viernes, 16 de octubre de 2020

El chovinismo del maoísmo en cuanto a la cuestión de Mongolia; Moni Guha, 1981


«Sobre la situación de la República Popular de Mongolia: La República Popular de Mongolia nació en el año 1921. Es un país sin salida al mar que cuenta con un área de 600.000 millas cuadradas con apenas un millón de habitantes, y que se sitúa entre China y la Unión Soviética. Hasta el año 1911, antes de la caída del gobierno dinástico Manchú, se encontraba bajo el control del gobierno feudal y central Manchú de China. En 1911, tras la caída del gobierno dinástico Machú, no había prácticamente ningún tipo de administración centralizada en China y, como consecuencia, al igual que en China, los «señores de la guerra» locales de Mongolia pasaron a ser independientes y a estar dirigidos por diferentes jefes locales. Durante la guerra civil y la guerra contra el ejército blanco ruso en la Rusia asiática, el pueblo mongol, con la ayuda y el apoyo del ejército rojo, logró establecer su propia república en 1921, la cual recibió el nombre de República Popular de Mongolia (RPM). El ejército de la RPM, junto con el ejército rojo soviético, consiguió liberar Manchuria y el noreste de China derrotando al ejército japonés de ocupación en 1945. En 1945, después de la derrota y de la rendición de las tropas japonesas de ocupación y de invasión, Chiang Kai-Shek, en connivencia con el imperialismo estadounidense, se negó a reconocer la RPM como un Estado independiente y soberano, y exigió la inclusión de Mongolia en la República China argumentando que siempre estuvo bajo control chino. A propuesta de Stalin, la conferencia de cuatro potencias acordó determinar la situación de Mongolia a través de un plebiscito del pueblo mongol. El plebiscito se celebró en 1945 y la abrumadora mayoría –más del 97% votó en contra de la inclusión y a favor de la independencia y del estatuto de soberanía de Mongolia. Desde entonces, todos los Estados del mundo han tenido que reconocer a Mongolia como un país independiente y soberano, y a la MPR como un Estado soberano. Chiang Kai-Shek también se vio obligado a reconocer a la MPR como un Estado independiente y soberano formal y oficialmente, pero no llegó a establecer ningún tipo de relación diplomática con la MPR y estuvo tramando un plan perverso para engullirla.

Esta es, resumidamente, la historia de la MPR antes de la Revolución China de 1949.

Inmediatamente después de la Revolución China, Mao fue a Moscú en diciembre de 1949 con el fin de formalizar un pacto de amistad y de asistencia mutua sino-soviético, y permaneció allí hasta mediados de febrero de 1950. Inmediatamente después del regreso de Mao a China, el Partido Comunista de China a través de su New China Daily el predecesor de Peoples’ Daily Peking de Naking, el diario oficial, hizo pública una declaración sobre la situación de la República Popular de Mongolia el 5 de marzo de 1950. Esta fue la declaración:

«Durante el período en el que se firmó el tratado y el acuerdo sino-soviético, los ministros de relaciones exteriores de China y de la Unión Soviética intercambiaron notas en virtud de las cuales ambos gobiernos ratificaron que el carácter independiente de la MPR quedó plenamente garantizado gracias al plebiscito de 1945 y al establecimiento de relaciones diplomáticas por parte de la República Popular China.

Para todos y cada uno de los chinos verdaderamente patriotas nuestro reconocimiento de Mongolia como un Estado independiente fue un acto justo y correcto, pero para el bloque reaccionario del Kuomitang, que se vio más bien obligado a hacer dicho reconocimiento, siempre ha sido un recuerdo amargo. Fueron ellos quienes, después de hacer el reconocimiento, difundieron rumores que lanzaban calumnias sobre el pueblo mongol y la Unión Soviética. «La independencia de Mongolia es la pérdida de territorio chino», se decía. Entre nuestra gente hay algunos que desconocen estos hechos y que se han visto contaminados con sentimientos pro-«señorío», que piensan que el mapa de China parece que está en baja forma y que es irreal sin Mongolia. Hay personas que se han visto intoxicadas por el veneno del «Hanismo», propagado por el bloque reaccionario del Kuomintang... Cuando los diversos grupos étnicos de China estaban todavía bajo el yugo del imperialismo y del feudalismo, a pesar de que su liberación estaba todavía muy lejana en el tiempo, Mongolia consiguió encontrar el apoyo legítimo de un país socialista, la Unión Soviética, y mediante una difícil lucha logró su emancipación e independencia. Los chinos debemos recibir positivamente su emancipación e independencia, y tenemos que manifestar todo nuestro respeto al pueblo mongol. Tenemos aprender de ellos, y no debemos oponernos a su independencia; no deberíamos arrastrarlos para que compartan nuestro sufrimiento. Ellos consiguieron emanciparse hace veintiocho años y ahora avanzan hacia el socialismo, mientras que nosotros nos acabamos emancipar... Por lo tanto, nuestra postura debe ser de la de reconocer su independencia, no la de traerlos de vuelta a nuestro redil y obligarlos a que nos sigan de nuevo.

Con respecto a Mongolia Interior, el Tíbet y otros grupos étnicos, la pregunta que debemos hacernos no es cómo tenemos que dividirnos y tratar de ser independientes, sino cómo debemos unir nuestros esfuerzos para construir una China fuerte, nueva y democrática, ya que todos nos hemos conseguido liberar más o menos al mismo tiempo». (Partido Comunista de China; Declaración, 5 de marzo de 1950)

Solicitamos encarecidamente a los lectores que lean los pasajes anteriores no una, sino varias veces, en especial las partes enfatizadas, y que reflexionen profundamente sobre las siguientes cuestiones:

1) ¿Por qué inmediatamente después de la firma del Pacto Sino-Soviético de Amistad y Asistencia Mutua fue necesaria tal declaración pública?

2) ¿Por qué, en todo caso, fue necesario un «intercambio de notas» para que se ratificara la independencia de la RPM?

3) ¿Por qué, en todo caso, fue necesario el compromiso por escrito de establecer relaciones diplomáticas de la RPC con la RPM?

4) Entre los comunistas, ¿quiénes querían arrastrar a Mongolia a compartir los sufrimientos de China y quiénes querían traer de vuelta a Mongolia al redil de China?

5) ¿Quiénes pensaban que el mapa de China parecía que estaba en baja forma y que era irreal sin Mongolia?

6) Después de firmar el Tratado y el acuerdo sobre la situación de Mongolia, ¿por qué fue necesario volver a declarar públicamente que «no debemos oponernos a su independencia»?

También cabe señalar que cuando las negociaciones entre Stalin y Mao llegaron a un impás, fue Chou En-lai quien tuvo que volar a Moscú el 7 de febrero de 1950 para que, finalmente, se pudieran firmar el acuerdo y el tratado, los cuales debían ser ratificados más adelante ese mismo año. ¿Por qué?

De todas estas preguntas se deriva otra pregunta. ¿Hubo una «batalla» entre Stalin y Mao durante las negociaciones del Pacto de Amistad y Asistencia Mutua Sino-Soviética sobre la cuestión de la situación de Mongolia cuando Mao dijo que se necesitaba otra batalla y Stalin se negó a firmar el acuerdo?

También cabe señalar, a este respecto, que en respuesta a la pregunta de Tass en una entrevista con Mao el 2 de enero de 1950, Mao dijo: «He venido para varias semanas. La duración concreta de mi estancia dependerá del tiempo que se precise para resolver las cuestiones que sean de interés para la República Popular China. Entre estas, las más importantes de todas, como el Tratado de amistad y alianza existente entre China y la URSS». Este «tratado existente» fue el tratado entre la República de China, encabezada por Chiang Kai-Shek, y la URSS, firmado en agosto de 1945. Mao exigió la derogación de este tratado, ya que consideraba el tratado como «desigual». En una retransmisión en 1948, Mao anunció que el PCCh, una vez que llegara al poder, no reconocería ningún tratado desigual pasado o presente, ni ningún tratado celebrado con el régimen de Chiang durante la guerra civil.

Recordemos, a este respecto, la posición de Mao sobre la situación de la RPM. En 1935, Mao le dijo esto al autor estadounidense de «Red Star Over China»: En respuesta a una de las últimas preguntas, en otra entrevista, Mao hizo las siguientes afirmaciones sobre Mongolia Exterior:

«Cuando la revolución popular» haya salido victoriosa en China, la República de Mongolia Exterior pasará a ser automáticamente una parte de la Federación China por voluntad propia. Los pueblos mahometano y tibetano también formarán repúblicas autónomas unidas a la federación china». (Edgar Snow: Red Star Over China, 1937)

Compare esta declaración de Mao con la declaración pública del Partido Comunista de China, publicada en el New China Daily el 5 de marzo de 1950, que citamos casi en su totalidad, en la que se dijo que «algunas personas» se habían visto contaminadas con un sentimiento pro-«señorío» y que pensaban que el mapa de China parecía que estaba en baja forma y que era irreal sin Mongolia.

Recordemos también el libro de Mao «La Revolución China y el Partido Comunista de China» en la edición de 1939. Citemos a uno de los autores de mayor confianza del maoísmo: Stuart Schram:

«Aunque estaba perfectamente claro que los mongoles no querían formar parte de ningún protectorado chino o soviético, esto fue un trago amargo [reconocer a la RPM como un Estado soberano] para un hombre que había estado obsesionado desde la más temprana infancia con acabar con el imperio chino y que siempre había definido ese imperio en los términos más amplios posibles. En 1936 había expresado su creencia de que en cuanto la revolución saliera victoriosa en China, Mongolia Exterior se uniría por sí misma a la federación china, y en 1939 delimitó las fronteras de China de modo que se incluyera tanto a Mongolia Exterior, como a Mongolia Interior. No hay ninguna razón para creer que posteriormente modificó sus puntos de vista, pero en esto, como en muchos otros aspectos, se vio obligado a ceder ante la realidad de los hechos». (Stuart Schram; Mao Zedong, 1967)

En una nota a pie de página, Stuart Schram escribe:

«En La Revolución China y el Partido Comunista de China escribió: «Las fronteras actuales de China y contiguas en el noreste, el noroeste y, en parte, en el oeste con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas». Después sigue una enumeración de los países limítrofes en el oeste, sur y este. En la edición actual, se insertó una frase adicional inmediatamente después de la que se acaba de citar: «La frontera norte limita con la República Popular de Mongolia» (Obras Seleccionadas, Pekín, vol. II, p. 305). No hay ninguna mención, ni de Mongolia, ni de una frontera norte en la versión original publicada en 1939 por el oficial Chieh-fang She en Yenan. Si se trataba de una «omisión», esta no había sido rectificada aún ni en una edición publicada en enero de 1949 en Peiping por la agencia Hsinhua, ni en otra publicada en junio de 1949 en Hong Kong. Como poco, la versión de 1939 deja el asunto notablemente abierto. No hay ningún otro lapsus en la meticulosa enumeración país por país hecha por Mao de todas las tierras vecinas. Sin embargo, lo más probable es que con la alusión a la frontera del «noreste y noroeste» se quisiera hacer referencia al recorrido semicircular del límite de China con la Unión Soviética, considerando a Mongolia como parte del lado chino». (Stuart Schram; Mao Zedong, 1967)

Se desprende de lo anterior que hasta 1949, incluso cuando estaba negociando el Pacto de Amistad y Asistencia Mutua Sino-Soviética en Moscú en 1949-50, Mao consideraba a Mongolia como parte de China. En 1943, Mao le declaró a Edgar Snow que el gobierno de la nueva China iba a reconocer a Mongolia Exterior como una «región nacional» –provincia de China, ¡como una región autónoma! Esta vez no como miembro de la Federación China, ya que el PCCh, bajo el liderazgo de Mao por aquella época, ya había renunciado a la teoría leninista de la federación de Estados en un país multinacional con derecho a autodeterminación, incluida la secesión. Compare esta actitud de Mao con la declaración pública del 5 de marzo de 1950 de que algunas personas entre nosotros se han visto «contaminadas con el venenoso pensamiento» «del bloque reaccionario del Kuomintang» «de que el mapa de China parecía que estaba en baja forma y era irreal sin Mongolia».

Mao, durante las negociaciones con la URSS, exigió la derogación del tratado de amistad hecho por la Unión Soviética con el régimen de Chiang. Ese tratado incluía el reconocimiento de la RPM como un Estado independiente y soberano entre otras cosas, de lo cual hablaremos en la próxima sección. En ese momento, la derogación del Tratado de Amistad de 1945 con el régimen de Chiang significaba la derogación del reconocimiento de la RPM como un Estado independiente y soberano. Stalin acordó derogar y de hecho derogó el tratado de amistad de 1945 con el régimen de Chiang, a condición de que la RPC reconociera el estatus independiente y soberano de la RPM, y de que establecieran relaciones democráticas normales con la RPM de nuevo. Esta propuesta de Stalin quizás supuso una «fuerte presión» sobre Mao, contra la cual Mao tuvo que «librar otra batalla». Chou En-lai tuvo que volar a Moscú desde China y, finalmente, después de «librar batallas», Mao se vio obligado a abandonar la «batalla». En realidad, esto supuso lo que supuso fue una «presión» para un Mao nacionalista burgués. Fue una «batalla» entre el internacionalismo proletario representado por Stalin y el nacionalismo burgués representado por Mao.

Teniendo en cuenta la posición de Mao, el contenido de la edición de 1949 de la obra «Revolución China y el Partido Comunista de China» de Mao, etc., y también considerando el hecho de que el acuerdo se debía ratificar más tarde, posiblemente para que quedase asegurado y garantizado, Stalin le solicitó al Partido Comunista de China que emitiera una declaración pública categórica e inequívoca sobre la cuestión de la situación de la RPM, denunciando y condenando enérgicamente todas las desviaciones y distorsiones nacionalistas burguesas y «hanistas» que existían en el PCCh y su dirección». (Moni Guha; ¿Por qué Stalin fue denigrado y convertido en una figura controvertida?, 1981) 

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