Gerard Ford y Kim Il Sung |
«Hemos
visto mucha propaganda sobre «las lecciones que en Corea del Norte se hicieron
sobre la caída de la Unión Soviética», pero estas son mera palabrería donde no
se profundiza en las causas reales de la caída de la mayoría de los regímenes
del bloque revisionista soviético, sino que son teorizaciones que se realizan
para justificar al régimen norcoreano; de hecho, utilizan la misma
justificación oportunista que el revisionismo chino o el revisionismo
vietnamita de: «la Unión Soviética cayó, nosotros no, ergo nuestro sistema era
el verdadero socialismo como se pudo comprobar»:
«Antes, numerosos países que construían
el socialismo con el marxismo-leninismo como guía rectora, aplicaron tales como
eran las tesis que éste planteara hace muchos años y trasplantaron
mecánicamente las experiencias de la Unión Soviética. Podemos citar como
ejemplo representativo los países de Europa del Este, que estuvieron ocupados
por la Alemania fascista durante la Segunda Guerra Mundial y después de ser
liberados por el ejército soviético tomaron el camino del socialismo con el
apoyo de la Unión Soviética. Estos países, por haber considerado como acato del
principio revolucionario y el internacionalismo aceptar incondicionalmente las
tesis marxista-leninistas y las experiencias de la Unión Soviética,
introdujeron el socialismo de tipo soviético tal como era. (...) Las
experiencias de ese país no podían adaptarse plenamente a la realidad de otros
países porque habían sido acumuladas mientras construía el socialismo sola y por
primera vez, bloqueada por los imperialistas. En vista de que la época cambia y
la realidad concreta de cada país es diferente, si se absolutizan y aceptan de
manera dogmática las experiencias, no es posible construir debidamente el
socialismo. Sin embargo, los países de Europa del Este trasplantaron el
socialismo de tipo soviético, por eso éste no pudo manifestar su superioridad
en la debida forma». (Kim Jong Il; El socialismo de nuestro país es el
socialismo a nuestro estilo que encarna la Idea Juche, 27 de diciembre de 1990)
¡Kim
Jong Il, vuelve a la propaganda de Radio Europa Libre, el anarquismo y el
trotskismo de los años 50! Es decir, para Kim Il Sung, las democracias
populares de Europa del Este fueron una copia mecánica y dogmática de la
experiencia de la Unión Soviética. Decir esto, no es tan sólo una mentira
grotesca como muestran los hechos a poco que se investigue, daremos solo unos
pocos pero extensos ejemplos:
1)
El tema de la conquista de la hegemonía política de los partidos comunistas en
Europa del Este:
«Hay que recordar pues, que la
experiencia polaca fue diferente a la albanesa, o a la soviética. (…) Por
ejemplo al implantarse la hegemonía política ya vemos una diferencia palpable
si lo comparamos con la revolución albanesa, ya que en Polonia existían varios
partidos burgueses y pequeño burgueses con mayor influencia en algunos aspectos
que el Partido Obrero Polaco al término de la guerra, a diferencia del Partido
Comunista de Albania que se enfrentaba a una carencia histórica de partidos, lo
que vinculándolo a que gracias en parte a su gran labor de unión con las masas,
tuvo un sendero más directo y fácil al haber ganado la hegemonía de la clase
obrera y el resto de las masas trabajadoras durante la guerra antifascista,
pudiendo incluso durante el transcurso de la misma eliminar a los pocos y
traicioneros partidos burgueses que quisieron emergen entonces y después de la
guerra, contando así en la posguerra con una reacción feudal-burguesa mucho más
desorganizada que en los marxista-leninistas polacos y su proceso». (Equipo de
Bitácora (M-L); Introducción al documento «Los
«demonios» fuera de control: el ascenso de Gomułka al poder»,
20 de octubre de 2013)
2)
Ahora veamos, como los marxista-leninistas veían que en los procesos
revolucionarios de Europa del Este no había diferencia entre la «estación de
destino» de las democracias populares con la «estación» que había alcanzado la
Unión Soviética, la única diferencia era el «vehículo» y la «velocidad» del
trayecto según las condiciones que arrastraban de preguerra, por las
consecuencias mismas de la guerra, el nivel de revolucionarización de las
masas, el nivel de influencia y experiencia del partido, etc. Veamos como citan
las condiciones materiales de preguerra:
«Para los países de democracia popular no
existe otra vía diferente a la seguida por la Unión Soviética para llegar al
socialismo. Y sin embargo no se trata tampoco de una simple repetición de la
vía seguida por la Unión Soviética. Se identifica en los problemas
fundamentales. En los dos casos el camino es el de la industrialización
socialista, de la colectivización socialista, de la lucha de clases intensiva,
de la supresión de las clases explotadoras, de la unión de la clase obrera con
los campesinos laboriosos, sobre la base de que el papel dirigente pertenezca a
la clase obrera, dirigida esta misma por el Partido Comunista. Las diferencias
–entre la vía seguida por la Unión Soviética y las vías que tienen que seguir
las democracias populares– concierne a ciertas particularidades en las medidas
concretas a adoptar, a los medios de su ejecución, a las formas y a los ritmos
del movimiento. Pero en ninguno de los casos estas diferencias ponen en
cuestión la identidad de los principios fundamentales. Por el contrario,
reconocer el fondo común no significa que sea preciso pasar por encima de las
particularidades determinadas por el desarrollo histórico. Sería en efecto
absurdo no ver las diferencias que existen entre Checoslovaquia, país
industrial y Albania, país agrícola. No obstante es una desviación nacionalista
pretender que existen tantas vías que conduzcan al socialismo como países
existentes». (Naum Farberov;
Las democracias populares, 1949)
3)
En las democracias populares se usaron los frentes, como técnica y táctica de
lucha antifascista primero, para lucha por el socialismo después, y como eje
para agrupar a las organizaciones de masas como sindicatos, asociaciones
juveniles, asociaciones de mujeres, después, algo que no sucedió en la
experiencia de la Unión Soviética:
«Es indispensable que el partido
comunista marxista-leninista, al seguir la línea de colaborar con los demás
partidos en la revolución democrática de liberación nacional, mantenga a toda
costa su plena independencia ideológica, política y organizativa, como partido
de la clase obrera, que no se quede a la sombra o vaya a la zaga de los
acontecimientos, que de ningún modo se diluya en el frente, sino que luche por
garantizar su papel dirigente, que luche por la hegemonía. (...) Una vez
instaurada y consolidada la dictadura del proletariado bajo la dirección del
partido comunista, la existencia por un largo tiempo de otros partidos, incluso
«progresistas», en el frente o fuera de él, no tiene ningún sentido, ninguna
razón de ser. (...) El frente es la organización de masas más amplia de nuestro
sistema de dictadura del proletariado. En este sistema están comprendidas
también todas las demás organizaciones de masas, como las Uniones Profesionales
la Unión de la Juventud y la Unión de Mujeres. Estas organizaciones, al igual
que el Frente Democrático, constituyen palancas del partido para ligarse a las
masas y desempeñan un papel muy importante en la vida del país. Teniendo
presentes los problemas y las exigencias específicas de los obreros, la
juventud y las mujeres, estructuran su trabajo político, educativo y organizativo
de manera que las directrices del partido sean comprendidas y aplicadas
correctamente por todas estas capas de la población». (Enver Hoxha; Sobre
el papel y las tareas del Frente Democrático, 1967)
¿Cuál
era el objetivo entonces de Kim Jong Il, al declarar que los países de
democracia popular de Europa del Este habían aplicado una copia exacta y
mecánica de la Unión Soviética? Es simple, desacreditar la experiencia de la
Unión Soviética y las democracias populares de Europa del Este, pero además,
esa tendenciosa afirmación guardaba de nuevo el propósito de justificar su
régimen bajo el falso argumento de que ellos si se adecuaron a las condiciones
específicas de su país:
«En un tiempo en nuestro país los
fraccionalistas antipartido y contrarrevolucionarios, contaminados por el
dogmatismo y el servilismo a la gran potencia, insistieron en establecer el
poder de tipo soviético y ejercer la democracia a la manera soviética. Este
planteamiento, está claro, no estaba acorde con las demandas de nuestro pueblo
y la realidad de nuestro país. Aquí, que era una atrasada sociedad colonial y
semifeudal, no era posible aceptar por entero las teorías marxistas presentadas
teniendo como premisas las condiciones socio-históricas de los países europeos
donde el capitalismo había avanzado, ni las teorías leninistas planteadas
teniendo como premisas las condiciones de Rusia con el capitalismo medianamente
desarrollado. De acuerdo con las condiciones socio-históricas en que se
encontraba nuestro país, tuvimos que pensar con nuestra propia cabeza y
resolver con nuestras propias fuerzas todos los problemas presentados en la
revolución. Nuestra realidad –después de liberado el país fue dividido en Norte
y Sur y emprendimos la construcción de una nueva sociedad enfrentados cara a
cara con los imperialistas estadounidenses–, demandaba apremiantemente que
resolviéramos todas las cuestiones en la revolución y la construcción
ateniéndonos a nuestras condiciones». (Kim Jong Il; El socialismo de nuestro
país es el socialismo a nuestro estilo que encarna la Idea Juche, 27 de
diciembre de 1990)
Es
decir según la visión de Kim Jong Il, los marxista-leninistas coreanos que
plantearan seguir el modelo soviético de Lenin y Stalin para alcanzar el
socialismo mediante los axiomas de: 1) el establecimiento del nuevo poder
popular y la dictadura del proletariado para poner fin al poder político de las
clases explotadoras; 2) la expropiación de bancos, fábricas, transportes,
comercio e industrias a la burguesía nacional para eliminar el poder económico
de la burguesía urbana y establecer la planificación económica; 3) la
colectivización de la tierra para acabar con el atraso secular del campo y con
el poder de la burguesía rural, y el paso de estas a granjas estales para la
proletarización de los campesinos; 4) la rápida industrialización y
planificación bajo el rol de la industria pesada para el desarrollo de las
fuerzas productivas, la posible mecanización del campo y la salvaguardia de la
autosuficiencia; 5) la creación de un partido comunista basado en el
centralismo democrático, basado en la unidad de pensamiento y acción; 6) o la
eliminación mediante la propaganda, persuasión y educación de la conciencia y
costumbres retrógradas de la antigua sociedad feudal-burguesa como la religión…
eran «dogmáticos» que «sufrían de servilismo» y «estilo de cliché extranjero»
que querían establecer el socialismo y ejercer la democracia a la manera
soviética.
Lo realmente «bueno» para Corea del Norte según los «Juches» era:
1) compartir el poder con la burguesía nacional y darle cabida a sus partidos
en el gobierno; 2) mantener y expandir la vieja y nueva burguesía nacional en
el nuevo régimen y promover su desarrollo económico mediante el cooperativismo,
capitalismo de Estado, la abierta propiedad privada o las empresas mixtas,
ampliar la diferenciación de clases a través de privilegios y estímulos
materiales de todo tipo; 3) permitir el propio desarrollo de la burguesía rural
en el campo y la entrada de estos kulaks en las cooperativas, bajo la regla de
quién más tierras entrega, más salario recibe mensualmente, bajo unas técnicas
de explotación de la tierra arcaicas debido a la no completa industrialización,
e importar alimentos del exterior; 4) delegar la industrialización en la
importación de industria de la Unión Soviética socialimperialista gracias a la
división interior del trabajo, pedir créditos y abrir zonas especiales para la
explotación de las empresas extranjeras para evitar el déficit de la balanza
comercial; 5) crear un partido caciquil donde no existe posibilidad de ejercer
la crítica y autocrítica, sino que está subordinada a dar la razón, adorar y
claudicar tus posiciones ante el Líder del partido, quién a su muerte dará su
cargo en herencia a su primogénito; 6) promocionar orgullosos mundialmente la
existencia y financiación de la religión local.
Ridículo,
las siguientes palabras de Enver Hoxha le caen como anillo al dedo al
oportunista e hipócrita revisionismo coreano cuando este hablaba del dogmatismo
del marxismo-leninismo:
«Los revisionistas dirigieron el filo
principal de su lucha contra el marxismo-leninismo, como infalible teoría de la
revolución mundial, de la lucha por la derrota del imperialismo y del
capitalismo, sustituyéndolo por una teoría oportunista, contrarrevolucionaria,
al servicio de la burguesía y del imperialismo. Bajo las falsas consignas de
«lucha contra el dogmatismo» y «desarrollo creador del marxismo en las nuevas
condiciones», de hecho, declararon anticuado el marxismo-leninismo, negaron sus
principios fundamentales, le despojaron de su espíritu revolucionario, le
convirtieron no solamente en una doctrina innocua, sino incluso útil para la
burguesía. Los revisionistas reemplazaron el materialismo por el idealismo y la
dialéctica por la metafísica, hicieron suya la filosofía». (Enver Hoxha;
Informe en el Vº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de
1966) (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «Pensamiento Juche», 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»