«El mundo sigue enfrentando al imperialismo estadounidense agresivo y expansionista. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, el imperialismo estadounidense ha llevado a cabo una política y actividad criminal en contra del comunismo, la libertad, y la independencia de los pueblos. Él fue el que desencadenó la agresión bárbara en Corea y Vietnam, cometiendo además los crímenes más atroces que haya conocido la humanidad. Es él quien intervino en el Congo, que asfixió la Revolución Dominicana, que llevó la guerra en Laos y a Camboya, que prendió fuego a Oriente Próximo y organizó el putsch fascista en Chile y Argentina. El imperialismo estadounidense, como imperialismo que es, plantó sus uñas sobre todos los continentes, y refuerza por todas partes sus posiciones de todas las maneras; ya sea mediante «ayudas», esclavizando con créditos al deudor, con acuerdos y tratados de todo género, con la instalación de bases militares que han sido extendidas en numerosos países que han realizado brutales y descaradas intervenciones en los asuntos interiores de esos mismos países llegando incluso al punto de realizar abiertamente agresiones armadas. Todos estos son los rasgos del despiadado imperialismo estadounidense. Los compromisos múltiples y las concesiones sin principio del jruschovismo no lo han suavizado. Permanece siendo la ciudadela política y económica del sistema capitalista de explotación, el gran defensor del colonialismo y del neocolonialismo, el inspirador del racismo y el más grande gendarme de la reacción internacional. Nuestro partido se reitera constantemente en el prisma de que el imperialismo estadounidense es agresivo y que lo seguirá siendo mientras le quede un sólo un solo diente. A consecuencia de las luchas revolucionarias y de liberación, a consecuencia de la degeneración continua y a consecuencia de las contradicciones interiores inconciliables que lo roen, el imperialismo mundial ha perdido gran parte de sus posiciones. Nos basta con citar la descomposición del sistema colonial y el acceso de numerosos países a la independencia. Y en el futuro va a perder mucho más. Pero al mismo tiempo, el imperialismo, y en particular el imperialismo estadounidense, redoblará los esfuerzos para reconquistar las posiciones perdidas y para ocupar otras nuevas. Esta es la dialéctica del desarrollo y la decadencia del imperialismo. Por lo tanto hoy como en el pasado, continúa la lucha constante para denunciar la política del imperialismo, con el imperialismo estadounidense a la cabeza, para poder aniquilar los planes agresivos de este, esto constituye una condición indispensable para defender la libertad y el socialismo, así como también lo es para asegurar la victoria de la revolución y la liberación de los pueblos». (Enver Hoxha; Informe en el VIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1976)
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