Tito y Jruschov en 1963 |
«Los representantes de los partidos comunistas y obreros miembros de la Kominform procedieron a un análisis marxista-leninista profundo sobre la situación creada en el Partido Comunista de Yugoslavia (PCY) y descubrieron el fondo de los errores y desviaciones antimarxistas, revisionistas de los dirigentes yugoslavos. En esta cuestión, partían de la intención de defender la pureza del marxismo-leninismo y los destinos del socialismo y de la revolución en general, además de intentar ayudar al PCY y el pueblo a superar este grave peligro que se había producido en su seno.
Las históricas decisiones de la Kominform eran un programa de acción y de lucha para todos los partidos comunistas y obreros, una advertencia seria, una llamada que reforzaba la vigilancia revolucionaria que fue enviada a todos los comunistas del mundo, con vistas a preservarse del peligro de la nueva orientación revisionista que se había manifestado y de combatirla resueltamente hasta su destrucción total.
La Resolución devino prácticamente en un arma de lucha de los marxista-leninistas para el reforzamiento de la unidad de pensamiento y acción en las filas de los partidos, para mejorar ulteriormente el trabajo ideológico, teórico y político en los partidos, para la defensa de las victorias socialistas en los países donde la clase obrera había instaurado su poder, para la defensa del campo socialista, para la consolidación de las fuerzas revolucionarios de todo el mundo, por la intensificación de la lucha contra el imperialismo, para cerrar el camino a la agencia imperialista y que no penetrara en los países de democracia popular.
Los errores y desviaciones de la dirección yugoslava, las cuales fueron criticadas en la Resolución de la Kominform, fueron graves. Tomados en su conjunto, constituyen una línea oportunista completamente equivocada, un alejamiento del marxismo-leninismo, una gran traición a la ideología del proletariado y su causa.
En política interior, los líderes del PCY se habían desviado de la teoría marxista de clases y de la lucha de clases, negaron la dictadura del proletariado, preconizaron la teoría de la integración pacífica de los elementos capitalistas en el socialismo. La dirección yugoslava revisó la teoría marxista-leninista sobre el partido, desvaloró el rol del partido fusionándolo con el frente popular.
Su dirección había violado la democracia interior del partido, había introducido métodos de dirección militares trotskistas y manifestaba tendencias liquidadoras muy netas, que contenían el peligro de la degeneración del Partido y del Estado yugoslavos.
Los líderes del PCY abandonaron las tradiciones internacionalistas y se embarcaron en el camino del nacionalismo:
«Los dirigentes yugoslavos por lo visto no comprenden o quizá hacen como que no comprenden, que una tesis nacionalista semejante solo puede conducir a la degeneración de Yugoslavia en una República burguesa ordinaria, a la pérdida de la independencia de Yugoslavia y a su transformación en una colonia de los países imperialistas». (Kominform; Resolución: «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», 28 de junio de 1948)
Este documento de la Kominform fue aprobado por unanimidad y tuvo la aprobación plena y sin reserva de todos los partidos comunistas y obreros del mundo. Se condenó al revisionismo yugoslavo y se desenmascaró en todos los aspectos.
La Resolución de la Kominform tenía un carácter programático, ya que definía claramente, en las nuevas condiciones, después de la victoria sobre el fascismo y en la época en que el socialismo había triunfado en varias países, la actitud que había que adoptar frente al revisionismo moderno, subrayando una vez más el rol del partido de la clase obrera en el Estado de democracia popular, el rol de la dictadura del proletariado en la construcción del socialismo, la política del partido para la liquidación de las clases explotadoras en el periodo de transición del capitalismo al socialismo y la consolidación del nuevo Estado. Se volvió a insistir en la necesidad de aplicar estrictamente los principios del internacionalismo proletario y el respeto a las relaciones fraternales y la asistencia mutua entre países socialistas, trajo una vez más la atención sobre el peligro de la posibilidad de la restauración del capitalismo en los países donde la revolución había triunfado y demostró que la única manera de defender los logros de la revolución y el socialismo era la vía de la lucha intransigente contra el imperialismo». (Zëri i Popullit; Quince años desde la publicación de la Resolución de la Kominform: «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», 29 de junio de 1963)
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