«NEOKANTISMO. — El neokantismo es una de las corrientes filosóficas más importantes de la segunda mitad del siglo XIX que reproducía y elevaba a la categoría de sistema lodo lo peor, lo reaccionario, lo muerto y lo idealista-subjetivo que había en la filosofía de Kant. El neokantismo surgió como una reacción contra el materialismo científico-naturalista de Buchner, Moleschot y otros, que se había divulgado después de la Revolución de 1848; más tarde, el filo de la crítica del neokantismo fue dirigido contra el marxismo. El neokantismo se divulgó en Alemania, Italia y Rusia. Su florecimiento corresponde a las décadas del 80 y 90. Después de la guerra imperialista mundial de 1914-1918, cedió su lugar a una corriente más reaccionaria aún; el neohegealismo. Los primeros lanceros del neokantismo en la década del 50 al 60, fueron el físico Helmholtz y los filósofos Liebman, Ziegler y Lange, que trataron de conciliar la ciencia con los aspectos idealistas de la doctrina kantiana. Así, Helmholtz destacaba en la doctrina de Kant la incognoscibilldad de las «cosas en sí»; Lange afirmaba que el materialismo, como principio y concepción del mundo, es estéril; sólo sirve como método de Investigación; Llebman veía en las «cosas en sí» restos de metafísica, una «gota de sangre extraña». Fue así como los neokantianos no sólo predicaron «un retorno a Kant», sino que criticaron a este filósofo por sus concesiones al materialismo. La revisión idealista de la doctrina de Kant alcanzó su culminación en las dos principales escuelas del neokantismo: la de Marburgo –Cohen, Natorp, Cassirer– y la de Freiburgo –Windelbond, Ricltert–. El neokantismo llegó rápidamente a ser la filosofía casi oficial de la Segunda Internacional. Bernstein, Kaútsky, M. Adler, Vorlaender y otros trataron de conciliar el neokantismo con el marxismo». (Mark Rosental y Pavel Yudin; Diccionario filosófico marxista, 1940)
martes, 2 de enero de 2018
Neokantismo; Mark Rosental y Pavel Yudin, 1940
«NEOKANTISMO. — El neokantismo es una de las corrientes filosóficas más importantes de la segunda mitad del siglo XIX que reproducía y elevaba a la categoría de sistema lodo lo peor, lo reaccionario, lo muerto y lo idealista-subjetivo que había en la filosofía de Kant. El neokantismo surgió como una reacción contra el materialismo científico-naturalista de Buchner, Moleschot y otros, que se había divulgado después de la Revolución de 1848; más tarde, el filo de la crítica del neokantismo fue dirigido contra el marxismo. El neokantismo se divulgó en Alemania, Italia y Rusia. Su florecimiento corresponde a las décadas del 80 y 90. Después de la guerra imperialista mundial de 1914-1918, cedió su lugar a una corriente más reaccionaria aún; el neohegealismo. Los primeros lanceros del neokantismo en la década del 50 al 60, fueron el físico Helmholtz y los filósofos Liebman, Ziegler y Lange, que trataron de conciliar la ciencia con los aspectos idealistas de la doctrina kantiana. Así, Helmholtz destacaba en la doctrina de Kant la incognoscibilldad de las «cosas en sí»; Lange afirmaba que el materialismo, como principio y concepción del mundo, es estéril; sólo sirve como método de Investigación; Llebman veía en las «cosas en sí» restos de metafísica, una «gota de sangre extraña». Fue así como los neokantianos no sólo predicaron «un retorno a Kant», sino que criticaron a este filósofo por sus concesiones al materialismo. La revisión idealista de la doctrina de Kant alcanzó su culminación en las dos principales escuelas del neokantismo: la de Marburgo –Cohen, Natorp, Cassirer– y la de Freiburgo –Windelbond, Ricltert–. El neokantismo llegó rápidamente a ser la filosofía casi oficial de la Segunda Internacional. Bernstein, Kaútsky, M. Adler, Vorlaender y otros trataron de conciliar el neokantismo con el marxismo». (Mark Rosental y Pavel Yudin; Diccionario filosófico marxista, 1940)
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