Roberto Vaquero / Sartre |
«Como han denunciado exmilitantes de Reconstrucción Comunista (RC), uno de los rasgos característicos de esta secta es el hecho que está dirigida por un misógino, a juzgar por las declaraciones. Al parecer, el «señor» Roberto Vaquero pierde la cabeza fácilmente detrás de cualquier falda. Sus aventuras son tan conocidas que hasta los medios de comunicación de la burguesía se hicieron eco de su problema. Dicen sutilmente:
«El problema del líder –un tipo de enorme éxito entre las mujeres del mundo antifascista madrileño– fue su exceso de ego». (La Razón; Roberto, el líder en Madrid del brazo armado del PKK, 31 de enero de 2016)
Efectivamente, en lo que más acertados están los autores del artículo es en calificar a este sujeto como un promiscuo con un ego desmesurado, cuyas fechorías se han hecho públicas por boca de sus víctimas: exmilitantes, exfamiliares y examigos.
Javier, exmilitante de Reconstrucción Comunista (RC), también examigo de Roberto Vaquero y persona que tuvo la desafortunada experiencia de convivir con él, denunció su promiscuidad y cómo ésta afectaba las relaciones internas de la organización. Que los lectores lean atentos, pues esta carta de denuncia no tiene desperdicio:
«No es algo desconocido para prácticamente ningún militante del partido ni de la juventud –ni de gran parte de los militantes de las organizaciones políticas y sociales de Madrid– la intensa actividad sexual de la que hace gala el camarada R[oberto]. Éste hecho, que no tendría por qué engendrar un problema en sí mismo, se traduce en primera instancia en una problemática interna.
El Secretario General, lejos de alejarse personalmente de la militancia, ha mantenido relaciones sexuales con bastantes militantes tanto del partido cómo de la juventud. Esto es algo de lo que todo el Comité Central y gran parte de la militancia tenemos constancia. Así mismo es sabida las fricciones internas que ello ha generado entre ciertas camaradas, produciéndose conflictos por éste motivo que eran evitables en todos los casos. El Secretario General no debe mantener relaciones sexuales/afectivas con militantes de base, menos aún si la experiencia demuestra que ante el cese de dichos encuentros sexuales/afectivos varias militantes se han desvinculado o han mermado notablemente su implicación en las actividades del partido. Lejos de comprender que una conducta que desestabiliza al partido –máxime aún cuándo a una militante se le ha reprochado multitud de veces, transmitiéndoselo el SG en varias ocasiones, que mantuviera relaciones sexuales/afectivas con otros militantes porque ello desestabilizaba a los militantes y por ende, al partido– debe ser erradicada, su respuesta cuando le increpé por seguir manteniendo relaciones sexuales con camaradas fue la de acusarme de ser machista. Esto lo presenciaron otros camaradas –incluido el Secretario de Organización, el camarada F–.
No sabría decir a ciencia cierta si ha sido motivado por las presiones ejercidas por mi o si se ha debido a las intenciones del camarada R de entablar relaciones sexuales con otras militantes, pero el hecho es que, en lugar de explicar las cosas claramente cuando ha decidido cesar una relación sexual/afectiva con una militante, ha aducido en varias ocasiones a que se veía forzado por mi o por el CC para finiquitar sus encuentros sexuales, ya que le imponíamos no mantener relaciones con militantes. Curiosamente, y tras esa explicación, empezó otra nueva relación sexual en menos de una semana con otra camarada, a la que posteriormente pondría la misma excusa cuando decidió dar por terminados los encuentros íntimos». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
Así que cuando Roberto Vaquero da sermones sobre la promiscuidad, parece que los da con claras inspiraciones autobiográficas:
«Por un lado están los que tienen concepciones liberales obsesivas y degeneradas sobre la sexualidad: la promiscuidad sin control y enfermiza llevará a la autodestrucción de la persona. Su problema está totalmente influenciado y alentado por las ideas de la burguesía en la sociedad, por la hipersexualización de esta, que convierten a la persona en un consumidor compulsivo. El sexo está incluido en aquellas adicciones, no tan dañinas para la salud física como las drogas pero, que llevan a las personas igualmente a la destrucción y a la ruina». (Universidad Obrera; Mujer y marxismo, 2016)
Es más, cuando habla de lo pernicioso que son las alcahuetas para un partido diciendo que:
«El Partido tiene la capacidad de actuar sin el «servicio» de estas alcahuetas ridículas que flaco favor le hacen al Partido, a las que también hay que obligar a revisarse». (Universidad Obrera; Mujer y marxismo, 2016)
Habla, de nuevo, desde su experiencia personal, pues su examigo, excompañero de piso y excamarada Javier M., ya denunció en su carta a la militancia de RC la práctica de Roberto en la materia –algo que también denunciarían otros miembros, como Itxasne–:
«Si a esto sumamos la práctica habitual del camarada R de jactarse de sus conductas y prácticas sexuales, así como de ridiculizar –delante de multitud de militantes y personas ajenas al partido e inclusive a la militancia política– a gran parte de sus «conquistas», haciendo que la imagen de las camaradas resulte perjudicada no por lo que relata en muchos casos, sino por el análisis que hace de ello. Contando anécdotas sexuales e intimidades de las camaradas sin ningún tipo de respeto». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
En esta Carta de Javier M. también se criticó que Roberto animara a otros «machos del partido» a seguir su ejemplo, generando a su vez rivalidades y peleas por las chicas de la organización:
«En un intento por autojustificar que –aún a sabiendas de los problemas que tanto él como otros y otras camaradas han causado en el partido por entablar relaciones sexuales con otros militantes– él siga flirteando y manteniendo relaciones sexuales con militantes, promueve que otros sigan su ejemplo –lo que ha propiciado fuertes tensiones entre varios militantes–, intentando boicotear las relaciones de otros camaradas por sus intereses personales o ridiculizando ante otros camaradas. En un intento por normalizar su incapacidad para mantener una relación afectivo-sexual sana y honesta con ninguna mujer intenta que los demás reproduzcan esos comportamientos, induciendo al libertinaje y las prácticas sexistas en el partido». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
Con estas actitudes y pensamientos uno no sabe bien si la intención real del señor Roberto respecto a RC ha sido crear un lupanar o un «lumpanar». Y es que, si bien en RC a los hombres se les incita a comportarse de este despreciable modo, los testigos afirman que entre mujeres ha proliferado la idea –en parte por influjo de los hombres– de que cuanto mayores sean las insinuaciones en la vestimenta y mayor cantidad de fotos provocativas publiquen en las redes sociales, más fácil lo tendrán para ser aceptadas y populares entre los elementos masculinos del grupo. A todo esto, súmese los delirios arribistas de diversas militantes, que pasan por acostarse con el Secretario General o los miembros de su camarilla para ascender en el escalafón de la secta.
Itxasne, exmiembro de la cúpula de RC y encargada en la cuestión de género, diría al respecto:
En su libro, Roberto nos habla sobre la mujer, advirtiéndonos de que la prostitución es un problema a resolver, algo extremadamente dañino:
«Es lamentable ver cómo esto afecta a la juventud. Podemos ver cómo el consumo compulsivo de prostitución se produce cada vez por gente más joven». (Universidad Obrera; Mujer y marxismo, 2016)
Pero una vez más actúa como el mayor hipócrita que puede imaginarse:
«Itxasne: Militantes que tenían relaciones sexuales con actrices porno felicitados por Roberto, descalificativos hacia toda mujer que no tuviera un cuerpo estrictamente normativo según su canon de belleza, ocultación y disculpa de la compra de mujeres prostituidas por parte de un militante de Castellón que, para más inri, tenía una pareja estable que era miembro de RC también, comentarios absolutamente depravados sobre camaradas con las que tenía intenciones sexuales, alentar a sus camaradas-amigos a desarrollar las mismas actitudes de «macho alfa» que él y premiarles por ello mientras sancionaba negativamente a camaradas críticos con esa degeneración moral, etc». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 2017)
Siendo así lo declarado, la denuncia que hace Roberto del consumo de prostitución es de un fariseísmo rampante, pues sabe perfectamente que sus propios militantes son asiduos consumidores de la prostitución, siendo encubiertos desde la dirección en caso que tengan buena relación con el Secretario General. Esta es una práctica cínica que se hace extensible a otros temas: negar una práctica que se sabe común en la organización, pero que resultaría un duro golpe a la imagen de la misma en caso de reconocerlo.
Al describirse los casos de algunas de las militantes, diversos exmilitantes nos relatarían historias rocambolescas que indican que el perfil medio de las militantes de RC son gente con problemas de inseguridad más acentuada si cabe que en los militantes, siendo todavía más manipulables para el circo y satisfacción del Secretario General y sus imitadores dentro de la organización:
«Itxasne: En Valencia, el contacto directo y personal con Roberto era mucho menos habitual, pero se podían ver muchas actitudes reproducidas constantemente que contrastaban con toda la coherencia, rectitud y «postureo intelectual» del que presumían en redes sociales. Como mi responsabilidad de Género acabó siendo una especie de consultoría psicológica, sé demasiadas cosas que muestran la pobreza moral de muchos de estos niños aburridos que quieren ser rebeldes. Una militante de Valencia, por ejemplo, era la comidilla de todos al haberse besado en Nochevieja con un militante y un tercero hacer fotos de «la conquista» para luego pasarlas entre los chicos por WhatsApp/Telegram. Eso no supone ningún tipo de maltrato hacia ella, en cambio mi actitud crítica con ella por estar siempre centrada en sí misma, sus problemas superfluos y su físico han sido, al parecer, motivo suficiente para ser tildada –a posteriori, pues como siempre digo, ya habría querido yo recibir críticas fundamentadas de tan «malos comportamientos» míos para defenderme o, si no, corregirlos por mi bien y el del partido– de «maltratadora de mujeres». Esta misma persona, en la relación que mantenía en 2015 con un militante también valenciano, fue denunciada muchas veces por su novio. La tachaba de manipuladora, celosa compulsiva, obsesionada con los pechos femeninos hasta el punto de borrarle todos los contactos de redes sociales que fueran mujeres con algo de volumen de pecho, tratando de aniquilar su espacio personal y social. Yo dudaba de la dimensión de estas actitudes –especialmente porque acababa de enterarme, gracias a una chica de un frente que hoy en día es una de las militantes con mayor «caché» en RC, de que él se había acostado con otra chica– hasta que varios militantes denunciaron una execrable actitud que no debería nunca darse entre dos mujeres camaradas: esta chica le confiscó el móvil a otra camarada para encerrarse con el aparato en el servicio del local de Valencia y revisar las conversaciones de WhatsApp y la galería de fotos entre su novio y esta chica. Este fue para mí un punto bastante preocupante. Meses después de mi marcha tengo entendido que la cosa no hizo más que empeorar. Una ex compañera valenciana me informó cómo Roberto cogió por banda a esta chica en una charla en abril de 2016 y le recomendó hacer todo lo que le diera la gana sin límites instando a que hiciera caso omiso a mis críticas pasadas sobre sus actitudes, sancionando positivamente su extrema exposición en redes sociales y sus nada discretos vaivenes íntimos con unos y otros, y aplaudiendo que siguiera siendo mujer florero para los hombres de RC. Tanto fue así que en junio de 2016 la misma informante me contó horrorizada cómo se la vio con una amiga absolutamente alcoholizada en la víspera de San Juan bailando «twerking» junto a grupos de hombres sin pantalones. Esta última, ahora, tras un año de militancia, se ha convertido en la supuesta referente femenina de RC adelantando por la izquierda a todas las mujeres que llevan 3 y 4 años militando en dicha organización –casualmente esa chica le gusta a Roberto porque decía que le recuerda a su ex, M., otra vez la historia de siempre–. Todo esto muestra claramente la deriva hacia el liberalismo en la vida personal de la militancia de RC. Pero ella no era la única que me preocupaba. Otro militante de Valencia, por ejemplo, me llamaba constantemente por teléfono y me abordaba también en persona para pedirme desesperadamente que ayudase como pudiera a su novia –también militante de las juventudes de RC en Valencia–, a la que quería dejar porque era demasiado absorbente y celosa, pero no podía porque esta lo amenazaba con suicidarse. Que se ponía a llorar en medio del acto sexual debido a sus complejos físicos con respecto al tamaño de su trasero como si fuese un drama. O que no podía salir con sus amigos del pueblo tranquilo porque ella tenía celos hasta de su mejor amiga. Para mí este tipo de cosas terminaron por hacerme saltar del todo la alarma y querer reeducar o purgar. Evidentemente, todo esto son nimiedades para Roberto. Nimiedades que, en todo caso, valora positivamente, ya que siempre se ha valido de la vulnerabilidad de los militantes –y, sobre todo, de las militantes– para reafirmar su liderazgo». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 2017)
Ser mujer en esta organización supone que, más pronto que tarde, darse cuenta del tinglado existente. Ante esta situación, una puede escoger abandonar escandalizada o permanecer a sabiendas, pues no hay más ciego que el que no quiere ver, más aún tratándose de una organización harto conocida por sus prácticas machistas y encabezada por líderes reconocidos por su promiscuidad y por airear sus andaduras con las militantes. No se puede estar concienciado con la cuestión de género y militar en esta organización, es una relación antagónica. Hemos de apuntar que, en el caso de menores o mujeres que apenas han alcanzado la mayoría de edad, solo se les puede comprender como víctimas, independientemente de su situación respecto a la militancia en RC, por ser estas más vulnerables a la manipulación a razón de su escasa experiencia vital, factor agravado por la escasa formación político-ideológica.
En la carta de Javier también se criticó con vehemencia su confesa incontinencia sexual:
«Cómo para controlar a su pareja con frases como «yo no puedo estar más de una semana sin follar». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
De hecho, entre su círculo de confianza:
«Itxasne: En ocasiones, me contaron –y esto lo puede atestiguar Felipe o Javier– como Roberto en momentos previos a la reunión, enseñaba a sus militantes masculinos una lista de «Cosas que hacer antes de los 30», cosas sexuales obviamente, entre ellas figuraban «Follarse a una de más de 40», «Follarse a una menor de 18» y hacer «un trío con una de más de 40 y otra de menos de 18», esa lista causó la mofa y en ocasiones también el desprecio en los hombres del partido como Javier que le llamó «enfermo» como reflejaría en su carta después». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 2017)
También los chantajes para llevar a cabo prácticas sexuales:
«Por otro lado está la afición del Camarada R, sin consentimiento previo por la otra parte, de grabar multitud de encuentros sexuales, guardándolos para su uso y disfrute personal, sin conocimiento de las mujeres que salen en esos vídeos. (…) Presionar a sus parejas y compañeras sexuales para tener sexo anal a pesar de no disfrutar ellas en absoluto con esa práctica; afirmando que si a la chica no le duele, el sexo anal no tiene gracia, que a él le ha pasado muchas veces que lloren y eso le pone, algo que debería ser tratado por un psicólogo–». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
No nos sorprende que para Roberto el modelo a seguir en relación al amor y la familia sea el de Sartre-Beauvoir:
«Esto no implica que sea necesario la existencia de una pareja monolítica que garantice esa reproducción como defienden los cristianos y nuestros amigos de la hermandad de la «corrección». (Universidad Obrera; Mujer y marxismo, 2016)
Roberto les decía a sus ligues que, como hacía el filósofo existencialista Sartre, existen «amores contingentes» y «amores necesarios», es decir, el hombre en este caso tiene un «amor hacia su pareja» y un «amor hacia sus amantes», y cree que puede manejar a cada uno disociadamente o uniéndolos llegado el caso, mezclando las relaciones sexuales y sentimentales de los dos tipos de amores en uno. Así fueron todas sus relaciones, incluida la contraída con la «gran camarada E.» hasta que ésta abandonó RC. Estas teorías ahora se han vuelto a poner de moda entre la juventud: de ahí las relaciones poligámicas y el «poliamor» que tanto promueven los posmodernos. Muchos ideólogos famosos, entre ellos la estrella del porno Amarna Miller, ahora militante de Podemos, son conocidos por frases como que «En la prostitución la trata de blancas no existe», lo que nos hace entender rápido la «reputada autoridad» que tiene esta charlatana para hablar sobre temas serios tales como el modelo familiar o las relaciones sentimentales.
Generalmente, los que propagan estas ideas son gentes acomodadas y aburridas que toman el tema de la prostitución y el sexo desde posturas subjetivistas y frívolas o, en su defecto, se trata de adictos a ella por diversos problemas de autoestima o misoginia. De ahí su justificación posterior.
Volviendo al tema, otra muestra del carácter retrógrado de Roberto Vaquero son las sucesivas amenazas físicas a los amigos de sus parejas sin justificación alguno, lo que denota un hondo machismo y paranoia:
«Para aislarla de su entorno –«si te sigues llevando con ese, un amigo de su pareja, le voy a pegar a él y a todos sus amigos»–,etc». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
Entre otros de los graves y serios defectos de los que sus ex compañeros le acusan está el descontrol de sus emociones y el uso de lo que en psicología del maltratador se denomina «violencia objetiva» –como gritar y golpear objetos mientras hay una discusión– para amedrentar a sus parejas. En palabras de su excamarada:
«Entre las actitudes repugnantes del camarada R para con sus parejas está la de vociferar y golpear objetos durante las discusiones, aludiendo que está enfadado pero con la clara intención de amedrentar a su pareja». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
Y la práctica reiterada de minar la autoestima de sus parejas a través de los celos, pese a saber que la pareja sufre con tal acción, pero que aplica mezquinamente debido a que es una forma de control sobre la otra persona:
«Cabe destacar los ataques a la autoestima de sus parejas, que suelen generar una reacción negativa en sus compañeras sentimentales en forma de celos. Celos que son generados por sus continuas infidelidades –o encuentros sexuales que técnicamente no pudieran ser catalogados de infidelidades al producirse tras una discusión que termina con la ruptura de la pareja por un breve periodo de tiempo, pero de los que luego irán teniendo noticias sus compañeras sentimentales debido a la falta de discreción del camarada R– así como por una comparación negativa casi patológica entre la pareja actual y parejas o compañeras sexuales anteriores». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
El esquema de vida y cosmovisión del amor, la familia y el sexo que aquí reproduce nuestro líder revisionista es el mismo por el que fue famoso el existencialista –y también maoísta– Jean-Paul Sartre, como hemos venido advirtiendo:
«La relación abierta se convirtió en un motivo de celos y sufrimiento para Beauvoir, que nunca terminó de aceptar a las amantes de Sartre. A una de ellas, la introdujo en una de sus novelas, L´Invitée, y la mató literariamente. Beauvoir sentía aversión por estas jóvenes mujeres –a medida que envejecía, Sartre las buscaba más jóvenes– porque consideraba que llevaban a Sartre a una vida de excesos sexuales, etílicos y de drogas. A finales de los años cincuenta, Sartre tuvo cuatro amantes al mismo tiempo, Michelle, Arlette, Evelyne y Wanda. Las vacaciones se repartían: tres semanas con Arlette en la casa que ambos poseían en el sur de Francia; dos semanas con Wanda, normalmente en Italia; varias semanas en una isla griega con Hélène; y un mes con De Beauvoir, habitualmente en Roma. En París solía trasladarse entre los diferentes apartamentos que poseían sus mujeres. Sartre y Beauvoir siguieron siendo una pareja pública y compartiendo las sucesivas líneas políticas: el comunismo, el maoísmo; pero había, en el terreno personal, mucho de hipocresía y de apariencia». (Rambla Libre; Simone de Beauvoir, barragana y proxeneta de Sartre, 11 de diciembre de 2016)
He aquí que hasta hace poco la pareja revisionista en RC era representada con E. en el papel de Simone de Beauvoir y con Roberto en el de Sartre. ¡Misma historia, entre revisionistas de uno y otro tiempo! Algo que ha sido común en la vida de Roberto con todas sus parejas:
«Del mismo modo es recomendable que se analice detalladamente las conductas del camarada R para con sus parejas, siendo práctica habitual en él tanto las presiones para mantener determinados encuentros sexuales; presionar repetidamente a su pareja, heterosexual, para que acceda a participar en un trío con otra mujer haciendo chantaje con que su expareja sí lo hacía». (Javier M., exmiembro de Reconstrucción Comunista; Carta de salida de militancia, 31 de julio de 2015)
Este tipo de relaciones son lícitas. Ahora bien, siempre que se lleven a cabo de mutuo acuerdo.
Ahora, Lenin y otros marxistas ya desmontaron en su día la idea del «amor libre» como una reivindicación que muchas veces iba encaminada en el sentido burgués. Por ello fue un tema en el que había que aclarar varias cosas, pues había sido una reivindicación generalmente abanderada por la burguesía, no por el proletariado:
«Le aconsejo encarecidamente que escriba con mucho más detalle el plan del folleto. De lo contrario quedan muchas cosas confusas.
De momento debo expresar mi opinión sobre lo siguiente: le aconsejo que suprima en absoluto la «reivindicación –femenina– del amor libre».
Prácticamente es una reivindicación burguesa, y no proletaria. En realidad, ¿qué entiende usted por reivindicación? ¿Qué se puede entender por una tal reivindicación?
1. ¿Qué la mujer se vea libre de todo cálculo de carácter material –financiero– en cuestiones de amor?
2. ¿Qué se vea también libre de toda preocupación material?
3. ¿De los prejuicios religioso?
4. ¿De las prohibiciones de papá, etc.?
5. ¿De los prejuicios de la «sociedad»?
6. ¿De la mezquina atmósfera –campesina, pequeño burguesa o intelectual-burgués– del medio ambiente?
7. ¿De las trabas de la Ley, de los tribunales y de la policía?
8. ¿De la seriedad en el amor?
9. ¿De la procreación?
10. ¿La libertad de adulterio?, etc.
He enumerado muchos matices –no todos, claro está–.
Usted naturalmente, no comprende por esta reivindicación los Nº 8-10, sino los Nº 1-7 o algo así como los nº 1-7.
Más para los nº 1-7 es preciso elegir otra denominación, pues el amor libre no expresa con exactitud esa idea. Y el público, los lectores del folleto comprenderán inevitablemente por «amor libre» algo parecido a los N 8-10, incluso a pesar de la voluntad de usted.
Precisamente porque en la sociedad moderna las clases más locuaces alborotadoras y «mejor situadas» comprenden por «amor libre» los Nº 8-10, precisamente por eso, dicha reivindicación no es una reivindicación proletaria, sino burguesa.
Para el proletariado, lo más importante son los Nº 1-2, y luego los Nº 1-7, pero eso no es el «amor libre» propiamente hablando.
El quid no está en cómo usted «quiere comprender» subjetivamente este concepto. El quid está en la lógica objetiva de las relaciones de clase en las cuestiones del amor». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Carta a Inés Armand, 17 de enero de 1915)
¿Que decía el famoso pedagogo soviético Anton Makarenko sobre la vida sexual?:
«La vida sexual del hombre difiere sustancialmente de la del animal, y en esta diferencia estriba el objetivo de la educación sexual. El animal siente la necesidad de la vida sexual en la medida en que ella tiende a la procreación, y prácticamente no es susceptible de corrupción. El hombre, en cambio, busca el placer sexual independientemente del deseo de procreación, tendencia que suele adquirir formas muy desordenadas y moralmente reprobables, y que ocasiona su propia desgracia y perjudica a los demás. La Revolución Socialista de Octubre liquidó esos resabios deformes de la sociedad clasista. Destruyó las cadenas de la convivencia forzada y liberó a la mujer de muchos escarnios que le infería el hombre. Solo después de la Revolución de Octubre, la vida sexual humana se aproxima a los ideales con que desde antiguo soñaba la humanidad. No faltó quien interpretara mal esa nueva libertad, creyendo que la vida sexual puede consistir en un cambio desordenado de parejas conyugales, en el así llamado «amor libre». En una sociedad bien organizada, socialista, semejante práctica de la vida sexual conduce necesariamente a una simplicidad de relaciones indigna del hombre, a la vulgaridad, a vivencias penosas, desgracias, a la destrucción de la familia y a la orfandad de los niños. ¿Qué es lo que exige la moral comunista en materia de vida sexual? Exige que la vida sexual de cada hombre y de cada mujer esté en armonía constante con las dos expresiones tan importantes de la vida humana como lo son la familia y el amor. Considera como normal y moralmente justificada solo a la vida sexual que se basa en el amor recíproco y que se manifiesta en el matrimonio, o sea en la unión civil pública y abierta del hombre y de la mujer y cuyos fines son la felicidad humana y la procreación y educación de los hijos. De ahí surgen claramente los objetivos de la educación sexual: configurar la formación espiritual del niño de modo que en el futuro considere al amor como un sentimiento profundo y serio, y que lo realice en procura de su felicidad y placer dentro del marco de la familia». (Anton Makarenko; Conferencias sobre educación familiar, 1937)
Clara Zetkin nos recuerda cómo Lenin advertía que un hombre o una mujer promiscuo y con incontinencia sexual es una persona débil, totalmente inútil para la causa de la revolución:
«¡Cuerpo sano, espíritu sano! Ni monje ni don Juan, pero tampoco ese término medio del filisteo alemán. Seguramente, conoce usted a nuestro joven camarada X. I. Z., un muchacho magnífico, inteligentísimo. Pues, a pesar de todo, temo que no saldrá nada de él. No hace más que saltar de aventura en aventura femenina. Eso no sirve para la lucha política, ni sirve para la revolución. Yo me fío muy poco de la solidez, de la perseverancia en la lucha de esas mujeres en quienes la novela personal se entreteje con la política. Y tampoco me fío de los hombres que corren detrás de cada falda y se dejan pescar por la primera mujercita joven. Eso no se concilia con la revolución. (...) La revolución exige concentración, exaltación de fuerzas. De las masas y de los individuos. No tolera esas vidas orgiásticas propias de los héroes y las heroínas decadentes de D’Annuzio. El desenfreno de la vida sexual es un fenómeno burgués, un signo de decadencia. El proletariado es una clase ascensional. No necesita embriagarse, ni como narcótico ni como estímulo. Ni la embriaguez de la exaltación sexual ni la embriaguez por el alcohol». (Clara Zetkin; Recuerdos de Lenin, 1924)
No nos hace falta comentar demasiado nada de esto. Valga decir que la última pareja de Roberto, la exmilitante Emma, tras cumplir –ciegamente– con el papel de perro de presa de su novio en todos los conflictos de RC –acosando a sus enemigos–, dejó la organización sin hacer mucho ruido, emepezando a difundir, al poco tiempo, exactamente lo mismo que las anteriores parejas del secretario general.
¿Qué excusas usaba Roberto para evadir su responsabilidad como presunto comunista en estos temas? En las polémicas mantenidas con Felipe por sus actitudes machistas, promiscuas y su adicción general a todo lo relacionado con el sexo, pronunció lo siguiente:
«Felipe: También quise pedirle autocríticas respecto a insultar y llamar locas a todas las mujeres maltratadas, así como que dejara de alardear constantemente de su patológica adicción al sexo y a la pornografía, ya que si según él todas las adicciones eran malas, esta no era mejor, y era algo en lo que debía poner empeño y esfuerzo en curar. En su defensa, siempre decía riéndose de las personas que hacíamos autocrítica de ello, que éramos unos «maricones», entre otras lindezas, también nos llegó a salir con la patética frase de reconocer su adicción al porno pero justificando que le diésemos tiempo porque no era tan grave, que «ya dejaré el porno cuando llegue el socialismo», así mismo cuando le llamaban la atención, Javier sobre todo, por sus relaciones con las camaradas del partido y de paso engañar a todas sus parejas, saltaba con la surrealista excusa de que «¡Lenin también tenía una amante!», obvio, cuando le pedíamos fuentes no sabía localizarlas, y aún así le quisimos hacer entrar en razón explicándole que en caso de que así, fuese por ser Lenin o el «sursum corda», no estaría bien, pero como siempre, acabaría haciéndose el loco respecto al tema». (Equipo de Bitácora (M-L); Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización, 2017)
Sin comentarios... ¿para qué?
¿Se imaginan algo más idealista y caradura que un presunto comunista diciendo que se pondrá manos a la obra a paliar sus defectos personales cuando llegue una futura y mejor sociedad?:
«Este principio básico de la ideología de la clase ascendente es el que da colorido y determina el nuevo código en formación de la moral sexual del proletariado, merced al cual se transforma la psicología de la humanidad y llega a adquirir una acumulación de sentimientos de solidaridad y de libertad, en vez del concepto de la propiedad, una acumulación de compañerismo en vez de los conceptos de desigualdad y de subordinación.
Es una vieja verdad la que establece que toda nueva clase ascendente, nacida como consecuencia de una cultura material distinta de la del grado precedente de la evolución económica, enriquece a toda la humanidad con la ideología nueva característica de esta clase. El código de la moral sexual constituye una parte integrante de la nueva ideología. Por tanto, basta pronunciar los términos «ética proletaria» y «moral sexual proletaria» para escapar de la trivial argumentación: la moral sexual proletaria no es en el fondo más que «superestructura», mientras no se experimente la total transformación de la base económica de la sociedad, no puede haber lugar para ella. ¡Como si una ideología, sea del género que fuere, no se formase hasta que se hubiera producido la transformación de las relaciones socioeconómicas necesarias para asegurar el dominio de la clase de que se trate! La experiencia de la historia enseña que la elaboración de la ideología de un grupo social, y consecuentemente de la moral sexual también, se realiza durante el proceso mismo de la lucha de este grupo contra las fuerzas sociales adversas.
Esta clase de lucha sólo puede fortalecer su posición social con la ayuda de nuevos valores espirituales sacados de su propio seno, y que respondan totalmente a sus tareas como clase ascendente. Sólo mediante estas normas e ideales nuevos puede esta clase arrebatar el poder a los grupos sociales contrarios». (Aleksandra Kolontái; Las relaciones sexuales y la lucha de clases, 1911)
Camaradas, realmente no conozco muy bien la situación de RC, más allá de lo que ustedes escriben, debido a que soy latinoamericano.
ResponderEliminarPero si me genera dudas el postulado que toman del pedagogo Makarenko, debido a esta parte: "Considera como normal y moralmente justificada solo a la vida sexual que se basa en el amor recíproco y que se manifiesta en el matrimonio, o sea en la unión civil pública y abierta del hombre y de la mujer y cuyos fines son la felicidad humana y la procreación y educación de los hijos." la anterior cita, me parece un tanto conservadora y me cuestiona debido a que Engels, en el origen de la familia, la propiedad privada y el estado, dice algo así como que cada sociedad va desarrollando sus formas de concebir el amor ¿ de que manera ven ustedes este fragmento de la cita de Makarenko? Y ¿Cómo creen que se desarrolla el amor proletario en la sociedad o el espacio-temporalidad en que habitamos?