martes, 27 de octubre de 2015

El Estado y la Revolución; Lenin, 1917

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«Nosotros somos partidarios de la república democrática, como la mejor forma de Estado para el proletariado bajo el capitalismo, pero no tenemos ningún derecho a olvidar que la esclavitud asalariada es el destino reservado al pueblo, incluso bajo la república burguesa más democrática. Más aún. Todo Estado es una «fuerza especial para la represión» de la clase oprimida. Por eso, todo Estado ni es libre ni es popular». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; «El Estado y la Revolución», 1917)


Introducción de «Bitácora (M-L)»

Se trata de un texto fundamentales de la teoría científica del marxismo-leninismo, en el no solo se aborda la naturaleza explotadora y represora del Estado como expresión de la clase que tiene el poder, burguesía o proletariado, sino de como este, tras un proceso revolucionario irá cambiando su carácter de Estado bajo la destrucción objetiva de la clase burguesa, lo que cambiará la naturaleza del mismo y en consecuencia la necesidad para someter a la clase antagónica.

Con la desaparición de las clases inevitablemente se producirá la extinción del Estado en la sociedad sin clases, pues este que cumple una actividad represora ya no tendrá objeto de existencia.

A modo de aclaración para el lector no familiarizado con la teoría marxista-leninista, cuando en estas, líneas se dice que el Estado pierde su esencia de clase, es decir que deja de ser el Estado que conocemos, se refiere a que cuando la Revolución Proletaria triunfante cumple su tarea de expropiar los medios de producción y con ello elimina objetivamente a la clase burguesa —esta sigue existiendo como un rescoldo cultural, sobre todo en los sectores burocráticos e intelectuales, sostenida por la burguesía internacional—, o lo que es lo mismo, el Estado sigue siendo la expresión de una clase pero objetivamente ya no hay más que una clase porque los medios de producción ya no son «propiedad privada»; en tanto, ese Estado nuevo, bajo la Dictadura del Proletariado, es más un aparato administrador que uno represor, no obstante está actividad última la ejerce en el sentido que subjetivamente la burguesía sigue existiendo y de hecho organizándose en contra del proceso en desarrollo al interior; al exterior la lucha de clases tiene un carácter interestatal.

Con el desarrollo del socialismo y la extinción total de la burguesía y su cultura durante el mismo, el Estado se extinguirá cuando logre la socialización de la vida social en todos los ámbitos, cuando consiga eliminar las taras heredadas en todos los campos por la sociedad capitalista, dicho Estado no necesitará más una clase dominante que lo maniate, pues en ese momento ya no habrá más que clases sociales trabajadoras que han sido transformadas en dicho proceso proletarizándose —sean parte del campesinado o de la intelectualidad—, dicho Estado podrá además dejar de ejercer funciones represivas cuando se logre tanto lo citado anteriormente como el fin del cerco capitalista y el triunfo mundial del socialismo.

Vale expresar que en estas líneas queda totalmente evidenciada la necesidad de la vía revolucionaria, pues la teoría revisionista de la transición pacífica, cuasi evolucionista, del capitalismo al socialismo es una falsa premisa anticientífica del proceso histórico; y si bien puede que alcanzar el poder se produzca de un modo pacífico, pero ese poder no es por sí mismo revolucionario, pues este sólo permite la administración del Estado burgués existente, en cuanto este requiere de una revolución que lleve a la dictadura del proletariado; y claro está que la revolución inevitablemente genera una reacción contrarrevolucionaria.

Notas

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1 comentario:

  1. Interesante corrección al texto desde el punto de vista de los acontecimientos posteriores a su redacción y edición, sin embargo debe mencionarse esta enmienda o al menos esta ampliación para no confundir al lector: Lenin no diferencia en 1917 entre la destrucción objetiva de la clase burguesa y la de sus defensores solapados posteriores... Lo demuestra el hecho de que considera que en la comuna de París podría haberse extinguido el estado. Todo esto se comprende sólo a la luz del cerco capitalista que enfrentará más adelante el movimiento proletario.

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