«Ahora ya sabemos, amiga Reyes Bertral, donde ha terminado la Cataluña dirigida por los partidos políticos nacionalistas pequeño burgueses. Objetivamente, históricamente, no podía ocurrir otra cosa. Solo dos clases tienen calidad para dirigir la nación: la clase burguesa y la clase obrera. El estamento intermedio, o lo que llaman clases medias, deben ser dirigidas o por la burguesía o por la clase obrera. Y si por un conjunto de circunstancias determinadas devienen en dirigentes de la nación van a la deriva durante un tiempo, y a la postre, son uncidas por la reacción. Pues la pequeña burguesía, estamento intermedio, que por el sector más rico se liga a la burguesía y por el sector más pobre se acerca al proletariado, es vacilante, miedosa, contradictoria y en momentos de crisis huye despavorida de la revolución y opta por el compromiso. Por lo que los dirigentes políticos pequeño burgueses acaban sufriendo el reflejo burgués, asimilando las costumbres y vicios de la burguesía, tienden a considerar la política como un asunto de porvenir personal y, en el mejor ángulo, se pierden por los senderos de un romanticismo revolucionario estéril o de un intelectualismo especulativo, snobista, paralizador, si no se acercan o no se incorporan a la clase obrera en búsqueda de nuevas perspectivas de combate y de victoria. Esta es la lección de 1931-1933, del 6 de octubre de 1934, de la guerra, y de una Cataluña escolada por el régimen terrorista de tipo franco-falangista». (Joan Comorera; Carta abierta a Reyes Bertal, 1948)
Anotación de Bitácora (M-L):
Recordemos que las clases intermedias como la pequeña burguesía oscilan entre la burguesía y el proletariado dependiendo del contexto económico y su ideología, son clases inestables, que pueden estar ideológicamente cercanos a uno u otro campo por diferentes razones, y que puede también que la marcha de la economía le lleve a convertirse en clase burguesa –si amasa capital– o clase proletaria –si se arruina–, además la pequeña burguesía muchas veces está influenciada por la burguesía a la cual no solo pretenden imitar económicamente sino en el estilo de vida, modo de pensar, costumbres, etc., como dice Comorera no es por tanto una clase con garantías por variadas razones como sí lo es el proletariado, por ello la pequeña burguesía sólo puede ser un aliado de la revolución socialista si finalmente por razones económicas, ideológicas o las que fueran se acerca a la moral proletaria.
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