«Nuestras escuelas deben darle a la juventud y a los cuadros, profundos conocimientos teóricos marxista-leninistas, y dárselos no de manera dogmática sino creadora, no como un adorno, sino como una brújula para orientarse correctamente en la vida, como un arma para la transformación revolucionaria del mundo. La base para el estudio de nuestra triunfante doctrina deben ser las obras de los clásicos del marxismo-leninismo y particularmente los documentos, los materiales y la experiencia de nuestro partido, en los cuales se presenta el marxismo-leninismo en acción, en las actuales condiciones nacionales e internacionales. Debemos consolidar y mejorar asimismo la propaganda de las ideas del marxismo-leninismo a través de la prensa y las publicaciones, imprimiendo y editando más artículos, libros y folletos, obras de los clásicos del marxismo-leninismo no sólo completas, sino también por temas, sobre problemas específicos, de las que tienen mayor necesidad los cuadros y los trabajadores.
Nuestra lucha por la asimilación de las ideas marxista-leninistas, por la profundización de la revolución ideológica y cultural no se puede realizar con éxito si no se atrae a ella a todo el partido, a los comunistas y a todas las masas trabajadoras, si no se aplica con coraje y de manera revolucionaria en esta lucha la línea de masas, la línea del profundo democratismo socialista. Para la puesta en práctica de esta línea, se debe luchar con aspereza contra el concepto intelectualista burgués y reaccionario de que ¡la teoría, la filosofía, la ciencia y el arte son difíciles y no pueden ser captadas por las masas y que únicamente pueden ser comprendidas por los cuadros y la intelectualidad, que las masas no han alcanzado el nivel necesario para comprenderlas! Esto representa convertir la teoría y la ciencia en fantasmas para las masas. Esto quiere decir convertir en fantasma para las masas incluso el marxismo-leninismo, ya que también éste es teoría y ciencia. A esta concepción le debemos declarar una guerra implacable. El marxismo-leninismo no es un privilegio ni monopolio de unas cuantas personas con «sesos» para comprenderlo. Es la ideología científica de la clase obrera y de las masas trabajadoras y sólo cuando sus ideas se transforman en patrimonio de las amplias masas trabajadoras, deja de ser algo abstracto y se convierte en una gran fuerza material para la transformación revolucionaria del mundo. La histórica tarea del partido es, apoyándose en las masas de trabajadores, campesinos, soldados, cuadros y en la intelectualidad y atrayéndolas activamente a una actividad creadora y revolucionaria, profundizar continuamente la revolución ideológica y cultural y llevarla hasta el fin». (Enver Hoxha; Informe en el Vº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1966)
Nuestra lucha por la asimilación de las ideas marxista-leninistas, por la profundización de la revolución ideológica y cultural no se puede realizar con éxito si no se atrae a ella a todo el partido, a los comunistas y a todas las masas trabajadoras, si no se aplica con coraje y de manera revolucionaria en esta lucha la línea de masas, la línea del profundo democratismo socialista. Para la puesta en práctica de esta línea, se debe luchar con aspereza contra el concepto intelectualista burgués y reaccionario de que ¡la teoría, la filosofía, la ciencia y el arte son difíciles y no pueden ser captadas por las masas y que únicamente pueden ser comprendidas por los cuadros y la intelectualidad, que las masas no han alcanzado el nivel necesario para comprenderlas! Esto representa convertir la teoría y la ciencia en fantasmas para las masas. Esto quiere decir convertir en fantasma para las masas incluso el marxismo-leninismo, ya que también éste es teoría y ciencia. A esta concepción le debemos declarar una guerra implacable. El marxismo-leninismo no es un privilegio ni monopolio de unas cuantas personas con «sesos» para comprenderlo. Es la ideología científica de la clase obrera y de las masas trabajadoras y sólo cuando sus ideas se transforman en patrimonio de las amplias masas trabajadoras, deja de ser algo abstracto y se convierte en una gran fuerza material para la transformación revolucionaria del mundo. La histórica tarea del partido es, apoyándose en las masas de trabajadores, campesinos, soldados, cuadros y en la intelectualidad y atrayéndolas activamente a una actividad creadora y revolucionaria, profundizar continuamente la revolución ideológica y cultural y llevarla hasta el fin». (Enver Hoxha; Informe en el Vº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1966)
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