Jean-Paul Sartre |
«Doy conferencias gratuitas o pagadas en mil sitios, eso no hace que sea mentor o jefe ideológico de nadie. (...) No tengo la culpa de haber sido referente puntual, en algunos tópicos económicos técnicos, del PCV. (...) Si me invita el PCV, el PSUV o cualquier partido, organización, ONG o grupo que se crea progresista, con todo gusto voy a hacer el conversatorio, sin ánimos de adoctrinar o ideologizar, puedo estar equivocado en mis ideas, así que respeto la de los demás, aunque manifieste mi desacuerdo. Buscar puntos de coincidencia para articular esfuerzos o intercambiar pareceres no me parece una traición, creo que es necesario para avanzar». (Manuel Sutherland; Declaraciones, 16 de enero de 2017)
Efectivamente Manuel Sutherland aparece en todos los medios de comunicación de los distintos partidos revisionistas del mundo, así como en medios de comunicación de una «no ideología oficial» pero altamente eclécticos y que no pueden dejar de estar influenciados por el revisionismo, recordemos que el eclecticismo es el hábitat habitual del revisionismo, a veces su principal hogar. Así, los escritos de Sutherland pueden verse en no pocos medios ultraeclécticos; son recomendados y publicados por los medios del revisionista Partido Comunista de España (PCE); él mismo reconoce orgulloso haber sido entrevistado por el canal chino CCTV y por el Instituto de Economistas «Marxistas» en China; de haber ido a dar conferencias a los trotskizantes de Marea Socialista (MS); en un breve resumen: Shuterland aparece en una lista interminables de medios y colectivos que son famosos por su antimarxismo abierto o latente, sobre todo entre aquellos que apoyan abiertamente al chavismo o que se cubren de un presunto «apoyo crítico». En especial es muy conocida la conexión de Sutherland con el Partido Comunista de Venezuela (PCV), de hecho el propio Shuterland militó en la juventud del PCV, y pese a su salida no ha impedido el contacto regular entre él y la organización. Pero no solo ha tenido nexos con el PCV, sino también con el amo de este: el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), llegando a ser anunciado con fervor junto a otros intelectuales revisionistas como el bochornoso prochino José Antonio Egido. Tanto PCV como PSUV sacaban pecho de su presencia con motivo de las conferencias organizadas en las que ha participado como ponente. Por ejemplo en el XIIº Congreso de la Juventud Comunista del PCV y dando entrevistas a la Tribuna Popular –medio de expresión del PCV–, a la vez que como hemos dicho ha dado conferencias para el PSUV, aparece en los medios afines al chavismo como Aporrea lo que deja entrever el profundo eclecticismo-fraccionalismo que padece tanto él como sus valedores: el PCV y el PSUV.
Aún así, Sutherland no quiere que le relacionen con ningún partido, ha dicho en varias ocasiones que él «no adoctrina a nadie», y que «no es ideólogo de nadie», para ello ha utilizado diversas excusas.
Desmontaremos estos sofismas.
a) Los «formadores ideológicos» de un partido no tienen porqué ser miembros permanentes del mismo. Es más en el caso de las organizaciones revisionistas pueden ser teóricos del partido o de fuera de él. El existencialista Jean-Paul Sartre es el ejemplo histórico de un intelectual «heterodoxo» que lo mismo estaba en la «órbita» del Partido Comunista Francés (PCF), que en sus filas, que fuera criticándolo, y eso no evitaba que pasado un tiempo volviera a recorrer el mismo ciclo. Otro ejemplo más actual serían los trotskistas de todo el mundo como Alan Wood que van a Cuba a dar sus discursos, publicar libros, etc. Precisamente ese orgullo de «heterodoxia» es una característica del trotskismo y el maoísmo, el negar unos principios ideológicos claros y demarcatorios, otro por supuesto es negar el leninismo, Sutherland curiosamente coincide con ambos, así como en otros conceptos que ya hemos visto. Organizaciones como el Partido Comunista de Venezuela (PCV) se valen de Sutherland –lo quiera éste o no– por sus características eclécticas, necesita gente como él para combatir al leninismo, que es lo que llevan haciendo desde los años 40, cuando introdujo la «heterodoxia» a través de las tesis de Browder. Les viene como anillo al dedo, sino no habría hecho tantos artículos, entrevistas, conferencias, y charlas para el PCV, o no habría tantas entradas en la web del todavía carrillista PCE recomendando sus trabajos. No estamos diciendo que Shuterland sea «el único y exclusivo ideólogo del PCV, no, solo es uno más, o mejor dicho una figura más que usan para justificar su línea «heterodoxa» como Sutherland la llama, nosotros la llamamos simplemente ideología antimarxista, revisionista.
¿Son por ejemplo «formadores ideológicos» del Partido Comunista de Cuba (PCC) los trotskistas del exterior que vienen a su isla? Sí, los revisionistas cubanos los usan para dar una visión que coincide –más allá de alguna pequeñez– con la línea del partido. ¿Por qué los revisionistas cubanos usan a estas figuras? ¿No tienen «formadores ideológicos» propios? Sí, los tienen, mucho más siendo un partido que está en el gobierno y tiene fondos y medios para ello, por tener, tienen hasta cuadros abiertamente trotskistas como Ariel Dacal y Francisco Brown. Pero recurren a otros trotskistas y filotrotskistas de fuera del partido y de fuera de la isla como Eduardo Galeano, Santiago Alba Rico, Marta Harnecker, Néstor Kohan, Atilio Borón, Ignacio Ramont, Celia Hart, etc., por la notoriedad de esas figuras, el partido prefiere que sean estas figuras las que estén en sus charlas, conferencias, las que salgan en sus entrevistas y a los que financiar sus libros; personajes que no son militantes del Partido Comunista Cuba (PCC), pero forman –se quiera o no– a sus militantes, a sus juventudes, adoctrinan a las masas trabajadoras cubanas en general.
¿No son los mismos Néstor Kohan, Eduardo Galiano, Atilio Borón un reclamo a veces común a veces ocasional para partidos ultraeclécticos y ultraoportunistas como el PCCE y PCA en Argentina o el PCE y PCOE en España? Entonces queda claro, que un partido de este tipo, sabe bien a quién se acerca, porqué los invita a dar charlas y porqué difunde sus obras, luego lo que digan y juren es secundario, incluso aunque algunos se las den de «antitrotskistas» cuando toca.
¿Es posible que un colectivo –de la ideología que sea– invitase a un ideólogo conocido por ser opositor de la línea general del colectivo? ¿Lo invitaría si fuese realmente un marxista-leninista y por tanto fuese a criticar la política revisionista de este colectivo –sea un partido, sindicato, centro de estudio, o lo que fuese–? No. ¿En caso de ser un partido, invitaría a un ideólogo para hablarle a sus juventudes –el sector más proclive a tener vacilaciones a causa de un más que posible bajo nivel de formación ideológica–? Obviamente no. Nadie «va a tirar piedras contra su propio tejado» de forma tan torpe. Al revés, los revisionistas usan conscientemente a los intelectuales de dentro o fuera del partido que saben que van a persuadir a la juventud, a la militancia y a las masas trabajadoras en general con un discurso que en lo fundamental coincide con la línea del partido. La elección de Manuel Sutherland y su trabajo en las juventudes del PCV no es casual, la elección del gobierno cubano de los intelectuales trotskizantes que pululan por La Habana tampoco lo es. De igual modo que una televisión o un grupo de intelectuales financiados por el gobierno socialimperialista chino no iba a permitir una entrevista y difundirla si Manuel Sutherland fuese un enemigo conocido del gobierno chino. Es en el mismo sentido que todos los gobiernos dan invisibilidad a sus críticos reales y un protagonismo evidente a sus aduladores y los que se encuentran a medio camino. Otro ejemplo es que si Manuel Sutherland fuese un opositor real de las políticas del PCV criticaría sin piedad a sus líderes y sus teorías cada vez que tiene la oportunidad y jamás ha hecho eso en sus intervenciones, siempre ha pasado en silencio, ha sido conciliador, o en su defecto ha desarrollado una crítica blanda. Del mismo modo, su Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO) recomiendan la web del PCV, por lo que como él mismo reconoce hay una amistad y no una enemistad ideológica entre ambos colectivos.
b) Manuel Sutherland dice que «no pretende adoctrinar» en sus diversas intervenciones, que él «solo da su opinión». Esta es la excusa de las personas que hablan inocentemente y creen que sus discursos son neutrales, que no llevan sello de clase, que se pude «hablar por hablar», y lo triste es que lo dice alguien que se reclama así mismo como «marxista». Esto tiene tanto sentido como cuando en la época de Marx y Engels los científicos decían que no había rastro alguno de filosofía en ellos, cuando la realidad material, el condicionamiento de ella, hace que todos tengamos una filosofía, lo que ocurre es que la mayoría no salen de una cosmovisión idealista y metafísica de los procesos de la naturaleza y de las relaciones sociales, pero es necio decir que no tenemos filosofía, ideas, y que no las reproducimos en cuando trabajo, en nuestro tiempo libre, o donde toque.
Sutherland realiza una función de adoctrinamiento de nociones y tesis revisionistas cuando en aquellas ocasiones debido a sus concepciones económicas intenta hacer creer al público –y a veces lo logra por las razones que sea–, que la exportación de capitales no es «algo tan malo», que no existe el proceso de monopolización, que las relaciones económicas entre Rusia y Venezuela son «relaciones normales entre Estados», y hasta benignas, o cuando nos intenta convencer de que China no es una potencia socialimperialista porque no es «agresiva». Así que por mucho que Sutherland finja hipócritamente «neutralidad» en su opinión, sus tesis económicas revisionistas tienen extensos puntos en común con la de los partidos oportunistas que frecuenta; sin menospreciar el hecho de que los jefes revisionistas, y la propaganda revisionista, venden sus tesis como «la opinión de un reputado marxista que debe ser escuchada para entender la realidad», lo que en consecuencia le hace partícipe de ese círculo donde se contribuye a inocular y perpetuar una visión revisionista en la militancia; está colaborando para crear una «cosmovisión» burguesa de la economía. Y esto mismo ocurre no solo a los militantes de base más desorientados sino también a los líderes del PCV que influenciados por los «reputados» revisionistas del tipo José Antonio Egido o Manuel Sutherland acaban calificando de «revolución», de «antiimperialista» o de «socialismo» a casi cualquier cosa, y eso ocurre entre otras cosas por esa falta de formación en los principios marxista-leninistas, por el hecho de que el PCV lleva décadas arrastrándose detrás del PSUV negando la búsqueda de una propia hegemonía, y por la influencia de esos «intelectuales» que profundizan la brecha de la organización con los principios marxistas. Todo ello desemboca como se sabe en que sus militantes apoyen a países imperialistas como países antiimperialistas y a figuras históricas revisionistas como si de marxista-leninistas se tratara.
Este circo es la consecuencia de los payasos, malabaristas, e ilusionistas que a sus filas atrae el PCV, sean o no miembros permanentes del circo». (Equipo de Bitácora (M-L); Las perlas antileninistas del economista burgués Manuel Shuterland; Una exposición de la vigencia de las tesis leninista sobre el imperialismo, 2018)
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