Brézhnev con Nixon |
«¿La URSS revisionista-capitalista era un caso especial en
lo económico? Sí, pero fácilmente explicable:
«El retroceso de la
Unión Soviética al capitalismo no podía sino tener sus propias peculiaridades y
el régimen capitalista no podía sino asumir allí formas específicas. Estas
peculiaridades y formas son determinadas por el hecho de que el capitalismo fue
restaurado allí como consecuencia del derrocamiento del socialismo, como un
proceso regresivo, diferente al del capitalismo de tipo clásico que llega tras
el derrocamiento del régimen feudal, como un proceso progresivo». (Enver Hoxha;
Informe en el VIIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre
de 1981)
En la URSS capitalista-revisionista existía un
capitalismo monopolista de Estado. ¿Cuáles eran sus rasgos de los medios de
producción y las relaciones de producción allí?:
«La propiedad
estatal en la Unión Soviética es una forma de propiedad privada capitalista con
un alto nivel de concentración de la producción y del capital. La burguesía
revisionista es el verdadero propietario de las empresas estatales y, con la
ayuda del Estado, que explota a la clase obrera y las masas de todos los
trabajadores del país. A través de esta explotación fortalece sus posiciones
económicas y, junto con esto, también, consolida su dominación política». (Aristotel
Pano y Kico Kapetani; El carácter capitalista de las relaciones de producción
en la Unión Soviética, 1978)
Aquí en este punto hay gente que alude que no era
capitalista «porque las empresas públicas ocupaban la mayoría en el sistema
económico». ¿Hay algo más ignorante y antimarxista?
«Los revisionistas
soviéticos declarar que la propiedad del Estado en la Unión Soviética tiene un
carácter social. Es comprensible que, en aras de la demagogia que no han
abandonado la fraseología marxista-leninista. Pero esto no cambia el contenido
de las cosas y fenómenos en lo más mínimo. Karl Marx hizo hincapié en que la
cuestión no es quién es el propietario nominal de la empresa estatal, sino de
quién se embolsa las ganancias de esta propiedad. ¿Cómo puede tal propiedad,
que conserva grandes desigualdad en el campo de la distribución de los bienes
materiales entre las diferentes clases y estratos de la sociedad, y que
profundiza la desigualdad de este día a día, ser socialista? ¿Puede ser una
propiedad socialista, cuando los miembros de la clase de la burguesía
revisionista, los directores de las empresas, y otros, tienen el derecho de
despedir a los trabajadores a su voluntad, cuando pueden determinar a su gusto
la cantidad de los salarios de los trabajadores y el importe de la ganancia que
compartir por sí mismos, cuando tienen el derecho de vender los medios de
producción, para desarrollar el juego libre de los precios y las relaciones
capitalistas con las otras empresas monopolistas, y así sucesivamente? Es evidente
que tal propiedad mantiene la etiqueta socialista sólo por el bien de la
demagogia. (...) El carácter y el contenido de la propiedad dependen, en último
término, de la naturaleza y del carácter del Estado. (...) Hablando sobre esta
cuestión, Karl Marx subrayó que «siempre que las clases ricas siguen en el
poder, cualquier nacionalización no representa la abolición de la explotación,
sino sólo la alteración de su forma». (...) En el cómputo final, poco le
importa a la clase obrera si la propiedad está en manos de los capitalistas
individuales o en manos del capital unido en forma de monopolios estatales. En
cualquiera de los casos la explotación está presente, ya se trate de la
explotación capitalista individual o de una explotación capitalista colectiva».
(Aristotel Pano y Kico Kapetani; El carácter capitalista de las relaciones de
producción en la Unión Soviética, 1978)
¿Y es que acaso si los Estados Unidos de Obama
nacionalizara-estatizara la mayoría de sus empresas dejaría de ser un país
imperialista o seguiría siendo un país capitalista con un amplio capitalismo
monopolista de Estado? ¿Dejaría de dominar la burguesía estadounidense o es el
capitalismo de Estado una forma de dominación colectiva de la burguesía? ¿Acaso
la socialdemocracia nórdica cuando creaba un sector estatal que ocupaba gran
parte de su economía estaban creando socialismo o creaban capitalismo de Estado
porque esas empresas se regían por métodos y leyes capitalistas? La respuesta
para todo marxista en estas preguntas es siempre la segunda opción por
supuesto.
La burguesía históricamente dependiendo del momento ha
usado las nacionalizaciones, la propiedad de tipo estatal y cooperativa pero
ello no ha alterado el carácter capitalista de las relaciones de producción.
Marx y Engels ya explicaron los ejemplos de varios países que nacionalizaban
las empresas tabaqueras, de transporte y grandes sectores sobre todo en casos
de guerra. O si leemos a Lenin veremos cómo hablaba de que los monopolios
estatales agrandaban las ganancias de la burguesía, la corrupción y como
también estaban interrelacionados con la creación y saneamiento de los
monopolios privados. Otro ejemplo sería la propia formación de la industria y
la expansión de la burguesía gracias a las empresas estatales, algo que todo país
capitalista ha pasado en uno u otro momento:
«El Estado burgués
de los países excoloniales, en sus condiciones de profundo retraso, y de
debilidad de la burguesía local, interviene en tanto como factor que ayuda a
acumular y concentrar los medios financieros necesarios y las reservas
materiales útiles para el desarrollo de las ramas de la economía que claman de
un porcentaje de capitales mayor, ramas que no pueden ser abastecidas por
capitalistas particulares. Ayuda a aumentar las inversiones, a intensificar la
explotación de la mano de obra y obtener más beneficios. Esto también aparece
en el hecho de que el Estado efectúa inversiones en determinados sectores,
susceptibles de sostener y estimular el desarrollo del capital privado, por
ejemplo en el ámbito energético, los productos químicos que sirven de materias
primas, de la metalurgia, los transportes, así como el dominio bancario y el
comercio exterior. De hecho en todos los países dónde existe el sector del
Estado vemos crecer las empresas y reforzarse el sector capitalista privado que
goza de derechos ilimitados». (Llambro Filo; La «vía no capitalista de desarrollo» y la
«orientación socialista», «teorías» que sabotean la revolución y abren las vías
a la expansión neocolonialista,
1985)
Entiéndase entonces que:
«El
marxismo-leninismo nos enseña que el contenido del sector del Estado en la
economía depende directamente de la naturaleza del poder político. Este sector
sirve a los intereses de las fuerzas de clase en el poder. En los países donde
domina la burguesía nacional, el sector del Estado representa una forma de
ejercicio de la propiedad capitalista sobre los medios de producción. Vemos
actuar allí todas las leyes y todas las relaciones capitalistas de producción y
de reparto de los bienes materiales, la opresión y de explotación de las masas
trabajadoras. No puede aportar ningún cambio al lugar que ocupan las clases en
el sistema de la producción social. Al contrario, tiene por objetivo el
fortalecimiento de las posiciones de clase políticas y económicas de la
burguesía». (Llambro Filo; La «vía no capitalista de desarrollo» y la
«orientación socialista», «teorías» que sabotean la revolución y abren las vías
a la expansión neocolonialista,
1985)
Expliquemos una vez más al lector entonces el rasgo
específico que la URSS sufrió con su regresión de país con sistema socialista a
país con sistema capitalista:
«La reforma
económica realizada por los revisionistas soviéticos cambió en esencia todo el
anterior sistema de tenencia y administración de la propiedad socialista; cambió
la propiedad del Estado socialista, como representante directo de la clase
obrera y de las demás masas trabajadoras, pasando gradualmente la propiedad a
manos de la nueva burguesía revisionista. Debido a muchos factores políticos,
económicos, históricos y psicológicos, no se degeneró la propiedad mediante su
partición capitalista en la forma clásica, pasando a la posesión capitalista
individual. Se hizo preservando la apariencia de la propiedad estatal y dándole
el carácter de propiedad monopolista de Estado. A fin de cuentas, para la clase
obrera no es de importancia si la propiedad está en manos de capitalistas
individuales o en manos de un capital conjunto bajo la forma de monopolios
estatales. En ambos casos, la explotación está presente, ya sea bajo la forma
de explotación capitalista individual o capitalista colectiva. El carácter de
la propiedad y de las relaciones de producción también define el carácter mismo
del Estado. Pero este último, también expresa y define el carácter de la
propiedad y de las relaciones de producción. Los que tienen la máquina del
Estado en sus manos también poseen los principales medios de producción y
utilizan la máquina del Estado como un arma poderosa para aumentar su riqueza y
ganancia capitalistas. Los clásicos del marxismo-leninismo han señalado que el
carácter de la propiedad depende de la naturaleza del orden económico-social y
del Estado». (Veniamin Toçi y Kiço Kapetani; La clase obrera soviética:
Despojada de los medios de producción, 1973)
Es necesario que volvamos a insistir en las consecuencias
prácticas del cambio producido en las relaciones de producción:
«Con el cambio del
carácter de la propiedad, también cambiaron el objetivo de la producción y el
destino del producto del trabajo. El sistema de gestión y planificación también
cambió radicalmente. Privar a la clase obrera de los medios de producción trajo
como consecuencia su separación de la gestión efectiva de la economía y la
producción. Con la reforma económica, los revisionistas jruschovistas reemplazaron
el sistema de planificación socialista de la economía con un sistema «flexible»
de planificación, otorgando completa autonomía a las empresas, para que actúen
de manera irrestricta en los campos de la producción, la distribución, la
acumulación de capital, las inversiones, etc. El otorgamiento a los directivos
de las empresas del derecho de usar, administrar y vender los productos
fabricados, etc., los derechos que se les confirió en el ámbito de las
relaciones de intercambio y distribución de productos, muestran claramente el
uso personal de la propiedad capitalista y del producto del trabajo en las
empresas económicas de la Unión Soviética. En esto radica la fuente de
competencia por la máxima ganancia posible, que se ha extendido por todas las
empresas económicas del país. De ahí se derivan la escasez de algunos productos
básicos en un área o distrito del país y su excedente en otras áreas y
distritos, y también el fenómeno de que el mismo producto de la misma calidad
se venda a precios diferentes dentro de un mismo mercado. En el proceso de
degeneración de la propiedad, los revisionistas soviéticos han realizado
cambios importantes en los criterios de constitución de las empresas
económicas, en lo referente a sus características económicas y jurídicas, a sus
relaciones con el mecanismo de la reproducción de la producción social, y a su
distribución geográfica. Han creado asociaciones monopólicas de tipo
capitalista en la industria, la agricultura, el transporte y en otras ramas de
la economía; asociaciones que continuamente se tragan a las pequeñas y medianas
empresas y que dan lugar a grandes desplazamientos de reservas de mano de obra
y suministros. Un factor motivador de este proceso espontáneo es el
aseguramiento de la ganancia capitalista. Que la clase obrera está privada de
la propiedad de los medios de producción se puede ver también muy claramente en
las formas en que se utilizan los fondos creados en la empresa. Se calcula que
el 80-85 por ciento de los fondos para estímulo material van a los bolsillos de
los directivos. Según las estadísticas oficiales, en los últimos 4-5 años, al
personal técnico-ingenieril se le ha dado, en promedio, 12 veces más
bonificaciones mensuales que a los obreros, y a los trabajadores de cuello
blanco, 6-7 veces más que a los obreros». (Veniamin Toçi y Kiço Kapetani; La
clase obrera soviética: Despojada de los medios de producción, 1973)
Entonces, que la propiedad pública, estatal o como se
quiera llamar, tenga mayor o menor peso en los países capitalistas, no supone
que sea una propiedad socialista puesto que la misma está regida por leyes
económicas capitalistas, no supone tampoco que sea una propiedad que beneficia
a los trabajadores sino que beneficia, mantiene y amplia la dominación
económica de la burguesía del país. Aplicase también a los países
revisionistas-capitalistas de todo tipo que tengan mayor o menor proporción de
«empresas públicas» en su economía:
«Por consiguiente
en la Unión Soviética socialimperialista, en China, en Yugoslavia y en otros
lugares actúan con fuerza las leyes, las categorías y los fenómenos
socio-económicos clásicos de la producción capitalista. En lugar de la
planificación centralizada, del trabajo y de la producción a escala de toda la
sociedad, el centralismo burocrático de tipo monopolista combinado al
liberalismo económico en la base, la descentralización, el desarrollo cíclico,
la competencia, el libre juego de precios bajo la ley del valor actúan en estos
países». (Priamo Bollano; Crítica a ciertas teorías burguesas y revisionistas sobre
el lugar y el papel de las relaciones monetario-mercantiles en el socialismo,
1983) (Equipo de Bitácora (M-L); Algunas cuestiones económicas sobre la restauración del capitalismo en la Unión Soviética y su carácter socialimperialista, 2016)
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