martes, 24 de abril de 2018

Sobre el aumento de los juicios por enaltecimiento del terrorismo; Equipo de Bitácora (M-L), 2017


«Últimamente ha salido a la palestra de la opinión pública española las condenas contra diversos músicos, tuiteros, humoristas, titiriteros, y demás artistas, con lo que ha vuelto a debatirse la cuestión de la libertad de expresión y temas similares.

¿Es por ejemplo «una muestra de fascismo» las condenas de la Audiencia Nacional a los raperos simpatizantes del PCE (r) como tanto dicen ellos? 

Analicemos las condenas, sus razones, y el carácter ideológico de los elementos condenados.

«Curiosamente» desde el final de ETA se ha quintuplicado los datos de juicios por enaltecimiento del terrorismo:

«Los datos hablan por sí solos. En el año 2015 la Audiencia Nacional emitió hasta 25 sentencias por delitos de enaltecimiento del terrorismo. Nada más y nada menos que cinco veces más de las que produjo el mismo tribunal durante el año 2011, cuando la organización terrorista ETA dejó las armas. De las 25 sentencias señaladas, seis terminaron en absolución y 19 en una condena para los acusados siendo la pena más repetida la de un año de prisión y siete de inhabilitación. En 2011, sin embargo, sólo uno de los cinco juicios terminó en condena, según los datos a los que ha tenido acceso Público». (El Diario; Los juicios por enaltecimiento del terrorismo se quintuplican desde el final de ETA con el PP en el Gobierno, 11 de febrero de 2016)

Esto no es muy sorpresivo, sin la cuestión etarra, el Estado ya no tiene un as en la manga para distraer a las masas en un tema que era fetiche para la contertulia de los programas políticos, para las polémicas parlamentarias o para los discursos preelectorales, por tanto se intenta avivar artificialmente el tema aunque ya no sea con los miembros de la organización, sino con sus simpatizantes, intentando extender la cuestión etarra de forma artificial para sus intereses.

Entre todos estos juicios hemos visto efectivamente casos de enaltecimiento del terrorismo claros mezclados con sorna, como el del músico César Strawberry:

«La Audiencia Nacional absolvió este martes al líder de Def con Dos, Cesar Montaña Lehman –cuyo nombre artístico es César Strawberry–, para quien la fiscalía pedía un año y ocho meses de cárcel por una serie de tuits. (...) Entre otros mensajes publicados entre noviembre de 2013 y julio de 2014, Strawberry escribió: «El fascismo sin complejos de Esperanza Aguirre, política del PP, me hace añorar hasta los Grapo» o «Street Fighter, edición post-ETA: Ortega Lara versus Eduardo Madina». El cantante retuiteo, «haciéndolo suyo», según el tribunal, este otro comentario: «¿Se puede llevar una camiseta con un estampado de Miguel Ángel Blanco? Lo pregunto desde el respeto y el verano». (El País; Absuelto el líder de Def Con Dos de enaltecimiento del terrorismo, 20 de julio de 2016)

El caso de «Fausto»:

«Un joven acusado de enaltecimiento del terrorismo se ha conformado este martes en la Audiencia Nacional con la pena de un año de cárcel por publicar en Twitter mensajes en los que justificaba a ETA, humillaba a sus víctimas, e incitaba a acciones violentas. (...) «¿Alguien puede pegarle algún tiro en la nuca a la Infanta?, porfis», «Escrache a las víctimas de ETA» y «Ojalá a Irene Villa la hubieran matado» son algunos de los comentarios que el acusado publicó entre 2013 y 2014 en su perfil de Twitter, Ibai_93, que abrió en 2011. Otros mensajes hirientes hacia las víctimas del terrorismo son: «Los twiterroristas se ríen porque quedarán libres y Ordóñez no», «Me sé de unos cuantos peperos a los que no van a poner en libertad porque están bien muertos» y «Gora ETA militarra». (El País; Un año de cárcel por pedir un tiro en la nuca a la Infanta y justificar a ETA, 12 de enero de 2016)

El caso de Germán:

«También en este 2017 se ha condenado a Germán –nombre otorgado por el Poder Judicial– a un año de cárcel y siete de inhabilitación por mensajes como «#inventatupropiorefrán No por mucho madrugar Gora Eta militar» o «a estos maderos les desearía yo algo en la nunca, y no son collejas». (El Público; La Audiencia ha condenado al menos a 30 personas por enaltecimiento de ETA y Grapo en redes sociales desde 2016, 31 de marzo de 2017)

Sin duda el caso más extraño es de la tuitera transexual Cassandra Vera: que fue condenada por trece chistes sobre Carrero Blanco y su muerte a manos de ETA en 1973:

«Según informa Marisa Recuero, Cassandra escribió 13 tuits, entre 2013 y 2016, sobre el que fuera presidente del Gobierno en el régimen franquista y el terrorismo. Entre ellos, algunos tales como «Kissinger le regaló a Carrero Blanco un trozo de la luna, ETA le pagó el viaje a ella», «ETA impulsó una política contra los coches oficiales combinada con un programa espacial», «Película: A tres metros sobre el cielo. Producción: ETA films. Director: Argala. Protagonista: Carrero Blanco. Género: Carrera espacial», «Si hacer chistes de Carrero Blanco es enaltecimiento del terrorismo…», «Elecciones el día del aniversario del viaje espacial de Carrero Blanco. Interesante» o «¿Carrero Blanco también regresó al futuro con su coche? #RegresoAlFuturo». (El Mundo; Cassandra Vera, tras ser condenada por los tuits contra Carrero Blanco: «Es insultante y estúpido», 13 de marzo de 2017)

Caso inverosímil, pues esos treces tuits dudosamente constituyen un enaltecimiento del terrorismo pues están circunscrito dentro del género «humor negro» como los otros casos en los que los acusados fueron absueltos. Incluso, otros tuits publicados por Cassandra que ley en mano si podrían ser calificados de instigación y enaltecimiento del terrorismo, no fueron juzgados, hablamos de frases que han salido después en los medios como: «El asesinato de Rajoy va a ser #Unatravesurainfantil». (@kira_95; 10 de junio de 2012), «#MeMolestaQue Rajoy todavía no haya recibido un balazo en la cabeza». (@kira_95; 16 de diciembre de 2012) «Ejecutar a un facha». O directamente colgar imágenes de Gora ETA diciendo «Un día voy a hacer alguna de estas por mi cuidad». (@kira_95; 18 de julio d 2013). 

Efectivamente leyendo esto se ve que si la fiscalía hubiese querido hubiera tirado de estos tuits para condenarla a una multa o directamente a la cárcel, lo que indica que estos juicios son más bien de escarnio y advertencia pública más que otra cosa.

El mensaje de estos tuiteros que estamos viendo deja al descubierto que los autores no son muy maduros ni perspicaces. Están encuadrados en actitudes y comentarios de adolescentes que se regocijan en el uso del terror, y que fantasean y amenazan de muerte a sus enemigos en redes sociales. Evidencian que les falta un mínimo de inteligencia política para entender que así no se abre los ojos a la gente sobre el carácter de estas figuras que tanto odian, por no hablar del hondo desconocimiento sobre el carácter de estas bandas terroristas que en ocasiones enaltecen. Además muchos de ellos denotan una cobardía latente, cuando llamados a declarar, en vez de ser coherentes con su pensamiento terrorista, lo reducen todo a un «mal entendido», a su «libertad de expresión» sin explicar el apoyo a esas bandas y en ocasiones incluso lo tildan de comentario realizado para «hacer la gracia», mientras encima, durante el proceso y al término del mismo, piden que se note la «solidaridad antifascista» por mantenerse estoicos y no retroceder ante la represión. 

También ha habido casos ridículos en donde no había enaltecimiento del terrorismo ni siquiera discutible, como en el caso de los titiriteros o el sketch de Facu Díaz, parodias políticas sin más relevancia y sin posicionamiento político, finalmente absueltas. La mayoría de casos tanto los que constituyen un discutible enaltecimiento del terrorismo como los que no, han sido absueltos los acusados.

Algunos simplones del PCE (r) dicen que estos juicios demuestran la existencia de un fascismo, ahora recrudecido bajo mandato del PP. Si esto fuese cierto España sería el primer país fascista que permite el escarnio público de sus ministros por corrupción en los medios de comunicación; el primero que su justicia llama a declarar a su propio Presidente del Gobierno por corrupción, como ha ocurrido cuando la Audiencia Nacional ha reclamado a Rajoy para declarar en el caso Bárcenas. Cuando lo normal es que en un país fascista el líder máximo sea intocable y se concentren en él todos los poderes, y que sus ministros no sean imputados por corrupción sino expulsados a dedo según la voluntad del líder máximo aunque no haya motivos para tal procedimiento. Precisamente en España los recientes casos de obstaculización a la justicia del PP evidencia el carácter democrático-burgués de España, pues es la forma clásica de los partidos democrático-burgueses, es decir tratan de influenciar, sobornar o controlar las comisiones que evalúan la financiación de partidos o los jueces que evalúan si han cometido actos irregulares, así como impulsar a sus figuras allí, igual que hacen en la sanidad o educación, todo ello tratando de ganar ventaja sobre los demás partidos y poner la justicia de su lado. Mientras que en el fascismo, la justicia no se atrevería a tocar a los ministros, y mucho menos al presidente, porque sencillamente la justicia bajo el fascismo es directamente controlada por el ejecutivo.

Lo que sí es del todo cierto, es que en redes sociales, se ha visto y se ve constantemente mensajes de este tipo e incluso peores de elementos fascistas y filofascistas, y todavía no ha pasado por la Audiencia Nacional (AN) ningún tuitero por enaltecer, como se ha podido ver, el terrorismo durante el franquismo, terrorismo de Estado de los GAL, por desear poner una bomba en las concentraciones en Sol o en las manifestaciones obreras del 1 de mayo. Lo que indica que hay una clara preferencia por enjuiciar a elementos relacionados con el término «izquierda», algo por otro lado del todo normal en una democracia burguesa. Aunque se cierren locales o se impongan penas ridículas hacia colectivos fascistas y bandas de neonazis, la persecución siempre será mayor hacia los colectivos que se vistan de «revolucionarios», de «izquierda», lo sean o no.

Dos casos polémicos han sido el de los raperos Pablo Hasél y Valtonyc, autodenominados «comunistas», que fueron llevados a declarar en la AN por el contenido de su música y de sus mensajes en redes sociales, de carácter muy parecido a los vistos hasta ahora por el resto de sujetos. 

Entre los aspectos positivos de las letras de estas dos figuras cabe decir que en sus temas reivindican la crítica a la monarquía española o la policía a través de un lenguaje subido de tono como luego veremos, algo totalmente lícito pero que por contra les ha costado una condena por la Audiencia Nacional, algo que cabía esperar bajo la legislación de la Ley Mordaza que agudiza la posibilidad de imputar a alguien por cualquier ejercicio de denuncia, justificando las condenas si un juez cree que con la denuncia se está vulnerando el «honor» de los cuerpos de seguridad o poniendo en peligro su integridad familiar, es decir, bajo leyes todavía más subjetivas y ambiguas de lo que ya suelen ser las leyes democrático-burguesas. 

Hay que decir una cosa importante al respecto sobre el ideario democrático-burgués. Si entendemos por democracia, bien la 1ª «Participación de todos los miembros de un grupo o de una asociación en la toma de decisiones» o la 5ª acepción de la RAE: «Forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos», veremos que hay una gran distancia entre la teoría y la práctica. Esto se ve rápidamente cuando observamos que en la sociedad burguesa siempre se ha intentado propagar la noción de que no se puede, o no se debe, criticar a ciertos cuerpos del Estado como policía, los jueces, el ejército, la guardia civil, la legión, etc., incluso que hacerlo es muestra de una falta de ética o de espíritu democrático (sic). En ocasiones se apela a la especialidad del cargo para esgrimir que el ciudadano medio no tiene ni jurisdicción ni conocimientos para juzgar su desempeño. En muchas ocasiones se introducen leyes que hacen que el ciudadano tenga que aceptar esto so pena de ser multado o algo peor si se atreve a emitir una crítica que se salga de lo aceptable. Pero mientras se le intenta retirar la opción de opinar y ejercer un control de esos cuerpos, desde el Estado se llevan a cabo verdaderos ejercicios propagandísticos de idealización y culto ciego a las instituciones y organismos, para que la población más alineada las respete y rinda pleitesía hacia dichas figuras. Cualquier autodenominado «demócrata» comprende que este engranaje hace que esto sea una pantomima de democracia. ¿Acaso no es posible que los cuerpos e instituciones tengan fallos o queden desfasados? Alguien con dos dedos de frente respondería que sí es posible viendo las experiencias históricas. ¿Cómo entonces un demócrata no va a tener la opción de poner en tela de juicio el desempeño de un organismo como la Audiencia Nacional o de una carta magna como la Constitución Española de 1978? Bien, como ha demostrado el marxismo y se confirma cada día, la sociedad capitalista tiene contradicciones importantes que hace que no pueda escapar de sus fallos, pero si esto no fuese verdad, ¿por qué entonces la clase dirigente pretende blindar ideológicamente y judicialmente a estas instituciones coartando a sus ciudadanos la libertad de crítica? Porque estos cuerpos y organismos no están para «preservar el bienestar de toda la nación y sus ciudadanos» como se dice, sino que están para defender los intereses económicos y políticos de la clase burguesa, siendo indiferente si se hace justicia o no, o si se perjudica a la nación. Esa es la razón de que el Estado burgués intente reforzar una cultura favorable a ellos difundiendo estas nociones serviles hacia estos organismos y cuerpos, nociones que crean borregos no ciudadanos instruidos que ejercen sus derechos, nociones que son inoculadas por la inestimable ayuda de los grandes «medios de información» vinculados al gran capital. Pero es tapar el sol con un dedo, ya que pese a esta ingente cantidad de poder y medios, los escándalos se suceden todos los días suceden dentro del sistema, tramas que no solo son denunciadas por los elementos progresistas y «antisistema», sino que en ocasiones son registradas hasta los medios más reaccionarios –y no por la preocupación de mantener una «salud democrática» del sistema, sino por motivos de competencia, pues el fin suele ser aprovechar la crisis para aupar a una u otra facción burguesa al poder–. Quien no haya entendido esto, no ha entendido nada de las tramas y funcionamiento del sistema democrático-burgués, su doble faz.

Llevar a alguien a declarar por criticar a la monarquía es efectivamente un signo de la decadencia del sistema político burgués, como lo es las condenas por «injuriar» a un santo o aceptar a trámite querellas por «injuriar» monumento cristiano-fascista como el Valle de los Caídos. Cuando los liberales se llenan la boca sobre los avances que presuntamente la humanidad ha conquistado gracias a la democracia burguesa les cuesta ver y defender este tipo de casos, y es normal, pues cualquiera sin nociones políticas entiende que es una vergüenza absoluta que en nuestra época se pueda multar o condenar a un solo día de prisión a alguien bien sea en España o en en otras monarquías parlamentarias como Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Gran Bretaña por denunciar a la monarquía por su estatus de parasitario que vive a costa del pueblo, más cuando en el caso hispano se señalan las corruptelas y los delitos manifiestos de toda su familia que han salido a la luz incluso en los propios medios de comunicación burgueses, incluso en los periódicos afines históricamente a la monarquía como ABC. 

Cuando músicos, y artistas de todo tipo, periodistas, estudiantes, campesinos, obreros y cualquiera más allá de su carácter social e ideológico, denuncia objetivamente el carácter reaccionario de la monarquía y sus desmanes, el modo, así como las formas pasan a un segundo plano; la crítica pese a que pueda estar cargada de verborrea radical no es moralmente repudiable como desde los medios de (in)comunicación nos intentan hacer creer para distraernos del contenido de la crítica. Tanto los revisionistas cuando son criticados como los neoliberales, se fijan en demasía en las formas, en los términos y en general en los modales, lo cual, es cierto que tiene importancia a la hora de argumentar, pero ellos en realidad resaltan esto para ocultar su miedo a enfrentar el contenido de la crítica.  

Como decían los compañeros del OCTE al respecto de este tema:

«Un multimillonario puede hacer declaraciones públicas sumamente clasistas, racistas y machistas, puede reírse en la cara de obreros y campesinos que agonizan o agonizaron por las malas condiciones laborales que él mismo establece, puede escupir encima de miles de niños exterminados por las bombas bacteriológicas y químicas con las cuales él se lucra; pero los periodistas mediocres al servicio de la burguesía le reirán las gracias y le felicitarán por tales afirmaciones, los jueces harán oídos sordos encarcelando a quien señale tal fechoría, los policías no escatimarán en golpear y reprimir las manifestaciones pacíficas que se hagan contra las declaraciones de semejante monstruo». (Organización Comunista del Trabajo de España; Declaración de solidaridad con el rapero Valtonyc, 25 de febrero de 2017)

Pero como decíamos: a Hasél y otros raperos finalmente no han sido condenados solamente por eso –como intentan vender en sus declaraciones constantemente–, sino que como anunciábamos también han sido condenados por cantar loas a grupos bandas armadas que han hecho del terrorismo su «modus operandi», algo que ellos y sus medios afines en más de una ocasión se le olvidan mencionar:

«El rapero Pablo Rivadulla Duró, de nombre artístico Pablo Hasel, ha sido condenado a dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo por la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional. Hasel, de 25 años, subió a la red social YouTube 10 canciones compuestas por él mismo en las que ensalzaba y alababa los atentados terroristas de GRAPO, ETA, Al Qaeda, Facción del Ejército Rojo (RAF) y Terra Lliure, e incluso pedía a estas organizaciones que volvieran a atentar. (...) El rapero escribió y difundió letras como «no me da pena tu tiro en la nuca, pepero», «que alguien clave un piolet en la cabeza de José Bono» o «donde muchos comunistas ni conocen a los GRAPO, yo sí respeto a quien más de un cerdo mató», «Ojalá vuelvan los GRAPO», «Gora ETA» o «merece que explote el coche de Patxi López», entre otras muchas expresiones». (El País; Dos años de cárcel para un rapero por enaltecimiento del terrorismo, 1 de abril de 2014)

El caso de Valtonyc es similar con loas a ETA:

«Publicó frases como «el rey tiene una cita en la plaza del pueblo, una soga al cuello y que le caiga el peso de la ley», «Sofía en una moneda pero fusilada», «puta policía, puta monarquía, a ver si ETA pone una bomba y explota» o «por qué no se fractura la cabeza y no la cadera», «Miguel Ángel Blanco, Carrero Blanco [suenan disparos], bah, ya no, ahora toca a Juan Carlos». (El Confidencial; La AN condena a tres años y medio al rapero Valtonyc por su canción sobre el Rey emérito, 22 de febrero de 2017)

Y a los GRAPO:

«El Rey tiene una cita en la plaza del pueblo, una soga al cuello y que le caiga el peso de la ley» es una de las referidas al monarca español, mientras que otras hablan de las organizaciones terroristas: «Pierdo los papeles y en cuarteles grito GORA ETA», «Un pistoletazo en la frente de tu jefe está justificado, o siempre queda esperar a que le secuestre algún GRAPO». (Agencias Efe; Rapero Valtonyc: «Voy a seguir diciendo que los Borbones son unos mafiosos», 8 de febrero de 2017)

Si revisamos las ácidas letras de estos artistas, se verá claramente como infunden en ella una clara apología las viejas bandas del terrorismo, como fantasean con que ellas, o ellos mismos, asesinen al Rey, a diversas personalidades políticas del PP/PSOE incluso a famosos de turno sin relación ni relevancia directa con la política. Algo que no podía dejar de atraer el foco de medios de comunicación más importantes, que siempre están sedientos de este tipo de elementos pseudorevolucionarios, ya que para ellos que estos dos «raperos de izquierda» se precipiten a insultar groseramente o prometer la muerte de figuras públicas en un tono tan exaltado como ridículo, no solo causa polémica y ayuda a aumentar la audiencia, sino que indirectamente contribuye a alimentar el relato de que todo lo que se salga de las instituciones y vaya contra el poder establecido es negativo. Sabemos que los revolucionarios honestos no se merecen ser metidos en el mismo saco que estos personajes caricaturescos por varias razones. Pero aún así, la prensa burguesa intentará presentar como siempre el esquema de que toda la «izquierda no constitucionalista», y en concreto los marxista-leninistas, son seres inmaduros, incontrolados, filoterroristas y demás parafernalia que el lector se puede imaginar, instando a la gente que mantenga inclinaciones parecidas a que se moderen, que sean cabales, como si solo hubiera alternativa entre el camino del aventurero y fanfarrón anarquista o el moderado camino del lacayo reformista. Pero no debemos de perder de vista que todo esto es una propaganda animada no en base a unas acciones concretas de verdaderos marxista-leninistas, sino exclusivamente en las torpezas de estos dos jóvenes semianarquistas que no entienden la relación entre contenido y forma para su música política, y que con su manera infantil de encarar problemas tan serios alimentan el discurso de que ser revolucionario es un pecado de juventud.

Un intelectual comunista no necesita amenazar de muerte a sus enemigos en sus obras. Eso no crea conciencia de clase, no demuestra más espíritu revolucionario sino menor madurez ideológica. Los enemigos de la clase obrera serán juzgados por la revolución popular en su debido momento y se les conmutara la pena que sea precisa dependiendo del contexto interno y externo. Mientras tanto los verdaderos revolucionarios tienen tanto que ganar con estas acciones como cuando se tatúan y se visten de arriba abajo con simbología comunista, consiguiendo como premio aislarse de las masas con su estética de secta o grupo freak, dando de paso una apariencia fácilmente identificable para ser el blanco de sus enemigos, siendo ejemplos de cómo no se comprende la discreción de una militancia. 

Mucho menos se tienen que loar a bandas sobradamente conocidas por sus prácticas antimarxistas de marcado carácter oportunista, que viraban constantemente hacia las corrientes oportunistas de moda y eran favorables hacia uno u otro bloque imperialista. Esto es inadmisible, pero ha de saberse sobre todo, que quién loa a estas bandas terroristas está loando a elementos que llevan una metodología armada antimarxista, conocidos por amenazar y liquidar directamente a lo que consideraban sus adversarios-competidores en el «campo revolucionario», y sobre todo, se están olvidando que también entre sus atentados ha habido trabajadores no involucrados en el conflicto; no hablamos «seres inertes apolíticos» como intentan decir algunos con sorna, sino que simplemente rechazaban ambas opciones políticas: la del gobierno y la suya, siendo no por ellos apolíticos, víctimas, que desde el entorno etarra por ejemplo siempre han calificado como «daños colaterales», término que G.W. Bush popularizó en el contexto de la matanza de civiles en Irak en la Segunda Guerra del Golfo Pérsico de 2003.

En una monarquía parlamentaria es normal aunque injusto que se condene a alguien por injurias al rey, una legislación anticuada para nuestros días pero no por ello fascista. Igual de común como injusto es que se condene en una democracia burguesa el llamado enaltecimiento del terrorismo aunque no se suele aplicar a grupos fascistas, pero esto tampoco demuestra ningún fascismo, sino de la plena funcionalidad de la burguesía incluso en su marco más democrático. 

En cambio sí es cierto que en cualquier democracia burguesa alabar a bandas terroristas es motivo de cosas incluso mucho peores que multas económicas y penas de cárcel –como demuestran la legislación de otros países que ya vimos [aquí] y no hace falta repetir–.

Estos dos sujetos cuando son preguntados por sus letras en los juicios reducen todo a que simplemente, las bandas como GRAPO o ETA son sus «referentes» igual que para otros pueden ser Hitler o Franco, que ellos con su rap ejercen «arte» y que muchas letras son «metáforas» como pueden hacerlo los grupos musicales de extrema derecha a los cuales nadie molesta. Se amparan constantemente en la libertad de expresión sin querer entrar en materia política; como vemos, esta ridícula defensa es el mismo argumento liberal que utilizan los fascistas de la Fundación Francisco Franco pese a su ideología antiliberal, predicando que tienen derecho a existir y que su ideología debe ser respetada y no juzgada. Es decir, como no son capaces de explicar al gran público que sigue los juicios porqué como «comunistas» estos movimientos seminarquistas y terroristas son sus referentes, reducen todo a no entrar en «alegatos políticos» y defenderse en base a ampararse en la Constitución de 1978 y el jocoso derecho de libertad de expresión. Por supuesto, ponerse bajo el paraguas de una constitución burguesa no es una infamia para un autodenominado comunista, es un derecho que hay que aprovechar, pero tomar un juicio que ellos mismos tachan de farsa de «juicio político», evitar explicar hondamente las razones por las que supuestamente abanderan estos movimientos, es una muestra de cobardía manifiesta, la misma que han representado precisamente los líderes del PCE (r)/GRAPO al negar los nexos entre el partido y su brazo armado, uno que ya dejaron patente en mil documentos públicos años atrás. El propio Hasél cuando fue preguntado si apoya la ideología y métodos de estas bandas, solo pudo contestar desviando la atención que para él lo que sí es violencia es la muerte de inmigrantes que intentan llegar a un lugar mejor. Valtonyc ante la misma pregunta dijo hace poco que para él lo que si es condenable son las muertes por violencia machista. Es decir hablan hasta del sexo de los ángeles con una claridad nítida, pero de sus propios referentes no hablan claro a la hora de la verdad, básicamente porque no hay por donde coger varias de sus acciones y justificarlas ante un gran público con algo de cordura.

La actitud bolchevique ante esto dista bastante de la de estos sujetos, porque realizan todo tipo de subterfugios para evitar identificarse ideológicamente –sobre todo durante los juicios– con los movimientos, figuras, programas y metodologías que profesan y que han loado en multitud de ocasiones, con los cuales ya no es posible desligar su simpatía. ¿Por qué criticamos ésto? Porque más allá de estar equivocados en sus referentes pseudomarxistas evitan defender en los juicios con claridad lo que durante gran parte del tiempo defienden a todas horas, día tras día, tan solo por miedo a la posible condena, mientras gran parte del tiempo se han pasado condenado por pusilánimes al resto que no se sumaba a dicha labor de propagandistas del revisionismo anarquizante del PCE (r)/GRAPO. Una actitud ridícula y oportunista. Sería más digno por su parte o bien reconocer sin tapujos una afiliación por una ideología –aunque sea errónea o, realizar una autocrítica ideológica sobre sus actitudes pasadas, pero no para contentar a la justicia burguesa y buscar la exculpación, sino para sí mismos y por el bien de la causa, dejando a un lado todo sentimentalismo y analizando todo desde la óptica del materialismo dialéctico e histórico, como forma de ayudar a derrumbar el edificio en ruinas que es el mito del PCE (r), el cual han ayudado a sostener durante años. Pero esto último solo ocurre en personajes con valentía y que anteponen la causa colectiva al «honor personal», por lo que no está al alcance de cualquiera.

¿Por qué triunfó Georgi Dimitrov ante los verdugos fascistas que pretendían enjuiciarle en 1933? Porque pese a estar incomunicado, a pesar de no ser un ilustrado en cuestiones jurídicas, desmontó las acusaciones y convirtió a los acusadores en acusados, no mendigó su exculpación. Por supuesto no todos los juicios son iguales y no se puede pretender tener una defensa calcada en todos los casos, pero Dimitrov mantuvo unas pautas fundamentales: no dejó de identificarse comunista, no dejó de condenar precisamente el uso del terrorismo individualista para hacer la revolución ante la acusación de los nazis de que los comunistas habían incendiado el Parlamento, subrayó la necesidad para los comunistas de ganarse a la mayoría de la clase obrera para tomar el poder, analizó en base al materialismo dialéctico las causas por las que al régimen nazi le convenía intentar realizar dicha maniobra sobre los comunistas y lo expuso pese a jugarse la pena de muerte, hizo una exposición magistral de que era la ideología nazi y su cariz reaccionario, dejando en ridículo al magistrado y surgiendo toda una campaña de solidaridad que presionaría para que fuese liberado como ocurrió poco después. Mientras que por otro lado Ernst Torgler, diputado alemán, adoptó una defensa pasiva, estuvo más preocupado en su suerte personal, y no desplegó una defensa política general sobre el juicio desde el punto de vista de clase proletario, sino desde el punto de vista estrictamente jurídico y personal, incluso renunció a algunos principios ideológicos falseando la línea oficial del partido, quedando finalmente preso tras su juicio, siendo criticado y expulsado del partido comunista por su postura, dicho sujeto posteriormente fue liberado a cambio de trabajar para la Gestapo e incluso fue parte del ministerio de propaganda nazi, poco después del fin de la época nazi, ingresó en el partido socialdemócrata. He ahí dos muestras de como deben enfrentarse los comunistas ante los medios de represión.

Es necesario comprender que varias de las condenas que se les imputa a varios jóvenes por «daños al honor de la monarquía» es una infamia inadmisible porque coarta el derecho a expresarse y criticar libremente a elementos del poder, incluso las mofas más desagradables no debería ser motivo punible de cárcel. Pero la segunda condena, por apoyar a las bandas terroristas, loar sus atentados y estimular a que atenten, corresponde a una condena lógica dentro de los esquemas de cualquier régimen democrático-burgués, y aunque es injusto que se pueda condenar a alguien por ello –pues hay miles de jóvenes desesperados que no ven otra salida y carecen de formación política–; y aunque sea más injusto que estos artículos jurídicos solo se les aplique generalmente a los sujetos anarquistas y filoanarquistas y no a los fascistas y filofascistas, hay que aclarar que tampoco este exaltamiento de estas bandas terroristas tienen una connotación positiva desde el punto de vista marxista-leninista, más cuando nos referimos no solo a grupos que asaltaban cuarteles, bancos y demás para obtener un botín u obtener armas, sino que también se dedicaban en gran medida a poner bombas, realizaban secuestros y ejecuciones selectivas de forma indiscriminada; actos que acaban afectando a las masas trabajadoras, lo cual no tiene nada que ver con el concepto de la violencia revolucionaria ejercida por las masas en las revoluciones –con mayusculas–, ya que en este caso hablamos de aventureros y grupos conspirativos que hablaban en nombre del pueblo y al final en sus atentados acababan actuando contra él por mera desesperación y falta de capacidad de ganárselo a su causa. 

Sabemos perfectamente que es una hipocresía que desde el Estado burgués se condene el terrorismo cuando los partido que han tenido el gobierno lo han practicado: el Partido Popular (PP) que todavía no ha condenado el franquismo y que de hecho muchos de sus dirigentes fueron extraídos directamente del franquismo; el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) culpable del terrorismo de Estado de los años 80 bajo los grupos mercenarios del GAL. Actualmente hasta los documentos desclasificados de la CIA reconocen la implicación de Felipe Gónzalez en montar la llamada guerra sucia.

Pero más claro si cabe es, y hay que remarcarlo hasta que quede claro de una vez, que el terrorismo de los GRAPO o ETA no dejan de ser terrorismo de agrupaciones que ideológicamente nada tienen que ver con las luchas del proletariado ni sus métodos de lucha y toma del poder, no deben de ser reivindicados cuando sus atentados han tocado de lleno a civiles inocentes provenientes de las clases trabajadoras. Es más, en concreto los elementos que hubieran atentado indiscriminadamente contra la población trabajadora y los revolucionarios serían tratados severamente en un Estado socialista por sus crímenes. Los jóvenes que apoyan esto demuestran su desconocimiento sobre que eran estas bandas más allá de la propaganda que ellas mismas y sus simpatizantes proclaman.

La importancia de refutar al PCE (r) también versa en parte por la moda entre ciertos jóvenes de dejarse sorprender y seducir por la historia de grupos estilo ETA, GRAPO, RAF, Brigadas Rojas, y otros de similar estilo que el idiota de Hasél tanto alaba y estimula en sus letras. Cualquier rapero de este tipo lo único que consigue es seguir contribuyendo a mantener el mito de estas organizaciones. Hasél no ha crecido y madurado políticamente, ha pasado de sus simpatías por Izquierda Unida a los GRAPO, de admirar a Anguita a vivir los vientos por Arenas, y ahí se ha estancado, pero el resto de la juventud no tiene porque seguir esa su deriva, y debe de progresar, formarse ideológicamente, para sí poder discernir entre marxismo-leninismo de lo que no lo es: blanquismo y anarquismo de marxismo; populismo, trotskismo y eserismo de bolchevismo; aventurerismo y terrorismo de marxismo-leninismo.

¿Contribuye el PCE (r)/GRAPO a difundir el revisionismo con el tema concreto de sus prácticas terroristas? Por supuesto, cualquier organización o individuo que se autodenomine marxista y presente ideas que están en contraposición con los axiomas del marxismo-leninismo está incurriendo en una revisión, pues se pretende aceptar como válido una adulteración del mismo. Se pretende traficar con sus verdaderos principios sea bien por desconocimiento o con plena conciencia, la razón por la que ocurre no importa el asunto es que se envilece la teoría y práctica de las más avanzadas ideas de emancipación». (Equipo de Bitácora (M-L)Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)

2 comentarios:

  1. Apreciados camaradas como una contribución al conocimiento de la historia del MAP-M-L ustedes podrían reeditar el articulo que fue publicado en uno de los primeros números de la revista Teoría y Practica y que hace referencia al origen, historia y participación en la lucha armada contra la dictadura somocista e igualmente su posterior enfrentamientos ideológico y político con e sandinismo... Un abrazo

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  2. Sí, hemos tenido en nuestras manos esos documentos, nos lo prestaron temporalmente, pero actualmente no disponemos de ellos. Si tu tuvieses esos documentos, podríamos sacarlos sin problemas. Puedes contactar con nosotros por gmail o face.

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«¡Pedimos que se evite el insulto y el subjetivismo!»