Hoy analizamos con varios textos, las posiciones de la figura de Kao Kang, uno de sus principales rivales.
Kao Kang era un veterano comunista del Partido Comunista de China (PCCh) desde 1926. Fue un gran militar del Ejército Rojo del PCCh. También mantuvo una excelente gestión en Manchuria, combatiendo en varias ocasiones a los oportunistas e imponiendo la línea revolucionaria.
«En las filas del partido, incluidos los miembros de la CC, hay personas que anteriormente estaban dispuestas de manera proestadounidense y antisoviética, a quienes ahora apoya la dirección de la CC. Así, por ejemplo, Peng Zhen, miembro del CCP CC, secretario del comité del partido de Beijing y vicepresidente del comité de gobierno político-legal, Lin Feng, miembro del PCCh, vicepresidente del gobierno de Manchuria y miembro del gobierno del Pueblo Central, Li Fuchun, vicepresidente del gobierno de Manchuria, Li Lisan, ministro de trabajo y miembro del gobierno del pueblo central, Bo Yibo, ministro de finanzas, miembro del CC del PCCh y vicepresidente del comité financiero y económico Bajo el gobierno y otros. Al mismo tiempo, el presidente del gobierno de Manchuria, miembro del PCCh CC Kao Kang, Bajo cuyo liderazgo se lograron innegables éxitos en el desarrollo económico y cultural de Manchuria, sufre críticas injustificadas y se creó un entorno insalubre a su alrededor. Esta crítica está encabezada y organizada por el secretario del PCCh CC, Liu Shaoqi. (...) Los comercios al por mayor y al por menor, a excepción de Manchuria, se encuentran casi totalmente en las manos del comerciante privado, repeliendo la capacidad del Estado para ejercer cualquier tipo de influencia sobre la condición del mercado y sobre los precios del mercado, conduciendo a grandes dificultades para abastecer a la población de ciertos bienes, en especial cereales, y creando condiciones favorables para la especulación. La relación del comercio estatal y cooperativo en el volumen de negocios general se estima en apenas 5-8%». (I.V. Kovalev; Informe a Stalin, 24 de diciembre de 1949)
Kovaliev nos relataba este episodio años después:
«Decir que Gao Gang, Chen Yun y Lin Biao nos trataron bien, en cambio con el entonces miembro del Buró Político del Comité Central del PCCh, Pen Zhen –más tarde el alcalde de Beijing y Pimer Secretario del Comité del partido del PCCh en la ciudad, entonces el Presidente del comité de la Asamblea Popular de China– y el miembro del Comité Central y Secretario del Comité Regional, Li Fuchong no fue así. Se opusieron a la confiscación de las tierras de los terratenientes, la tributación de los capitalistas, y los estadounidenses fueron tratados no como un adversario, sino como un posible aliado. El ejército de Lin Biao se estaba derritiendo, los campesinos no entraron en él. ¿Quién sería voluntario en el ejército, sino mejoraban la vida de los campesinos? Aquí tuve que actuar como asesor político. Pero Peng Zhenem no tuvo en cuenta mis argumentos, pero Gao Gang y Chen Yun reaccionaron a nuestro consejo con comprensión y le plantearon a Mao la cuestión de recordar a Pen Zheng de Manchuria esto. Después de que Pen Zhen fuera retirado, la reforma agraria comenzó en Manchuria siguiendo nuestro consejo. Solo cuando los terratenientes fueron entregados a los campesinos, el ejército de Lin Biao pasó rápidamente de ser 300.000 hombres. (...) Nos sorprendió que el gobierno comunista en Manchuria, que experimentaba grandes dificultades económicas, nos apeló con solicitudes de préstamos y, al mismo tiempo, los capitalistas y especuladores no pagaron ningún impuesto durante un año y medio». (I.V. Kovalev; Con una misión en China, 1997)
Eso le valdría ser desde 1952 el Presidente de la Comisión Estatal de Planificación en la República Popular de China durante los años del Primer Plan Quinquenal, que recordemos, fue el único a diferencia de los siguiente que tuvo un éxito y un plan económico basado en el marxismo-leninismo, teniendo como gran inspiración el modelo soviético. Véase la obra de Rafael Martínez: «Sobre el manual de economía política de Shanghái» de 2006.
Kao Kang, fue de los pocos que supo reconocer la nefasta política del maoísmo, eso le llevaría al aislamiento, la calumnia de su persona, y al presunto suicidio en 1954, que posiblemente fue un asesinato.
Kao Kang recomendaba una firme industrialización antes de una cooperativización a gran escala, y por supuesto, antes del paso de propiedad colectiva a propiedad de todo el pueblo, antiicpando el desastre que sería luego la política del Gran Salto Adelante. Del mismo modo criticó la entrada del kulak en las colectividades y la política de beneficios durante la primera reforma agraria. En el tema industrial, se puede decir, que seguramente consciente de los consejos de la Internacional Comunista y del PCUS para China, y sobre todo, respetando los axiomas marxistas; era partidario de la expropiación de la burguesía nacional, y no del método pacífico del establecimiento de las empresas mixtas que no eliminaba la explotación de la burguesía le permitía seguir viviendo de las rentas:
«Mientras, la posición de Kao Kang se puede evaluar con los aspectos mencionados anteriormente, pero sobre todo viendo la cuestión de los métodos de transformación, ya que es la información explícita disponible más clarividente. En la reunión del 15 de junio, donde Mao formuló la línea general, Li Weihan propuso una serie de medidas concretas destinadas a la transformación la propiedad capitalista de la mediante métodos pacíficos, los cuales se resumían bajo el título de shumao; el método de compra de manera pacífica de la propiedad a los capitalistas paso a paso. Li propuso tres métodos específicos; (1) La compra de la producción de las empresas capitalistas no monopólicas –shougou–; (2) Lograr el monopolio de la procesamiento y pedido de bienes en la compra y comercialización de productos de las empresas privadas capitalistas por parte del Estado, y (3) La formación de una propiedad conjunta estatal-privado donde el Estado se hacía cargo de una parte de la propiedad que antes era totalmente privada.
En los debates que siguieron, la opinión dominante era que el shougou era una forma primitiva de transformación que ya no estaba en uso, y se comentó que el énfasis debía de ser colocado en los dos últimos métodos. Chou y Chen Yun señalaron además a la necesidad de avanzar gradualmente hacia la propiedad estatal-privada. Al parecer, en este contexto, Liu aprovechó, y declaró su apoyo para el shumai o método pacífico, estigmatizando como pensamiento «izquierdista» a quién decía que la transformación pacífica era una conciliación de clase, pensamiento que fácilmente podía relacionar cualquier miembro del partido si observaba los textos soviéticos entonces en marcha. A finales de junio el problema se resolvió. Mao aprobó enfoque shumai de Li, de igual modo aceptaban, Li, Chou, Zhu De, Chen Yun, Deng Xiaopong y Li Fuchun que llegaron a un acuerdo sobre los últimos detalles, por lo que Li Weihan fue instruido para revisar su informe con los últimos retoques para la conferencia. Después de la conferencia, en septiembre, Mao dio un rotundo respaldo a la transición pacífica como hizo saber a los líderes del resto de partidos democráticos y a toda la clase capitalista nacional, él enfatizó que la transformación debe ser voluntaria, advirtió en contra de antelación impaciente –jizao maoji–, y señaló que la industria privada y comercio «deben servir la economía de la nación y la vida del pueblo» .
En toda esta política, Kao fue el único en discordia. Cuando los otros expresaron su apoyo incondicional al método pacífico,él permaneció en silencio. Mientras que él no dijo nada, su silencio fue percibido en el PCCh correctamente como un desacuerdo. Mao, según una fuente oral autorizada, sintió que Kao era un izquierdista sobre este tema, pero optó por no enfrentarse a él. En vez sin embargo, Mao probó a enviar a Li Weihan, que había trabajado con Kao durante los años 30, para persuadirle de las virtudes de tal política heterodoxa. Kao muy a diferencia de lo que esperaba obtener Mao de esa conversación, no atendió a los argumentos presentados pese hacer un esfuerzo en escuchar a Li, e ironicamente reveló la ignorancia teórica del grupo que apoyaba tal política, comentó a Li; «¿has oido hablar algo de la oposición derechista en la Unión Soviética? ¿No estas al tanto que Bujarin fue el que abogaba por el transito pacífico al socialismo?» (...)
Todas las fuentes pintan a Kao Gang como la de un hombre que favoreció la línea de una relativamente, rápida eliminación de la burguesía nacional como clase y una rápida transición al socialismo, en una estrecha adhesión al modelo soviético. (...)
Kao pensaba que la línea general de tratar como iguales a los sectores estatales y privados para el bienestar y desarrollo de la economía, era un signo inequívoco de una tendencia derechista en el partido, de rendición a la burguesía. En su discurso, como ya había señalado otras veces, apuntó con textos de Marx, Engels, Lenin y Stalin la equivocación en la que se estaba metiendo el partido». (Frederick C. Teiwes; Políticas en la corte de Mao; Kao Kaong y el fraccionalismo del partido en los años 50, 1990)
Las posturas contrapuestas entre Kao Kang y Mao Zedong son muy tempranas:
«Para el 21 de septiembre de 1949, cuando se inauguró la Reunión Consultiva Política, el borrador del programa general y la composición del futuro Gobierno Popular Central ya habían sido acordados con todas las organizaciones representadas en la Reunión. En la apertura de la reunión, Mao Zedong pronunció un discurso. Es de destacar que no dijo una palabra sobre el papel de la URSS sobre las conquistas de la revolución china –Kao Kang me dijo que consideraba que Mao lo consideraba un gran error político–». (I.V. Kovalev; Con una misión en China, 1997)
Kovalev diría del carácter de Kao Kang:
«De los líderes del PCCh, personalmente el que me gustó más fue Kao Kang. Si Mao era más un confuciano chino que un marxista-leninista, entonces Kao Gang era más comunista que chino –al parecer por nacionalidad no era chino, sino manchú–. (...) Kao Kan era especialmente querido para mí, tenía un gran amor por la URSS, en su lucha por una unión eterna de nuestros dos países, sin ningún pensamiento retrospectivo, hipocresía y cálculos egoístas, inherentes hasta cierto punto en casi todos los líderes chinos de la época. No es sorprendente que Kao Gang haya sido la primera víctima de intriga en el liderazgo chino después de la proclamación de la República Popular China. (...) En el liderazgo del PCUS y la Internacional Comunista, muchos consideraron a Mao como un «oportunista de derecha», y él lo sabía». (I.V. Kovalev; Con una misión en China, 1997)
Si de nuevo nos remitimos a las observaciones del propio Kovalev en 1949, veremos todo esto:
«Pese al hecho de que Inglaterra y Estados Unidos han apoyado activamente y continúan apoyando a Jiang Jieshi, el liderazgo del CC del PCCh, hasta noviembre de 1949, encontrábase infectado de ilusiones sobre un rápido reconocimiento de la República Popular China por aquéllos países. Reflexionando acerca de estos sentimientos, Liu Shaoqi y Li Lisan se manifestaron en contra de participar en la conferencia sindical-profesional de los países asiáticos, convocada por los japoneses, los indios y [pueblos] de otros países subordinados o conectados al bloque anglo-americano, con tal de no irritar a Estados Unidos y a Inglaterra.
Esto explica, asimismo, el silenciamiento de la aproximación de Yugoslavia hacia China con una propuesta sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas y el intercambio de embajadores.
Es notorio que, en una de las conversaciones en presencia de Mao Zedong, Zhou Enlai afirmase que «Si negamos la propuesta yugoslava y censuramos abiertamente su política, entonces, uno debe preguntarse, ¿cómo se supone que actuaríamos en caso de que Estados Unidos, que es la dueña de Yugoslavia, se nos aproximase?».
Entre sentimientos similares también se puede destacar la actitud negativa de Zhou Enlai hacia la llegada a Shangái y Tianjin de grupos de especialistas soviéticos, dado que los grandes intereses económicos de Estados Unidos e Inglaterra están concentrados en esos dos puntos». (I.V. Kovalev; Informe a Stalin, 24 de diciembre de 1949)
Esto no eran imaginaciones de Kovalev, pues los chinos en sus cables secretos hacia EEUU, así lo confirmarían:
«Los radicales desean una alianza con la Unión Soviética (...) mientras los liberales califican la política internacional soviética de «demente». Chou cree que la URSS se está arriesgando a una guerra que no se puede luchar con éxito y que unas buenas relaciones de trabajo China-Estados Unidos hubiesen tenido un efecto suavizante en la actitud del partido hacia los países occidentales. (...) Chou En-lai siente que los Estados Unidos deben ayudar a China porque: (1) China aún no es comunista y si las políticas de Mao Zedong se implementan correctamente, quizás no lo sea por un largo tiempo; (2) la china democrática puede servir en la esfera internacional como mediador entre las potencias occidentales y la URSS; (3) el caos en China bajo cualquier régimen sería una amenaza para la paz de Asía y el mundo». (Edmund Clubb; El Consul General en Pekín (Clubb) a la Secretaria de Estado, emitido el 1 de junio de 1949, recibido el 2 de junio de 1949)
Las teorías proimperialitas de Mao Zedong son tan viejas como su oportunismo. Véase nuestra obra: «Desmontando mitos: Mao Zedong ese liberal pro estadounidense e ídolo de Earl Browder» de 2014.
Hoy es evidente hasta para el más necio, que el maoísmo fue un ante del imperialismo en el seno del comunismo, como lo fue el titoismo. En cambio es evidente que Kao Kang representaba el único baluarte marxista-leninista contra esta quintacolumna, no es casualidad que el propio Mao comentara que:
«Stalin quería mucho a Kao Kang». (Mao, Conferencia de Chengtú, 1958)
Kao Kang, fue quizás una de las pocas piezas marxista-leninistas reseñables en todo el engranaje revisionista del PCCh de esos años, denunció tales métodos que empezaban a oficializarse después de 1953 y que recordaban a los teorizados por Bujarin y a los utilizados por Tito:
«En toda esta política, Kao Kang fue el único en discordia. Cuando los otros expresaron su apoyo incondicional al método pacífico, él permaneció en silencio. Mientras que él no dijo nada, su silencio fue percibido en el Partido Comunista de China correctamente como un desacuerdo. Mao Zedong, según una fuente oral autorizada, sintió que Kao Kang era un izquierdista sobre este tema, pero optó por no enfrentarse a él. En vez sin embargo, Mao probó a enviar a Li Weihan, que había trabajado con Kao Kang durante los años 30, para persuadirle de las virtudes de tal política heterodoxa. Kao Kang muy a diferencia de lo que esperaba obtener Mao Zedong de esa conversación, no atendió a los argumentos presentados pese hacer un esfuerzo en escuchar a Li Weihan, e ironicamente intentó revelar la ignorancia teórica del grupo que apoyaba tal política, comentó a Li Weihan; «¿Has oído hablar algo de la oposición derechista en la Unión Soviética? ¿No estás al tanto que Bujarin fue el que abogaba por el tránsito pacífico al socialismo?». (Políticas en la corte de Mao Zedong; Kao Kang y el fraccionalismo de mediados de los 50, 1990)
Sus quejas hacia Moscú, fueron unas de las causas de la creciente desconfianza de los marxista-leninistas soviéticos sobre Mao Zedong y el resto de miembros de la dirigencia china:
«Nosotros», dijo Liu Shao-chi, «no deberíamos trasladar nuestras tareas a la URSS y asumir que solo bajo esta condición podemos cumplirlas. Las llevaremos a cabo de acuerdo con las instrucciones del Comité Central del PCUS y el camarada Stalin». A esto, Stalin comentó: «No digas constantemente: «Stalin, Stalin». Stalin puede morir. Si muero, ¿qué pasará entonces? Pronto tendré 70 años, por lo que la muerte siempre es posible. Moriré, pero el partido vivirá. Cuando las personas mayores mueren, aparecen otras nuevas». Y repitió lo que había escuchado más de una vez de Stalin: «Nunca me gustaron los aduladores, y cuando me siento halagado mucho, me siento asqueado». (...) Mao se limitó solo al estudio de la experiencia de la guerra –después de todo, él había presentado desde hace mucho tiempo la consigna: «el poder nace del fusil»–. Pronto me convencí: las repetidas declaraciones de Mao Zedong y Liu Shao-chi de que el PCCh siempre aprenderá del PCUS y obedecerá sus decisiones fueron realmente solo una adulación –como Stalin sospechó–, además, de un engaño deliberado». (I.V. Kovalev; Con una misión en China, 1997)
Si repasamos otros textos críticos con el revisionismo maoísta, vemos evaluaciones similares sobre su figura que nos hacen ver que estuvo en posiciones correctas, a diferencia de las diferentes revisionistas de por entonces:
«[Mao] continuó exponiendo y defendiendo la que había sido la línea general del PCCh para la transición al socialismo: el gobierno de coalición de cuatro clases, la transición gradual y pacífica hacia el socialismo, el «remodelamiento» e integración de la burguesía en el socialismo, y el «tratamiento de la contradicción con la burguesía nacional como una contradicción entre el seno del pueblo» –a pesar de que reconocía que en otros países generalmente sí era antagónica–, etc. Si bien llevó una crítica frente a los que estaban a cargo de la planificación económica, los cuales casi todos se encontraban en el grupo de Liu-Deng, nunca emprendió ninguna lucha para eliminar a cualquiera de este grupo de dichos puestos económicos. Sin embargo y como curiosidad, en 1954 Kao Kang sí fue destituido de su cargo por tratar de establecer un «reino independiente» con su dirección en Manchuria. Nunca había habido ninguna crítica política a fondo ni permanente de él y no podemos estar seguros del contenido exacto de esta lucha política. Es claro, sin embargo, que tanto para el grupo de Liu-Deng, así como para el grupo Mao, fue un alivio desprenderse de él. (39) (Es muy posible según vemos en casi todos los relatos, que Kao Kang favoreciera medidas más acordes a la expropiación y la supresión de la burguesía. Ver extractos de un discurso de Kao Kang en el lanzamiento de la campaña de los «tres males», reimpreso en Problemas en el Comunismo #1, 1952, publicación de opinión por el Departamento de Estado de EE.UU.)». (Jim Washington, El socialismo no se puede construir en alianza con la burguesía, 1980)
Bill Bland, uno de los más críticos con el maoísmo desde los años 60, escribió:
«Los revisionistas eligieron no combatir teóricamente a la agrupación marxista-leninista en la cuestión sobre la transición al socialismo y sus métodos, sabiendo que quedarían desacreditados en un cara a cara abierto, lo que podría haber mostrado sus desviaciaciones del marxismo-leninismo. En lugar de esto, empredieron un complot para liquidar a la tendencia marxista-leninsta adjudicando cargos falsos de fraccionalismo y conspiración para tomar el poder». (Bill Bland, La lucha de clases en China , 1997)
Cuanto menos, creemos que nadie negara que es gracioso que se le acusara a Kao Kang de fraccionalista, o de fomentar el fraccionalismo, cuando la lucha de dos líneas a sido saludada desde el PCCh, siendo el propio partido como sentenció Enver Hoxha «arena de diversas clases y tendencias»:
«Renunciando a la lucha de principios en las filas del partido, Mao Zedong hacía el juego a las fracciones, buscaba concertar compromisos con algunas de ellas para oponerse a otras y reforzar así sus posiciones». (Enver Hoxha, El imperialismo y la revolución, 1978)
En este caso da en el clavo, muchos de los que luego serían acusados de formar parte del grupo Liu-Deng durante la Revolución Cultural de 1966, fueron los principales hostigadores de esta figura marxista-leninista, eso no significa que la Banda de los Cuatro fueron afines a Kao Kang, ya que eran fanáticos maoístas sin nulo criterio, y adoraban a su ídolo de barro. En 1952-53, Mao como siempre maniobró entre fracciones y mientras Kao atacaba las posiciones revisionistas de transición pacífica de Liu Wihan, atacó a Kao durante diciembre de 1953 en una reunión del Buró Político bajo la excusa de mantener «la unidad». Es significativo además, por parte de Enver Hoxha, que no exista una sola mención positiva a Kao Kang en su obra «Reflexiones sobre China» –quizás por desconocimiento de lo que ahora vamos a presentar–. De igual forma, la postura de Enver Hoxha y Kao Kang es muy similar en cuanto a la crítica del PCCh:
«Cuando el Partido Comunista de China llegó al poder, se creó la impresión de que China se encaminaba hacia el socialismo. Pero no ocurrió así, ¿y por culpa de qué? debido a la adopción de estas medidas. El Partido Comunista de China, que después del triunfo de la revolución democrático-burguesa debía caminar con pasos mesurados, no dar muestra de izquierdismo ni quemar ni mucho menos las etapas; al basar su actividad en el «pensamiento Mao Zedong» cayó en el otro extremo, se mostró «democrático», liberal, oportunista y no orientó el país de manera consecuente por el justo camino del socialismo». (Enver Hoxha, El imperialismo y la revolución, 1978)
Kao Kang es una víctima del revisionismo a recuperar por los marxista-leninistas.
Como íbamos diciendo, todas las fuentes apuntan a que había una fuerte desconfianza del lado soviético sobre Mao Zedong y sus teorías antimarxistas que era muy sonada:
«Stalin no consideró Mao Zedong como un verdadero marxista y siempre sospechó que la revolución china podría mutar «en otra cosa», o sea en algo antimarxista y antisoviético». (Sergeĭ Nikolaevich Goncharov; Socios inciertos; Stalin, Mao Zedong y la guerra de Corea, 1993)
Kovalev retrata esto mismo:
«Mao estaba perdido de miedo ante la idea de reunirse con Stalin. Por qué Mao era literalmente, en el sentido completo de la palabra, ignorante en el campo de la economía. No conocía la teoría. (...) Y tenía miedo de encontrarse y hablar sobre estos temas. Se preparó para reuniones y conversaciones, contando con mi ayuda en todos los asuntos, y no quería que los camaradas chinos lo vieran humillado». (I.V. Kovalev; Con una misión en China, 1997)
Mólotov también confirma esta impresión:
«Entrevistador: ¿Cuál su impresión usted a cerca de Mao Zedong?. MOLOTOV: Es un hombre inteligente, un líder campesino, un Pougatchev al estilo chino. Por supuesto estaba lejos de ser marxista. Vino para el septuagésimo aniversario de Stalin, en 1949. Se quedó algo así como seis semanas en la dacha de Stalin. Estuvo un poco indispuesto. Fuimos a visitarle Mikoyan y yo. Tuvimos una conversación. Nos hizo probar té verde chino. Me acuerdo que dijo particularmente: «jamás leí «El Capital» de Karl Marx». ¿Por qué dijo esto? ¿Para mostrar que no tenía nada de un doctrinario?». (19) (Félix Tchouev, Conversaciones con Molotov, 140 entrevistas con el brazo derecho de Stalin, Albin Michel, 1995)
Otro punto a destacar es que Mao como Jruschov, dijo que Stalin cultivó el culto a su persona:
«Stalin tenía una tendencia a desviarse del marxismo-leninismo. Una expresión concreta de esto es su negación de las contradicciones, y hasta la fecha la Unión Soviética no ha eliminado a fondo la influencia de este punto de vista de Stalin. Stalin hablaba en un idioma materialista y del método dialéctico, pero en realidad él era un subjetivista. Colocaba al individuo por encima de todo lo demás, negaba al grupo, y negaba a las masas. Se dedicaba al culto del individuo; de hecho para ser más precisos, en dictaduras personales. Esto es antimaterialista. Stalin también hablaba del método dialéctico, pero en realidad era metafísico». (Mao Zedong; Discurso pronunciado en la IIº sesión plenaria del VIIIº Comité Central del Partido Comunista de China, 15 de noviembre de 1956)
¿De dónde venía realmente el culto exacerbado hacia Stalin? De los oportunistas como Mao, que en secreto preparaban el asalto no solo a la teoría y la práctica de Stalin, sino de todo el núcleo central de la doctrina bajo la excusa de las «condiciones específicas» –como ocurriría en el ámbito militar–:
«Nosotros», dijo Liu Shao-chi, «no deberíamos trasladar nuestras tareas a la URSS y asumir que solo bajo esta condición podemos cumplirlas. Las llevaremos a cabo de acuerdo con las instrucciones del Comité Central del PCUS y el camarada Stalin». A esto, Stalin comentó: «No digas constantemente: «Stalin, Stalin». Stalin puede morir. Si muero, ¿qué pasará entonces? Pronto tendré 70 años, por lo que la muerte siempre es posible. Moriré, pero el partido vivirá. Cuando las personas mayores mueren, aparecen otras nuevas». Y repitió lo que había escuchado más de una vez de Stalin: «Nunca me gustaron los aduladores, y cuando me siento halagado mucho, me siento asqueado». (...) Poco después de que la delegación de Liu Shao-chi regresase a Beijing de Moscú, Mao Zedong y sus asociados comenzaron a enfatizar cada vez más insistentemente las condiciones especiales bajo las cuales tuvo lugar la lucha revolucionaria en China. El propósito de estas declaraciones era claro: tenían la intención de demostrar la inadecuación para China y otros países asiáticos de la teoría y la práctica de la lucha revolucionaria en Rusia, la Unión Soviética y los países europeos de la democracia popular. Mao declaró sin rodeos: como el PCCh había rechazado anteriormente la experiencia de hacer la guerra sobre la base de la teoría de Chiang Kai-shek, ahora rechazaba la opinión errónea de que es necesario estudiar la experiencia de la revolución en Rusia. (...) Mao se limitó solo al estudio de la experiencia de la guerra –después de todo, él había presentado desde hace mucho tiempo la consigna: «el poder nace del fusil»–. Pronto me convencí: las repetidas declaraciones de Mao Zedong y Liu Shao-chi de que el PCCh siempre aprenderá del PCUS y obedecerá sus decisiones fueron realmente solo una adulación (como Stalin sospechó), además, de un engaño deliberado». (I.V. Kovalev; Con una misión en China, 1997)
Existe más material que demuestra que Stalin rechazaba este seguidismo:
«La delegación china declara que el Partido Comunista de China se someterá a las decisiones del Partido Comunista de la Unión Soviética. Para nosotros, esto nos parece extraño. El partido de un Estado sometiéndose al partido de otro Estado. Ello nunca ha sucedido y es impermisible. Es cierto, que ambos partidos deben someterse primero ante sus respectivos pueblos, y que a partir de esto deben consultar el uno con el otro sobre ciertas cuestiones, ayudarse el uno al otro, y en la dificultad unirse ambos. Entonces la reunión del Politburó con sus participantes sirve como una de las formas de asociación entre nuestros partidos. Y esto tiene que ser así.
Estamos muy agradecidos por tal honor, pero algunas ideas no son aceptables y queremos señalarlas. Esto es un consejo de amigo. Esto es así solo en palabras sino en hechos también. Podemos darles consejos, pero no podemos dar órdenes ya que estamos insuficientemente informados acerca de la situación en China, ni siquiera podemos compararnos con ustedes en el conocimiento de todos los matices de la situación, pero, sobre todo, no podemos dar órdenes porque los asuntos de China, deben resolverse totalmente por parte de ustedes. No podemos resolverlos por ustedes.
Ustedes tienen que entender la importancia de su posición y que la misión que han tomado sobre sus espaldas tiene un significado sin igual en la historia. Y esto no pretende ser un cumplido. Esto solo sirve para demostrar lo grande que es su responsabilidad y la importancia histórica de su misión.
El intercambio de opiniones entre nuestros dos partidos es esencial, pero a nuestro juicio no debe ser interpretado como órdenes. Los partidos comunistas de otros países pueden rechazar nuestras sugerencias. También nosotros podemos rechazar las sugerencias de los partidos comunistas de otros países». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Obras Completas, Tomo 18; De la conversación con la delegación del Comité Central del Partido Comunista de China en Moscú, 11 de julio 1949)
Y es más que claro que Stalin bajo una serie de argumentos exponía la evidente sobrestimación que intentaban hacer los dirigentes chinos de su experiencia militar:
«Continuando con las cuestiones tácticas, el documento aconseja que el camino de la «revolución armada, esto es, la guerra de guerrillas en el campo, es el único camino que puede conducir a la victoria. Ciertamente la experiencia china muestra que el método de guerra de guerrillas, con la creación de áreas liberadas controladas por la guerrilla y la organización en esas áreas de un ejército de liberación nacional, debe ser reconocido como un método oportuno para un país tan atrasado como Indonesia. Pero el problema es que en las condiciones indonesias, los métodos aplicados en China, solo pueden ser aplicados con sustanciales modificaciones.
Primero, el éxito del uso de los métodos de la guerra de guerrilla es predicado sobre la existencia de un gran país con un gran número de bosques y zonas montañosas localizadas fuera de los ferrocarriles y las ciudades. Indonesia posee estas condiciones en una manera limitada.
Segundo, incluso si los comunistas capturasen un área liberada por la guerrilla y establecen allí un ejercito de liberación nacional, sin embargo el área solo representaría una isla en todo el estado, esta isla podría ser rodeada fácilmente por el enemigo porque no tendría un apoyo sólido alrededor suyo. Los comunistas chinos encontraron un sólido apoyo en Manchuria apoyados por el hermano Estado Soviético, con lo que el enemigo perdió la oportunidad de cercarlos. Indonesia representa un grupo de islas rodeadas por mares, y los camaradas indonesios no podrían ser apoyados en cualquier parte.
Así las condiciones específicas de Indonesia limitan para los indonesios el uso del método de la guerra de guerrillas, el método de la «revolución armada».
¿Cual es la solución? El camino está en complementar el método de la guerra de guerrillas con el método de la actividad revolucionaria por la clase obrera en las ciudades y centros industriales, con el método de todas las luchas económicas y huelgas políticas, las cuales paralizaran la actividad del gobierno reaccionario, y son un certero apoyo para la guerra de guerrillas en el campo. El camino consiste en la combinación de estos dos métodos.
Por ello, es absolutamente imposible desestimar la importancia del trabajo político y de organización entre la clase obrera, más que eso, es absolutamente necesario en todos los posibles caminos ganar la mayoría de la clase obrera, recordando que la actividad del partido entre los obreros no es menos importante que la actividad entre el campesinado y las guerrillas». (Proyecto de respuesta del Secretario General Soviético (Iósif Stalin) a la carta de Partido Comunista de Indonesia, enero de 1951)
«Stalin también alegó tener dudas sobre en qué medida los chinos eran realmente comunistas. Se refirió a ellos como «rábanos comunistas»; rojos por fuera pero blancos por dentro». (Alvin Z. Rubinstein; La política exterior soviética desde la Segunda Guerra Mundial, 1985)
Era normal que una de las causas de suspicacia de Stalin sobre Mao era este excesivo énfasis respecto a las particularidades nacionales, olvidando las leyes generales de la construcción del socialismo:
«Usted habla de «chinificación del socialismo». No existe de esa naturaleza. No existe el socialismo inglés, francés, alemán, italiano, ruso, como no existe el socialismo chino. Otra cosa es, que en la construcción del socialismo, es necesario tener en cuenta las características específicas de un determinado país. El socialismo es una ciencia, y necesariamente tiene como toda ciencia, ciertas leyes generales, y uno solo necesita ignorar tales leyes para que la construcción del socialismo esté destinada al fracaso.
¿Cuáles son las leyes generales de la construcción del socialismo?
1) Ante todo es la dictadura proletaria del Estado de los obreros y campesinos, una forma particular de la unión de estas clases bajo la dirección obligatoria de la clase más revolucionaria de la historia, la clase del proletariado. Solo esta clase es capaz de construir el socialismo y suprimir resistencia de los explotadores y la pequeña burguesía.
2) Propiedad socializada de los principales instrumentos y medios de producción. Expropiación de todas las grandes fábricas y su gestión por el Estado.
3) Nacionalización de todos los bancos capitalistas, la fusión de todos ellos en un único banco estatal y la regulación estricta de su funcionamiento por el Estado.
4) La conducta científica y planificada de la economía nacional desde un único centro. Uso obligatorio del siguiente principio en la construcción del socialismo: de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo, distribución del buen material dependiendo de la calidad y de la cantidad de trabajo de cada persona.
5) Dominación obligatoria de la ideología marxista-leninista.
6) Creación de las fuerzas armadas que permitan la defensa de los logros de la revolución y siempre recordar que cualquier revolución no vale nada sino es capaz de defenderse a sí misma.
7) Represión de contrarrevolucionarios y agentes extranjeros.
Estas, resumidamente, son las principales leyes del socialismo como ciencia, lo que requiere que nos relacionemos frente a ellos tratándolas como tales. Si usted entiende todo esto con la construcción del socialismo en China la cosa irá bien. Si usted no lo entiende va a hacer mucho daño al movimiento comunista internacional. Por lo que yo sé, en el Partido Comunista de China hay una capa delgada de proletarios y los sentimientos nacionalistas son muy fuertes y si no llevan a cabo estas políticas de clase genuinamente marxista-leninistas y no llevan a cabo la lucha contra el nacionalismo burgués, los nacionalistas los estrangularan. Entonces no solo se dará por terminada la construcción socialista, sino que China puede que se convierta en un peligroso juguete en manos de los imperialistas estadounidenses». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Obras Completas, Tomo 18, Anotaciones en la obra «De la conversación con la delegación del Comité Central del PCCh en Moscú el 11 de julio 1949», conversación entre Stalin y Mao Zedong, 1949)
Queda claro que Stalin no se equivocó en sus apoyos a Kao Kang y en sus reticencias sobre Mao». (Equipo de Bitácora (M-L); Las críticas de Kao Kang a los métodos revisionistas de Mao, 2013)
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