viernes, 6 de octubre de 2017

Reclutamiento masivo sin distinción alguna en Reconstrucción Comunista; Equipo de Bitácora (M-L), 2017

Maurice Thorez, uno de los teóricos revisionistas del «partido de puertas abiertas» durante el siglo XX

«En Reconstrucción Comunista (RC) saben muy bien la teoría, o mejor dicho saben copiar muy bien las líneas de los clásicos, copiando el argumento de «Fundamentos del leninismo», obra de Stalin de 1924, dicen:

«El partido debe de estar conformado por un grupo reducido de revolucionarios profesionales. Estos deben dedicar todo su tiempo a la actividad revolucionaria. (...) El partido es un destacamento de la clase obrera pero no un destacamento cualquier, sino que es la forma más alta de organización, destinada a dirigir a su clase y a las otras organizaciones de la misma. (...) Debe de estar compuesto solamente por revolucionarios más conscientes de nuestra clase». (Juan Mesana, Tomás Garante y Julio Moreno; Compendio de textos sobre el partido, 2017)

Ahora, en la práctica de RC sucede otra cosa. Lo primero que el carácter de miembros que reclutan distan bastante de ser miembros de la clase obrera ni que alberguen su moral. Lo segundo es que no hay un criterio selectivo a la hora de reclutar miembros sino que se recluta para engordar las filas. Y tercero que los miembros de la organización no dedican todo su tiempo a cuestiones de la lucha de clases sino a idioteces como hacer memes y postureo en redes sociales, a irse de fiesta, montar broncas y demás fenómenos comunes en la vida de gente de este tipo.

1) Detengámonos y analicemos por un momento a la actual militancia de esta organización para ver qué fines tienen con su reclutamiento masivo, sobre todo de jóvenes. En una foto reciente colgada de forma pública que puede verse [aquí] –ha de saberse que las fotografías han sido pixeladas por nosotros ya que dudamos hasta de que sean mayores de edad–, se evidencia que la lista de las edades de los militantes de base de Reconstrucción Comunista (RC) bien podría ser de instituto –y por el nivel intelectual de algunos, de instituto con muchos repetidores–.

Salvo la cúpula, generalmente los miembros de Reconstrucción Comunista (RC) suelen chicos y chicas de una edad comprendida entre los 16 y 21 años de edad con pocos y defectuosos conocimientos económico-políticos. Y de hecho, el perfil del militante de esta organización sueles venir de dos sectores sociales concretos en los que los jefes suelen buscar para reclutar: a) chicos y chicas de capas sociales acomodadas, que aburridos y aburguesados, van de moda en moda en virtud de lo que sus parejas o amigos hagan: ayer eran existencialistas, antes eran «emos» y mañana serán otra cosa, otros son pintores de arte abstracto, otros animalistas, otras veganas, hoy dicen que son o quieren ser marxista-leninistas, mañana quizás por capricho se pasaran a las filas del posmodernismo, a las filas de la socialdemocracia o de lo que se tercie, gente que no ha aprendido ni tiene por objeto estudiar la doctrina marxista-leninista salvo un par de frases para el postureo; b) por otro lado tenemos personas de las capas obreras más deprimidas y de las capas directas del lumpemproletariado, gente con problemas sociales y marginales, con problemas económicos, de drogadicción, que por su bajo nivel cultural son fácilmente captables pues solo buscan sentirse identificados y aceptados en un concepto de grupo, en especial suelen ser gente de ambientes pandilleros, anarquistas, y con referentes enfilados en la cultura punk, hardcore, mod y skinhead. Ambos perfiles suelen tener en común que son gente muy voluble y manipulable, con falta de autoestima y seguridad en sí mismos. De estos dos perfiles se aprovecha la cúpula para crearse sumisos militantes y palmeros.

2) Una de las características reconocibles de un partido revisionista de este tipo es la facilidad con la que otorga el carnet a sus militantes, e incluso el trasvase de militantes de las juventudes al partido a falta de gente disponible, lo que evidencia la falta de popularización de la organización o bien el rechazo de las masas a la misma:

«Desde el partido, de manera unilateral y sin contar con JG (B) [Juventudes de RC], se ha otorgado la militancia en partido a camaradas de juventud. Esto implica, en una primera instancia, una desconfianza en JG (B), particularmente en sus órganos de dirección, a la hora de valorar la capacidad de los camaradas para la militancia en partido. Además, teniendo en cuenta que quien posee información detallada sobre la actividad, desarrollo y capacidades de los camaradas es JG (B), pues es donde realizan los camaradas la mayor parte de su actividad militante y donde se realizan los informes al respecto, las decisiones en tal sentido por parte de partido vienen motivadas, bien por una perspectiva subjetiva –en tanto que no cuentan con informes detallados de los camaradas, pues por lo menos a mí, siendo responsable político de Castilla y responsable estatal de formación, no se me han solicitado en ningún momento– o, en el peor de los casos, por cuestiones de proximidad o confianza personal en dichos camaradas.

Así mismo, este hecho ha perjudicado a JG (B), en tanto que se otorgó la militancia a camaradas sobre los que existían planes desde los órganos de dirección en cuanto a la promoción de cuadros y el buen funcionamiento de la juventud. Esto se ha intentado solventar a través de la figura del enlace entre el partido y la juventud, pudiendo obtener dicho enlace la doble militancia en ambos. Sin embargo, esta medida vendría, por un lado, a reforzar la dependencia de la juventud respecto al partido en algunas cuestiones, y por otro lado, que evidentemente no solventa la problemática de las dobles militancias». (P. R., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de cese de la militancia, 29 de octubre de 2015)

¿Es esto una línea consecuente marxista-leninista sobre el reclutamiento? ¿Respeta esto a los conceptos y principios más básicos del marxismo-leninismo?:

«Nuestra tarea es cuidar de la firmeza, la disciplina y la pureza de nuestro partido. Debemos esforzarnos para elevar más y más el título y la importancia del miembro del partido». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Informe al IIº Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, 1903)

¿Es permisible reclutar a todo simpatizante en el partido? Como ya hemos visto anteriormente ni mucho menos:

«Hasta hoy nuestro partido se parecía a una hospitalaria familia patriarcal dispuesta a admitir a todos sus simpatizantes. Pero después que nuestro partido se ha transformado en una organización centralizada, se ha despojado de su carácter patriarcal, tomando por entero el aspecto de una fortaleza, cuyas puertas únicamente se abren para los dignos». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; La clase de los proletarios y el partido de los proletarios, 1905)

De nuevo Reconstrucción Comunista (RC) demuestra que pese a todo no es otra cosa que un engendro maoísta en sus métodos prácticos:

«Estamos muy preocupados por su decisión de que todo el que desee puede ser aceptado en el partido, sin ninguna consideración de su origen social, que el partido no tema que algunos arribistas busquen su camino en el partido, así como de su mensaje sobre las intenciones de aceptar incluso a Zhang Xueliang en el partido. En la actualidad, más que en cualquier otro momento, es necesario para mantener la pureza de las filas y el carácter monolítico del partido. Mientras conducimos el alistamiento sistemático de personas en el partido y así lo reforzamos, especialmente en el territorio del Kuomintang, es necesario que al mismo tiempo que evitamos la inscripción masiva en el partido, aceptemos solo a las mejores y probadas personas de entre los obreros, campesinos y estudiantes». (Georgi Dimitrov; Telegrama de la Secretaria del Comité Ejecutivo de la Komintern al Secretariado del Partido Comunista de China, 15 de agosto de 1936)

Es más, el tipo de reclutamiento de miembros de RC no basados en los méritos en el trabajo de cara a la revolución sino a los méritos en el seguidismo de cara al Secretario General es una de las causas que hacen a esta organización susceptible de ser desmontada en cualquier momento como ha ocurrido históricamente con estos grupos:

«Puede trabajar unos cuatro, cinco o seis meses. Luego viene la detención, que muchas veces trae consigo el desmoronamiento de toda la organización o, por lo menos, de una parte de ella. Cabe preguntar: ¿puede un grupo trabajar con éxito, con fruto, cuando su existencia está limitada a unos cuantos meses? Es evidente que los defectos de las organizaciones existentes no pueden atribuirse por entero al período de transición; es evidente que la cantidad y, sobre todo, la calidad de los efectivos de las organizaciones activas desempeñan aquí un papel de no escasa importancia, y la tarea primordial de nuestros socialdemócratas [comunistas] debe consistir en unificar realmente las organizaciones, con una selección rigurosa de sus miembros». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; ¿Qué hacer?, 1902)

3) Una exmilitante describiría así algunos de los perfiles de los militantes de RC con los que había convivido y las tareas a las que se dedicaban, y el concepto que se tenía para ascender en el escalafón de la estructura revisionista:

«Itxasne: Cualquiera podría pensar «¡Qué tontos!, ¿no se dan cuenta de las cosas?» o «¿Pero no estudian tanto algo de marxismo aunque sea de casualidad para darse cuenta de donde están? ¿Por qué no afrontan la realidad de ese supuesto partido que no tiene nada de comunista?» y, lo más típico, lo de «¿Cómo es posible que, después de años de militancia mano a mano, no os hayan querido ni escuchar ni dar un mínimo de credibilidad y, en cambio, repiten como loros las versiones cambiantes de Roberto sobre cualquier problema, abandono, etc.?».

Lo cierto es que yo no considero que sean tontos «per se». No tiene nada que ver con la inteligencia ni con la conciencia. El perfil medio –con excepciones, diferencias, gente que cumple parcialmente con este perfil general y gente que lo cumple en su totalidad y más– de militante es una persona adolescente o post adolescente –de entre 16 y 22 años– cuya extracción social no es en sí la de un proletario o una familia proletaria. No digo esto excluyéndome a mí misma, ya que yo misma tengo una trayectoria académica y laboral que no es la de una proletaria, como sí podría ser el caso de Felipe. Pero lo que es evidente es que las condiciones objetivas de que se rodea el perfil medio de militante de RC no favorece ni propicia un desarrollo avanzado de la conciencia de clase. Normalmente se trata de estudiantes aburridos de familia de corte tradicional y un estilo de vida aburguesado, sin vida laboral y sin grandes necesidades económicas que tienen una necesidad personal de autorrealización mediante un grupo que les haga sentirse rebeldes por unos años. No son pocos los ejemplos de militantes que conozco cuyos problemas más dramáticos son discutir con su madre por no colaborar en las tareas domésticas o no asistir a clase y tirar los miles de euros que sus padres invierten en su formación universitaria, como es el caso de unos cuantos militantes madrileños. Hay casos de militantes con padres millonarios que han vivido toda su vida en urbanizaciones de lujo de las afueras de Madrid y Valencia con un concepto elitista del arte abstracto que recibían encargos de 700€ del propio progenitor por una pintura. Militantes que querían «descubrir si eran comunistas». Curioso me resulta que, teniendo este tipo de perfiles entre sus filas, tengan la desfachatez de reírse de mí y de Felipe por vivir en lo que ellos llaman un «chalet», que no es otra cosa que una humilde vivienda de 300€ a la que tuvimos que mudarnos debido a las dificultades económicas de 2016 –que nosotros sí estábamos atravesando entre trabajos precarios y miles de euros en gastos judiciales que salieron de nuestros bolsillos y de los de nuestros amigos y familiares–. Este hecho, el de pasar verdadera necesidad, es algo que rara vez han experimentado buena parte de los militantes de RC –con su paga semanal de los padres, sus matriculaciones en la universidad regaladas a cambio de nada por sus padres, por no hablar de los móviles, los tatuajes o la ropa de skinhead que no es precisamente barata–. Del mismo modo se han reído de nuestros medios de vida: la ilustración en mi caso –en parte–, trabajos como el de camarero en el caso de Felipe, vete a saber tú porqué. Tampoco esperé en ningún caso que respetasen cosas de las cuales acusan una profunda ignorancia, pero no habría estado de más evitar ese tipo de burlas públicamente, máxime cuando hablan constantemente de la imagen de un comunista y que un comunista lo es las 24 horas del día. Y no son hechos aislados por odio personal inculcado. En Valencia era el pan de cada día lidiar con la prepotencia de unos niños que apenas rozaban la mayoría de edad y explicar que no se podía echar en cara a una cajera de Mercadona cosas como «¡Te están robando la plusvalía y no te enteras!» al ser interceptado robando unos productos a granel, obviaré en este caso el burdo análisis económico intrínseco a esta estúpida disertación, puesto que la culpa de su analfabetismo la tienen las formaciones de Economía de su Secretario General. Por otro lado, existe también el perfil de militante proveniente de barrios obreros o marginales que ha vivido en la anomía y ha forjado su identidad al estilo del lumpemproletariado: tribus urbanas, imitación de bandas latinas, etc. Sin ir más lejos, el contacto con Barcelona se produjo en un concierto en el que dicho contacto, ahora militante «consolidado» de RC, estaba pasado de alcohol y drogas duras. Evidentemente, esto a Roberto no le importa, pues pese a su constante frase de «hay que primar lo cualitativo a lo cuantitativo», él lo que quería era mostrar al mundo que ya había presencia de RC en la ciudad de Barcelona a cualquier precio. Si algo tienen en común estos dos tipos de perfil es, según yo lo veo, la vulnerabilidad que presentan en determinadas etapas de sus vidas. Esto propicia una absorción completa por parte de RC». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 25 de junio de 2017) (Equipo de Bitácora (M-L)Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

2 comentarios:

  1. De que debiere preguntar en otro lado de la página,Por lo cual pido disculpas.
    ¿Cómo ve o cual cree que es la situación de los pueblos del Estado Español?

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  2. Soy ex militante de RC y evidentemente tengo ciertas discrepancias con la organización (ahora partido), pero no voy a permitir que semejante esperpento de persona como es Itxasne mienta para conseguir un poco de casito tras perder su posición en "la cúpula" de RC (desde donde misteriosamente no criticaba nada de lo que ahora hace). A esta señora, por llamarla de alguna forma, la conocí cuando empece a militar en valencia. Yo era estudiante universitario y sí, mis padres me pagaban la universidad, y no solo a mi sino a varios militantes porque, sorpresa, no todos somos capaces de trabajar y estudiar a la vez. Aún asi me desvivía por mi militancia, por aprender de los textos y por salir a la calle o incluso realizar trabajos clandestinos que llegaban a ocuparme desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana (y todo eso voluntariamente y siendo consciente de ello). Y mientras, Itxasne, actuaba como si fuese la patriarca de Valencia, como si fuese la "mamá" de todos los militantes (claro, como pareciamos de instituto de repetidores... Que por cierto, el elitismo bien, no?). Y no solo eso, esta señora se dedicaba a rebuznar sobre cómo vestían algunas chicas, casualmente solo sobre las que tenían cuerpos más normativos (seguramente por la gran cantidad de complejos que acumulaba Itxasne sobre su cuerpo y que eran más que evidentes en sus fotos con 3kg de photoshop antiojeras y con reducción de nariz). Con ella aprendi algunas cosas, sí, pero de lo que mas me alegro es de aprender malos ejemplos de cómo no ser un buen militante ni un buen camarada. Aprendi que si algo no te gusta de tu organizacion tienes dos caminos: uno lleva hasta la puerta, y te vas a tu casa y el otro lleva hasta la critica y la autocrítica, luchar por qué las cosas cambien y si no funciona, te vas por la puerta. Ella eligio otro. Eligió el camino de acomodarse en el "poder" y solo sacar las críticas de forma oportunista tras claudicar de forma llorona. Yo lloré cuando un camarada vino a las 7 de la mañana a decirme que estaban deteniendo a nuestro comité central y entre ellos a varios camaradas de valencia (entre ellos Itxasne y Felipe), y ahora siento vergüenza de haberme sentido así por alguien que tras claudicar nos considera lumpenes, aburguesados o niños de papá a quienes arriesgamos mucho por ella.

    Ojala toda esta lacra oportunista acabe pudriéndose donde debe.

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