«Los marxista-leninistas deben enseñar al pueblo a juzgar los acontecimientos que se desarrollan a la luz del materialismo dialéctico e histórico. Mas nuestra concepción del mundo no puede asimilarse fácilmente desligada del ímpetu revolucionario de las masas, ni tampoco aislada de las corrientes antiimperialistas que tratan de mantenerse en la dirección y de maniobrar para impedir las reformas democrático-burguesas de la revolución. Los marxista-leninistas y la clase obrera iraníes deben jugar un gran papel en estos movimientos revolucionarios y comprender claramente los momentos por los que atraviesan; no deben dejar que la revolución decaiga. La clase obrera y su auténtica vanguardia marxista-leninista no deben hacerse ninguna ilusión con la actividad y las «profundas» reformas democrático-burguesas que pueden realizar los clérigos shiítas o los elementos contrarios al Sha de la burguesía nacional vieja y nueva. Indudablemente, si la clase obrera, el campesinado pobre y los estudiantes progresistas, creyentes o no creyentes, dejaran que decaiga el ímpetu de la revolución, lo que significaría que no se avanzase con tesón y madurez en las alianzas y las acciones hacia las sucesivas reformas políticas y económico-sociales, entonces la revolución se quedaría a medio camino, las masas quedarían desilusionadas y su explotación continuaría en otras formas, por parte de otros elementos pseudodemócratas ligados en nuevas alianzas con los diversos imperialistas». (Enver Hoxha; Los acontecimientos en los países musulmanes deben ser analizados a la luz del materialismo dialéctico e histórico; Reflexiones sobre Oriente Medio, 1980)
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