«4. «La emancipación del trabajo tiene que ser obra de la clase obrera, frente a la cual todas las demás clases no forman mas que una masa reaccionaria».
La primera estrofa está tomada del preámbulo de los Estatutos de la Internacional, pero «corregida». Allí se dice: «La emancipación de la clase obrera tiene que ser obra de los obreros mismos»; aquí, por el contrario, «la clase obrera» tiene que emancipar, ¿a quien?, «al trabajo». ¡Entiéndalo quien pueda!
Para indemnizarnos, se nos da, a título de antistrofa, una cita lassalleana del más puro estilo: «frente a la cual –a la clase obrera– todas las demás clases no forman más que una masa reaccionaria».
En el Manifiesto Comunista se dice:
«De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar». (Karl Marx y Friedrich Engels; Manifiesto del Partido Comunista, 1848)
«De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar». (Karl Marx y Friedrich Engels; Manifiesto del Partido Comunista, 1848)
Aquí, se considera a la burguesía como una clase revolucionaria –vehículo de la gran industria– frente a los señores feudales y a las capas medias, empeñados, aquéllos y éstas, en mantener posiciones sociales que fueron creadas por formas caducas de producción. No forman, por tanto, juntamente con la burguesía, una masa reaccionaria.
Por otra parte, el proletariado es revolucionario frente a la burguesía, porque habiendo surgido sobre la base de la gran industria, aspira a despojar a la producción de su carácter capitalista, que la burguesía quiere perpetuar. Pero el Manifiesto añade que:
«Las «capas medias... se vuelven revolucionarias cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado». (Karl Marx y Friedrich Engels; Manifiesto del Partido Comunista, 1848)
«Las «capas medias... se vuelven revolucionarias cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado». (Karl Marx y Friedrich Engels; Manifiesto del Partido Comunista, 1848)
Por tanto, desde este punto de vista, es también absurdo decir que frente a la clase obrera «no forman más que una masa reaccionaria», juntamente con la burguesía e incluso con los señores feudales.
¿Es que en las últimas elecciones [1] se ha gritado a los artesanos, a los pequeños industriales, etc., y a los campesinos: Frente a nosotros, no formáis, juntamente con los burgueses y los señores feudales, más que una masa reaccionaria?
Lassalle se sabía de memoria el Manifiesto Comunista, como sus devotos se saben los evangelios compuestos por él. Así, pues, cuando lo falsificaba tan burdamente, no podía hacerlo más que para cohonestar su alianza con los adversarios absolutistas y feudales contra la burguesía.
Por lo demás, en el párrafo que acabamos de citar, esta sentencia lassalleana está traída por los pelos y no guarda ninguna relación con la manoseada cita de los Estatutos de la Internacional. El traerla aquí, es sencillamente una impertinencia, que seguramente no le desagradará, ni mucho menos, al señor Bismarck; una de esas impertinencias baratas en que es especialista el Marat de Berlín [2]». (Karl Marx; Crítica al Programa de Gotha, 1875)
Anotaciones de la edición:
[1] Se trata aquí de las elecciones del lo de enero de 1874 al reichstag.
[2] Con este calificativo tal vez se refiera Marx irónicamente a Hasselmann, redactor en jefe del Neuer Social-Demokrat.
Este periódico era el órgano central de la Asociación General de los Trabajadores de Alemania –lassalleanos– que aparecía en alemán tres veces por semana en Berlín (1871-1876). La tendencia de dicho periódico reflejaba enteramente la política practicada por los lassalleanos para acomodarse al régimen de Bismarck y complacerse con la clase dominante de Alemania y, por consiguiente, con el oportunismo y el nacionalismo de los dirigentes lassalleanos. Partiendo de esta posición de sectarismo, dicho periódico se opuso sistemáticamente a los dirigentes marxistas de la Internacional y al Partido Obrero Socialdemócrata Alemán y apoyó la actividad de los bakuninistas y la de los partidarios de los grupos antiproletarios contra el Consejo General de la Internacional.
Posts relacionados:
Sobre la reivindicación liberal-utópica de una educación popular general de calidad y gratuita a cargo del Estado capitalista
Sobre la igualdad en la desigualdad: la distribución según la necesidad y no según el trabajo
La crítica de Marx a la concepción de que «El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura»
Posts relacionados:
Sobre la reivindicación liberal-utópica de una educación popular general de calidad y gratuita a cargo del Estado capitalista
Sobre la igualdad en la desigualdad: la distribución según la necesidad y no según el trabajo
La crítica de Marx a la concepción de que «El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»