«¿Por qué se ha hecho imposible aceptar a A. Bogdánov como colaborador de los periódicos y revistas obreros que sostienen un punto de vista marxista consecuente? Porque Bogdánov no es un marxista. (...) Ya en mayo de 1909 una reunión de bolcheviques con plenos poderes, después de larga y detenida discusión, declaró que no se hacía responsable de las expresiones político-literarias de Bogdánov. Si los autores de la carta concediesen menos valor a los chismes y escándalos pequeño burgueses y prestasen más atención a la lucha ideológicaentre los marxistas, sabrían que Bogdánov ha creado en sus libros un sistema filosófico-social determinado, y que contra ese sistema –por ser no marxista y antimarxista– se han manifestado todos los marxistas, sin distinción de grupos. Todos los que se interesan por la historia del marxismo y del movimiento obrero en Rusia saben –y quien no lo sabe debe estudiarlo, debe leer y enterarse– que el problema de las colaboraciones de Bogdánov en un periódico obrero está ligado a un problema de principio mucho más importante, o sea al de la relación entre la filosofía de Marx y las teorías de Bogdánov. El problema de las colaboraciones de un escritor en la prensa obrera debe enfocarse desde el ángulo político, es decir, no desde el punto de vista del estilo, el ingenio o el talento como propagandista del escritor, sino desde el punto de vista de su orientación general, de qué aporta con sus teorías a las masas obreras. Los marxistas están convencidos de que el conjunto de la labor literaria de Bogdánov tiende a inculcar en la conciencia del proletariado las concepciones idéalistas, ligeramente retocadas, de los filósofos burgueses. (...) Así están las cosas en cuanto a Bogdánov. Los marxistas han analizado sus intentos de «modificar» y «corregir» el marxismo, y los han considerado ajenos al espíritu del movimiento obrero contemporáneo». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Sobre A. Bógdánov 15 de febrero de 1914)
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