conjunto, como una organización única y cohesionada. Para Trotsky, el Partido es sinónimo de dirección central. Tomemos un ejemplo: “¿Qué es la bolchevización del Partido Comunista?”, pregunta en “Lecciones de Octubre”. Consiste en educar a los Partidos y elegir dirigentes que no se salgan de la senda cuando les llegue su Octubre.

Este es un punto de vista puramente “administrativo” y totalmente superficial. Sí, la personalidad de los líderes es un punto de suma importancia. Sí, es necesario que los más talentosos, los mejores, los más firmes de carácter entre nuestros militantes sean seleccionados para ser parte de nuestra dirección: pero esto no es una simple cuestión de capacidad personal, sino una cuestión de si la dirección está estrechamente ligada a toda la organización.

Hay otro factor gracias al cual se logró la victoria en Octubre, y consiste en la correcta estimación del rol y la importancia de las masas. Si se lee todo lo que Lenin escribió sobre el papel jugado por las masas en la revolución y en el desarrollo del socialismo, se verá que la estimación del papel que desempeñan las masas es una de las piedras angulares del leninismo. Para Lenin las masas nunca son un medio, sino el factor decisivo. Si el partido va a dirigir a millones, debe estar en estrecho contacto con esos millones, debe ser capaz de comprender la vida, los sufrimientos y las aspiraciones de las masas. Bela Kun relata que cuando comenzó a hablarle a Lenin acerca de una guerra revolucionaria contra Alemania, Lenin le replicó: “Yo sé que usted no es un charlatán, mañana haga un viaje al frente y vea si los soldados están listos para una guerra revolucionaria”. Bela Kun viajó al frente y vio que Lenin tenía la razón.

En “Lecciones de Octubre”, no encontramos ningún intento de estudiar este aspecto de la revolución de Octubre. Todo lo contrario. Al desarrollar su evaluación de los sucesos alemanes, el camarada Trotsky subestima la pasividad de las masas.

Un cierto Sirkin tiene una interpretación tonta del libro de John Reed. Muchas personas son de la opinión de que no debemos poner el libro de John Reed en manos de los jóvenes. Contiene inexactitudes y leyendas. No se debe aprender la historia del Partido leyendo a Reed. ¿Por qué entonces Lenin recomendaba este libro con tanto cariño? Porque en el libro de John Reed, esta cuestión no es el punto principal. El libro nos da una excelente y artística descripción de la psicología y las tendencias de los sentimientos de las masas de soldados y obreros que realizaron la revolución de Octubre, y de la torpeza de la burguesía y sus lacayos. John Reed permite –incluso al más joven comunista– captar el espíritu de la revolución, mucho más rápido que la lectura de docenas de protocolos y resoluciones. No es suficiente que nuestros jóvenes conozcan la historia del Partido, es de igual importancia que sientan el pulso de la revolución de Octubre. ¿Cómo pueden convertirse en comunistas nuestros jóvenes, si no conocen otra cosa que las condiciones del Partido en el sentido más estrecho, y no sienten lo que fueron la guerra y la revolución?

El camarada Trotsky aborda el estudio de Octubre desde el lado equivocado. La evaluación incorrecta de Octubre está a un solo paso de la evaluación incorrecta de la situación actual y de la evaluación incorrecta de una serie de fenómenos de enorme importancia. La evaluación incorrecta de la actualidad conduce a decisiones y acciones equivocadas. Cualquiera puede entender esto.

Lo que ya ocurrió no se puede deshacer. Dado que “Lecciones de Octubre” ha visto la luz del día, debe ser discutido a fondo en la prensa y en la organización del Partido. Esto debe hacerse de una forma accesible para todos los miembros del Partido.

Nuestro Partido ha crecido considerablemente en número. Amplias masas de obreros se unen al Partido; pero estos obreros no están lo suficientemente informados sobre las cuestiones planteadas por el camarada Trotsky. Las cosas que son perfectamente claras para un viejo bolchevique que ha luchado incansablemente por la línea leninista, no son claras para el joven militante del Partido. El leninista debe aprender, sobre todo, a no decir que “la discusión de esta cuestión perturba nuestro aprendizaje”. Por el contrario, la discusión de esta cuestión nos permitirá obtener una comprensión aún más profunda del leninismo.

El camarada Trotsky dedicó todas sus fuerzas a la lucha por el poder soviético durante los años decisivos de la revolución. Se comportó heroicamente en su difícil puesto de responsabilidad. Trabajó con energía sin precedentes y realizó portentos para los intereses de la salvaguardia de la victoria de la revolución. El Partido no olvidará esto.

Pero los logros de Octubre aún no han sido totalmente consumados. Debemos seguir trabajando con determinación para su realización. Y será peligroso y desastroso desviarnos del camino del leninismo, un camino históricamente probado. Y cuando un camarada como Trotsky, transita, aunque sea inconscientemente, el camino de la revisión del leninismo, entonces el Partido debe pronunciarse.

Fuente: The Errors of Trotskyism, mayo de 1925, publicado por el Partido Comunista de Gran Bretaña.
http://www.marxists.org/history/international/comintern/sections/britain/pamphlets/1925/trotskyism/index.htm

Nota: El índice del panfleto publicado por el PC de Gran Bretaña, en el que se encuentra el artículo de N. Krupskaya, es el siguiente:

1. Introduction, J. T. Murphy
2. The Need to Study October, L. Trotsky
3. How One Should Not Write the History of October, Pravda
4. Bolshevism or Trotskyism, G. Zinoviev
5. Leninism or Trotskyism, Comrade Stalin
6. Leninism or Trotskyism, L. Kamenev
7. How Should the History of October be Written?, G. Sokolnikov
8. A Misleading Description of the “German October”, O. W. Kuusinen
9. The Lessons of October, N. Krupskaya
10. Comrade Trotsky’s Letter to the Central Committee of the R.C.P.
11. Resolution of the Central Committee of the R.C.P.

Traducción de la versión en inglés de Marxists Internet Archive:
http://www.marxists.org/archive/krupskaya/works/october.html


A la dirección calumniosa de la Segunda Internacional

Nadezhda K. Krupskaya

“Por qué la Segunda Internacional toma a Trotski bajo su protección”

A los Trotskistas y a los Zinovievistas no les interesa el destino de las masas. Lo único que les importa es cómo tomar el poder, aunque sea con la ayuda de la Policía Secreta del Estado Alemán y de los enemigos más salvajes de la dictadura del proletariado, ansiosos por restaurar la sociedad del estado burgués y la explotación capitalista de las masas de trabajadores en el país de los Soviets.

No es por accidente que Trotsky, que nunca captó el carácter esencial de la dictadura del proletariado, que nunca comprendió el papel desempeñado por las masas en la construcción del Socialismo, Trotsky, que cree que el Socialismo puede ser construido con órdenes desde arriba, optase por la vía de organizar actos terroristas contra Stalin, Voroshilov y otros miembros del Buró Político que están ayudando a las masas a construir el Socialismo.

No ha sido por casualidad que el inescrupuloso bloque en torno a Kamenev y Zinoviev se haya juntado a Trotsky, paso a paso, hacia el fondo del abismo de la traición de la causa de Lenin, de la causa de las masas trabajadoras, de la causa del Socialismo.

Trotsky, Zinoviev, Kamenev y toda su banda de asesinos, trabajaron codo a codo con el fascismo alemán y formaron una alianza con la Policía Secreta del Estado alemán. A partir de aquí es que todo el país exige unánimemente: “¡Estos perros rabiosos deben ser fusilados!” Ellos han querido crear confusión en las masas. Han querido disparar al Camarada Stalin, el corazón y el cerebro de la revolución, Y fallaron. La banda miserable de canallas ha sido ejecutada. Las masas se han unido más estrechamente en torno al C. C.; su lealtad a Stalin es más fuerte que nunca.

Tampoco es accidental que la Segunda Internacional se comporte como si hubiera enloquecido, y se apresure a proteger la banda asesina de Trotsky-Zinoviev que se esfuerza en desintegrar el Frente Popular. De Brouckere, Citrine y sus compañeros, perdonan todas las fechorías cometidas por los enemigos de la clase trabajadora de la Unión Soviética, contra el Partido y sus líderes. En el aullido antisoviético levantado por la burguesía mundial, la voz del la Segunda internacional es la más alta. La Tercera Internacional nació de la lucha contra la Segunda Internacional. Con la ayuda de los renegados, Katusky y su comparsa, la Segunda Internacional llevó a cabo una salvaje campaña difamatoria dirigida contra la dictadura del proletariado, contra el poder Soviético. La Segunda Internacional pretende extenuar y derrotar el orden capitalista lanzando arena a los ojos de las masas trabajadoras. Por lo tanto, ahora apoya al agente de la Policía Secreta del Estado Alemán, Trotsky. Pero la tentativa ha sido un fracaso. Nuestra tierra soviética se ha vuelto poderosa y alza cada vez más alto las banderas del Comunismo. Con paso seguro avanza continuamente por el camino indicado por Marx, Engels y Lenin. Ni los trotskistas, ni los partidarios de Zinoviev, ni la Segunda Internacional, tendrán éxito en esconder este hecho y en lanzar arena a los ojos de las masas. La tensa situación en el escenario internacional y la amenaza de un peligro de guerra aumentará la vigilancia de los trabajadores e incrementará y fortalecerá el Frente Popular de las masas trabajadoras del mundo entero.

Referencia: International Press Correspondence, 12 de Septiembre de 1936, Vol. 16, No. 42, pag. 1162.


Foro Comunista
Diario Octubre

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«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»