miércoles, 20 de marzo de 2019

Entrevista a dos exmiembros del Comité Central de Reconstrucción Comunista sobre su experiencia en dicha organización; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


[Nota: Por supuesto, el «Equipo de Bitácora (M-L)» no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus entrevistados ni por las cartas en cuestión, sino únicamente por sus propias palabras, que siempre estarán basadas en una crítica ideológica y nunca personal. A nosotros nos es indiferente la persona de Roberto Vaquero, pero no haremos prisioneros con el aspirante a político demagogo. Para tal fin, analizaremos los propios documentos de RC. Pero, como es normal, hay temas que no podemos abordar sin recurrir a quienes sí estuvieron presentes en los eventos que, aquellos que somos externos a la organización, no pudimos presenciar. Para suplir esta carencia, y tal y como hemos dicho anteriormente, nos valdremos de las cartas y testimonios de exmilitantes.]

[Reproducción aproximada de las notas recogidas]

Valencia, 25 de junio de 2017

«Bitácora (M-L): Agradecemos el habernos recibido para concedernos la entrevista. No haré demasiados prolegómenos, así que seré breve en mis preguntas y dejaré que os explayéis como gustéis. Reconstrucción Comunista (RC) por lo que hemos podido comprobar es una de las organizaciones con menos trabajo de masas, es más bien como un club de amigos o una banda skinhead.

Nuestra primera pregunta va hacia Felipe. ¿Cómo ex secretario de organización, cuál era el nivel de influencia de RC en los frentes de masas y sus métodos de trabajo en tu época de militancia?

Felipe: Nula en sindicatos de trabajadores y mínima en sindicatos de estudiantes. Te cuento.

Al principio de entrar a Reconstrucción Comunista (RC) se trabajaba con el Coordinador Sindical de Clase (CSC), un sindicato residual sin ningún tipo de fuerza en Madrid más allá de aparecer en dos manifestaciones al año. Hubo un tiempo en que sí se trabajaba más activamente, pero por edad y situación solo podía trabajar en él Javier. Una vez que él dejó de acudir a las reuniones, se dejó de hacer cualquier tipo de trabajo sindical, algo lógico si planteamos que en lo que era la organización menos de un 5% sabía lo que era trabajar y ese mismo porcentaje aproximadamente sería el que estaba en edad activa de trabajar. Cuando Javier se fue del partido ya se dejó directamente ni de plantearse trabajar en ningún sindicato. Digo que se dejó de plantear ya que todo se tenía que hacer exclusivamente en Madrid, donde el porcentaje de gente que diera un perfil mínimo para trabajar en un sindicato bajaba de ese ridículo 5%.

En mi última época solicité, por necesidad laboral, entrar en un sindicato. Después de estudiar los distintos sindicatos de Valencia, el único en el que se podía hacer trabajo político y social era la Confederación General de Trabajo (CGT), con lo cual pedí permiso al secretario de Frente de Masas y una hoja de ruta de cómo plantear el trabajo en dicho sindicato. La respuesta de Adrian, la persona supuestamente más cualificada para liderar el trabajo de frente de masas fue «No, no trabajamos en sindicatos porque ninguno sigue la línea de nuestro partido, espérate a que creemos nuestro propio sindicato». No es broma (Risas). Un grupo que no tenía más de 100 militantes y con una media de edad de 19 años, sin abogados y sin experiencia laboral, iba a formar un sindicato de clase y combativo, esta y muchas otras cosas las quería tratar en el central ampliado del 13 de febrero de 2016, donde iba a presentar mi dimisión de todos los cargos por diferentes motivos. Este central jamás se llegó a celebrar a causa de las detenciones del 27 de enero de 2016.

Todo esto puede parecer una locura a simple vista y visto desde fuera, pero no lo es. Era la forma de actuar de Roberto Vaquero –de ahí mismo nace RC, de no poder mandar ni en la UJCE [juventudes del PCE] ni en CJC [juventudes del PCPE]–. En RC, el trabajo de masas consistía en que si no puedes entrar en un frente porque estás vetado de dicho espacio –una realidad sobretodo palpable en Madrid– o no lo logras hegemonizarlo, crea el tuyo propio con tus propios militantes, de ahí que siempre sean los mismos colectivos los que firman los comunicados y manifestaciones marginales. Lenin decía que debía haber un militante delegado en cada frente. Quizá esa cita la copió al revés y entendió que era un frente –o más, pues casi todos militan en varios frentes– por militante.

En el ámbito universitario hubo una época en que sí se era fuerte en Madrid, mientras manejaba todo ello Rubén, el cual supo llevar lo que era el trabajo de masas dentro de los centros de estudio. En realidad el secreto del éxito era que trabajaba como él veía sin hacer caso a Roberto, ya que Rubén sabía lo que era trabajar al pie del cañón, cosa que Roberto nunca supo. Al irse Rubén y quedarse en manos de Pablo el trabajo en la universidad fue aguantando ese éxito, pero todo se volvió de nuevo residual al encargarse Adrián, no porque el chaval no supiera manejar la situación ya que tenía buenas ideas, pero se fue todo al garete al ser un títere de Roberto y no confrontar con él para nada, gente así era la que quería Roberto para su dirección, pero esto lo trataremos más adelante. Desde entonces, entre intentos de «cacicadas» dentro de los sindicatos estudiantiles, robos de material a los mismos y conflictos de género, tengo entendido que ya no pueden ni aparecer por las universidades en Madrid. Donde ahora parece que están creciendo es en Valencia, pero muy a la cola de sindicatos universitarios realmente grandes, esto de Valencia es algo totalmente pasajero, ya que se han aprovechado de la falsa plataforma de apoyo a los detenidos del 27E y de su falsa concepción del conflicto de género, y todo esto tarde o temprano acaba saliendo. También influye el hecho de ser grupos –círculos de amistad– de chavales de entre 18 y 22 años, algunos de los cuales han entrado en masa y medianamente organizados a las mismas facultades y carreras, llevándose así consigo a chavales marginales hacia su terreno, todo esto cuando se empiecen a distanciar dentro de la misma universidad se verá el resultado, ya que técnicamente no tienen nada más que las directrices de Madrid.

Bitácora (M-L): Nosotros siempre hemos puesto por delante la falta de coherencia de Reconstrucción Comunista (RC) que viene a denominarse marxista-leninista y seguidor del legado de Enver Hoxha y Elena Ódena mientras milita en una internacional de partidos maoístas. En sus documentos, y también las polémicas con nosotros, han seguido defendiendo el carácter «revolucionario» de esos partidos y del maoísmo, lo que demuestra que su antimaoísmo es falso y coyuntural, y que lo sacan a relucir solo si sirve para atacar a otras organizaciones, y que igualmente, confraterniza con los veteranos partidos maoístas como el MLKP o el MLPD.

¿Qué tipo de relaciones tenía RC con la internacional maoísta ICOR? ¿Cuál era su razón de integrarse en ella? ¿Cómo eran las relaciones con otras organizaciones de la internacional?

Itxasne: La entrada en la ICOR tiene que ver con la necesidad imperiosa de entablar relaciones políticas con otros «partidos hermanos», como Roberto Vaquero los llamaba. Esto se debía principalmente a la falta de relaciones políticas con partidos y organizaciones revolucionarias en el marco de España y a la imposibilidad de entrar a la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML) debido a que se acepta únicamente a un partido por país y el Partido Comunista de España (marxista-leninista) era el partido español que estaba, con lo cual era imposible «arrebatarle» dicho espacio y, para poder entrar a la CIPOML, Roberto abogaba por, en palabras suyas, «tomar el PCE(ml) dentro de 3-4 años haciendo entrismo en un partido del que quedan 4 viejos moribundos» –esto puede confirmarlo Javier quién fue uno de los que persuadió a Roberto de realizar esa táctica trotskista–, una vez que Javier abandonó voluntariamente RC, Roberto reanudó su plan para con el PCE(ml) bajo el lema «esas siglas nos pertenecen». Había buena relación con individualidades concretas del antiguo PCE (ml) que algunos eran a su vez exmiembros del FRAP, de los cuales Roberto se dice heredero de ambas formaciones, individualidades que a Felipe o a Roberto animaban a confluir con los maoístas de Iniciativa Comunista (IC), cosa que a Roberto nunca le gustó puesto que allí milita uno de sus mayores enemigos personales. Tampoco a Roberto le hizo nunca especial ilusión que el acercamiento a RC de dichas individualidades del antiguo PCE(ml) más que para el folclore, para él la idea de que esta gente pudiese acabar entrando RC era un peligro, ya que aunque estos elementos no tuvieran formación real él temía que la tuviesen en por el hecho de tener experiencia y ser adultos, dos factores que hacen que mire con reticencia, creyendo que una persona adulta puede hacerle perder su coto personal de militancia de jóvenes. No por casualidad el 90% de los frentes en los que RC trabajaba y trabaja está compuesto por jóvenes de un perfil muy parecido al de la militancia de RC, no por adultos con experiencia militante y formación ideológica sólida.

En cuanto al tema ICOR, justificó su entrada bajo el pretexto de «aprender de partidos hermanos» y en mayo de 2013 llegó a decir, en uno de sus muchos alardes de incoherencia con respecto a los principios del marxismo leninismo, que la ICOR era «la próxima Internacional Comunista» y que lo que verdaderamente se estaba gestando en su seno era tal proyecto. La relación con el resto de los partidos era indiferente, ni buena ni mala, pero la relación con el MLKP y el TIKP turcos era excelente, especialmente con el primero, pero en ningún modo era una relación equidistante ni equitativa. Más bien el MLKP vio a los «jóvenes novatos de la ICOR» como parte de su propio proyecto expansivo, lo cual vieron bastante factible teniendo en cuenta el carácter adulador, adorador, pusilánime y débil que tiene Roberto cuando no tiene superioridad moral ni política a la que aferrarse. Roberto hacía con frecuencia orgullosas alusiones a la «alianza del mal», autoincluyendo a RC en ella, en referencia al ala más izquierdista de la ICOR frente al MLPD y sus satélites. Este complejo de inferioridad que sentía frente a su admirado MLKP maoísta le llevó a tomar absurdas decisiones de manera unilateral y sin contar con el partido ni su dirección –la fuerza de la costumbre, supongo–. Son míticas las grandes mentiras que no solo él ha contado a partidos miembros de la ICOR, sino que además ha obligado a otros militantes a propagar si entablábamos algún tipo de conversación con cualquier miembro de cualquier partido. Las mentiras eran detalles ridículos que pueden parecer a priori una parodia, pero es así y muchísima gente que lo ha vivido puede dar buena cuenta de ello –excepto la gente que sigue en el partido, que pese a saberlo, no aceptará tal cosa, pues como siempre, hay que cerrar filas cuando se destapa cualquier irregularidad de su grupúsculo–. Como ejemplos, destacaría el mentir a los invitados internacionales al Congreso –al que asistía casi el 100% de la militancia– diciendo que las decenas de asistentes que tenían ante sus ojos no eran la totalidad de la militancia sino delegados de distintas regiones –queriendo sugerir que el número real de militantes era ese multiplicado por diez–. En la misma línea, cuando ha habido invitados que han asistido a distintos actos en un mismo día o un par de días, llegó a dar ridículas directrices como cambiarnos de ropa de un acto a otro «para que parezca que es gente diferente la que va». Otra de las típicas mentiras era afirmar que el partido ostentaba locales y sedes que no existían en la realidad. Por ejemplo, pasando frente a una sede con la persiana bajada –estaba cerrada en ese momento–, Roberto obligó a la traductora a afirmar que ese local era de RC. El colmo fue hacer decir a una de las personas traductoras que un par de grandullones que había cerca por la calle mirando en aquel momento –transeúntes sin más– nos miraban porque eran vigilancia contratada por el partido. Son cosas que me da hasta vergüenza admitir porque yo fui parte de esas pantomimas en varias ocasiones y recordarlo ahora que estoy desvinculada completamente de esa aberración de grupúsculo me produce la más profunda vergüenza ajena.

Bitácora (M-L): Últimamente la propaganda de Reconstrucción Comunista (RC) pivota en torno a las detenciones de ocho miembros de su cúpula en la Operación Valle del 27 de enero de 2016, en las cuales vosotros mismos estuvisteis inmersos. Nuestra opinión ha sido que la cuestión kurda ha sido un pretexto para darles un toque de advertencia por sus trifulcas constantes por las calles. Están bastante lejos de sufrir una «represión» atroz y sistemática como vende su propaganda, de otro modo habrían detenido a toda la militancia, y vosotros y otros miembros no habrían sido absueltos, y no hubieran suspendido la suspensión temporal de RC de un año, así como su web. Pero siguen por el camino de reproducir los esquemas del PCE (r) cada vez que se ven envueltos en problemas, por ello han acabado aislados de las masas y marginados incluso dentro del campo revisionista.

¿A qué responden estas detenciones según vuestra visión? ¿Cuál fue la postura del Secretario General (SG) tras la detención de esos ocho miembros de RC)?

Itxasne: Lo que puedo decir por ahora, y a espera de juicio y sentencia, es que el mismo día de las detenciones nos vimos por la noche en calabozos, porque él estaba frente a mí. Yo le pregunté qué cojones pasaba, y él me dijo «ha sido G, pero no tienen nada». Esto de que «no tienen nada» me hacía pensar todo bajo mi punto de vista, y era que como no había nada –en mi mente, al menos, era así, y yo era miembro del Comité Central (CC) así que supuestamente estaba al corriente de las cosas–, no podían inventarse nada y por tanto sería un proceso relativamente sencillo y un montaje policial/judicial desmontable. Cuál fue mi sorpresa y la de Felipe cuando el día 29 nos enseñan todo lo incautado y nos damos cuenta de que estábamos militando en un partido del cual no sabíamos absolutamente nada más que las cuestiones diarias secundarias, superfluas, «de estar por casa» mientras ignorábamos completamente cuestiones del todo importantes; tan importantes que comportaron la detención de la que se suponía una suerte de cúpula del partido.

Pero vamos por partes.

Para explicar la redada del 27E hay que remontarse a los problemas previos de la organización, pero son tantos que solo vamos a explicar un par de las cosas más importantes y de manera superficial por motivos de seguridad. Concretamente, a principios de 2015, cuando salen los dos brigadistas en una web-tv turca, ya que esta primera aparición hizo que Roberto Vaquero viviese en un miedo paranoico constante a la posibilidad de ser detenido. Es en este mismo momento cuando Roberto empieza a hablar de expulsar a los brigadistas del partido «porque era un marrón muy grande»; vamos, que no se quería comer el marrón de otro camarada, para no variar. Entre tres camaradas, dos del CC y uno de su equipo de la Secretaría General, lograron convencer a Roberto de que esta idea era un absoluto despropósito por tres razones muy básicas a las cuales él estaba anteponiendo su miedo.

–Era absurdo porque ya se habían ido y ya habían afirmado públicamente ser de RC, con lo cual, en caso de «haber marrón», lo iba a haber de igual manera.

–Por respeto a la democracia interna del partido: ningún camarada podía ser expulsado sin que este ejerciera su derecho a ser asistido por una comisión de garantías y control que expusiera con claridad los hechos o infracciones que hubiera cometido para defenderse de estos y ser luego sometido, si así se resolviera, a la sanción pertinente.

–Por simple y sencilla camaradería: dejar tirados a dos camaradas por las buenas nos era del todo inaceptable, por mucho que se hubieran equivocado desde nuestro punto de vista. A esto, sin embargo, Roberto ya nos tenía acostumbrados, pues no era la primera vez que exponía a camaradas para librarse de las represalias –policiales, agresiones físicas callejeras pandilleras, etc.– derivadas de sus actos personales.

Al ver que expulsarles era inviable, se le ocurre la brillante idea de pensar que mediante un simple e irrelevante comunicado de blog desvinculando al partido de las acciones de los brigadistas Roberto ya estaría completamente blindado de cara a la Justicia. Sí, así funciona la mente de este señor cuando habla o piensa sobre cuestiones judiciales y represión del Estado.

Evidentemente, y viendo la avalancha mediática de los brigadistas, la constante mención de RC en todas partes vinculando a RC con las acciones de los brigadistas y teniendo por cierto los cuadros que la «brillante idea» del Secretario General (SG) de hacer un comunicado no era tan brillante, algunos miembros del CC empezaron a sugerir la necesidad imperiosa de contar con un protocolo de acción legal en caso de unas muy posibles detenciones. La respuesta del SG a este tipo de sugerencias era «déjalo en mis manos, si detienen a alguien va a ser solo a mí y en Madrid ya sabemos perfectamente lo que tenemos que hacer» –aquí se ve el cantonalismo de Roberto una vez más–, RC era solo los pocos militantes que había en todo Madrid, aparte de que a día de hoy seguimos sin saber exactamente por qué repetía con tanto ahínco que solo iba a ser detenido él: ¿era por ese miedo patológico obsesivo-compulsivo a la represión a su persona o por el doble filo de usar dicha manía persecutoria para mostrar a sus camaradas cómo de delicada era su situación y, por tanto, cómo de supuestamente valiente y revolucionario era nuestro infravalorado SG? Puede que una, otra, o ambas sean la respuesta correcta.

Aquella vez Arcadio fue «voluntariamente» –entendemos por voluntariamente que era una directriz de su SG, claro– a la comisaría, pero una vez hubo salido de RC colaboró activamente con la Fiscalía, según pudo verse en el sumario. Este hecho aceleró la redada represiva del 27E pocos meses después, pero no exime a RC de gran parte de la responsabilidad de su propia represión, puesto que el mismo sumario deja bien claro que el seguimiento a RC se venía realizando desde 2013 y se disparó con la aparición de dos brigadistas en Rojava y el propio Roberto en las noticias los canales de TV, no habiéndose actuado nunca, ni como militantes ni como organización, de manera prudente.

Por todo esto, y viendo la falta de respuesta cuando había un golpe represivo a un miembro del partido, se volvió a insistir en la necesidad de un protocolo de seguridad y de respuesta en varios ámbitos –político, legal, y demás–, a lo cual Roberto respondió que todo eso era competencia suya y que estaba todo bien atado.

Todo esto que tan bien atado estaba se puso en práctica sin duda el 27E: todos esos camaradas de confianza de Roberto con quien tan bien ató su protocolo de acción rápida, que iban a dar la cara ante una quiebra como la redada del 27E, se escondieron durante los 3 días de incomunicación de los detenidos y dieron directrices de retirar cualquier muestra de apoyo y de publicidad sobre dichas detenciones, así como de borrar todos los grupos de WhatsApp y Telegram. Suponemos que este era el protocolo que tan bien atado y profesionalizado tenía Roberto, el cual recordemos que tenía según él mismo competencias exclusivas sobre algo orgánico, con su gente de confianza de Madrid. Suponiendo que también tenía atado el tema legal, solicitamos un abogado de oficio a expensas de que esa gente de confianza de Roberto, que también tenía supuestamente atadísimo ese protocolo de acción legal, nos proporcionase la cobertura legal que como el resto de los camaradas detenidos, necesitábamos. Cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta, en plena incomunicación, de que dicha cobertura legal la tenían solo los camaradas detenidos de Madrid, mientras nosotros íbamos a prestar declaración el día 29, tras 3 días de incomunicación –y sin walkies ni nada de eso, por si a algún despistado que no tiene ni idea de cómo funciona el régimen de incomunicación se le escapa el detalle–, ante un juez de la Audiencia Nacional, ¡con abogado de oficio! Como si fuera un caso civil cualquiera. Evidentemente, en cuanto un guardia nos pregunta si queremos aceptar la defensa que nos envían nuestros familiares, decimos que sí al instante. Suponemos que para la brillante mente de Roberto y sus discípulos, no claudicar sería sinónimo de seguir sin abogado a la espera de que nuestros supuestos grandes camaradas nos enviaran uno. Ni ese, ni otro. Tirados como perros para demostrar que preferimos comer raíces.

El súmmum de la profesionalidad de la clandestinidad de Roberto y sus competencias exclusivas al respecto, es cuando nos enseñan la foto de lo incautado en el local y uno de nosotros reacciona de manera natural, atónito, preguntando –pese a no poder preguntar– de dónde había salido eso, a lo que el juez Velasco responde que las preguntas las hace él, «pero que bueno, que estaba todo en el local».

Al salir el día 29 en libertad provisional: la deplorable imagen de ver a 4 militantes en la puerta de la Audiencia Nacional, de los cuales 3 eran militantes del nuevo CC en la sombra que ya se había creado –a ojos del partido, a efectos legales, eran militantes de base con cargo regional como máximo, pero esto ya lo explicaremos más adelante– y la cuarta era una militante de base que se acercó por allí. Esta imagen tiene que ver, por supuesto, con ese protocolo de seguridad que activaron los camaradas de confianza de Madrid de Roberto de los que hemos hablado anteriormente. Aquí empieza lo que era para Roberto el verdadero protocolo: liquidar a medio CC y reemplazarlo por la novia y los amigos del SG, su nueva camarilla arribista.

El que se suponía era todavía el secretario de organización, nada más ver a sus camaradas y habiéndose acabado de enterar de que el partido había sido suspendido por un año, sugirió crear una plataforma de apoyo, ante lo cual recibió respuesta de estos supuestos militantes de base que sin nosotros saberlo eran la fracción que llevaba meses gestándose y que ya era el CC en la práctica; esa respuesta fue que no se iba a hacer absolutamente nada durante un año, que desaparecían partido y frentes, y que quedaba prohibida la actividad política en todos estos ámbitos hasta dentro de un año. Como estábamos incomunicados y no teníamos idea de nada de lo que acontecía en el mundo real, no rebatimos esta directriz. Cuál fue nuestra sorpresa, cuando días después vemos en redes sociales que se había creado una plataforma de apoyo a los detenidos del 27E sin contar con los detenidos, a la cual se le prohibió la entrada a los familiares y amigos de los detenidos. Al salir Roberto de prisión en marzo, entendimos todo mejor cuando el que todavía considerábamos un camarada pese a sus más que discutibles capacidades, David –un chico, que como tantos otros provenía del rollo skinhead, que ahora ha vuelto del lado de Roberto–, nos contaba lo que sucedía allí. Roberto había salido diciendo que la plataforma era una forma de reunir a los exmilitantes de RC donde él llevaría la voz cantante igual que en el partido; David no sabemos con qué fin y bajo qué razones no se cortó ni un pelo en contárnoslo por teléfono, tanto hablado como escrito, y también afirmó que el dinero solidario recaudado iba a ir destinado al negocio personal de Roberto.

Teniendo nosotros actos solidarios de gran envergadura atados en Valencia –desde una perspectiva típicamente asamblearia y de solidaridad antirrepresiva inspirada en otros grupos antirrepresivos y de solidaridad con represaliados del Estado–, una de las camaradas de confianza de Roberto que se había escondido durante los 3 días críticos en los que realmente se la necesitaba, nos habla dándonos directrices de que en ese acto debe estar y hablar Roberto, sí o sí. Ante esto, preguntamos por qué nos da esa directriz ella, y nos responde que porque eso tiene que ser así sí o sí y que Roberto debe estar en todas las charlas que se hagan. Respondemos que aquello no era el partido sino una plataforma antirrepresión de corte asambleario y, por ende, no entendíamos por qué recibimos esta directriz. Minutos más tarde, Roberto habla con Felipe por teléfono, le pide que le hagamos caso a la camarada, que en unos días entenderemos el porqué, a lo que Felipe responde «si yo lo entiendo, pero nadie me va a dar directrices porque no estoy en ningún partido». Roberto insistió y se encontraron a los 3 días, a más de 100km de Valencia, en un pueblo donde estábamos pasando las vacaciones de Pascua, para explicarnos ese porqué, el cual no vamos a contar por seguridad. Tras la insistencia de Roberto en que aceptásemos el porqué de todo, manda a dos ex camaradas de confianza de Roberto que, según este, estaban súper profesionalizados –súmmum del arribismo valenciano– a hablar con uno de nosotros. La discreta quedada explicativa fue nada menos que frente a la puerta principal de un concierto de C TANGANA lleno de gente, en una de las avenidas más transitadas y con más presencia policial de nuestra ciudad. Con móviles encendidos en mano, yo hablaba con Felipe por WhatsApp delante de estos dos profesionalizados camaradas que me explicaban lo clandestinos que eran, y Felipe apareció tras 15 minutos observándonos discutir a gritos desde una distancia de no más de 15 metros. Ferri, con cara de sorprendido, se limitó a un nervioso «Ey qué tal» como si nada estuviera pasando. A la pregunta de Felipe de «¿Esta es vuestra profesionalización? Llevo 15 minutos viéndoles y escuchándolos, y yo perdía siempre al puto escondite, dais pena». Cuando les dijo que su grado de profesionalización era lastimoso, Ferri contestó titubeante «Esa es tu opinión, yo tengo la mía» –un nuevo alarde de formación y convicción–. Tras este lamentable episodio que más bien pareció un sketch de humor, una broma de cámara oculta de la TV, nos damos cuenta de que habíamos pasado por una organización ridícula y rompimos absolutamente cualquier lazo político y personal con todos los miembros de dicha organización.

Tras esto, durante semanas recibimos insultos y burlas de todo tipo por internet pero por supuesto, y como con todos los que han abandonado la organización –recalcamos el «abandonado» porque el partido se inventa muchas expulsiones que nunca se han producido–, no por parte del cobarde de Roberto Vaquero, sino por parte de sus acólitos de confianza. Cuando, en medio de todas estas burlas y bulos absurdos sobre nuestra persona, Roberto llama de buenas un día a Felipe, este empieza a pedirle explicaciones –que ya conocía pues teníamos viejos camaradas que nos informaban de todo lo que sucedía en Madrid–, Roberto le dice de quedar y arreglar las cosas porque era todo un cúmulo de desafortunados malentendidos. Felipe acepta y se encuentran solos. Mientras comían este empieza a tirarle de la lengua para comprobar hasta dónde llega el cinismo de Roberto, el cual le propone nada menos que ¡un reparto de frentes! Roberto se queda con la plataforma y a Felipe le ofrecía a cambio el comité de solidaridad con Rojava, a lo que Felipe le responde que no está militando en ningún sitio, que solo quiere que la gente sepa la verdad de lo que ha pasado, que estamos en completo desacuerdo con la absurda manera de actuar, y que no quiere que le pongan de traidor ni cobarde ya que no es ni una cosa ni la otra. Roberto le asegura que él nunca ha dicho eso, que se encargará personalmente de que no vuelvan a decir nada de él. Ese mismo día por la noche, recibimos unos mensajes de uno de nuestros informantes de Valencia contándonos que hablaban mierdas de nosotros que no le cuadraban y que por favor querían quedar y que les contásemos por qué pedían nuestras cabezas de esa forma tan repentina e incomprensible. Al día siguiente nos empiezan a mandar conversaciones, directrices que se mandaban entre ellos por WhatsApp –todo muy profesionalizado– sobre que éramos unos traidores y que no tuvieran contacto de ningún tipo con nosotros. Días después, gente de confianza de Madrid, a la que Roberto veía todos los días y suponemos había tenido tiempo de sobra para cumplir su palabra y decirles que no éramos traidores ni nada de eso, no les persuadió de lo contrario, siguió hablando con gente de todo el Estado reafirmando la versión de que éramos unos traidores. Así es Roberto: tira la piedra pero siempre esconde la mano –o se esconde entero–.

Bitácora (M-L): Recientemente ha salido a la luz la existencia de un negocio del Secretario General y de la participación de militantes de Reconstrucción Comunista (RC) en él, ¿que tenéis que decir sobre eso y la cuestión financiera de RC? ¿Por qué se han ido tantos tesoreros en tan pocos años? ¿Qué opináis de las diversas plataformas desde las que RC pide dinero en base a la «solidaridad», que fin tienen en realidad?

Felipe: Respondamos en orden. Sobre la primera pregunta, no podemos explicar gran cosa. Sabemos que mucha gente puso dinero personal en el negocio de Roberto –dinero que nunca se le devolvió, y no son cantidades de propina precisamente–, negocio en el cual usaba a gente del partido para acondicionarle el local donde tiene dicho negocio –trabajo totalmente gratuito mientras decía frases delante de los que trabajaban en el local, literalmente, como «a ver si esto empieza a dar pasta y nos vamos a vivir juntos» –a su pareja de entonces–, en palabras del que era nuestro informante, David–. Este mismo topo nos dijo que el dinero solidario que llegaba a la cuenta de la plataforma, que era la que usaban en redes sociales y en todas partes para pedir dinero «debido a los altos costes judiciales de los detenidos e imputados del 27E», se desviaba directamente al negocio personal de Roberto. Hace falta aclarar que dicho negocio no era más que la necesidad individual de Roberto de dar trabajo a camaradas para él poder dedicar todo su tiempo al partido. Eso decía, pero realmente era solo su propia salvaguarda. Con discursos dramáticos sobre su pobre vida entregada al marxismo-leninismo, logró convencer a varios camaradas para que financiaran su proyecto de vida, su proyecto laboral, el que necesitaba para vivir porque es un fracasado en lo académico y su vida laboral brilla por su ausencia, sobrepasados ya sus treinta años. Con esto y los conocimientos técnicos de la que se suponía su «socia» logra poner en marcha su negocio en Leganés. Este puede verse en páginas de internet: Exótica Madrid es el nombre y, en resumidas cuentas, consiste en la venta de animales exóticos –el negocio del año según nuestro brillante Secretario General–. Queremos puntualizar, antes de que vuelvan a acusarnos al más puro estilo del PCE (r) otra vez más o de que lloriqueen porque supuestamente se les pone en peligro frente a los yihadistas, como tantas veces han afirmado ridículamente, que simplemente con buscar el nombre de Roberto en internet, sale su negocio en el buscador de Google, de modo que entendemos que no somos chivatos de nada, no hemos dado ningún dato que Roberto y cía. no hayan mostrado. En los últimos tiempos hemos sabido, gracias a varios informantes de dentro y fuera de RC, que tiene a gente trabajando de manera totalmente gratuita y él ni siquiera pasa por el local del negocio, bien por miedo o bien por depresión.

Itxasne: ¿Que por qué se han ido tantos tesoreros de RC? La realidad era que en RC los tesoreros fueron designados a dedo por Roberto porque, al ser una responsabilidad delicada y de especial interés para Roberto y su manutención individual, le interesaba específicamente que dicho cargo lo ocupase una persona manipulable. Hasta donde sabemos por nuestra experiencia –desde 2013–, el primer tesorero que conocimos era un militante muy honrado y generoso, muy trabajador, y hacía lo indecible por conseguir estabilidad económica en el partido, pero tuvo un único error: confiar ciegamente en Roberto y hacer a pies juntillas lo que este le mandaba, ejerciendo nula competencia sobre su propio cargo. Ni siquiera él mismo controlaba las cuentas del partido y cuando se le preguntaba por estas, daba palos de ciego porque no sabía justificar el desfalco de dinero –con la adquisición del nuevo local de Madrid esto se elevó al cubo–. Se pedía dinero para camisetas por adelantado, por ejemplo –y no solo a militantes sino también a gente de fuera de RC, lo cual tiene más delito–. Camisetas que nunca se llegaron a hacer, cuando el beneficio de estas rondaba los mil euros. El dueño del local de Madrid se puso en contacto con el Secretario de Organización [Felipe] para echarle en cara que debían 2 meses de facturas y alquiler –el local tenía 3 meses de vida por entonces–. Felipe llama al tesorero para pedirle explicaciones de por qué, teniendo todo ese dinero, se debía algo tan básico como el local cuando en Valencia, sin ver un solo euro de lo recaudado mediante las cuotas estatales, el local lograba financiarse solo, siendo la diferencia de pago entre Madrid y Valencia escasa. Esto se debe a varias cosas:

–Falta de organización en lo que a finanzas se refiere –en Madrid, que era lo que estaba bajo la sombra y la competencia extraoficial de Roberto–.

–Carácter sectario del partido: los pocos actos que se hacían en el local no tenían ni siquiera asistencia de la propia militancia, imposibilitando la autogestión.

–Elitismo de la pandilla de Roberto y sus frases como «en el local que curren los pringaos».

–Desfalco de dinero del Secretario General (SG) Roberto Vaquero para su uso y disfrute.

El tesorero le dice al Secretario de Organización –tras este pedir explicaciones al tesorero– que no hay fondos. El Secretario de Organización le contestó lo lógico: «paga el local con el dinero de las camisetas, y ya lo repondremos». La respuesta hilarante del tesorero es que tampoco existe el dinero de las camisetas. El secretario de organización se sulfura pensando sobre todo en la gente que no es del partido y ha pagado por unas camisetas que ni existen ni cuyo importe se puede devolver porque se ha gastado. La respuesta insistente del tesorero es que la cuenta del partido está a cero, pero sigue sin saber explicar por qué. A los dos minutos de colgar la llamada, Roberto llama al Secretario de Organización y le pide que «no agobies al chaval con que no hay dinero, ya veremos de dónde lo sacamos», otra conversación más en la que el Secretario de Organización [Felipe] se queda sin una sola explicación, peor aún si consideramos que según los documentos del congreso respecto a estructura orgánica, la tesorería formaba parte directamente de la Secretaría de Organización, ocupada por Felipe, cosa de la cual Roberto se reía constantemente cuando el Secretario de Organización exigía su derecho a conocer qué ocurría con la tesorería, llevándose por respuesta la simple acusación de burocratilla. A raíz de estos hechos, el Secretario de Organización propone destituir al tesorero bajo la fe ciega en las palabras de Roberto, que cargó toda la culpa del desfalco al tesorero. Felipe propone en su lugar a un nuevo tesorero con más conocimientos y más independencia, así como más cercano –de su ciudad– para poder trabajar verdaderamente compenetrados y retomar el control de la responsabilidad/cargo más incontrolada de todas. Este militante propuesto y aceptado, a base de trabajar sin descanso por y para el partido, logró sanear todas las cuentas del partido en cuestión de semanas, y todo sin haber accedido a ningún tipo de información del desastre económico que se encontró a su llegada a la responsabilidad de tesorero. Una vez saneadas las cuentas, Álvaro pasa a ocupar esta responsabilidad en la sombra. Esto hace que el tesorero «oficial» empiece a no saber qué ocurre con el dinero y a perder absolutamente cualquier tipo de control sobre este –se repite la historia–. Teniendo Roberto a una persona de nuevo totalmente manipulable a su antojo con el que poder hacer y deshacer según sus necesidades de abastecimiento y manutención personales. Por eso mismo, una vez la pareja que tenía en aquel momento rompe con él, Roberto empieza a exigir cada vez más asiduamente cuotas extraordinarias para pagar su alquiler y manutención con su famosa frase «estoy al borde de la mendicidad por vosotros, por el partido». Decimos que esto sucede cuando la expareja rompe con él porque esta lo mantenía casi por completo pese a este ser machista, abusivo y constantemente infiel.

Más tarde, viendo el sumario, nos enteramos de dónde se había estado invirtiendo parte de todo ese dinero desaparecido y que no iba a la manutención de Roberto.

Mediante informantes actuales hemos sabido que el dinero se destina a sus hobbies personales y que sigue viviendo de la plataforma de apoyo a los detenidos del 27E, algo que todo el mundo que ha estado en el entorno del partido hoy en día comenta y sabe.

Sobre las plataformas desde las que se pide solidaridad: la falsa plataforma de solidaridad de los Detenidos el 27E, BOSA, Distritos Valencia, otros grupos de falso corte feminista.

–Detenidos del 27E: como se sabe, desde el principio en esta plataforma se excluye a familia y amigos de detenidos y se forma solo por el grupo de arribistas de confianza de Roberto, y en ningún momento fue ni solidaria ni democrática como en un primer momento se pudiera pensar. Al principio, esta plataforma tuvo bastante apoyo ya que la gente en general, a diferencia de la secta RC, sí es capaz de ofrecer solidaridad activa con cualquier represaliado político. Al poco acabaron volviéndose enemigos de nuevo de casi todas las plataformas importantes en materia antirrepresiva, gracias a su soberbia al creerse los mayores mártires del Estado y exigir desde una posición de superioridad una solidaridad que nunca ofrecieron a nadie de quien ahora fingen interesarse. Nos llegaron conversaciones de WhatsApp del frente social Leganés del que era el brazo derecho de Roberto diciendo textualmente «a los imputados que les follen, que se mueran todos menos uno» –ese uno es Álvaro, único imputado en la Operación Valle de RC, el resto son personas que hace tiempo que abandonamos el partido–. Esta plataforma como ya explicamos, Roberto la quiere solo para su negocio, para financiarlo. Cuando, a sabiendas de esto, para ver por dónde sale, le preguntamos si ese dinero va a ir para todos los detenidos y así pedir las cuentas de la plataforma –antes de anunciar que no queríamos saber nada más de la plataforma–, nos dan largas y empiezan a comentar en Madrid que de qué cojones vamos pidiendo pasta cuando esa pasta es para «invertir». Cuando hablamos esto con gente de Valencia, nos dicen que no nos preocupemos, que ese dinero se está invirtiendo para sacar más; quizás en algún momento estos le creyeron, en parte por no haber destapado antes a Roberto y hacer creer en Valencia que realmente este hombre era un cuasimendigo por el partido, cuando en realidad se estaba haciendo un pequeño burgués.

–Resto de frentes que usan para financiarse como el Banco Obrero Solidario de Alimentos (BOSA): este es un banco de alimentos que nació para albergar a distintas organizaciones y repartir alimentos en contra de otros proyectos fascistas como el Hogar Social Madrid (HSM). Esta plataforma al final solo sirve para pedir solidaridad para uso y disfrute de Roberto, Distritos son frentes juveniles del área metropolitana de Valencia y son usados por el partido en Valencia. Fermín, de Valencia, nos llegó a decir «a estos los tenemos en el bolsillo, todo el dinero va a ir a la plataforma, de momento ya les he sacado 600 euros», riéndose de ellos en uno de sus muchos alardes de chulería frente a quienes consideraba morralla inferior a él. Los distintos grupos feministas que utilizan como la asamblea de mujeres de la universidad también financian a Roberto. Quizá, cuando mediante las pruebas que irán llegando, se destape quién es Roberto y qué hace con las mujeres y el dinero, estos colectivos tomen cartas en el asunto y se les caiga el mundo encima. Puntualizamos, por último, que la mayoría de los frentes se encuentran en Valencia, ya que en esta ciudad han conseguido engañar a mucha gente. En Madrid todo el mundo les conoce y por eso han perdido todos los espacios y no pueden acudir a ninguno, nadie quiere trabajar con ellos ni quieren saber nada del farsante de Roberto. En Granada parece que se ha ido al garete. Así que de momento perviven de Valencia.

–Anteriormente estaba RSA Madrid: una página política propiedad de El Negro, Roberto y otros creada para ser el altavoz de «forma sutil» de RC compartiendo todas sus publicaciones mientras que en el resto se dedicaban a insultar y jugar a hacer «memes» caricaturescos a las organizaciones políticas detractoras. Desde ahí también pedían la «solidaridad» hacía RC en todos los conflictos y peleas en que se metían. Tras la salida de El Negro fue Roberto se quedó con las contraseñas y el encargado las publicaciones junto a Adrian. Hacer de trolls de internet, a eso se dedicaban nuestros «héroes del proletariado». En el IIº Congreso de 2012 hubo una enmienda para hacerlo oficialmente vocero, poco después en 2015 debido a la bajada de visitas y debido a la imagen poco seria que se daba, y ya que «nos constituíamos como partido», se decidió dejar la página inactiva en 2015. Ahora parece que con La Revolu News, han vuelto a los inicios, pues es una página dedicada a lo mismo.

–El Comité de Solidaridad con Rojava: fue otro proyecto de miembros de RC con el fin de propagar lo que desde entonces iba a ser el tema estrella en materia internacional: Rojava. Se diría en RC que en el Kurdistán se estaba llevando según Roberto un proceso socialista, y que ante el hecho de que otros grupos como el PCE (r) no hegemonizasen la propaganda de tal revolución, debía ya mismo crearse un frente. Roberto llamó a varios de nosotros para crear la página, a Felipe incluso le ofreció un puesto como administrador de tal página cuando las cosas ya no iban bien y nos habíamos salido, uno de sus típicos sobornos encubiertos de cuando se ve desesperado.

Bitácora (M-L): Reconstrucción Comunista (RC) es conocido por haber sido denunciado bajo acusaciones de machismo por varias organizaciones, algunos de los exmilitantes de la organización, así como algunas de las exparejas de Roberto parece que han aireado esto mismo. Por lo tanto, ya no hay vuelta atrás, solo Roberto y discípulos niegan esta evidencia.

Cuando vosotros estabais dentro, ¿hasta qué punto tenían influencia en la militancia estas actitudes? ¿Entorpecía el trabajo con colectivos sensibilizados con la cuestión de género? ¿Qué opinas de los nuevos textos de Universidad Obrera intentando hacerse pasar como gente sensibilizada con la cuestión de género?

Itxasne: Esto lo contestaré yo. Desde el primer momento vi muchísimas actitudes de Roberto que eran absolutamente irrespetuosas con la cuestión de género.

–Insultos a hombres y mujeres por su aspecto físico –siendo uno de los que más podía callar al respecto, ciertamente, porque no es en absoluto agraciado y nunca nadie le faltó al respeto por ello, porque sencillamente es una actitud terriblemente absurda en un comunista militante–. Especial fijación con cualquier mujer del partido cuyo peso estuviera por encima de los 50kg. Si alguna de estas tenía pareja dentro del partido, hacía dichas burlas a las espaldas del novio –única figura de una pareja a la que «respeta»–. Intentaba boicotear todas las relaciones porque muchas de las mujeres eran exparejas sentimentales o sexuales y por tanto, seguían siendo de su propiedad, incluso en algún caso ha seguido yendo tras las faldas de alguna de sus camaradas pese a esta había iniciado relación sentimental con otro camarada.

–Burlas hacia parejas sentimentales formadas por integrantes del partido porque no soporta las relaciones –serias– de sus camaradas debido a una clara inmadurez emocional y otro tipo de carencias afectivas. Intento de destruir dichas relaciones mediante diferentes artimañas: malmeter a uno y otro miembro de la pareja constantemente. Siempre hacía alusiones a la vida sexual de todas las parejas con frases autoconvincentes como «seguro que no follan». También hacía alusiones directas a los hombres que entablaban relaciones serias porque se habrían convertido supuestamente en «unos mierdas» y ya no eran unos «fuckers», aparte de otras alusiones a que supuestamente inhibían su «hombría» debido a un supuesto yugo al que sus novias los sometían, un yugo llamado «revisión de actitudes machistas y aprendizaje en relación sana y de búsqueda de igualdad».

–Valoraba positivamente a las militantes mujeres cuando mantenía relaciones sexuales o sentimentales con estas. Pasaban de ser «militantes de mierda» a ser «cuadros válidos» y «muy currantes», para luego volver a ser traidoras, vagas o malas militantes en cuanto cambiaba de pareja sexual dentro del partido. Evidentemente, esto lo hacía con los hombres también en función de su relación amistosa con estos –y en función, sobretodo, de cuán críticos ellos fueran con él–. La diferencia estriba en que a los hombres, al menos, no los despojaba de su dignidad como hacía con las mujeres, viéndolas constantemente como objetos consumibles, aprovechándose de ellas y humillándolas tras haberse acostado con ellas. 

–Creación de grupos sociales entre los hombres en función del nivel de tolerancia que estos presentaban hacia su misoginia y machismo. Por ejemplo, sus mejores amigos eran el selecto grupo en el que podían dar rienda suelta al peor de los liberalismos en el partido, llegando a tratar de convencer a más de un camarada de que «lo del porno es un debate que no lleva a ninguna parte así que es mejor no discutírselo a estas, pero luego en vuestra vida personal haced lo que queráis que hay pornos que no son malos» o «yo necesito el porno para no poner los cuernos» –entendemos que se refiere a no ser más infiel de lo que ya era–. Situaciones hilarantes nos vienen a la cabeza, como burlarse de quienes no fueran unos pajilleros al uso con actriz porno preferida o de quienes no siguieran el rollo recomendándose y pasándose enlaces de páginas porno «interesantes». En ocasiones, me contaron –y esto lo puede atestiguar Felipe o Javier– como Roberto en momentos previos a la reunión, enseñaba a sus militantes masculinos una lista de «cosas que hacer antes de los 30», cosas sexuales obviamente, entre ellas figuraban «follarse a una de más de 40», «follarse a una menor de 18» y hacer «un trío con una de más de 40 y otra de menos de 18»; esa lista causó la mofa y también el desprecio entre los hombres del partido como Javier que le llamó «enfermo»: algo que después reflejaría en su carta.

–Echaba de casa a sus parejas –cuando en su momento ellas no eran militantes– al realizarse actos militantes donde iban a venir visitas que le interesaban sexualmente. También hacía lo propio con espacios de ocio, relegando finalmente a sus parejas al ámbito privado-doméstico y cotidiano –la vida diaria ordinaria– para no mostrar públicamente a sus parejas y así poder «atacar» con facilidad.

–Acusación constante a todos los camaradas que tuvieran una mínima sensibilidad con las cuestiones de género. Según Roberto, estos no son más que seres que fingen un supuesto feminismo descreído «para follar». En el peor de los casos –casos como el de Felipe o el de Javier–, el interés por las cuestiones de género o las críticas a las actitudes machistas no eran según él más que el resultado de una especie de dominación psicológica ejercida por sus compañeras sentimentales. A Roberto le gusta imaginar que son hombres reprimidos que en realidad, si fueran «libres», darían rienda suelta a una promiscuidad, una tendencia preocupante hacia la pedofilia y una degeneración moral que para Roberto eran completamente naturales. Es por ello que suele acusar de pedófilos reprimidos, adictos al porno reprimidos, promiscuos reprimidos, etc. a estos hombres –más aún cuando estos elementos conscientes abandonan el partido por vergüenza, responsabilidad y coherencia–, un comportamiento que solo podría ser definido como la «proyección» de uno mismo hacia afuera. Su particular forma de sentirse menos deleznable es acentuar degeneraciones mínimas o directamente inexistentes en sus «iguales». Exactamente igual que con el consumo de alcohol o tabaco como si de drogas duras se tratase: claro está que toda adicción es nociva para un revolucionario, mas estaba totalmente fuera de lugar la caza de brujas que existía contra quienes presentasen una adicción reformable o controlable –y que, además, afectase de forma muy mínima a otros camaradas– teniendo en cuenta la terrible adicción sexual de Roberto y los fuertes estragos en otras camaradas y en el Partido que esta lleva causando durante 7 años. Todas las adicciones son nocivas, pero si se trata de priorizar y de mirar por el bien del partido, no hace falta ser muy inteligente para saber por dónde había que empezar a cortar por lo sano: por el Secretario General. 

–A la gente que no compartía su asqueroso modo de pensar y de vida los trataba aún peor que a sus supuestos amigos, poniéndoles a todos de «mierdas» para arriba.

–Caso omiso a las críticas recibidas por mantener en un órgano de dirección a un miembro de Castellón que consume repetidamente a mujeres prostituidas, admitiendo él mismo que padece un vicio que no sabe evitar ni siquiera cuando piensa en que su novia es, para más inri, también miembro del partido.

–Alusiones a lo «petable» que es el culo de unas u otras camaradas, algunas de ellas menores de edad en el momento de los comentarios y otras, apenas habiendo superado la mayoría de edad. Cuanto menos respetaba al novio de cualquiera de dichas camaradas, más comentarios no solo sobre ella sino sobre el novio de la chica en cuestión; alusiones, por ejemplo, a lo «injusto» que le parece que un «gordo de mierda» o un «cardo que seguro que no sabe ni follársela» (sic).

–Negación sistemáticamente de cualquier acusación externa de machismo en el seno de la organización. Llegando incluso a reconocer que sí había habido «delito» pero que en ningún caso podía reconocerse porque las siglas estaban por encima.

La cosa como ves, es más grave de lo que seguramente imaginabas.

Bitácora (M-L): La mayoría de gente que ha abandonado RC, lo ha hecho despotricando contra un centralismo burocrático, manifestaciones de caciquismo, y todo lo típico en cualquier organización revisionista, algo que cada día parece más evidente pese a que lo nieguen. 

Felipe: ¿Cómo eran las estructuras «democráticas» dentro de RC? (Risas) La estructura dentro era la siguiente: Roberto y después sus amigos y su pandilla. Dentro de RC ningún cargo importante ha durado más de dos años y ninguno por expulsión ni casualidad. Dentro de RC ni el Comité Central (C) electo ni el Buró Político (BP) tienen poder, solo Roberto ya que él se lo forma a su gusto, solo había que acudir a alguna reunión de cualquier CC para ver que las decisiones ya estaban tomadas de antes y que nadie contradecía a Roberto, cuando empezabas a hacerlo, véase Rubén, Javier, Itxasne o yo mismo, te aislaba y empezaba a trabajar con militantes de base los asuntos de la dirección. Expongo primero mi caso, al mes de entrar, yo que tenía una mínima experiencia militante, ya formaba parte de la toma de decisiones de la secretaría general, teniendo así un poder decisión y conocimientos de las cosas que el comité central electo no tenía. A los 4 meses ya era miembro del Comité Regional de Castilla y no porque fuera más o menos válido sino porque estaba a la sombra de Roberto. Un mes después Roberto cooptó un nuevo miembro para el CC, ese era yo, sabiendo que así dos de los tres votos de la reunión iban a ir para donde él dijera. En ese central iba a entrar otra persona, pero no entró por diferencias personales con Roberto, ya que esta persona había cortado la relación de amante esporádica con él, pero eso ahora no tiene que ver.

¿Por qué no duran más de dos años los «brazos derechos» de Roberto? Es sencillo, cuando te ves sin la formación necesaria totalmente manipulado por Roberto, una vez que empiezas a formarte en tu cargo y ver como es el realmente empiezas a discrepar mediante los canales que dictaban los documentos congresuales, él al tener siempre la mayoría manipulada dentro del CC, y llevar las decisiones ya tomadas, ves que no puedes hacer más, intentas dejar la dirección y te lo niega ya que te sigue queriendo para acatar sus «cacicadas» las cuales las pasa por encima de los mismos documentos del partido. En el CC celebrado presenté una carta de crítica como Secretario de Organización a todas las responsabilidades y para profesionalizar de una vez el «partido» y dejar de parecer pandilleros entre otras cosas, esa carta leída por Jordi y Adrián dijeron que sí, que era necesario cada punto, Roberto contestó que eso era burocratismo que las críticas no se presentaban por escrito, a lo cual los dos anteriormente citados se callaron y votaron junto a Roberto, lo cual un campo que gestionaba yo con total competencia votado en el congreso de abril del 2015 se lo cargaba Roberto de una sola frase, no es la única vez que se pudo ver a estos dos miembros haciendo la del títere, ni fue la vez más grave. Durante el IIIº Congreso de abril de 2015 en una enmienda en la cual Roberto no estaba de acuerdo salieron más votos a favor que en contra de la enmienda, y más abstenciones que ambas, al decir que pasaba la enmienda Roberto dijo que no, paró el congreso y la mesa formada por Jordi –este ni habló en todo el congreso, ahí se puede ver la preparación de sus nuevas incorporaciones que os hablaba antes–, Adrián, Roberto y yo nos metimos a debatir esto en un cuarto, y como no llegábamos a un acuerdo llamamos a Pablo que era la persona del partido en este campo, el dijo que pasaba la enmienda, que había más votos a favor que en contra, que las abstenciones no contaban, a lo que Roberto dijo «¿Ves? Él viene de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) [juventudes del PCE], y dice eso porque allí son revisionistas, así que las abstenciones han ganado y no pasa la enmienda», a los que sus miembros electos para la mesa le dieron la razón sin dar ningún motivo de nuevo de porque su voto. Durante ese mismo congreso hizo varias «cacicadas» más de este tipo en varios campos: como en el de género; desde Bilbao se presentaba una enmienda para hacer una secretaría de la mujer, al cual por error de Bilbao no se presentó y Roberto se negó a incluir esa enmienda, sucedió igual con varias enmiendas, pero luego pasó lo mismo con una enmienda suya en la célula de Vallecas pero en su caso obligó a que se incluyera, y hasta aquí el tema del congreso porque daría para escribir varias páginas más entre el antes, el durante y el después; como que al ponernos a debatir con los documentos congresuales en la mano él decía frases tan democráticas como «me dan igual los documentos, eso es papel» que hacían que perdieses toda esperanza en el proyecto en que estabas embarcado.

Ahora hablaremos de anteponerse él a la organización, ya que lo hacía el 100% del tiempo. Cuando había conflictos lejos de él, le daban igual y no se esforzaba en ocultarlo: decía que «el partido no estaba para esas cosas», o directamente que eran «gilipolleces», daba igual la gravedad, los de fuera de su entorno no tenía preferencia nunca, después para conflictos como que él recibiera una paliza de una persona lo elevaba a conflicto de Estado (Risas), hacía que el partido le pagara cuotas para su alquiler ya que no quería ir a trabajar por si le veían y si iba tenía que ser con 2 o 3 «guardaespaldas» y en coche hasta la puerta de su trabajo. Mientras la organización estaba de capa caída porque él estaba acaparando todos los recursos humanos y económicos, de ahí que faltaba dinero para alquileres y gente para trabajar en las distintas responsabilidades del partido.

Después de exponer mis quejas hacia estos comportamientos me enteré que Roberto estaba dando un golpe de Estado al estilo Carrillo, donde Roberto iba a presentar una dimisión en el CC porque no se estaban haciendo las cosas como tocaba. En paralelo había un Comité Central que ya estaba trabajando en la sombra, llevando al partido donde acabó meses después, orquestado por el mismo Roberto, donde estaban sus dos mejores amigos en ese momento y su novia en ese momento, ¿casualidad? ¿Nadie se ha preguntado por qué entraron a prisión preventiva supuestos militantes de base y no miembros del comité central? Por su vinculación con los trapicheos de Roberto a espaldas de todos, incluido el CC.

Además de todo, meses después de irme leí todas las cartas de dimisión que habían sido eliminadas del correo de organización en su momento –porque iba a estar de acuerdo con su contenido–. Recordemos que este tipo de cartas de dimisión era competencia de la secretaría que yo gestionaba, la de organización.

Bitácora (M-L): ¿Por qué entrasteis en Reconstrucción Comunista (RC)? ¿Qué fue lo que finalmente os impulsó a salir en 2015?

Felipe: Nunca había militado en serio en ninguna organización ni partido porque nada me parecía lo suficientemente serio. Tras una mala experiencia en los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC) [juventudes del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE)] entré en RC pensando que sería algo diferente: un lugar donde formarme, militar seriamente. Roberto ya llevaba varios meses detrás de mí tratando de convencerme para que entrara, así que permanecí un tiempo en el entorno de RC hasta que acabé entrando. Cualquier parecido con una militancia seria o con proyección a serla –esto último, razón principal por la que aguanté tres años que considero que he tirado a la basura en lo político– es mera coincidencia. El III Congreso de abril de 2015 era para mí el punto de inflexión que iba a marcar un antes y un después: el fin de la organización estilo tribu urbana, de peleas callejeras exentas totalmente de contenido político, el fin de la violación del centralismo democrático, y la conversión a partido, un partido pequeño y joven pero, sin embargo, un lugar que realmente pudiera ser el inicio de un camino hacia un partido de «nuevo tipo». El congreso resultó ser, como todo lo demás, una pantomima –quizá la mayor pantomima jamás recreada en la historia de RC–. Todo esto lo he podido saber porque desde el día 1, sin cualificación ni capacitación objetiva, estuve al lado de Roberto por decisión suya y pese a ser, al principio, mero premilitante. Por ello, pude ver todos los hechos que describo y muchos más que me dejó en el tintero desde todos los ángulos, y no solo de manera parcial, que es como lo han visto o vivido la gran mayoría de militantes de base y de órganos intermedios pese a insinuar que conocen la realidad de los hechos acontecidos en RC, ¡antes incluso de que muchos de ellos hubieran entrado!

Desde mediados de 2014, entonces yo llevaba un año en RC, empecé a observar muchísimas irregularidades y caciquismos, pero como se aproximaba el tan ansiado IIIº Congreso en el que había depositado mis últimas esperanzas en la conversión de RC en un proyecto de partido mínimamente serio y ML, traté de negarme a mí mismo la flagrante realidad de esas irregularidades. Lo que supuso para mí el auténtico punto de inflexión respecto a las esperanzas de cambiar algo en RC fue la dimisión de Javier en julio de 2015, con todas las explicaciones que me dio; explicaciones en las que estaba de acuerdo con él, porque al contrario de lo que dijo Roberto a todo el mundo, no era «la versión de Javier», ni eran mentiras, ni excusas, ni exageraciones, era la única realidad objetiva, y es que cada cosa que me dijo eran situaciones, vivencias y sensaciones de las que yo mismo llevaba un año siendo testigo directo –tonto de mí, no supe estar a la altura, ni ser consecuente, preferí hacerme ilusiones–; sin embargo insistí a Javier para que no abandonase, puesto que su presencia en un Comité Central (CC) con el 50% compuesto por elementos no solo seguidistas hacia cualquier actitud de Roberto sino acríticos respecto a lo que esto suponía para el partido aceptar tales cosas, todo eso era clave, y si Javier se iba, Itxasne y yo nos quedábamos como único sector honesto y no seguidista dentro del CC. Esto no quiere decir que hubiera habido una fracción ni nada parecido. Me quedé, simplemente por seguir trabajando por cierta gente, especialmente en Valencia y Bilbao, que sí que me habían demostrado ser proyectos de militantes comunistas honrados, aun sabiendo que todo iba a ser una cacicada de Roberto porque el CC estaba formado mayoritariamente por seguidistas que iban a bloquear el necesario avance de la organización, avance que Roberto impedía.

Mi dimisión estaba pensada, después de ver cómo habían sido todas las dimisiones anteriores –Rubén, Javier, entre otros–, de cara a la militancia. Quería evitar que conmigo sucediera lo mismo, creí oportuno presentar mi dimisión y fundamentar correctamente mis motivos en el Comité Central «Ampliado» –con miembros de todas las regiones presentes– que se iba a celebrar a mediados de febrero de 2016 en Barcelona, con motivo de las Jornadas Antifascistas Estatales que se clausuraban en dicha ciudad aquel mismo fin de semana –sí, como digo, todos los frentes eran creados por RC–. El motivo de querer proceder de esta manera fueron tres: evitar las mentiras que Roberto propagaba tras una dimisión o abandono amparado en un CC seguidista que no iba a contar los motivos reales expuestos en el acto mismo de la dimisión; con un CC ampliado con testigos de todas las regiones Roberto iba a tener más difícil tergiversar todo lo que tenía pensado exponer para dimitir, como pude ver que hizo con la salida de Javier, donde me mintió a mí incluso. El otro motivo de proceder con esta prudencia fueron las relaciones personales –el no querer echarlas a perder– y la fe en los militantes que consideraba que podían crecer y algún día contribuir a profesionalizar el partido como yo no pude hacer.

Los motivos que tenía en su momento para dimitir eran bastantes. Y como decía, el CC ampliado en el que iba a dimitir se celebraba con motivo de las Jornadas Antifascistas y RC eran los miembros y los organizadores de dicho frente y dichos actos –que fueron suspendidos por las detenciones del 27E y ese pánico general que se había extendido durante los primeros días–, este nunca se llegó a celebrar con lo cual oficialmente nunca pude dimitir. Los motivos que tenía pensado exponer eran los siguientes:

–La democracia interna era nula: Roberto «se cagaba en los documentos» del Congreso y en las competencias de los miembros del CC electo en el mismo. Expongo breves casos para ilustrar esta falta de democracia interna.

–Suplantación de cargos: Cargos como el mío –Secretario de organización– eran suplantados por su amigo Carlos –no por ser más válido que yo sino por estar a su lado y ser más manipulable, como yo lo fui en su día siendo apenas premilitante–, así como el de Género y Agitación y propaganda –correspondientes a Itxasne y Jordi, y suplantados por la que era la novia de Roberto, tampoco porque fuera más válida que ellos dos, ahora que ya no está con ella dice que no lo era, ¿casualidad? No, todos los que hemos sido sus amigos y luego ya no, hemos pasado de ser los cuadros del año a una basura incapaz– y el de Finanzas –suplantado por Álvaro, obviamente sin ser una persona válida, simplemente es la persona que menos objeciones ha puesto a Roberto en cualquier cuestión–. Esto llevó a Roberto a formar y amparar una fracción en la sombra de su propio CC electo, la misma que, como expliqué antes, acabaría siendo el nuevo CC oficial meses después.

–Regionalismo en Madrid: Cualquier cosa nimia acaecida en Madrid, sobre todo lo relacionado con Roberto y sus peleas de pandillero, era más prioritaria e importante que cualquier otra cosa que sucediera en otra región. En los viajes, también se veía el regionalismo de Roberto, ya que se sufragaban los viajes de los militantes de Madrid mientras que los viajes que el resto hacíamos a Madrid salía de nuestros bolsillos. El local de Madrid era pagado por todos los territorios, mientras que el de Valencia –también local oficial de RC, no local regional– era pagado exclusivamente por la militancia de Valencia y los actos de autogestión de esta.

–Caciquismo: Roberto utilizaba todos los recursos materiales y humanos que hicieran falta, sin límites, para que todo se hiciera por él, desde salvarle las espaldas cuando querían agredirle debido a sus tonterías de tribu urbana no superadas, hasta pedir cuotas e incluso donaciones porque aseguraba «estar al borde de la mendicidad». Utilizaba a la gente del partido para fines que nada tenían que ver con el trabajo político de los comunistas, recibía mucho y daba a cambio muy poco: un par de artículos repletos de citillas cada cierto tiempo y unas cuantas formaciones y charlas que hacía 3 años que daba de manera casi idéntica y con muy poco avance teórico –si se salía de sus ejemplos estúpidos parecía que fuese a colapsar–, por supuesto todo esto a coste cero.

–Pandillerismo: RC estaba inmerso en un callejón sin salida de pandillerismo, de ahí la fundación de Frontovik, sobre todo con el tema skinhead. Una vez celebrado el último congreso de 2015, tenía fe en que se dejase de hablar de RC y Roberto por las pintas y los sucesos callejeros pandilleros, y se hablase más de la línea política y el trabajo político y social. Nada más lejos de la realidad: en vez de reducirse el pandillerismo «skin», se produjo una especie de mezcla de este tipo de pandillerismo con el pandillerismo latino. Empezaron a sucederse –por parte de Roberto y sus amigos– por redes sociales fotos, comentarios y demás publicaciones relacionadas con tatuajes pandilleros y talegueros, banderas de tribu urbana, absurdas «clicas» para alguien que jamás ha pisado un barrio conflictivo de Latinoamérica. Vamos, se podría decir que o les gustaba ser el hazmerreír de las redes sociales, o no se daban cuenta de que lo eran. Esto, por cierto, fue algo que critiqué en el último CC al que pude asistir –octubre 2015–, siendo la respuesta de Roberto que la crítica quedaba invalidada porque había tenido la desfachatez de presentarla en un documento serio por escrito, cuando según él, nueva regla sacada en aquel momento de la manga, «se viene aquí, se dice, y punto».

–Bloqueo a la hora de crecer como partido: Roberto se negaba a dejar de seguir teniendo actitudes de organización juvenil, yo creía que ese papel lo podía cubrir tras el III Congreso la recién creada Juventud; sin embargo, no cesaron los insultos por internet en comunicados, las peleas de barrio, frentes juveniles, agitación, etc. Se negaba a trabajar en frentes de masas «adultos», puesto que solo se sentía seguro entre chavales de menos de 20 años y evitaba confrontar con cuadros adultos, cualquiera que fuera su procedencia.

–Regiones «cool» y regiones olvidadas: Dentro de RC, para Roberto había dos tipos de territorios, siempre por detrás de Madrid y sus problemas y circunstancias personales. Los «guays», Bilbao, Barcelona y Valencia, y los «pringados» y los «frikis», Mallorca, Cuenca, GA. y Andalucía. Si los militantes de RC de todas estas zonas llegan a leer esto, se sorprenderán, pero esto es solo la punta del iceberg, cualquiera que conozca la forma en la que habla Roberto de sus «camaradas», sabe o lo sabrá pronto, que te «coleguea» cara a cara y por detrás es un completo Judas. ¿Cómo hacía esta división de territorios? Fácil, se establecía con un baremo muy sencillo; ¡en base a cuántos amigos tenía Roberto en cada sitio y de cuántos iba a poder disfrutar en cada sitio! Pero por supuesto también el aspecto sexual, pues RC era su harén particular, si en x territorios había muchas amantes o examantes, o futuros fichajes, lo ponía como ejemplo a seguir aunque fuese un desastre. Esta división creaba un desajuste enorme en cuanto a formación y conocimientos de asuntos de la organización entre los territorios «conectados a Madrid» y los «olvidados», lo cual facilitaba que Roberto insistiera constantemente en lo «frikis», «vagos», «indisciplinados» y «analfabetos» que eran los militantes de los territorios «olvidados». Graciosamente algunos de los elementos que hoy mantienen una defensa totalmente fanática y pueril de Roberto son los mismos a los que ponía verde como militantes, a los que acusaba de que su territorio daba «vergüenza».

–Apuñalamientos de antifascistas, relaciones con nazis y extorsión a obreros: Todo lo que contaré en este punto ha sido contrastado por completo. Álvaro fue el que me dio en su momento las explicaciones pertinentes ya que Roberto nunca quiso dar la cara por esto, y al pobre chaval hay que decir que se le nota mucho cuando miente y se pone nervioso. Muy lejos de lo que contó respecto al conflicto con los ex camaradas de Pozuelo, entre los que se encontraba el hermano menor de Roberto. Me había llegado a oídos a través de muchas personas de Madrid que la historia real no fue como Roberto me había querido hacer creer –a mí y a todo RC–. Él dijo que tres antifascistas de Pozuelo iban buscando al camarada Adrián –miembro del CC– con cuchillos, de modo que ellos tuvieron que defenderlo frente a los de Pozuelo. La historia real y verificada es que fueron cuatro, Roberto y tres amigos/camaradas, que fueron cuchillo en mano a por tres antifascistas de Pozuelo que estaban desarmados, y cobardemente y por la espalda le rajaron el brazo a uno de ellos. En Leganés, por lo que se decía por todo Madrid, Roberto y estos tres amigos/camaradas se juntaban con Rubén, un nazi bastante conocido. A este le dieron direcciones de los enemigos personales de Roberto –incluso de su propio hermano–. Cuando me llegó esta barbaridad a los oídos, no lo quise creer, pero aun así pedí explicaciones. La ridícula respuesta fue que ese nazi simplemente iba al gimnasio con el padre de uno de ellos y que solo tenían su teléfono para «llamarle y amenazarle». Queda contrastado que, además de ser amigos en el gimnasio, lo utilizaban para apaciguar sus frustraciones contra antifascistas. Mientras Roberto y sus amigos/camaradas trabajan de porteros en diferentes bares de Malasaña, parece ser que tenían otros asuntos entre manos, como ser los matones de empresarios que no pagan a sus trabajadores. Al pedir explicaciones de estos hechos, la respuesta fue que a ese trabajador le pegaron porque miró mal a uno de ellos, cuando dicho trabajador recibió un aviso de que no volviera a molestar al empresario. El tema estrella fue el famoso «15 contra 1» que protagonizó Roberto y del que todo Madrid a día de hoy aún se ríe. Ya nos avisó Rubén, el hermano menor de Roberto, de la verdad de lo que ocurrió, pero una vez más cerramos filas en torno a Roberto de forma acrítica. Los hechos reales es que fue un «1 contra 1», entre Roberto y otro hombre del entorno de otro partido que sí es cierto que iba acompañado en ese momento de otra persona, pero esta no participó del enfrentamiento físico, en el enfrentamiento Roberto iba armado pero el arma se le cayó al suelo. No se puede mentir tanto en peleas en barrios tan transitados de Madrid, porque entonces es cuando las mentiras tienen las patas más cortas. El revolucionario Secretario General insistió varias veces igual que en otros conflictos con otros grupos en denunciar a la policía las agresiones, en especial Javier le persuadió de lo ridículo que era esta idea para un comunista, más cuando ellos mismos habían ido buscando bronca en más de una y de los. Las consecuencias de este hecho fueron: mudanza de Roberto a las afueras de Madrid y exigencia de chófer y 3 guardaespaldas/camaradas a sus espaldas en todo momento y todos los días, el mandar a menores a controlar a sus «némesis».

–Caso Alfon: Respecto al caso de Alfon, nunca llegué a entender por qué de repente llega un buen día una directriz desde Madrid que prohíbe participar en actos de solidaridad con Alfon, o realizar cualquier manifestación pública –redes sociales incluidas– de apoyo a Alfon. Se decía que se haría en Madrid porque así «joderían» al madrileño Grupo de Apoyo a Alfon que les quería echar de su asamblea. Quise pedir explicaciones de por qué se retiraba apoyo a un ex camarada, que pese a haberse ido, nunca perdió el respeto por ninguno de nosotros, y aunque lo hubiera hecho, no me parecía razón suficiente para ignorar su grave y difícil situación. Esa solidaridad que ahora tanto exigen y de la que tanto alardean y que nunca han dado a nadie. Me reiría bastante de esta incoherencia si no fuera un tema tan grave. En el caso del juicio al que se enfrentan los miembros que siguen procesados en la Operación Valle es por conflictos con otros antifascistas.

–Cuestión de Género: Quise también pedir procesos de autocrítica reales que hasta ese día no se habían realizado en los 3 años que llevaba militando y viendo barbaridades por parte de Roberto. Quise saber por qué había obligado a hacer un comunicado falso como respuesta a una denuncia externa de agresión machista de un miembro de RC, lo cual ya habíamos discutido por teléfono y me dio su palabra de que me explicaría. También quise pedirle autocríticas respecto a insultar y llamar locas a todas las mujeres maltratadas, así como que dejara de alardear constantemente de su patológica adicción al sexo y a la pornografía, ya que si según él todas las adicciones eran malas esta no era mejor, y era algo en lo que debía poner empeño y esfuerzo en curar. En su defensa, siempre decía riéndose de las personas que hacíamos autocrítica de ello, que éramos unos «maricones», entre otras lindezas, también nos llegó a salir con la patética frase de reconocer su adicción al porno pero justificando que le diésemos tiempo porque no era tan grave, que «ya dejaré el porno cuando llegue el socialismo», así mismo cuando le llamaban la atención, Javier sobre todo, por sus relaciones con las camaradas del partido y de paso engañar a todas sus parejas, saltaba con la surrealista excusa de que «¡Lenin también tenía una amante!», obvio, cuando le pedíamos fuentes no sabía localizarlas, y aún así le quisimos hacer entrar en razón explicándole que en caso de que así, fuese por ser Lenin o el «sursum corda», no estaría bien, pero como siempre, acabaría haciéndose el loco respecto al tema

–Caso Arcadio: El abandono de Paco Arcadio. Tras tener una discusión bastante acalorada por teléfono con Roberto en el que yo le insistía en que no podíamos decir que Arcadio había sido expulsado, y menos por cuestiones de género –hablamos de la misma agresión machista denunciada desde un colectivo externo a RC y que durante meses trató de tapar, falsear y ridiculizar–. Según Roberto, se había ido por cobarde y porque no quería enfrentarse a nazis. Yo quise preguntarle la realidad de esos repentinos motivos y hechos sobre Arcadio, ya que ninguno me cuadraba. La verdad resultó ser la siguiente: después de que Roberto justificase durante meses sus desviaciones machistas, que lejos de frenarle le alentaba a ser infiel a una camarada para subir su ego con mujeres a las que persuadía para tratar como a objetos, Roberto quiso hacernos creer a todos que realmente alguna vez le pidió una autocrítica respecto al conflicto de género denunciado por una chica externa a RC. Roberto siempre dijo que esa chavala «estaba loca» y que «acosaba a Arcadio», que además «lo engañaba con otros» y eso, decía, lo había visto él mismo. Tras todo esto, pretendió que Arcadio se hiciera una falsa autocrítica para calmar a los colectivos feministas, ya que se obsesionó con la idea de que dichos colectivos pudieran cometer algún tipo de agresión física al local o a los miembros de RC de Madrid. Arcadio se negó a hacer esa falsa autocrítica, insinuando que a él le daba igual que agredieran a Roberto, que lo que le importaba eran los problemas del pueblo kurdo. A raíz de esta frase, y viendo Roberto que uno de sus seguidistas leales y guardaespaldas ya no daría «la vida» por él, empezó a maltratarlo, hacerle bullying, quitarle la manutención económica del partido, etc. Arcadio había estado trabajando en la tienda de Rober prácticamente a cambio de comida y de residir en el piso de la por aquel entonces pareja de Roberto, en una relación servil, se le negaron los medios para tratar el estrés postraumático de su vuelta de Siria. Finalmente, y en un estado mental absolutamente colapsado, Arcadio abandonó y desapareció tras despedirse diciendo «sé que me vais a llamar traidor y cobarde, pero no puedo más».

Saliéndonos un poco del tema, es bastante curioso que Rober montara una tienda precisamente de animales exóticos, ya que cuando ha tenido mascotas no ha sabido hacerse cargo de ellas. Fue el caso de un perro cachorro que tuvo que visto lo visto solo lo quería para hacerse cuatro fotos para el Badoo y Facebook, por lo demás lo tenía en una terraza la mayoría del tiempo. Teníamos que soportar escuchar todos frases del tipo «los perros pueden estar dos días sin comer, para ellos es normal», ya que tenía miedo de bajar a la calle por si le volvían a pegar, teniéndoselo que sacarlo Javier a pasear. Es un completo inconsciente ya que si no sabe vivir de forma autosuficiente –la prueba es que no sabe ni cocinar o lavar la ropa– ni mucho menos es apto para cuidar a animales. Finalmente creo recordar que su exnovia tuvo que llevarse al pobre animal.

Itxasne: Empiezo explicando muy superficialmente por qué entré en RC. Mi caso es muy distinto del de Felipe. Yo llevaba muchos años de experiencia militante. Había pasado por colectivos de la izquierda independentista catalana, colectivos de barrio, coordinadoras antifascistas y colectivos comunistas. Desde la adolescencia fui evolucionando en mi estudio del marxismo-leninismo y tratando de interpretarlo correctamente dentro de mis posibilidades y, al mismo tiempo, había sufrido represión policial y judicial en varias ocasiones. Esto nunca me hizo retroceder en el largo camino que es aprender a ser comunista. Algo que, supongo, sorprenderá a mis ex camaradas de RC, que llevan más de un año acusándome de claudicadora solo porque Roberto no asume o no quiere decirle a la gente que tengo motivos para haber abandonado, como en tantas otras ocasiones, una organización por considerar que he madurado políticamente y que mi capacidad de acción positiva sobre dicha organización ha llegado a su límite, pero del mismo modo llevan más de un año acusándome de llorar y pedir auxilio en el calabozo, cuando lo único que me sucedía es que todo el mundo tenía en su celda un timbre con el que poder solicitar la asistencia de los guardias y el mío no funcionaba, teniendo que llamarles golpeando las barras de la celda para que acudieran a darme la medicación por problemas respiratorios que padezco desde 2015, debían suministrarme el medicamento cada 8 horas para no tener insuficiencias respiratorias, ¡supongo que el uso de inhaladores son un claro síntoma de traición!. Así que, como decía, llevaba bastantes años militando y tratando de encontrar una organización o partido donde desarrollarme como militante comunista. Tras romper con el maoísmo en 2012, un grupo de debate del que formaba parte se escindió y mi parte fundó el que era el núcleo original de RC en la ciudad de Valencia, en abril de 2013 tras recibir una invitación por escrito por parte de un militante de Madrid que ya no está en RC vía redes sociales para militar en RC, un escrito lleno de adulaciones a mi supuesta capacidad intelectual, capacidad que a día de hoy me acusan de carecer fuera de, supuestamente, «corregir acentos», pese a que Roberto me pedía posicionamientos marxistas y documentos para la web de RC desde incluso antes de entrar en RC, imaginaos cuántos cuadros tenía RC en 2013 para que ni el propio Roberto tuviera capacidad ni arrestos para elaborar determinadas cuestiones relacionadas con la mujer, pero claro, según él soy una disminuida mental que solo sabe corregir acentos. Así que entré tras un par de encuentros con un par de miembros del CC que había tras el II Congreso de noviembre de 2012, y posteriormente con el propio Roberto. Entre muchas otras cosas de línea política que estuvimos comentando, y que vi con buenos ojos porque nunca antes había tenido la oportunidad de hacer formaciones estructuradas, elaboración teórica y demás, me comentó un tema que por razones personales me resultó muy importante, y era el supuesto compromiso de Roberto y de todo RC para con la cuestión femenina y la violencia contra la mujer. Para mí fue un alivio importante, y honestamente me creí de verdad que acababa de entrar en una organización en el que iba a estar rodeada de verdaderos proyectos de comunista que tratarían sin ningún tipo de distinción a las camaradas que a los camaradas, y que mi condición de mujer no iba a afectar negativamente ni un ápice a la evolución de mi militancia. Qué lejos de la realidad me encontraba entonces.

Tras tres años tratando de trabajar, con mis aciertos y mis errores a diferentes niveles dentro de RC, desde militante de base hasta responsable en diferentes órganos intermedios y superiores, sólo llegué a mi límite tras la detención, pese a que Felipe llevaba tiempo diciéndome que la situación era insostenible y que iba a dimitir de todo. Yo estaba intentando estirar lo máximo posible mi dimisión de todos los cargos y mi posible abandono de la organización. Supongo que, en ese sentido, me dejé llevar más por mis sentimientos de adhesión que por la razón, que hacía demasiado tiempo –muchísimo más tiempo del que Felipe llevaba a disgusto, ya que mi militancia ha sido un camino plagado de baches desde el principio– que me empujaba a abandonar porque la situación ya era insostenible políticamente.

Regionalismo/cantonalismo: Llevaba demasiado tiempo soportando la mentalidad cantonalista de Roberto, que imponía cualquier acontecimiento, problema, iniciativa política, etc., relacionado con Madrid a, en mi caso, cualquier caso relacionado con Valencia. Llegaba, incluso, a competir estúpidamente: «nosotros tenemos más «me gusta» que vosotros en la página de Facebook», «nosotros hemos hecho un acto más grande que el vuestro», «nosotros tenemos 50 militantes y vosotros 30», «nosotros vamos a llevar a más gente a la escuela de formación que vosotros», eran frases recurrentes y constantes en mis conversaciones semanales con Roberto como responsable política de Valencia. Claras muestras de lo que ese «nosotros» significaba para Roberto: su visión distorsionada y antileninista de Partido, donde veía más un reino de taifas que se disputaban la hegemonía que un partido con una sola dirección y una sola línea política y estratégica. Quizá debería revisarse las desviaciones derechistas que todavía no ha logrado pulir a raíz de su paso por las juventudes del PCE y del PCPE.

–Visión sobre el perfil del militante comunista: contradicciones entre discurso y realidad. Una de las cosas que más me gustaron desde el principio fue lo serio que decía que era el trabajo de un comunista, y el arduo trabajo y sacrificio que debía realizarse para lograr equilibrar buena parte de las cualidades necesarias en un cuadro. Sin embargo no tardé muchos meses en darme cuenta de que eso era solo un fragmento que tenía memorizado para decirlo en las charlas de premilitancia, puesto que en la práctica proyectaba la imagen de un lumpen cualquiera que pretende demostrar la fidelidad a sus principios a través de tatuajes y discursos más propios de la novela caballeresca medieval, con constantes menciones al honor y la bravura, que de un comunista que se rige por criterios racionales y científicos. Que discursivamente no me parece que deba prescindirse de la estrategia de apelar a lo instintivo y lo emocional, pero de cara a la agitación –que no la educación– de las masas, más que de cara a la militancia de tu «partido de cuadros». Al mismo tiempo que decía que formarse era clave, que había que leer y que había que desarrollar la parte intelectual, pero trataba con enorme desprecio a todos los militantes que tuvieran un perfil naturalmente intelectual: «ese tío aparte de maricón es un puto friki, me hace unas preguntas sobre arte que me dan ganas de pegarle mazo», «este tío es un puto pesado, va de formado y solo sabe hablar de cuestión nacional y de hacer arte con menstruación, además me da mal rollo quedarme a solas con él porque tiene un plumón que tira para atrás», «es un friki gafudo», «es un citillas, tiene un ego que pa qué», eran frases a las que me tenía demasiado acostumbrada. He de decir, en este punto, que pese a no compartir muchas cosas con algunos camaradas con menor formación, yo consideraba muy positivo que hubiera camaradas con espíritu crítico y ambición intelectual, por lo que siempre les escuchaba y trataba de intercambiar pareceres con dichas personas, fuera incluso de los espacios políticos. Roberto despreciaba esta actitud mía, y burlándose me decía «vale vale, para ti todos los frikis y pelotas, que a mí me dan asco, me quitas un marrón de encima». Este desprecio por quienes tenían capacidad y ambición intelectual, cualidades perfectamente explotables y que habrían podido tener resultados muy positivos en el deficiente avance teórico de RC a lo largo de estos años, contrastaban con actitudes anticomunistas como no solo despreciar sino también proponer expulsiones de camaradas que, en situaciones de posibles riñas personales callejeras, no cayeron en la provocación por ser del todo innecesaria o, simplemente –¿es acaso un crimen admitirlo?– no sabían cometer agresiones físicas o defenderse. Estos casos eran tildados por Roberto como «vergonzosos» y que ponían en peligro la reputación de la organización, además de no dudarlo a la hora de catalogarles como personas que no eran «verdaderos comunistas, auténticos guerreros». Esto explica por qué, entre otras cosas, las personas mejor posicionadas en el partido –el entorno personal de Roberto, no me refiero a lo que se votaba en los documentos de los congresos, evidentemente– eran aquellas que mostraban arrojo –o falta de escrúpulos– en situaciones conflictivas de la calle propias de las peleas de bandas. Personas que a duras penas sabían explicar los más básicos conceptos del marxismo. Es bastante curioso que Roberto utilice constantemente el término «friki» de forma despectiva cuando lleva tatuado todo el cuerpo con símbolos comunistas por postureo, es aficionado al krav magá, colecciona katanas, gasta ingentes cantidades de dinero en comics, lleva ropa cara de moda skinhead y es un claro adicto a la pornografía, todo esto superando la treintena de edad. Suponemos que llama friki el mundo por inseguridad y reflejo de lo que piensa de sí mismo, lo que en psicología se llama proyección.

A partir de aquí iré directamente a mis razones para salirme de RC:

–Constantes altibajos: mi posición cambiante en el partido según el estado de mi relación con Roberto. Una de las cosas que más me desestabilizaron personal y políticamente fue lo mismo que han sufrido en sus carnes muchas mujeres que a día de hoy ya no forman parte de RC, y es la diferente posición y concepción que se tenía de mí según la relación que tuviera con Roberto. No serán pocas las mujeres que se sientan identificadas, a distintos niveles y salvando las distancias, con la triste experiencia de ser exageradamente bien valoradas cuando manteníamos relaciones con Roberto, se nos otorgaba un cargo tras otro, se hablaba bien a todos de nosotras, se nos atribuían cualidades exageradamente buenas para lo poco que habíamos demostrado en la práctica hasta el momento, etc. Yo pasé de ser la gran responsable política de Valencia que había levantado una célula y había dado pasos grandes en lograr un espacio político dentro del espectro político valenciano –por mejor o peor vistos que estuviéramos, ya que no fueron pocos los errores que cometimos en Valencia durante los dos primeros años–, miembro de la comisión ideológica, soporte constante de Roberto en cada cuestión política medianamente urgente o importante, propuesta para ser cooptada al CC a los pocos meses de entrar a ser una apestada de Roberto, a ser una bocazas que estaba haciendo demasiado el macarra defendiendo a Alfon en determinados espacios políticos de Bilbao, una loca y una feminazi burguesa, una vaga que merecía ser expulsada sin previo aviso de la comisión ideológica –eso sí, después de haberle encontrado todas las citas que os «robamos» a Bitácora–, etc. Tras unos meses horribles en los que pendía de un hilo y me amenazaba en cada llamada telefónica con pedir mi expulsión –casualmente coincidió con la misma época en la que se dieron por terminados nuestros encuentros íntimos debido a que cometí el «crimen» de contarle a un amigo que habíamos mantenido relaciones–, cosa que explicaré en el siguiente punto, de repente volví a convertirme en una persona respetable, imprescindible y nada menos que candidata, esta vez de verdad, a formar parte del CC que saldría del IIIº Congreso de 2015. ¿Cómo lo conseguí? Simplemente inicié una relación sentimental con Felipe, el secretario de organización y entonces uno de los mejores amigos de Roberto. En resumidas cuentas, Roberto no me respetaba a mí, sino a mi pareja. No me sorprende, sinceramente, eso de que respete solo a los hombres. Claro que, evidentemente, eso no iba a durar eternamente. Poco a poco, tanto Felipe como yo fuimos siendo dejados de lado por Roberto, esta vez, casualmente, cuando Felipe ya no residía en Madrid y no podía servirle para lo único que busca en sus supuestos «amigos» y «mejores camaradas del partido»: protegerle y seguir a pies juntillas sus mandamientos.

–Objetivo de una fracción pertrechada por Roberto: Felipe ha explicado la fracción que Roberto montó con una camarilla de elementos poco cualificados que formaban parte de su entorno personal directo de la que fuimos objeto tanto él como yo. Pero esta se dio casi al final de mi paso por RC, y no era la primera. La primera vez que fui objeto de una fracción pertrechada por Roberto y llevada a cabo por los militantes de Bilbao fue al año y poco de yo estar en RC. En la recién creada célula de Bilbao, de la que yo era responsable política, se me empezaron a achacar problemas que se estaban desarrollando en Valencia, célula de la que ya no formaba parte desde hacía meses, aparte de otros «fallos imperdonables» que no se me explicaban y de los que yo a duras penas podía siquiera ser consciente. Durante esta etapa de ruptura de relaciones personales, Roberto realizó constante actividad fraccional –denunciada en CC por Felipe– con la militancia de Bilbao para boicotear todo mi trabajo y forzar un cambio de responsabilidades que me apartase del cargo que ocupaba en Bilbao –el resto de responsabilidades que tenía ya me las había arrebatado sin explicaciones–. Yo aguanté paciente, tratando de sacar algo productivo y positivo de todo lo que me estaba sucediendo, y acepté que otro militante de Bilbao me relevara en el cargo. Meses después, en una reunión de Bilbao, los militantes me admitieron que, conforme se habían ido formando en cuestiones orgánicas y en los principios rectores del centralismo democrático, se habían dado cuenta de que lo que me habían hecho meses atrás era actividad fraccional, puenteando completamente mi posición de responsable política para establecer una comunicación continuada directa con el Secretario General y obedeciendo a las órdenes de este de apartarme por supuestos errores que cometía. Yo, que ya había llegado a esa conclusión desde mucho antes, acepté de buen grado el enorme ejercicio de autocrítica que acababan de realizar mis camaradas. Estuve tiempo esperando algo productivo y positivo y ahí lo tenía. Roberto jamás se atrevió a reconocer su actividad fraccional, ni siquiera delante de Felipe, el cual observaba en la distancia atónito todo lo que estaba intentando hacer. En el III Congreso, meses después, en la comisión encargada de gestionar las candidaturas de las listas para CC en la que yo me encontraba, un militante de Bilbao que también estaba allí defendió mi candidatura apelando, entre otras cosas, a la disciplina y el temple que tuve en su momento, sufriendo una situación personal totalmente injusta cuando me montaron una fracción. La cara del resto de los miembros de la comisión era para inmortalizarla. Minutos después, en el Congreso, ante toda la militancia, Roberto tuvo la soberbia y la desfachatez de decir ante todos, supuestamente «defendiendo» mi candidatura a miembro del CC, que tenía mucha humildad y mucho aguante cuando tenía un pie fuera del partido y me habían llegado a hacer una comisión de garantías y control por varios errores. A día de hoy sigo sin haber escuchado su autocrítica. Por supuesto, su recurrente frase cuando ya no sabía cómo contener a los más críticos con su nefasta actitud anticomunista era «vale, me hago autocrítica», y habría sido insuficiente pero en este caso no tuvo siquiera el decoro de decir eso porque habría supuesto reconocer que, efectivamente, había propiciado una actividad fraccional del todo inaceptable.

–Cuestiones de género: Hubo una suplantación de cargo, se creó la responsabilidad de Género y Roberto me dio a mí esa responsabilidad, asegurándome que tenía «plenas competencias». Esta responsabilidad era, eso sí, parte de la Secretaría de Organización ocupada por Felipe. De pronto, y sin explicar por qué, Roberto decidió trasladar la tutela de la responsabilidad de Género a la Secretaría P bajo su cargo por la sencilla razón de que así iba a poder controlar directamente un tipo de cuestiones especialmente delicadas para un ser abominable como Roberto, que encarnaba todas las desviaciones de la moral burguesa. Como había iniciado una relación sentimental con una premilitante madrileña, me dijo que la metiera en el «grupo de trabajo de Género», lo cual no fue más que otra de las estratagemas de Roberto para puentearme en todo lo relativo a las cuestiones de género, ya que iba a poder manejar y gestionar esas cuestiones tras la tapadera de su novia. 

Digo que fue una estratagema política porque yo ya le había hecho mi propuesta para el grupo de trabajo de Género –se suponía que tenía plenas competencias y que, por tanto, mi criterio iba a ser respetado–, y era una pequeña lista de mujeres de Madrid, Tarragona y Valencia con una trayectoria política bastante más larga que la de su novia, que entonces era premilitante y llevaba solo unas semanas en RC. Él me dijo que esas mujeres no valían y que eran «unas petardas», que metiera a su novia que era «una comunista de verdad», cuando en realidad ella acababa de interesarse por el comunismo hace dos días como se suele decir, y en cuestiones de género era el peor ejemplo posible. Esto me trajo muchos quebraderos de cabeza, pero ninguno tan grave y alarmante como el tratamiento de la agresión machista que desde un colectivo externo se estaba atribuyendo a un miembro de RC. Trabajé al principio con la mujer y de forma continuada durante dos meses con el miembro de RC con el que esta tenía conflicto, para finalmente salir un comunicado totalmente falso. Roberto no solo alentó las actitudes machistas de este militante, sino que además se burló constantemente de la víctima y negó la agresión diciendo barbaridades como que «eso lo hacemos todos los tíos». ¡Pobres de las mujeres que hayan tenido que aguantar esas actitudes de mano del machista de Roberto! Cuando este militante abandonó por su propio pie la organización, y digo por su propio pie porque además yo era la encargada de intentar retenerlo, ya que Roberto ya no tenía forma de hablar con él porque era con Roberto con quien había tenido el problema que propició su salida voluntaria de RC. Roberto sacó la vieja artimaña de decir que había sido expulsado no habiéndose producido jamás tal expulsión, y encima dijo, para salvarse de cara a las denuncias de los colectivos de mujeres, que el motivo de su expulsión había sido «negarse a hacer autocrítica de su agresión». A día de hoy todavía sigo viendo en internet a militantes de RC de todas partes afirmar que este hombre fue expulsado de RC, siendo estas personas militantes de base que no tuvieron absolutamente ningún tipo de información, como es lógico, de aquel proceso en aquel momento, ya que no pertenecían a ningún órgano que hubiera participado en la gestión de la marcha de este hombre. Repetir como loros una historia no contrastada es algo totalmente habitual, no obstante.

Si me permitís, quisiera hacer un pequeño paréntesis a colación de mi último comentario. Me refiero a esa actitud seguidista de los militantes, que repiten cualquier cosa. Cualquiera podría pensar «¡Qué tontos!, ¿no se dan cuenta de las cosas?» o «¿Pero no estudian tanto algo de marxismo aunque sea de casualidad para darse cuenta de donde están? ¿Por qué no afrontan la realidad de ese supuesto partido que no tiene nada de comunista?» y, lo más típico, lo de «¿Cómo es posible que, después de años de militancia mano a mano, no os hayan querido ni escuchar ni dar un mínimo de credibilidad y, en cambio, repiten como loros las versiones cambiantes de Roberto sobre cualquier problema, abandono, etc.?».

Lo cierto es que yo no considero que sean tontos «per se». No tiene nada que ver con la inteligencia ni con la conciencia. El perfil medio –con excepciones, diferencias, gente que cumple parcialmente con este perfil general y gente que lo cumple en su totalidad y más– de militante es una persona adolescente o post adolescente –de entre 16 y 22 años– cuya extracción social no es en sí la de un proletario o una familia proletaria. No digo esto excluyéndome a mí misma, ya que yo misma tengo una trayectoria académica y laboral que no es la de una proletaria, como sí podría ser el caso de Felipe. Pero lo que es evidente es que las condiciones objetivas de que se rodea el perfil medio de militante de RC no favorece ni propicia un desarrollo avanzado de la conciencia de clase. Normalmente se trata de estudiantes aburridos de familia de corte tradicional y un estilo de vida aburguesado, sin vida laboral y sin grandes necesidades económicas que tienen una necesidad personal de autorrealización mediante un grupo que les haga sentirse rebeldes por unos años. No son pocos los ejemplos de militantes que conozco cuyos problemas más dramáticos son discutir con su madre por no colaborar en las tareas domésticas o no asistir a clase y tirar los miles de euros que sus padres invierten en su formación universitaria, como es el caso de unos cuantos militantes madrileños.

Hay casos de militantes con padres millonarios que han vivido toda su vida en urbanizaciones de lujo de las afueras de Madrid y Valencia con un concepto elitista del arte abstracto que recibían encargos de 700€ del propio progenitor por una pintura. Militantes que querían «descubrir si eran comunistas». Curioso me resulta que, teniendo este tipo de perfiles entre sus filas, tengan la desfachatez de reírse de mí y de Felipe por vivir en lo que ellos llaman un «chalet», que no es otra cosa que una humilde vivienda de 300€ a la que tuvimos que mudarnos debido a las dificultades económicas de 2016 –que nosotros sí estábamos atravesando entre trabajos precarios y miles de euros en gastos judiciales que salieron de nuestros bolsillos y de los de nuestros amigos y familiares–. Este hecho, el de pasar verdadera necesidad, es algo que rara vez han experimentado buena parte de los militantes de RC –con su paga semanal de los padres, sus matriculaciones en la universidad regaladas a cambio de nada por sus padres, por no hablar de los móviles, los tatuajes o la ropa de skinhead que no es precisamente barata–. Del mismo modo se han reído de nuestros medios de vida: la ilustración en mi caso –en parte–, trabajos como el de camarero en el caso de Felipe, vete a saber tú por qué. Tampoco esperé en ningún caso que respetasen cosas de las cuales acusan una profunda ignorancia, pero no habría estado de más evitar ese tipo de burlas públicamente, máxime cuando hablan constantemente de la imagen de un comunista y que un comunista lo es las 24 horas del día. Y no son hechos aislados por odio personal inculcado. En Valencia era el pan de cada día lidiar con la prepotencia de unos niños que apenas rozaban la mayoría de edad y explicar que no se podía echar en cara a una cajera de Mercadona cosas como «¡Te están robando la plusvalía y no te enteras!» al ser interceptado robando unos productos a granel, obviaré en este caso el burdo análisis económico intrínseco a esta estúpida disertación, puesto que la culpa de su analfabetismo la tienen las formaciones de Economía de su Secretario General. Por otro lado, existe también el perfil de militante proveniente de barrios obreros o marginales que ha vivido en la anomía y ha forjado su identidad al estilo del lumpemproletariado: tribus urbanas, imitación de bandas latinas, etc. Sin ir más lejos, el contacto con Barcelona se produjo en un concierto en el que dicho contacto, ahora militante «consolidado» de RC, estaba pasado de alcohol y drogas duras. Evidentemente, esto a Roberto no le importa, pues pese a su constante frase de «hay que primar lo cualitativo a lo cuantitativo», él lo que quería era mostrar al mundo que ya había presencia de RC en la ciudad de Barcelona a cualquier precio. Si algo tienen en común estos dos tipos de perfil es, según yo lo veo, la vulnerabilidad que presentan en determinadas etapas de sus vidas. Esto propicia una absorción completa por parte de RC.

El perfil de mujer: celos, chantajes, complejos, demás, mención aparte merece el perfil generalizado de mujer en RC. Si ya ambos perfiles descritos destacan por su alta vulnerabilidad y maleabilidad, esto se acrecienta notablemente en el caso de las mujeres, sobre todo en las más jóvenes. Chicas que están dispuestas a aguantar carros y carretas de Roberto con tal de seguir teniendo su beneplácito, condición sine qua non para tener el «círculo social» –que es como lo que funciona para muchas que tienen un perfil psicológico y social complicado, con pasados de bullying escolar y demás–. Algunas provenientes de modas como el ser emo ha llegado a compartir piso con Roberto y soportar las idas y venidas mentales –como estampar el móvil de otro compañero de piso en el suelo o enzarzándose a gritos por nada– hasta. También ha habido casos como el de la militante de Rivas, que teniendo tan poca autoestima ha decidido voluntariamente el hecho de que su «hermano» y camarada Roberto se burló fuertemente de ella a raíz de unos desafortunados comentarios que hizo un exmilitante –con el que esta mujer había mantenido una relación sexual-afectiva-obsesiva– sobre la forma de sus genitales, triste pero cierto. Roberto, a sabiendas de que ella no se daba cuenta del porqué del «chiste-apodo» –pues lo soltaban entre sus círculos–, una vez en una reunión bromeó simulando azotarla con una lechuga –ya que el «gracioso» apodo con que la habían bautizado a causa de su novio-camarada era «coño-lechuga». Con el tiempo, esta mujer acabó sabiendo lo que había detrás de tantas risas, pero prefirió ignorarlo a perder su recién estrenado «estatus» de mejor amiga de Roberto, a costa de su propia dignidad.

En Valencia, el contacto directo y personal con Roberto era mucho menos habitual, pero se podían ver muchas actitudes reproducidas constantemente que contrastaban con toda la coherencia, rectitud y «postureo intelectual» del que presumían en redes sociales. Como mi responsabilidad de Género acabó siendo una especie de consultoría psicológica, sé demasiadas cosas que muestran la pobreza moral de muchos de estos niños aburridos que quieren ser rebeldes. Una militante de Valencia, por ejemplo, era la comidilla de todos al haberse besado en Nochevieja con un militante y un tercero hacer fotos de «la conquista» para luego pasarlas entre los chicos por WhatsApp/Telegram. Eso no supone ningún tipo de maltrato hacia ella, en cambio mi actitud crítica con ella por estar siempre centrada en sí misma, sus problemas superfluos y su físico han sido, al parecer, motivo suficiente para ser tildada –a posteriori, pues como siempre digo, ya habría querido yo recibir críticas fundamentadas de tan «malos comportamientos» míos para defenderme o, si no, corregirlos por mi bien y el del partido– de «maltratadora de mujeres». Esta misma persona, en la relación que mantenía en 2015 con un militante también valenciano, fue denunciada muchas veces por su novio. La tachaba de manipuladora, celosa compulsiva, obsesionada con los pechos femeninos hasta el punto de borrarle todos los contactos de redes sociales que fueran mujeres con algo de volumen de pecho, tratando de aniquilar su espacio personal y social. Yo dudaba de la dimensión de estas actitudes –especialmente porque acababa de enterarme, gracias a una chica de un frente que hoy en día es una de las militantes con mayor «caché» en RC, de que él se había acostado con otra chica– hasta que varios militantes denunciaron una execrable actitud que no debería nunca darse entre dos mujeres camaradas: esta chica le confiscó el móvil a otra camarada para encerrarse con el aparato en el servicio del local de Valencia y revisar las conversaciones de WhatsApp y la galería de fotos entre su novio y esta chica. Este fue para mí un punto bastante preocupante. Meses después de mi marcha tengo entendido que la cosa no hizo más que empeorar. Una ex compañera valenciana me informó cómo Roberto cogió por banda a esta chica en una charla en abril 2016 y le recomendó hacer todo lo que le diera la gana sin límites instando a que hiciera caso omiso a mis críticas pasadas sobre sus actitudes, sancionando positivamente su extrema exposición en redes sociales y sus nada discretos vaivenes íntimos con unos y otros, y aplaudiendo que siguiera siendo mujer florero para los hombres de RC. Tanto fue así que en junio de 2016 la misma informante me contó horrorizada cómo se la vio con una amiga absolutamente alcoholizada en la víspera de San Juan bailando «twerking» junto a grupos de hombres sin pantalones. Esta última, ahora, tras un año de militancia, se ha convertido en la supuestareferente femenina de RC adelantando por la izquierda a todas las mujeres que llevan 3 y 4 años militando en dicha organización –casualmente esa chica le gusta a Roberto porque decía que le recuerda a su ex, M., otra vez la historia de siempre–. 

Todo esto muestra claramente la deriva hacia el liberalismo en la vida personal de la militancia de RC. Pero ella no era la única que me preocupaba. Otro militante de Valencia, por ejemplo, me llamaba constantemente por teléfono y me abordaba también en persona para pedirme desesperadamente que ayudase como pudiera a su novia –también militante de las juventudes de RC en Valencia–, a la que quería dejar porque era demasiado absorbente y celosa, pero no podía porque esta lo amenazaba con suicidarse. Que se ponía a llorar en medio del acto sexual debido a sus complejos físicos con respecto al tamaño de su trasero como si fuese un drama. O que no podía salir con sus amigos del pueblo tranquilo porque ella tenía celos hasta de su mejor amiga. Para mí este tipo de cosas terminaron por hacerme saltar del todo la alarma y querer reeducar o purgar. Evidentemente, todo esto son nimiedades para Roberto. Nimiedades que, en todo caso, valora positivamente, ya que siempre se ha valido de la vulnerabilidad de los militantes –y, sobre todo, de las militantes– para reafirmar su liderazgo.

Pero ya hacía mucho tiempo que me sentía demasiado incómoda en todo lo relativo a las cuestiones de género. Una vez más teoría y práctica se separaban por completo y, mientras se mantenía una línea concreta en la cuestión de género y se creaba la responsabilidad de género que se me otorgaba para poder gestionar de manera fáctica todo lo que hasta entonces se había estado trabajando extraoficialmente y al margen de la estructura orgánica del partido, se sucedían y multiplicaban de manera alarmante las actitudes degeneradas, machistas y desviadas en el seno de la militancia. Mientras a día de hoy se me acusa de «maltratadora de mujeres» y de «estrecha/amargada» debido a mi enérgica actitud crítica con todo comportamiento que me pareciera perjudicial para el correcto funcionamiento y desarrollo del partido y sus militantes, lo cierto es que nunca recibí una sola crítica formal de todo lo que hoy se dice de mí tan mal entendida «dureza», lo cual habría agradecido para defenderme o, si no, para cambiar la actitud y mejorar la eficacia de mi bienintencionado trabajo. Critiqué con dureza la hipersexualización femenina dentro del partido, eso sí es bien cierto. Hoy en día solo se pueden ver odas elevadas al culto a la libertad individual y la degeneración moral burguesa, y esto se debe en gran parte a la manera como impunemente Roberto extendía actitudes y roles-modelo que echaban por tierra cualquier trabajo de concienciación y revisión de actitudes anticomunistas en materia de género. Las militantes se veían sumidas en un nulo trabajo intelectual y a prestar mayor interés a las relaciones personales y afectivas que a enfocarse en trabajar de manera coherente con su ideología. Militantes que tenían relaciones sexuales con actrices porno felicitados por Roberto, descalificativos hacia toda mujer que no tuviera un cuerpo estrictamente normativo según su canon de belleza, ocultación y disculpa de la compra de mujeres prostituidas por parte de un militante de Castellón que, para más inri, tenía una pareja estable que era miembro de RC también, comentarios absolutamente depravados sobre camaradas con las que tenía intenciones sexuales, alentar a sus camaradas-amigos a desarrollar las mismas actitudes de «macho alfa» que él y premiarles por ello mientras sancionaba negativamente a camaradas críticos con esa degeneración moral, etc. Todas estas actitudes son solo una selección de los episodios que eran la vida diaria en el seno de la organización, las cuales me sumieron en un estado constante de frustración que acabarían por hastiarme por completo.

Finalmente, y teniendo en cuenta todo este turbulento paso por RC, tomé la determinación de abandonar el partido tras las detenciones del 27E. Creo que cualquier comunista que se precie no necesita mayores explicaciones de por qué consideraba que estaba en el lugar equivocado y que ya no veía modo alguno de actuar positivamente dentro de RC. Pero, si hiciera falta añadir alguna más, no esconderé un hecho tan objetivo como humanamente comprensible: tras haber sido humillada constantemente como militante, suplantada en mis cargos, objeto de fracciones y liquidaciones caciquiles en dos ocasiones, humillada personalmente, tanto cuando estaba en RC como tras abandonarlo, con todas las cuentas troll que han creado para intentar desestabilizarme con mentiras e insultarme, algo que me resulta gracioso teniendo en cuenta que se aleja bastante del trabajo de la vanguardia obrera que consideran que son y, encima, llevar un planteamiento y estrategias judiciales distintos a los que Roberto quiso imponer tras el 27E, ¿iba a quedarme yo en una organización en la que había puesto todos mis esfuerzos y voluntad a cambio de absolutamente ningún rédito político? ¿Iba a hipotecar mi libertad y mi vida, pudiendo aprovecharlas mejor en otros espacios políticos en los que pudiera seguir madurando políticamente, formándome y trabajando por la clase obrera, solo por poder presumir en redes sociales con ese lenguaje medieval sobre el honor y la templanza? ¿Iba a seguir tirando a un saco roto las pocas energías que me quedaban como militante «quemadísima» por dar la cara por un embustero narcisista que, según la gente que me informaba al momento de todo, estaba diciendo barbaridades de mí y no había dejado de decirlas ni siquiera en las épocas en las que gocé de cierto beneplácito suyo? Contestar que sí a estas preguntas habría sido cualquier cosa menos propia de una comunista.

Bitácora (M-L): Itxasne, tú has tenido la valentía de reconocer en público que cuando militabas en RC, recibiste órdenes directas del Secretario General Roberto Vaquero de plagiar los documentos de Bitácora (M-L) para dar solución al problema de falta de documentos teóricos en RC (*). ¿Quieres añadir algo más sobre esto?

Itxasne: En su obsesión por alargar su libro «Desmontando a Mao», nos pidió a todos buscar todas las citas originales. Esto era bastante extraño dado que, como bien he explicado anteriormente, en el proceso de elaboración teórica de un libro, las fuentes son las obras mismas, las citas mismas. Por eso, cuando nos pedía buscar como locos las citas originales, yo le pedía que por favor me diera referencias de dónde se hallaban, para poder cercar un poco la búsqueda. Daba por hecho que las tenía todas, si no en libros físicos, sí al menos en libros online. Ya sospeché bastante de que estuviera teniendo la osadía de querer editar un libro escrito sin lectura ni estudio previos respecto al tema del maoísmo del que se consideraba un auténtico especialista cuando no hacía más que responderme con evasivas y sin concretarme mínimamente en qué libros, que yo admito que desconocía por aquel entonces, se encontraban las citas que él mismo habría transcrito en el texto base de su libro. Finalmente me dijo que las había encontrado en Bitácora (M-L), así que busqué en vuestro medio, que era a donde desde el principio me estaban dirigiendo los buscadores de internet. Al no ser capaz de encontrar los libros o fuentes originales, le propuse a Roberto poner las fuentes que citaba Bitácora (M-L) en relación con cada cita, pero incluyendo como fuente a la propia Bitácora (M-L), cosa a la cual se negó en rotundo, ordenándome poner las fuentes como si fueran libros a los que Roberto hubiera tenido acceso real. Cuando, hace escasos meses, vi en una red social la polémica entre Bitácora (M-L) y Roberto y sus acólitos surgida a raíz de la acusación que hicisteis sobre el plagio de Roberto y la apropiación de las citas y análisis me vi en la obligación ética de admitir que sí era cierto que se había extraído todo de vosotros ya que nadie mejor que yo misma o que Roberto sabíamos que eso es la pura verdad. Fue en parte una forma de hacer que mi paso por allí valiese para algo a la postre, aunque fuera para desmontar sus mentiras.

Bitácora (M-L): También hemos documentado en nuestras críticas que RC sufre una tremenda esterilidad teórica, desde 2009 a 2016 si uno registraba su web no había más que fotos de pintadas, comunicados cortos, o reproducciones de comunicados de terceros, y que teóricamente solo han publicado una revista online con 7 números en un lapso de siete años, con artículos cortos, llenos de plagios y con errores teóricos. Luego, en 2017, fundaron Universidad Obrera (UO) con los mismos alias que usan en RC, queriendo darse un barniz intelectual, pero siguieron basándose en artículos antiguos, algunos nuevos de escaso contenido, documentos de organizaciones revisionistas del exterior sin la menor crítica, y un vergonzante copia y pega de documentos ajenos como la obra de UO referente a Corea del Norte que desencadenó la denuncia de Bitácora (M-L) por plagio. ¿Creéis que existe en RC cuadros con un mínimo de conocimientos teóricos como tal o están destinados a seguir este camino?

Itxasne: Ha habido proyectos de haberlos, actualmente dudo que haya un solo militante con conocimientos serios sobre marxismo. La comisión ideológica se suponía que era un grupo de cuadros del partido encargado de la elaboración teórica –posicionamientos de temas de actualidad, elaboración de la revista teórica, elaboración de libros, etc.– en función de la línea ideológica y política aprobada en los documentos congresuales que estuvieran vigentes. Dentro de este grupo había algunas personas con gran iniciativa y muchas ganas de estudiar marxismo-leninismo y aportar cosas, sin embargo, Roberto anulaba gran parte de estas iniciativas por errores de apreciación que según Roberto eran demasiado relevantes e imposibilitaban su uso o corrección. No obstante, en más de una ocasión Roberto utilizó deliberadamente partes de esos trabajos para elaboraciones suyas. En la práctica, la comisión ideológica no era más que un grupo que consistía en buscar correcciones de línea a las elaboraciones de Roberto, correcciones en cuanto a verificación de datos incluidos por Roberto en sus propias elaboraciones y búsqueda de citas que apoyasen los textos de Roberto, entiendo que el orden debiera haber sido inverso: primero se buscan las citas, o más bien las obras completas de los autores estudiados y después se hace el debido análisis y la debida interpretación para posteriormente proceder a la elaboración teórica, pero no se le puede pedir tanto a alguien con la pobreza intelectual de Roberto.

No es la primera vez que Roberto pone de ponente en charlas y formaciones a alguien que no está aún capacitado para ello. Adrián, Secretario General (SG) de la Juventud de RC, llegó a explicar en una formación de cuestión nacional, que la ligazón territorial de una nación que tuviera territorio insular, se rompía en función de los km que separasen a la isla/archipiélago del territorio más grande, llegando a estar en verdaderos aprietos cuando los militantes de base le preguntaban ejemplos de islas japonesas y demás, ante tal barbaridad tuvimos que intervenir para detener tales descalabros teóricos. Esto es más grave siendo que Adrian, miembro permanente de la camarilla de Roberto, se nos presentó como el historiador del partido, pero se notaba que no tenía una concepción marxista de la nación, sino una sacada de su mundo idealista y totalmente ridícula pues por esa regla de tres Ibiza es una nación. La capacidad de Roberto para aplicar la teoría que decía estudiar y saber era tan escasa que durante años explicó el materialismo dialéctico con los mismos ejemplos ridículos. Conocido por todos era el ejemplo único y absoluto del vaso de agua. Esto era: un vaso vacío al borde de una mesa que se iba llenando gota a gota hasta precipitarse y estrellarse contra el suelo por el peso del agua representaba según él que cada gota de agua añadida era un cambio cuantitativo y que con la caída del vaso al suelo había sucedido un cambio cualitativo. O su ejemplo estrella para explicar la diferencia entre un cambio dialéctico y uno mecánico era su «ejemplo de la cucaracha». «Si una cucaracha muere por muerte natural es un cambio dialéctico, pero si ahora pasa por aquí una cucaracha y yo la piso [¡PAAAM!] –y daba un pisotón en el suelo–, es un cambio mecánico». (Risas). Como veis este es el nivel de sus afamadas «escuelas de formación».

Felipe: Te contaré una anécdota para que veas el nivel de «conocimientos» de Roberto y lo que le importa de verdad el abordar las cuestiones políticas. Sobre el proceso de elaboración de «Desmontando a Mao» y en el «Manual de introducción al marxismo-leninismo». El primero fue como vosotros creo que calificasteis: un «refrito» de las obras de Hoxha, de Vincent Gouysse, y de vuestros propios documentos, solo hay que echarle un vistazo. Sobre el segundo, el «Manual de introducción al marxismo-leninismo», los bocetos escritos de Roberto tenían graves errores filosóficos los cuales hubo de corregir el camarada Pablo, miembro de su gabinete de Secretaría General. Estas correcciones de raíz fueron interpretadas por Roberto de cara a la militancia como que no era una equivocación ni un cambio de interpretación radical, sino una adición que completaba la visión de Roberto. Gran parte de este libro, por este motivo, no fue escrito por Roberto. Al preguntarle si pondría a Pablo como coautor legítimo del libro, la respuesta que recibí de Roberto fue: «Eso no se hace nunca, ¡a ver si te crees que a Lenin y a Stalin no le escribían otros los libros!».

Itxasne: En la práctica, las correcciones de Pablo supusieron un cambio drástico, de un domingo al siguiente, en lo que concierne las formaciones de filosofía y economía. De repente, Roberto dijo que tirásemos los apuntes que habíamos acumulado durante casi 3 años no porque fuesen distintos, sino, como ha explicado Felipe, porque «estaban incompletos y ahora ya los he completado». Obviamente no coló, porque el contenido de las nuevas formaciones era radicalmente opuesto a toda la formación que Roberto nos había estado inculcando desde el principio.

Felipe: Hablo sobre la parte más técnica, pero haciendo una puntualización anecdótica: en los documentos base para el congreso –sin enmendar– escritos por Roberto en el apartado de formación, esta ensalada de citas que es el «Desmontando a Mao» propuso que, entendiéndola como obra «suya», fuese incluida en el mismo nivel en el que estaban obras como «La ideología alemana» de Marx y Engels, para que te des cuenta del nivel de narcisismo que tiene. Yo me encargaba de la maquetación del libro. Cuando le mando la primera prueba de maquetación, su respuesta fue que «hay que cambiarlo entero», me quedé perplejo esperando cuál era ese gran problema, finalmente el «grave problema» que decía que había que solucionar era subir la fuente de tamaño y ampliar el interlineado y los márgenes, ya que un libro de 100 páginas resultaba, según él mismo reconocía, «ridículo». Suponemos que para él debió ser humillante que vuestra segunda crítica a RC sobrepase cualquier «manual» y obra escrita en vida por el propio Roberto (Risas).

Conclusión de Bitácora (M-L): Estamos convencidos que todo este torrente de información vertida en esta entrevista, junto a los documentos adjuntados anteriormente y los que vendrán, servirán para seguir abriendo los ojos a muchos militantes y simpatizantes de esta organización revisionista capitaneada por este infame sujeto; y en gran medida se posiciona como un documento de suma importancia de cara a la reorganización del Movimiento Comunista Español partiendo de la también imperiosa necesidad de combatir a todas las expresiones del revisionismo.

Es válido afirmar que una organización como Reconstrucción Comunista, con múltiples e hipertrofiadas desviaciones teórico-prácticas del marxismo-leninismo, lo único que puede hacer por el marxismo-leninismo, por el proletariado, por el socialismo, es desaparecer en silencio a la menor brevedad posible.

¡¡¡Muchas gracias por vuestro valiente testimonio!!!». (Equipo de Bitácora (M-L)Antología sobre Reconstrucción Comunista y su podredumbre oportunista, 25 de septiembre de 2017)

5 comentarios:

  1. Hace ya bastante tiempo yo caí en la trampa de enviarles trabajos marxistas-leninistas para la publicación en su web, al final como no entendía nada ni nadie me decia nada, ni tampoco entendí mucho la finalidad de esto decidí prescindir de ellos, luego empece a estudiarlos y sonsaco que son una especie de iluminados a lo Hare Krishna, también no hace mucho subieron un video a la red en un descampado en el campo donde una casa y su dirigente dando clases a su militancia en artes marciales para defenderse del enemigo, no se sabe a cual o es así como se tendrá que hacer la revolución, hasta un diário fascista lo publicó en la red, se llama el diário de Madrid. Bueno un saludo m-l como simpre y un fuerte abrazo.

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  2. Leyendo las respuestas me quedo a cuadros. ¿Cuánto tiempo estuvieron soportando y viendo todo eso sin salir corrriendo del partido?. Si el amado líder quería explotarlos en su negocio, formar un harén como en un videoclip de música urbana moderna, insultaba a todos los que se le oponían, era un completo NINI y se comportaba como un matón... ¿qué demonios hacían ellos en la organización?

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    1. Las sectas son así, no te das cuenta hasta que sales. Y RC es una secta

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  3. Pues si buscas el rastro que han dejado en internet de aquella época, reírle las gracias.
    - Comentarios de cachondeo cuando el grupo se dedicaba a la constructiva y adulta actividad de dejar pintadas en las paredes.
    - Comentarios justificando que el "macho alfa" del partido insulte con comentarios como gorda, friki, subnormal, etc.
    Mi conclusión es que se les apareció el juez de la Audiencia Nacional como la luz divina a San Pablo. Antes eran unos más del grupo con las mismas actitudes. Porque ya me dirás que aquí diga que los insultos del camarada le parecían mal y que en un Askfm, en aquel momento, alguien le preguntara y lo justificara al 100%.

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  4. https://www.instagram.com/p/B2dvNWbolZo/?igshid=s8e0g8giivbv
    En el día de hoy voy a hablar sobre pmlrc. A mí en @orgcomunista me habían avisado de que la cúpula del partido estaba bastante intoxicada por energúmenos. Y me enviaron los links y el documento que se ve en la segunda foto con diferente opiniones de diferentes militantes diciendo su experiencia. Yo lo leí y me pareció habladurías gente que se había metido y había salido para desprestigiarlos, ya que como somos comunistas los burgueses siempre nos van a intentar fastidiar.
    Entonces en el día de ayer en la cuenta de Instagram de frente obrero, qué es una organizacion de este partido, hubo una discusión porque @orgcomunista comentó que les había copiado el hashtag #Úneteylucha diciéndolo de la siguiente manera "nos suena ese hashtag". En las en las contestaciones de dicho comentario hubo una discusión y yo comenté lo de la 3° foto, y como ellos son unos sectarios y no quieren unirse con nadie ni tener dialéctica ni mejorar el movimiento marxista en España lo único que se le ocurrió fue bloquearme, pero no solo a mi, a todo aquel que fuera de la organizacion. La @orgcomunista lo único que quiere es abrir dialéctica en España con los diferentes partidos comunistas para llegar a un entendimiento para así crear un partido de vanguardia único y organizarnos, como comunistas que somos, pero se ve que a estos sectarios lo único que quiere es hacerlo a su manera o no se hace.

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«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»