martes, 14 de agosto de 2018

Las tácticas revisionistas para lograr la aceptación y posterior acuñamiento de su doctrina entre las masas de cara al interior y al exterior


«Podría decirse, que los revisionistas utilizaban pues, dos tácticas, una defensiva y otra ofensiva para lograr la aceptación y posterior acuñamiento de su doctrina entre las masas de cara al interior y de cara al exterior. La primera táctica defensiva era intentar implantar cuidadosamente las bases de su doctrina dentro del partido y en medida de lo posible lograr una aceptación en el exterior, como decíamos estos revisionistas clamaban que su ideología pese a sus componentes claramente heterodoxos no debía ser criticada, pues «pese a todo seguía siendo marxismo-leninismo», los revisionistas ponían como consecuencia de la no aceptación de esta premisa, que el que no aceptar a su «marxismo-leninismo específico», se estaría cayendo en el dogmatismo, en el izquierdismo, en el sectarismo. La segunda táctica, ofensiva, perseguía que una vez consolidada su ideología dentro del propio partido, una vez seducidas la mayoría del partido con los sofismas necesarios, y logrado reunir una cierta simpatía en el exterior, implantar tanto dentro como fuera la idea de que la nueva doctrina era superior a toda doctrina humana precedente, incluyendo el marxismo-leninismo, las consecuencias según estos revisionistas de no acatar esta premisa, sería que quién no lo aceptara caería en el derechismo, en el conservadurismo, en el revisionismo, ya que la nueva doctrina era la «síntesis del pensamiento humano», y el marxismo-leninismo, algo obsoleto, y el apegarse a sus ideas, una muestra al mismo tiempo de dogmatismo y conservadurismo, de ser un reaccionario. Esta ha sido la estrategia de muchos revisionismos, y es el caso del revisionismo chino y del revisionismo coreano». (Equipo de Bitácora (M-L)El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche», 2015)

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