Alexei Ivanovich Hegai más conocido como Ho Ka-i (1908-1953), líder de la facción soviética hasta 1953 |
«La formación teóricamente unificada del partido del nuevo Partido del Trabajo de Corea no hizo que cesara la lucha fraccional. Para 1949 las facciones se dividían en cuatro. Repasemos las facciones y como Kim Il Sung y su facción eliminaron a las demás:
1) Facción guerrillera: formada por los miembros de guerrillas activas en Manchuria tras su ocupación por Japón en 1931, sin una ideología clara, nacionalista y con una pose a medio caballo entre la facción soviética y china, que poco a poco evolucionaría hacia una suerte de doctrina propia a la que denominaron Juche, esta se centra en la figura de su líder Kim Il Sung.
Sus miembros eran: Kim Il Sung; Ch'oi Yong Kung; Kim Il; Pak Kum-chol y Kim Kwang Hyop.
2) Facción soviética: formada por los coreanos que habían nacido o crecido en la Unión Soviética, contaba con los cuadros mejor formados ideológicamente, aunque muchos de ellos se adhirieron al revisionismo soviético cuando salió a escena.
Sus miembros eran: Ho Ka-i –se «suicidó» en 1953–; Pak Chang Ok –arrestado en 1956–; Pak Ui Wan –expulsado en 1956–.
3) Facción china: se le denominaba la facción de los días de Yan'an por su experiencia en China, eran adeptos al maoísmo incluyendo su vena más heterodoxa.
Sus miembros eran: Kim Yu-bong –expulsado en 1956–; Ch'oe Chang Ik –expulsado en 1956–; Yu Kong Hum –expulsado en 1956 y exiliado en China a partir de entonces–; Mu Chong –exiliado en China en 1950–.
4) Facción doméstica: formada por los coreanos comunistas que operaron en tierras coreanas durante la mayor parte del tiempo tanto en el Norte como en el Sur.
Sus miembros eran: Hyon Chun Kyok –ejecutado en 1945–; O Ki Sop –expulsado en 1958–; Pak Hon-yong –ejecutado en 1955–; Li Sung Yop –ejecutado en 1953–.
En un inicio estas diversas facciones estaban representadas en los órganos del partido en el Comité Central del Iº Congreso del PTC de 1946 tal que así: 13 para la doméstica, 4 para la guerrillera, 6 para la soviética, 8 independientes y 12 para la china, lo que hacía un total de 43. Para el IIº Congreso del PTC de 1948 la proporción del Comité Central aumentó y era así: 21 para la doméstica, 7 para la guerrillera, 14 para la soviética, 12 para los independientes y 13 para la china, un total de 67.
Esto indica que Kim Il Sung estaba en clara inferioridad en el Comité Central. Poco a poco y a través de diversas purgas en el tiempo Kim Il Sung bajo diversos argumentos logró deshacerse de sus rivales y dividir al resto de facciones.
Kim Il Sung aprovecharía hechos internos y externos para minar el poder de varias de las facciones:
«Aprendimos que Kim Il Sung no era el Presidente del Comité Central a comienzos de la República Popular de Corea del Norte. La facción de Kim Il Sung estaba en una posición de debilidad entre el resto de facciones políticas del partido. Fue en junio de 1949 cuando Kim finalmente remplazó a Kim Tu-bong como Presidente. Esto ocurrió en el periodo en que los Estados Unidos dibujaban su retirada de tropas de Corea del Sur y el Partido del Trabajo del Sur y del Norte se unificaron bajo el nombre del Partido del Trabajo de Corea. (…) Kim Il Sung purgó a la facción china y soviética colmándoles de responsabilidades de la Guerra de Corea, 1950-1953. El líder de la facción soviética Ho Ka-i perdió su cargo en 1951. Kim atacó a la facción china por el desastre ocurrido antes de la intervención China. El mejor general de la facción china Mu Chong, fue expulsado del partido como chivo expiatorio». (Woojoo Kim; Kim Il Sung y el triángulo: Corea del Norte, URSS y China, 2012)
A partir de 1953 inicia una campaña para implantar la ideología Juche en el partido y barrer toda «concepción servil y dogmática del marxismo», según él, muestra de ello es su famoso trabajo: «Sobre la eliminación del dogmatismo y el formalismo y el establecimiento del Juche en el trabajo ideológico» de 1955 en donde ataca al resto de facciones que iba a eliminar en breve.
Nos interesa alguno de los cuadros que eliminó de la corriente soviética, única corriente fraccional donde realmente había cuadros con un apego real al marxista-leninismo. Kim Il Sung siguiendo de nuevo los pasos de Mao Zedong en China, quién liquidó al marxista-leninista Kao Kang, aprovecharía para eliminar al líder de la corriente soviética Ho Ka-i en 1953 con ocasión de la muerte de Stalin y la subida al poder de la camarilla jruschovista:
«De las cuatro principales facciones del Partido Comunista de Corea del Norte –la guerrillera, la soviética, la china y la doméstica– solo la soviética tenía el conocimiento y la experiencia necesaria para construir el aparato estatal y las normas del partido stalinista, y de los coreanos soviéticos Ho Ka-i era el más experimentado en este campo. (...) Kim Il Sung, quién usaría la guerra para fortalecer su poder personal, vio la oportunidad de romper con los coreanos soviéticos a los cuales consideraba sus rivales más peligrosos. El más prominente entre ellos era Ho Ka-i, quién continuaba ejerciendo un gran rol en el gobierno de Corea del Norte, no considerándose Kim Il Sung el único amo de los asuntos del partido. (...) A finales de 1951 Ho fue removido de sus posiciones como resultado de una controversia con las tarjetas del partido. (...) Acorde a los estamentos oficiales redactados por la cúpula del partido y el informe de Pak Chong-ae, Ho se suicido en su residencia en la noche antes del encuentro del Comité Político que iba a discutir sus errores. Los documentos de la embajada soviética reportan que él murió el 2 de julio de 1953 a las 9:30. El embajador soviético Suzdalev fue informado de la muerte por Pak Chong-ae». (Andreĭ Nikolaevich Lanʹkov; De Stalin a Kim Il Sung: La formación de Corea del Norte 1945-1960, 2002)
Ho Ka-i había ocupado el puesto de vicepresidente del partido y primer secretario en 1948, y como todas las fuentes recalcan él y su grupo habían tenido gran importancia en la labor de organización del partido en Pyongyang tras la Segunda Guerra Mundial con la difícil situación de inexperiencia y baja influencia comparado con el Sur del país. Es decir Kim Il Sung eliminó a uno de los cuadros que en más estima tenían los marxista-leninistas soviéticos y uno de los más probados.
Del 23-29 de abril de 1956 se celebró el IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Corea, sólo dos meses después del XXº Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética y del ataque de Jruschov a la figura de Stalin.
Para el IIIº Congreso del PTC en 1956 Kim Il Sung realizó cambio sustanciales en la elección del Comité Central aumentándose a 71. Del Comité Central, hubo 43 nuevos miembros y solamente fueron reelegidos 28 personas: 23 para la doméstica, 11 para la guerrillera, 11 para la soviética, 12 para los independientes y 14 para la china.
Kim Il Sung justificó estos ajustes atacando a miembros de la facción soviética de Ho ka-i a los que acusó de haber permitido durante años el nepotismo y cooptación de sus cuadros a los cargos de poder –una acusación del todo ridícula, más cuando se ve que el único que promovió y montó todo tipo de falsos cargos para remover a las otras fracciones era él como se refleja en la composición de cada congreso–. Por otro lado se atacó a la facción doméstica de Pak Hon-yong por un «presunto culto a la personalidad» que según él había derivado en una falta de «dirección colectiva» en el partido, esto último es interesante analizarlo. ¡Exactamente fue la misma táctica que estaba usando Gheorghiu-Dej en Rumanía en ese tiempo! Dej había ido purgando en los últimos años de vida de Stalin a todos los miembros marxista-leninistas como Anna Pauker o Vasile Luca bajo acusaciones falsas y contradictorias fácilmente refutables. Poco después a la llegada de la época de la «desestalinización» de Jruschov, realizó algunas reuniones formales acusando a otros cuadros ya purgados o a posibles rivales potenciales actuales para cargarles las propias prácticas de: culto a la personalidad, abusos en la legalidad, violación de los estatutos del partido, falta de dirección colectiva, etc. y así de paso aparte de salvar el pellejo complacía a los jruschovistas con el espectáculo de «cura antistalinista». Como vemos los revisionistas que habían dirigido estos partidos en altos cargos o directamente en la cima del poder acusaban a los «stalinista» o presuntos «stalinistas» de haber llevado a cabo los defectos que ellos mismos habían ejercido.
En agosto de 1956 ocurre el intento de relevar a Kim Il Sung encabezado por los restos de la facción soviética, china y doméstica. Esto ocurre por varias razones:
1) Facción soviética: la mayoría de cuadros creía que Corea del Norte debía llevarse bien con la Unión Soviética ya que era la batuta del mundo comunista y debían seguir su rumbo ya que de otro modo Corea del Norte no sobreviviría––, muchos creían que la desavenencias de Kim Il Sung a establecer el jruschovismo para imponer su ideología Juche eran un buen aliciente para buscar la toma de poder con la ayuda del Kremlin, aprovecharon la ocasión de la denuncia del culto a la personalidad –que en Corea del Norte fue más pronunciado si cabe y que Kim Il Sung evitó rectificar– para triunfar, sobra decir que el carácter ideológico de muchos de los cuadros de la facción ahora no era una tendencia soviética en el sentido de querer mantener el marxismo-leninismo ante las revisiones de Kim Il Sung, sino que era una tendencia soviética ya en el sentido de revisar el marxismo-leninismo en orden de complacer y ligar los destinos de Corea del Norte a los de la Unión Soviética de Jruschov.
2) Facción china; ante el «volantazo» de Kim Il Sung a partir de 1953 en que reniega de las raíces del maoísmo y establece una doctrina propia que pretendía distanciarse del mismo, los miembros de esta facción se sintieron en peligro ya que veían que la nueva doctrina no iba a depender de una adhesión al rumbo de la dirección en China, sino a los caprichos de una persona y su pensamiento –algo si cabe más inestable–, y decidieron sumarse al ataque ya que también habían perdido influencia con las últimas purgas.
3) Facción doméstica: fueron uno de los más castigados debido a que la fuerte presencia de comunistas en el Sur de Corea molestaba a Kim Il Sung, y este vio como una amenaza que varios de los líderes guerrilleros que operaron en el sur entre 1941-1953 tomaran renombre, además varios de ellos fueron inculpados como responsables de que la Guerra de Corea 1950-1953 no concluyera con la victoria y reunificación del país, poco después fueron acusados de promoción de el culto a la personalidad entre sus líderes y de falta de dirección colectiva, por supuesto también habían perdido mucha influencia en el último cambio del Comité Central de 1956 como todas las demás facciones.
Pero no hay que engañarnos: para 1956 la lucha fraccional en el Partido del Trabajo de Corea era un juego entre revisionistas, arribistas y oportunistas: el ejemplo lo tenemos en el propio Kim Il Sung, quién había sido el más maoísta y a la vez había fingido adherirse a los principios marxista-leninista de Stalin mientras en la práctica los pisoteaba, y que ahora aprovechando el caos en la Unión Soviética, China y el Movimiento Comunista Internacional en general estaba girando hacia la conformación y establecimiento de una propia doctrina liderada por su pensamiento: el Juche, renunciando así al maoísmo que había sido su base teórico-práctica mientras renegaba también de Stalin en la praxis a la vez que en lo teórico, calificando ahora a todas las doctrinas como ideologías no aptas para Corea. Esto demuestra su falta de principios pero su mezquindad se ve además en otros actos, como cuando al poco tiempo de barrer la facción soviética contrajo una alianza con el revisionismo soviético –que se reflejaría en dependencia económica y política de la Unión Soviética socialimperialista– y a la vez que barrió a la facción china intentaría establecer buenas relaciones con China apoyando la teoría de los «tres mundos». Como vemos era una lucha por el poder, no una lucha de principios.
Para el IVº Congreso del PTC de 1961 la composición evidenciaba que Kim Il Sung había ganado la lucha fraccional: 19 puestos para la doméstica, 21 para nuevos miembros, 35 para la guerrillera, 3 para la soviética, 5 para los independientes y 2 para la china, haciendo un total de 85 miembros.
Esto finiquitó la parte más aguda de las luchas fraccionales que el partido vería en toda su historia y consolidó el liderazgo de Kim Il Sung refrendado con un halo propagandístico así como por la promoción de una ideología en el Estado que llevaba su pensamiento y azuzaba su culto. Muchos de los cuadros de las tres facciones derrotadas –la soviética, china y doméstica– tuvieron que bajar la cabeza y aceptar que la facción guerrilla y la ideología Juche serían la tónica dominante del partido, Kim Il Sung aceptó readmitir a varios de estos miembros como camaradas siempre y cuando no pusieran en tela de juicio su liderazgo caudillista.
No hay que ocultar tampoco que el desarrollo fraccional en el interior de los jóvenes partidos comunistas en los años 20 fue por desgracia la tónica común en varios de ellos, pero eso no quita que la victoria del revisionismo y su consolidación en el Partido del Trabajo de Corea sea responsabilidad absoluta de la tibieza de los marxista-leninistas o pretendidos marxista-leninistas que en sus inicios no supieron parar los pies a estas manifestaciones.
Recordemos que es una fracción:
«¿Qué es una fracción? Una fracción es un grupo que se organiza o funciona al margen de las normas establecidas en los estatutos del partido –célula, radio, asamblea, conferencia, etc.– a base de una plataforma propia y de una disciplina interior. Claro que las fracciones no nacen como tales ya hechas. Se crean a través de los grupos, los núcleos de militantes amigos, las tertulias, etc., que a través de coincidencias en la crítica o en la lucha contra determinados camaradas u organismos del partido, van tomando forma y desarrollo. La primera manifestación de fraccionalismo en el partido debe ser combatida con toda energía, y la unidad y la cohesión de nuestros efectivos, la confianza mutua completa entre los miembros del partido –que no excluye la vigilancia política consecuente– y un trabajo verdaderamente colectivo que exprese realmente la unidad de la voluntad de la vanguardia proletaria, debe presidir toda nuestra actividad. (...) Nuestro partido, en interés de la revolución, no puede convertirse en esos conglomerados monstruosos de tendencias, de grupos y opiniones que caracteriza a los partidos socialdemócratas, que muchas veces paraliza su acción. Al abigarrado mosaico ideológico, político y táctico, peculiar a la socialdemocracia, nuestro partido opone su cohesión monolítica, su construcción en un solo bloque, basado en la disciplina de fondo y no de forma; opone su lucha consecuente contra las ideologías extrañas al marxismo-leninismo, contra las fracciones y las tendencias fraccionales.». (Pedro Checa; ¿Qué es el partido comunista?, 1937)
Por tanto es necesario dar una lucha ideológica y si es necesario purgar mediante expulsiones a los desviacionistas que reincidan en sus errores y no se adecuen a la línea marxista-leninista del partido:
«Todo esto muestra que junto con los miembros honestos y fieles que constituyen la gran mayoría de las bases del partido, hay unos elementos accidentales de carácter desmoralizador y arribista que se han infiltrado en el partido para fines puramente personales y egoístas. Esta gente crea una atmósfera malsana, debilita la disciplina y extiende el virus de la desintegración. Esto conduce a organizaciones «enfermas», rasgadas por riñas internas entre grupos diferentes que compiten por posiciones. Tales cosas no pueden ser toleradas en un partido comunista –la vanguardia de los trabajadores–. Por esta razón de peso deben ser tomadas rápidamente medidas drásticas para purgar el partido de todo los elementos ajenos, accidentales, desmoralizadores y arribistas». (Georgi Dimitrov; Informe en el Vº Partido Obrero (comunista) Búlgaro, 18 de diciembre de 1948)
Ello da lugar al entendimiento de que la aparición de las fracciones no es un fenómeno inevitable, sino un fenómeno subjetivo que depende de la vigilancia y formación ideológica de los cuadros del partido:
«El surgimiento y la cristalización de estas tendencias y líneas no son inevitables. Pueden ser frenados en su camino y preservarse y fortalecerse la unidad. (...) La lucha entre el camino socialista y el camino capitalista de desarrollo, que incluye la lucha entre la ideología proletaria y la ideología revisionista, es una ley objetiva, mientras que la lucha entre líneas políticas opuestas es un fenómeno subjetivo, que surge y se desarrolla sólo en ciertas condiciones, cuando el Partido permite que se creen tendencias fraccionalistas y líneas antimarxistas en su seno. Estas tendencias y líneas revisionistas oposicionistas, por lo general, logran cristalizar cuando el partido de la clase obrera no emprende una correcta, resuelta y consecuente lucha de clase en sus filas, en todo momento». (Ndreçi Plasari; La lucha de clases en el seno del partido: Una garantía de que el partido seguirá siendo siempre un partido revolucionario de la clase obrera, 1978)
Esto debe de servir de lección a los marxista-leninistas coreanos actuales y a todos los marxista-leninistas del mundo: la coexistencia con una o varias líneas y fracciones en el pretendido partido comunista significa que cuanto más tiempo transcurra en resolverse tal problema, más fracciones aparecerán o las existentes se robustecerán, lo que se traduce en que habrá más peligro de que el partido comunista sea usurpado por los revisionistas u oportunistas; cuando no será directamente liquidado». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo coreano: desde sus raíces maoístas hasta la institucionalización del «pensamiento Juche», 2015)
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