«Para poder juzgar si un partido es partido de la clase obrera, no debemos fijarnos en el nombre que ha adoptado. ¡También el partido de Hitler se denominaba nacional«socialista»! El único criterio justo al respecto es si defiende y expresa los intereses de la clase obrera, si lucha por su causa. Y para dilucidar esta cuestión hay que ver en interés de quién obra la ideología, la política y toda la actividad práctica de este o aquel partido». (Enver Hoxha; Los revisionistas modernos en el camino de la degeneración socialdemócrata y su fusión con la socialdemocracia, 1964)
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