«No queremos que se nos malinterprete en esta cuestión. No estamos diciendo que los elementos que hayan militado parte o gran parte de su vida en organizaciones revisionistas están condenados de por vida. No, el haber mantenido posturas ajenas al marxismo o el haber militado en organizaciones no marxistas es un proceso lógico que puede ocurrir en el desarrollo dialéctico de la vida, formación y maduración de un revolucionario desde sus inicios hasta que toma consciencia real y total de las cosas, y de ello dependen varios factores como el origen social, el contexto cultural del individuo, el ambiente en que se desarrolla, y los rasgos de personalidad que porta, que puede hacer que ese viraje sea más corto o más largo, tenga más ziz zags o menos. Pero tampoco nos equivoquemos, el mero hecho de separarse de un partido revisionista no significa que seas un verdadero marxista-leninista. Tal elemento debe realizar una autocrítica y examinar las razones de su salida; y si es motivada por razones de incompatibilidad ideológica debe preguntarse por qué ha militado entonces en esa organización; en caso de darse cuenta de esa incompatibilidad ideológica tiempo después de entrar a militar en dicho partido revisionista, entonces debe exponer qué es lo que ha llevado a dicho elemento a discrepar de la línea política revisionista de su partido; si finalmente se ha comprendido y expuesto correctamente el carácter revisionista de su vieja organización, debe demostrar en la práctica que no tolerará caer en el mismo lodazal de nuevo; del mismo modo que no debe obsesionarse ni dejarse deslumbrar con las desviaciones y corriente revisionista de su vieja organización, sino también estudiar y comprender el resto de desviaciones y corrientes revisionistas, así como ser consecuentes y exponerlas en igual medida». (Equipo de Bitácora (M-L); Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)
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