sábado, 15 de abril de 2017

Algunos apuntes sobre el ELN, guerrilla todavía en activo; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«El Ejército de Liberación Nacional (ELN) nace como guerrilla campesina hacia 1964.

En lo social se caracterizaba en su origen como otros grupos en los campesinos, la juventud y las bases de los partidos revisionistas y tradicionalistas-populistas:

«En la lectura que las fuerzas políticas de oposición fueron haciendo del fenómeno cubano, en relación con sus específicas condiciones históricas, se estructuraron distintas tendencias que se expresarían al menos en tres formas organizativas: Grupos juveniles, de estudiantes e intelectuales, separados de los partidos populistas que se organizaron en forma muy similar a la del Movimiento 26 de Julio. Son ejemplo de esta tendencia, para el caso argentino, La Juventud Peronista (JP), El Movimiento Peronista Revolucionario (MPR), Montoneros y las Fuerzas Armadas Peronistas. Los Focos insurreccionales fueron otra modalidad de organización. Guiados por la concepción guevarista tuvieron un origen político variado: El ELN Colombiano, se nutrió fundamentalmente de la población campesina, pero, en su construcción y consolidación jugó un papel central la juventud proveniente del Partido Comunista (PC), El Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), y el Movimiento Obrero Estudiantil y campesino (MOEC); El ELN peruano y los Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL), reclutaron sus bases de las secciones juveniles de los partidos comunistas; El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en Argentina, se generó en los partidos trotskistas, Los Tupamaros, en el Uruguay y el MIR Chileno cooptaron las bases de los partidos socialistas». (Carlos Medina Gallego; FARC-EP Y ELN; Una historia política comparada (1958- 2006), 2010)

El grupo se fundó debido a la influencia de la Revolución Cubana de 1959. Dicho influjo haría que en el ELN se tuvieran unas características castro-guevaristas muy claras con unas más claras si caben consecuencias visibles:

«La primera se prestaba para que en el desarrollo de la concepción del foco guerrillero, dadas las particulares condiciones de la lucha, afloraron las posiciones militaristas; la segunda, contenía el germen del vanguardismo revolucionario que distanció durante décadas los distintos grupos de izquierda; y la tercera, generó una lectura subjetiva de los realidades nacionales, que se acomodaba más a los condiciones y necesidades de las organizaciones, que a la realidad y especificidad de los conflictos, los sectores sociales y las regiones. Esto se reflejó en la dificultad que tuvieron las organizaciones armadas, entre ellas el ELN, de articular sus proyectos político-militares al movimiento de masas y de imprimirle a éste una dinámica transformadora». (Carlos Medina Gallego; FARC-EP Y ELN; Una historia política comparada (1958- 2006), 2010)

También el grupo se da en su momento debido a la situación de miseria en el campo como ya explicamos en el caso de las FARC-EP, aunque también debido a la evidencia de que en la política colombiana se negaba a las clases bajas a ejercer su voz y participación en el poder político.

Como Camilo Torres escribió en nombre del ELN:

«Cuando el pueblo pedía un jefe y lo encontró en Jorge Eliécer GAITAN, la oligarquía lo mató. Cuando el pueblo pedía paz, la oligarquía sembró el país de violencia. Cuando el pueblo ya no resistía más violencia y organizó las guerrillas para tomarse el poder, la oligarquía intentó el golpe militar para que las guerrillas, engañadas, se entregaran. Cuando el pueblo pedía democracia se le volvió a engañar con un plebiscito y un FRENTE NACIONAL que le imponían la dictadura de la oligarquía. Ahora el pueblo ya no creerá nunca más. El pueblo no cree en las elecciones. El pueblo sabe que las vías legales están agotadas. El pueblo sabe que no queda sino la vía armada. (...) Organización de la clase popular para la toma del poder. Que he pedido que nos entreguemos por estos objetivos hasta la muerte. (...) Que no depondrá las armas mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo». (Ejército de Liberación Nacional; Proclama al pueblo colombiano, 1966)

Es decir este hombre pese a no ser marxista-leninista, era lo suficientemente honesto y revolucionario, conocía bastante bien en sus carnes los límites de la democracia burguesa, algo que muchos de los actuales «revolucionarios» y «marxista-leninistas» colombianos no han llegado a entender todavía, pues para ellos la democracia burguesa cada día les parece más idílica.

El ELN poco a poco fue apartándose de esta visión de toma de poder, además, como otras guerrillas homólogas del país, empezó a practicar métodos terroristas y a tener nexos muy turbios en la cuestión de drogas y reclutamiento infantil.

Para 1984 el ELN fue partícipe junto al ELP y el M-19 de la tregua con el gobierno de Betancur. En los 90 también protagonizó diversos intentos de acuerdos de Paz con el gobierno de Samper, a principios del siglo XXI igualmente con el gobierno de Uribe, y actualmente está en el mismo proceso con el gobierno de Santos. Lo que solo puede indicar la debilidad de la guerrilla o la necedad de sus dirigentes.

Hoy en día el ELN dice luchar meramente para que se garantice un «cambio democrático» llevado desde el parlamentarismo actual. Es decir también parten del idealismo de que con su lucha armada pueden llegar a forzar la garantía de que en el actual sistema parlamentario colombiano todo funcionará con justicia y de forma democrática:

«Están llegando los tiempos en que la democracia retome su verdadero contenido, y que las expresiones parlamentarias alternativas que sean elegidas, representen el sentir de las mayorías excluidas. Hay que dejar atrás la vieja politiquería, el clientelismo, el parlamentarismo de vacaciones. Hoy el país debe asumir con mayor fuerza su participación en el parlamento, exigir que su voz sea escuchada, que se legisle a favor de la nación y con dignidad patriótica. La paz como futuro deseado y posible para Colombia se construirá sobre las bases de la justicia social y la democratización. Este camino que se ha iniciado en los diálogos del ELN con el gobierno tiene que complementarse con la amplia participación de la sociedad en la construcción de la paz y con los nuevos ejercicios de gobernabilidad alternativa local, regional y parlamentaria, en los cuales también la sociedad ha de participar». (Ejército de Liberación Nacional (ELN); Comprometido con la paz y la democratización de Colombia, 3 de febrero de 2006)

Vamos, que el ELN sigue el mismo camino claudicador, el mismo programa reformista que otras guerrillas, por mucho que en algunos medios se pinte a esta guerrilla incluso como más «radical» que las FARC-EP. De hecho hace largo tiempo que esta guerrilla ha renunciado a los lineamientos de su propio fundador Camilo Torres cuando dijo bien alto que el pueblo colombiano no iba a recibir nada en base a las elecciones preparadas y vigiladas por la oligarquía, solo nuevas promesas y nuevos engaños.

¿Cómo se autodenomina en lo ideológico este grupo? Se califican así mismo fundamentalmente como guevaristas:

«P: Tú nos decías que el ELN se define como guevarista. ¿Cómo está presente el Che Guevara en la formación de los militantes?

David Montoya Sotomayor: La raíz de donde nosotros provenimos tiene mucho que ver con el Che Guevara, con el pensamiento revolucionario, con el pensamiento latinoamericano. ¡Desde siempre! Todo está se inscribe en una inspiración marxista». (Entrevista al Ejército de Liberación Nacional (ELN); ¿Terrorismo? Opina la insurgencia colombiana, 6 de enero de 2005)

¡Y seguidores de la teología de la liberación!:

«Desde que nacimos nunca hemos encontrado contradicción entre ser cristianos y ser revolucionarios. La historia de la organización ha sido esa, precisamente». (Entrevista al Ejército de Liberación Nacional (ELN); ¿Terrorismo? Opina la insurgencia colombiana, 6 de enero de 2005)

E incluso reconocen que se han formado en base a autores provenientes del trotskismo:

«P: ¿En la formación política del ELN se utilizaron los famosos manuales de Marta Harnecker?

David Montoya Sotomayor: ¡Sí, claro! ¿Quién no ha leído los Conceptos elementales del materialismo histórico?». (Entrevista al Ejército de Liberación Nacional (ELN); ¿Terrorismo? Opina la insurgencia colombiana, 6 de enero de 2005)

Ya que hemos analizado el guevarismo en otras guerrillas en este documento no es preciso detenernos más.

Es interesante analizar el aspecto cristiano en esta organización. El ELN por influjo de Camilo Torres es una de las organizaciones más antiguas seguidoras y/o promotoras de la llamada «teología de la liberación». ¿Cómo podríamos definir a esta corriente y su origen?

«Es un conjunto de ideas de justificación «teosóficas» surgidas en el seno de la iglesia católica, y fundamentalmente entre los jesuitas, se trata de un intento por hacer del cristianismo una respuesta más tangible para los desposeídos en los planos políticos, económicos y sociales. Entiende a la pobreza como un pecado social en el que hay ejecutores y víctimas. Se caracteriza por adolecer de una estructura ideológica propia que considerar; y podemos asumir que es el resultado de la mezcla de dos corrientes filosóficas completamente contrapuestas: por un lado el idealismo propio de las religiones judeocristianas encarnado en la «caridad elemental», y del otro el materialismo dialéctico como fuente de las ideas más avanzadas de emancipación social. En algún momento, ante las contradicción elemental entre el idealismo y materialismo filosófico, así como la interacción con los movimientos emancipadores latinoamericanos, los militantes de la teología de la liberación abrazaron el marxismo-leninismo; y cuando se produjo el colapso del «bloque» migraron al postmodernismo neoliberal, con poquísimas excepciones, lo que ha venido a demostrar lo ya referido, la carencia de bases ideológicas firmes y propias». (Equipo de Bitácora (M-L); Terminológico, 2013)

Desde el nacimiento del marxismo, sus ideólogos han sido claro respecto al papel de la religión y sus consecuencias directas en la conciencia de la clase obrera:

«La religión es la teoría universal de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica popularizada, su pundonor espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su complemento de solemnidad, la razón general que la consuela y justifica. Es la realización fantástica del ser humano, puesto que el ser humano carece de verdadera realidad. Por tanto, la lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra ese mundo al que le da su aroma espiritual. La miseria religiosa es a un tiempo expresión de la miseria real y protesta contra la miseria real. La religión es la queja de la criatura en pena, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas embrutecido. Es el opio del pueblo. La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo es la exigencia de que éste sea realmente feliz. La exigencia de que el pueblo se deje de ilusiones es la exigencia de que abandone un estado de cosas que las necesita. La crítica de la religión es ya, por tanto, implícitamente la crítica del valle de lágrimas, santificado por la religión». (Karl Marx; Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, 1844)

Lenin tampoco auguró ninguna duda sobre el carácter de la religión, y su tóxica influencia ideológica en la conciencia de las masas:

«La religión es una de las formas de opresión espiritual que gravita por doquiera sobre las masas abrumadas por el trabajo incesante en bien de otros, por la pobreza y la privación. La impotencia de todos los explotados en su lucha contra los explotadores, origina inevitablemente la creencia de una vida mejor, después de la muerte, del mismo modo que la impotencia del salvaje en su lucha con la naturaleza, da origen a la creencia en los dioses, los diablos, los milagros, etc. La religión enseña a aquellos que se debaten toda su vida en la pobreza a que sean resignados y pacientes en este mundo, y los consuela con la esperanza de la recompensa en el cielo. En cuanto a los que viven del trabajo ajeno, la religión les enseña a ser «caritativos», suministrándoles así un justificativo a su explotación y, por decirlo así, un billete barato para el cielo. «La religión es el opio del pueblo». La religión es una especie de tóxico espiritual en el que los esclavos del capital ahogan su conciencia y adormecen su anhelo de una existencia humana decente». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Socialismo y religión, 1905)

Queda claro pues que un verdadero marxista conoce el carácter de la religión, conoce su incidencia en la sociedad, y conoce a quién beneficia y en base a esto toma concienciación propia y actúa para concienciar y liberar a los demás de esta carga, luchando así por la revolución:

«Es un hecho bien conocido que la ideología religiosa siempre sirve y ayuda a las clases explotadoras para robar y oprimir a las masas trabajadoras. Esta es una herramienta para criar el sentimiento de impotencia en la gente ante el sufrimiento, la desgracia y la miseria. La ideología religiosa nubla la mente humana y paraliza su voluntad para la transformación de la naturaleza y la sociedad. Esta es la razón por la que Marx, como es bien conocido, comparó la religión con el opio. (...) Precisamente a causa de que la religión desempeña un papel reaccionario es la razón por la que ha gustado y cuenta con el apoyo de las clases dominantes. El lenguaje del capitalista, el revisionista, y el clérigo reaccionario es esencialmente la misma. El partido marxista-leninista no puede conciliar con la ideología religiosa y su influencia. La base teórica de la política y del programa del verdadero partido de la clase obrera es la filosofía marxista-leninista y no el idealismo y la religión. La lucha de clases para la construcción del socialismo no puede separarse de la lucha contra la religión». (Enver Hoxha; La autogestión yugoslava; teoría y práctica capitalista, 1978)

Por tanto, declarar que entre marxismo y cristianismo –por citar la religión a fin de los seguidores de la «teología de la liberación»– no hay contradicción, no solo es una burda mentira, sino que se trata de una visión socialdemócrata del mundo y sus relaciones:

«La socialdemocracia actual, no solamente ha caído desde hace tiempo en las posiciones del idealismo filosófico, y ha asumido la defensa del idealismo, sino que se esfuerza por encontrar apoyo, e incluso por fundirse con su forma más extrema, la religión. Así por ejemplo, en los programas de la socialdemocracia alemana, austriaca, suiza, etc., se subraya que el «socialismo democrático» tiene sus raíces en la ética y la doctrina cristiana, que socialismo y religión, lejos de excluirse concuerdan perfectamente». (Enver Hoxha; Los revisionistas modernos en el camino de la degeneración socialdemócrata y su fusión con la socialdemocracia, 1964)

¿En base a que se intentaba promover estas ideas? Bajo los eslóganes de la burguesía: bien del «pluralismo político», bien de «la coexistencia y enriquecimiento recíproco de filosofías», bien bajo la llamada «cien escuelas de pensamiento» o el que fuera, pero todos tenían como fin unir la filosofía marxista del materialismo dialéctico con el idealismo, en este caso con el idealismo de tipo religioso:

«Las prédicas del «pluralismo ideológico» constituye además una de las direcciones más expandidas entre los ataques directos al marxismo-leninismo por parte de los revisionistas modernos. Prueba nuestra afirmación el hecho de que en la prensa revisionista –incluida como es obvio la prensa soviética–, se ensaye sobre la «posibilidad» de conseguir el socialismo con: «el Corán en una mano y El Capital de Marx» en la otra» o «con la cruz en una mano y la hoz y el martillo en la otra», etc. Los revisionistas modernos han extendido éste «pluralismo ideológico» incluso a nivel del partido de la clase trabajadora mismo, al abogar por la coexistencia entre las más variadas concepciones filosóficas en el seno de éste, incluidas las religiosas». (Agim Popa; El XXº Congreso del PCUS y la evolución de los revisionistas modernos, 1981)

¿Y es que desde cuándo los representantes religiosos han obrado en pro del socialismo? ¿Quién quiere ocultar la oposición de los representantes religiosos a las reformas agrarias o a las nacionalizaciones de los bancos, transportes, etc.? ¿Quién no ha oído hablar del histérico papel anticomunista de la iglesia en las revoluciones lideradas por partidos comunistas como en Polonia, Hungría, etc.? ¿Quién no conoce el papel que jugaron enemigos del comunismo como el cardenal Mindszenty, el cardenal Wyszyński o los propios Papas Pio XII o Juan Pablo II? ¿Y ni siquiera en las revoluciones socialistas: qué decir del papel retardatario del ahora reivindicado cardenal Miguel Obando y Bravo, quién jugó un papel esencialísimo en la organización y financiación de la contrarrevolución nicaragüense de los años 80?

La teología de la liberación ha sido muy influyente por ejemplo en los actuales gobiernos y movimientos de pseudoizquierda en Latinoamérica. Evo Morales, Hugo Chávez, Daniel Ortega y otros han sido promotores de esta corriente en la conformación de su ideología del «socialismo del siglo XXI»:

«Esta intoxicación religiosa explica en parte el asistencialismo con tintes caritativos desarrollada en el marco económico de los países bajo la influencia del «socialismo del siglo XXI», que si bien alivian en parte la carga que han de soportar las clases que venden su fuerza de trabajo, no cambia el régimen capitalista, sólo lo disfraza bajo el manto de la caridad; similar función puede realizar el «Estado del bienestar» en cuanto a la repartición de migajas y la no resolución de los problemas de raíz». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

En caso de que el ELN –transformado en partido político– llegara al poder solo o en coalición con las FARC-EP –y su nueva organización legal–, aplicaría una política basada en la visión de la teología de la liberación; es decir de corte asistencialista-caritativo –algo que ya hacía Uribe y ahora Santos– y de propaganda con parafernalia «revolucionaria» y cristiana –como Maduro u Ortega–, y su política exterior versaría en el tercermundismo, el no alineamiento, con énfasis en la CELAC, el Foro de São Paulo y otros escenarios donde se expanden estas corrientes.

El ELN partía junto a las FARC-EP en la mesa de negociaciones de 2012 con el gobierno, pero debido al secuestro de tres periodistas quedó excluido de la mesa. Actualmente dice que respetará lo acordado entre ambos y que supondrá un obstáculo.

Se sabe de sobra que el ELN pretende abandonar las armas porque así lo indican sus constantes movimientos de negociación para dejar las armas. Así como sus comunicados de los últimos años donde como vimos afirman que su objetivo no es la toma de poder sino mantener la luchar armada como garantía de que se les tomará en serio para que el pueblo ejerza su destino. E igual que las FARC-EP a no mucho tardar intentarán lograr un acuerdo antes de que sea demasiado tarde y el gobierno les exija la rendición incondicional. Antes incluso del NO en el referéndum sobre el acuerdo de las FARC-EP y el Gobierno, el ELN se pronunció poco después para anunciar que empezaría negociaciones con Santos para llegar a un acuerdo similar, actualmente se cree que el 27 de octubre empezarán las conversaciones, esta vez en Quito, Ecuador.

El futuro del ELN pinta por tanto en seguir el camino de las FARC-EP e integrarse bien en la nueva organización de las FARC-EP o bien como mínimo entrar en la coalición que las FARC-EP forme con otras organizaciones –seguramente dentro de la Marcha Patriótica–, todo dependerá de los intereses en pugna de los mandos de nivel medio y alto de la guerrilla, a esto súmese el hecho de que los líderes del ELN estarán muy atentos al «modelo de paz e inclusión» de las FARC-EP en la política colombiana, si la inclusión sale según lo acordado el ELN puede animarse pronto a dejar las armas debido a que se sienta con garantías». (Equipo de Bitácora (M-L)Una reflexión necesaria sobre las FARC-EP, los acuerdos de paz y la historia de las guerrillas en Colombia, 2016)

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