«Primeramente, debemos enfatizar que el Partido Comunista de la India ha aceptado a Marx, Engels, Lenin y Stalin como las fuentes autorizadas del marxismo. No ha descubierto nuevas fuentes del marxismo más allá de ellos. Ni se adhiere a la cuestión de algunos partidos comunistas que se declaran seguidores de la llamada teoría de nueva democracia pronunciada por Mao Zedong y dicen que es un nuevo aporte al marxismo. El Secretario de Andahra debería haber pensado diez veces antes de seguir tal formulación y tomar una posición original sobre la cuestión de las contribuciones. Es impermisible para los comunistas hablar ligeramente acerca de nuevos descubrimientos, enriquecimientos, porque tales reclamaciones han sido probadas de vez en cuando que han sido sacadas de las cloacas del revisionismo –Browder, Tito, etc.–. Se debe admitir que algunas de las formulaciones de Mao Zedong son tales que ningún partido comunista puede aceptarlas; entran en contradicción con lo que entiende el mundo de los partidos comunistas. (...) Los que contrastan el camino chino del ruso tienen varias cosas equivocadas en su mente. Primero, su idea acerca de la Revolución Rusa es equivocada. Ellos piensan que la Revolución Rusa fue lograda de repente el 7 de noviembre de 1917 –en el espectáculo de un día, en una suerte de golpe– y olvidan la obstinada lucha de tres décadas, el persistente esfuerzo para ganarse a la mayoría del pueblo durante la revolución y después. Olvidan la misma Guerra Civil Rusa. Segundo, cuando ellos contraponen el llamado camino chino, ellos buscan rechazar la hegemonía del proletariado en la revolución democrática y sienten que la Revolución China muestra que la hegemonía del proletariado no es necesaria. Aluden que todas las referencias indirectas sobre la huelga general y el levantamiento armado están caducas, la guerra de guerrillas en las áreas rurales, la guerra civil y la lucha prolongada realmente excusan la idea de que el liderazgo del proletariado es necesario. Esta tentativa se hace en el nombre de la revolución antifeudal, la revolución agraria, y demás, en resumen una teoría de liderazgo campesino. Esto expone el carácter antimarxista de esta tendencia». (Bhalchandra Trimbak Ranadive; Lucha por la democracia popular y el socialismo, 1949)
Ranadive pese a sus acertadas críticas al maoísmo en cambio no tomaba en cuenta la persistencia de restos de feudalismo en la India:
«La primera etapa; la revolución agraria o la reforma agraria, como quieran llamarla. Los países de democracia popular en Europa pasaron por esta etapa en el primer año después de la guerra. China está ahora en esta primera etapa. La India se está acercando a esta etapa. La segunda etapa de la revolución democrática popular como se muestra en la Europa del Este se caracteriza del paso de la revolución agraria a la expropiación de la burguesía nacional. Esto es ya el comienzo de la revolución socialista. En todos los países de democracia popular de Europa las plantas, fábricas y bancos se han nacionalizados y se entregaron al Estado. China se encuentra todavía lejos de esta segunda etapa. De esta etapa también la India también está muy lejos. Aquí se habla de la redacción del periódico de la Kominform en relación con la trayectoria de China de desarrollo de la revolución. Este editorial fue un reto para los artículos y discursos de Ranadive, que consideraba que la India estaba en el camino de la revolución socialista. Nosotros, los comunistas rusos, consideramos que esta es una tesis muy peligrosa y decidimos ir contra esto y señalar que la India está en el camino de China, es decir, la primera etapa de la revolución democrática popular». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Grabación de las Discusiones de Iósif Stalin con los Representantes del Comité Central del Partido Comunista de la India, Camaradas Rao, Dange, Ghosh y Punniaiah, 9 de Febrero de 1951)
La contestación china a Ranadive en la Kominform con el artículo de Liu Shao-chi instigando a los partidos comunistas asiáticos a seguir «el camino de Mao», sumado a los fracasos del Partido Comunista de la India (PCI) en la lucha guerrillera de 1951 y las presiones de las fracciones prochinas finalmente acabaron por relevar a Ranadive del puesto de Secretario General.
El acierto de los soviéticos fue señalar las desviaciones de Ranadive en materia de las etapas de la revolución y sus alianzas, pero esto iba de la mano a la crítica a otros conceptos maoístas de sustancial importancia, para el futuro del PCI y de todo el movimiento comunista internacional.
En cambio el error de los marxista-leninistas de entonces fue no apoyar más fuertemente la parte de la crítica acertada de Ranadive sobre el maoísmo. A su caída, tomó el poder en el partido la facción más prochina liderada por Rao, que intentaba implantar el maoísmo como ideología del partido, queriendo seguir su experiencia de forma mecánica. Los marxista-leninistas soviéticos se vieron pues esta vez, en la obligación de combatir estas ideas que se estaban popularizando en Asia como comentó a las delegaciones indias e indonesias.
Si revisamos los artículos soviéticos de los años 50, observaremos ya una postura desconfiada hacia los dirigentes chinos y sus expresiones de intentar elevar a modelo universal su experiencia de dudosos resultados, en especial en los países de Asia como la India:
«Una vez más E.M. Zhukov se refirió a la cuestión de la importancia de la experiencia de la revolución china, señalando que sería absurdo menospreciar la experiencia china. Su importancia es muy grande, pero no se debe hacer un fetiche de él, considerándola como un «modelo» universal aplicable a los países de Asia. (...) El camarada Balabushevich, después de haber subrayado la enorme importancia de la experiencia china para los partidos comunistas de varios países de Oriente, estuvo de acuerdo con el orador principal de que sería muy arriesgado considerar a la revolución china y a sus formas de desarrollo como un punto de referencia obligado para las revoluciones democráticas populares en otros países de Asia. En el ejemplo concreto de la India, indicó lo erróneo de la extrapolación mecánica de la experiencia de la revolución china, que, por cierto, no se comprende profundamente, sin tener en cuenta las características específicas de la India. El camarada Nasenko también señaló lo erróneo del trasplante mecánico de la «experiencia china» a la India. Los camaradas Dyakov, Balabushevich y Levinson, en sus presentaciones, basadas en los documentos y los programas del Partido Comunista de la India y los países de Asia sudoriental, así como en los hechos concretos del movimiento revolucionario en esos países, hicieron especial énfasis en la lucha de los partidos comunistas y los pueblos de estos países por la democracia popular y por la formación de un amplio frente único antiimperialista y antifeudal». (Izvestiya; Sobre el carácter y las características específicas de la democracia popular en los países de Oriente, 1952)
Véase también las carta de Stalin al Partido Comunista de la India o al PC de Indonesia criticando las deficiencias de la experiencia militar china, algo que también recomendaba a los camaradas indios en la conversación conjunta con los soviéticos. A esto sumese la crítica a la idea del «socialismo específico chino».
Enn resumen, críticas de Stalin al maoísmo muy similares a las esgrimidas por Ranadive.
Los errores en los próximos años del PCI, solo reflejaban el caos ideológico interno de estos años, y el no haber meditado bien la crítica necesaria que debía hacerse al maoísmo, y que ya adelantó Ranadive.
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