Nicolás Maduro Moros
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El 6 de diciembre de 2015 en las elecciones parlamentarias de Venezuela, los resultados fueron: el bloque opositor con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) 56,2% mientras que el bloque chavista con el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB) 40,8%. Esto supone una gran derrota para el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), líder de la coalición del (GPPSB) así como para su aliado el también revisionista Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Desde este espacio hemos analizado con alguna frecuencia todos los aspectos económico-políticos sucedidos en Venezuela bajo el paraguas del «revisionismo»; pero ha sido en el documento: «El revisionismo del «socialismo del siglo XXI» del 2013, en que se hizo una radiografía completa de esta desviación oportunista del «revisionismo postmoderno», y de hecho recomendamos su lectura para que el lector pueda tener una idea clara de los desarrollos capitalistas venezolanos, de su evidente traición a la clase obrera, y que además permitirá entender que la pérdida de este ejercicio electoral era algo que tarde o temprano iba a suceder.
Solo queríamos añadir unas breves palabras, porque lo fundamentos ya se ha dicho en otras ocasiones.
Veamos algunos punto que se desprenden de los resultados electorales:
1. El pueblo venezolano ha apostado por el «cambio» durante más de una década y media, pero ese cambio no sucedió, se quedó en programas reiterados de mera asistencia social como política de Estado que no han solucionado las grandes contradicciones económico-políticas de Venezuela. Esto supone que en ausencia de verdaderas alternativas las masas son arrojadas en brazos de la otra expresión de la burguesía venezolana, la tradicional, de la que también esperan ese «cambio». Claro está que no habrá ninguno pues ambas expresiones son garantes de la explotación capitalista.
2. Volvemos a insistir en que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en realidad es una organización de carácter socialdemócrata, pero se ha de catalogar como revisionista por el mero hecho de hacer un uso y abuso de fraseología revolucionaria preñada de eclecticismo filosófico, político e ideológico. La variedad en la composición social indica su marcado carácter multiclasista y la variedad de revisionismos de los que bebe indican su claro eclecticismo, incluso de ideologías antimarxistas como el anarquismo y el liberalismo.
3. El PCV siempre se ha comportado como lacayo validador de la política del chavismo desde su aparición en 1998, ha sido su auxiliar, y en ningún momento ha tenido una posición propia. Solo ha hablado de «profundizar» el proceso «bolivariano-chavista» para abrir la «vía», «crear las condiciones» o la «perspectiva» para el socialismo. Todo esto ya fue explicado en profundidad en nuestra larga introducción a la crítica marxista-leninista del PCV en el documento del Movimiento Venezolano de Trabajadores Comunistas (MVTC) llamado: «El Partido «Comunista» de Venezuela, su falso anti-imperialismo y la profundización de la «revolución» de 2015. La pregunta ahora es, ¿qué alegara el PCV por haber fallado y hecho el ridículo de apoyar la vía pacífica y parlamentaria al socialismo durante más de una década?
4. Casi todos los países capitalistas-revisionistas, y Venezuela no es menos, basan su estrategia en la construcción de eso que se ha dado en llamar «Líder fuerte», un caudillo en realidad, esto provoca que la identificación partidaria, militante, simpatizante, etc., quede anulada y en su lugar se desarrolle una comprensión mesiánica del «Líder» que suplanta al partido; éste pasa a significar todos los aciertos pero no los fracasos. Esto supone que en la medida de que el «Líder» siga al frente de la organización el éxito electoral y el «proceso» está más o menos garantizado a efectos de la propaganda. Cuando el líder muere arrastra a todo el proceso; en su ausencia toda esa identificación se irá disipando hasta que aparece entre las masas la idea de que los sucesores no son verdaderos continuadores del «Líder original», el movimiento se descompone; es ahí cuando todos los «errores» son visibilizados y atribuidos a la nueva dirigencia entendida como culpable, lo cual no deja de ser una forma más idealista de encubrir las causas pasadas y presentes del fracaso del sistema. Pasó con el peronismo y está pasando con el chavismo.
5. El falso antiimperialismo del gobierno chavista confundió a la masas venezolanas, pues este asumía que había que lograr independencia económica del imperialismo estadounidense al tiempo que se mantenían los lazos comerciales, y dependencia, que nunca estuvieron en peligro. Aunado al hecho de que Venezuela era atada al mismo tiempo al carro de otros imperialismos: sobre todo del imperialismo ruso y el socialimperialismo chino, bajo relaciones económicas igualmente lesivas para los intereses venezolanos.
6. La vieja receta económica de los revisionistas nicaragüenses del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de la llamada «economía mixta» fue la guía de ruta del «proyecto socialista bolivariano», donde la abierta propiedad privada siguió dominando y donde la propiedad cooperativa eran promovidas bajo teorizaciones titoistas de autogestión, siguiendo las últimas teorizaciones de sus hermanos revisionistas cubanos. En cuanto a las nacionalizaciones nunca significaron un cambio en las relaciones de producción, lo único que se adoptó fue capitalismo de Estado cuya plusvalía siguió siendo usurpada por la versión venezolana de la «nomenklatura» jruschovista-brézhnevista. Como hemos explicado en varios artículos, el sector estatal en la economía depende de la naturaleza del poder político y de las leyes de producción que imperen, por tanto si el poder político en Venezuela se sustentaba en una organización de composición multiclasista y de ideología ecléctica, y todo bajo una estructura de democracia parlamentarista democrático-burguesa y unas leyes de producción capitalistas, el resultado de ese sector estatal es un capitalismo de Estado, tan común como lo es en otros países capitalistas. La burguesía opositora al PSUV mantuvo su cuota de poder económico desde donde agudizó la crisis productiva y de abastecimiento. Pero no nos equivoquemos, como ya expresamos la raíz de la crisis económica venezolana está en la propia política económica gubernamental que nunca fue planificada y no superó los procesos anarquistas de producción capitalista, ni sus elementos especulativos.
7. El PSUV, y su política, nunca desarrolló un planteamiento de clase proletario, nunca alentó a la lucha de clases, sencillamente su dirigencia es burguesa y pequeño burguesa y su composición multiclasista: dicho de otro modo, el PSUV no responde a los intereses del proletariado y las clases trabajadoras venezolanas sino a los intereses de una expresión concreta de la burguesía venezolana. Al impedir que se desarrollara la lucha de clases, también se impidió que las masas pudieran hacer suya la ideología proletaria, y esto supone que los campos de la superestructura –cultura, tradición, etc.– estuvieran en manos de la clase burguesa y sus intereses, reforzando el sistema capitalista en su totalidad. Es más el PSUV al promover la cultura al estilo revisionista, no ha hecho otra cosa que dar a las masas trabajadoras una cultura burguesa con mejor camuflaje, y más fácil de masticar, y aunque sea bajo ropajes revolucionarios, el resultado es el mismo: un reforzamiento del sistema político y económico de la burguesía.
8. Algo que nunca quisieron entender los «revisionistas venezolanos chavistas» es que el poder bajo la «dictadura de la burguesía» es transitorio, y nunca se posee en su totalidad, incluso bajo una forma fascista; es decir: no existen ni victorias ni derrotas «totales» porque el sistema burgués depende precisamente de la existencia objetiva de supuestos «antagonistas». De ahí que uno de los objetivos primario de la «dictadura de la burguesía» es mantener la diferenciación clasista cualquiera que sea la forma en la que se presente. Con esto queremos decir que si bien el reinado absoluto de la «burguesía roja venezolana» parece haber tocado fin esta conserva poder, mucho poder; de cómo administre ese poder en estas condiciones adversas dependerá su recuperación o su desaparición; desaparición porque estamos convencidos de que la «burguesía compradora» no tendrá los mismos miramientos y mimos que la «burguesía nacionalista» le ha dispensado todos estos años en caso de que asuma el control de todos los sectores estatales. Lo que si queda claro es que la pérdida del parlamento significa una intensificación de la estrategia de la burguesía opositora que se centrará en provocar ingobernabilidad para forzar elecciones anticipadas.
9. En el plano internacional las cosas se les ponen difíciles a los revisionistas regionales encuadrados en el «ALBA» –sobre todo a Cuba– porque los resultado electorales le desestabilizan y hasta le arrebatan al sostenedor de tal organización, y es que la dirigencia del PSUV ya no tendrá a sus órdenes al parlamento, sino todo lo contrario, este pasa a ser un obstáculo para toda política del Gobierno. Esto significa que la economía de todos los países organizados en el ALBA cosechará cifras negativas por el cambio en la dinámica económica. En más, pensamos que esta derrota electoral de los revisionistas del «socialismo del siglo XXI» supone el impulso que le faltaba a los revisionistas cubanos para restablecer con normalidad las relaciones con el imperialismo estadounidense en todos los campos, incluido el económico; cumpliéndose así el viejo sueño y plan de Castro de 1959 de pedir «ayuda económica» a sus «amigos» yankees.
10. La verdadera tragedia de todo este asunto es que durante años las masas han sido alimentadas con propaganda revisionista, esto ha hecho de que esas masas asuman que estamos ante un nuevo fracaso del «socialismo», lo que lleva aparejado desprestigio del marxismo-leninismo procurado por estos revisionistas como en su momento ocurrió tras el colapso del bloque revisionista soviético. Por eso nosotros, marxistas-leninistas, nunca debemos caer en simples apreciaciones, en dar apoyo sentimental a todo régimen que se diga socialista, nosotros debemos de dar una lectura clara y científica de cada caso en particular para orientar a las masas desde nuestras organizaciones.
11. Nos encontramos ante una nueva lección histórica para todos esos revisionistas de tipo reformista, que juegan a domesticar el capitalismo.
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Nos preguntamos lo que ya advertimos en 2013:
«Curiosamente, y de forma que evidencia la estupidez de dicho pensamiento, a día de hoy todavía no saben explicar estos pseudorevolucionarios de una forma clara cuál será el destino de la revolución si el «juego democrático» da a la «revolución socialista» una derrota en las elecciones burguesas. (...) ¿Quizás vagar por el desierto de la oposición parlamentaria durante décadas hasta retomar el poder como el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua? ¿Y así cíclicamente?». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)
Nada más que añadir por el momento; los resultados electorales se pueden entender como la crónica de una muerte anunciada.
un anlisis objetivo de la realidad de la lucha de clases, que lastima que en paises como en ecuador en su momento y en otros paises los marxistas leninistas respaldarpon por la coyuntura electoral a los revisinistas amparandolos como "democratas progresistas y patrioticos" y que para cubrir su tufo contrarevolucionario los marcaron como "tendencia democratica"
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