«Volvemos e indagamos en el tema de la alianza con la burguesía en los países semifeudales y semicoloniales. ¿Cuál era la postura de la Komintern –Internacional Comunista– en cuanto a las tareas de países coloniales o semicoloniales como Corea?:
«A medida que se desarrolle y profundice la lucha ulterior –sabotaje de la burguesía, confiscación de las empresas pertenecientes a la misma, confiscación que se transforma inevitablemente en nacionalización de la gran industria– en las colonias y semicolonias en donde el proletariado ejerza la dirección y la hegemonía, la revolución democrática-burguesa consecuente se transforma en revolución del proletariado. (...) El objetivo esencial consiste, en dichos países, en la organización independiente de los obreros y campesinos –partido comunista de clase del proletariado, sindicatos, asociaciones y comités campesinos y, en las condiciones creadas por una situación revolucionaria, soviets, etc.– y de la emancipación de las mismas de la influencia de la burguesía nacional, con la cual solo son admisibles los pactos temporales». (Komintern; Programa la Komintern aprobados en el VIº Congreso celebrado en Moscú; 1 de septiembre de 1928)
Debemos citar esta simple pero contundente cita sobre la burguesía nacional y las alianzas con ella de los comunistas, para que los genuinos marxista-leninistas comprendan bien las tácticas comunistas sobre este tema y no caigan en confusión:
«La razón por la que la Komintern consideró que era posible establecer acuerdos con los sectores de la burguesía en los países coloniales y semicoloniales era porque ciertos sectores de ella –la llamada comúnmente burguesía nacional–, en general, apoyaban al movimiento nacional. Por otro lado la misma razón de que estas alianzas fueran temporales y condicionadas era por la tendencia al compromiso y el reformismo de este mismo sector. Ellos no apoyaran la continuación de la revolución democrático-nacional hasta el final, esto significa que para lograr una ruptura total con el imperialismo sólo se puede lograr tomando la senda del socialismo. Mientras el proletariado no establezca la dictadura del proletariado y se embarque en el socialismo, la burguesía «nacional» buscará por todos los medios establecer la dictadura burguesa, y buscará también consolidar las relaciones capitalistas e incluso manteniendo la dependencia del imperialismo para ello. Mientras los sectores de la burguesía nacional juegan un rol positivo durante la etapa democrático-nacional, ésta se rebelará contra la revolución, y el proletariado en alianza con el campesinado deberá acabar por el camino que la burguesía no quiso seguir. Las relaciones que fueron calificadas en un momento como alianzas, en ese momento serán transformadas en relaciones antagónicas desarrollándose una seria lucha a vida o muerte. El proletariado solo establece acuerdos temporales con la burguesía cuando esta puede ayudarle a lograr sus objetivos como en este caso con el movimiento nacional de liberación. Si el proletariado ve que es capaz perfectamente de derrotar al imperialismo y al feudalismo sin la necesidad de aliarse con la burguesía nacional, seguramente lo hará de ese modo, ya que de todos modos el objetivo final frente a la burguesía nacional siempre será el de aniquilarla como clase. Pero por otro lado, si el proletariado falla en establecer los compromisos y alianzas necesarios con la burguesía, puede quedarse aislado de sus aliados a largo plazo quedando rodeado por las clases explotadas, la revolución democrático-nacional podrá entonces ser rota, y los esfuerzos del proletariado para establecer su dominio pueden ser rotos por la reacción local y extranjera». (Jim Washington; El socialismo no puede construirse en alianza con la burguesía, 1980)
Esto es algo que jamás llegaron a entender los nacionalistas-burgueses asiáticos como Kim Il Sung, Kim Jong Il, Hồ Chí Minh, Lê Duẩn, Liu Shao-chi, Mao Zedong, etc.
Está claro, que estos personajes eran los típicos surgidos en este tipo de países que como:
«Los representantes del nacionalismo burgués, explotando la autoridad política y moral de la Rusia soviética y la adaptación al instinto de clase de los trabajadores dan a sus aspiraciones democráticas burguesas un disfraz «socialista» o «comunista», con el fin –aunque pueden no ser conscientes de sí mismos– de desviar a los primeros grupos proletarios embrionarios de las tareas reales de una organización de clase». (Komintern; Tesis sobre la cuestión de oriente, 5 de diciembre de 1922)
Eran representantes del nacionalismo burgués y pequeño burgués, que bajo apariencia de marxistas, adolecían de un:
«Liquidacionismo de derecha que ignora los objetivos de clase independiente del proletariado. (...) Que lleva a la fusión con el amorfo movimiento nacional democrático general». (Komintern; Resolución del VIº Pleno del Comité Ejecutivo de la Komintern, 1926) (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche», 2015)
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